Se trata de un edificio exento que ocupa una manzana completa, con sus
dependencias ordenadas alrededor de un gran patio claustral de doble altura y que hasta hace
unos años albergaba varias facultades. Hoy es Centro Cultural La Nau.
Popularmente se le conoce con el nombre de La Nau, por su lugar de emplazamiento en la calle
de la Nave. Y el nombre de la calle debe su nombre a que en este lugar existió un mesón que llevaba por nombre Nave (Nau).
Declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1981.
La
entrada principal es la recayente a la calle de la Nave, con una placa en su dintel que dice UNIVERSIDAD LITERARIA,
pero habitualmente se entra por la
puerta existente en la calle Universidad, con un rotulo que dice UNIVERSITAT DE VALENCIA. Aun tenemos
otra
tercera puerta que recae a la plaza del Patriarca, con un rotulo que dice ESTUDI GENERAL y que da
acceso directamente al patio rectoral.
Como hecho curioso cabe destacar que en el vestíbulo de entrada de la calle Universidad, el suelo es de
metacrilato transparente, ya que por debajo del mismo podemos observar restos de las antiguas
murallas musulmanas que dispuso la ciudad en los siglos de dominación musulmana.
El 28 de febrero de 1410 el Consell General recomienda a los jurados que se pongan de acuerdo para unificar todas
las casas de enseñanza de estudios superiores que se encontraban desperdigados por toda la ciudad, pero este llamamiento no tuvo ningún efecto y no se materializó
en ningún resultado.
Las primeras noticias que se tienen de un Estudi General se remontan al 7 de Octubre de 1411 cuando el Consell decreta la reunión
definitiva de todas las escuelas de la ciudad en la casa que había sido propiedad de mosén Pere Vilaragut y su esposa Martina Pérez
Dorries. La casa fue adquirida el 20 de marzo de 1408 y se encontraba en el lugar que hoy ocupa el
Palacio de Benicarló. En ella se instalaran los estudios de Gramática y Artes de la ciudad y en 1412 las del cabildo eclesiástico.
Fueron promotores de esta fundación el gobierno municipal y el obispo de Valencia
Hugo de Lupiá.
Pero tal institución no cumplía las expectativas requeridas, además la escasez de
centros de enseñanza en la ciudad era más que patente, así los jurados de la ciudad propusieron el 28 de septiembre
de 1490 la creación de nueva planta, de un Estudi General (Estudio General) con aulas suficientes para las diversas
enseñanzas.
La idea tuvo excelente acogida y el 1 de abril de 1493 la ciudad compra a Isabel Saranyó una casa situada
en la
parroquia de San Andrés, provista de dos huertos y dos patios, lindante con
unos baños de orígenes árabes, con la muralla vieja y con algunas casas y vías públicas. Las obras comenzaron inmediatamente y todas
ellas se encaminaron a la instalación del Estudio General; pero no adquirieron definitivo
impulso hasta el 16 de agosto de 1498 en que el célebre maestro de obras
Pere Compte, autor de
La Lonja de los Mercaderes fue contratado para
construir y habilitar el edificio. Pere Compte y el también maestro de obras Pere Bernia se comprometieron con los jurados de la ciudad a finalizar
nou sales i tres generals (nueve salas y tres generales). El edificio del Estudi General comienza su andadura en su
emplazamiento actual.
El 30 de abril de 1499 fueron aprobadas por los jurados de la ciudad los capitols o constituciones para el establecimiento de la institución.
En ellas se recogía el régimen jurídico del Estudi General.
Con estas constituciones se pretendía elevar el rango de los estudios impartidos en este
nuevo Estudi General y poder conceder títulos y grados académicos de bachilleres y doctores.
En el mes de mayo de este mismo año se procedió por parte del arzobispo de la ciudad, con toda pompa y brillantez,
a la bendición del nuevo centro de enseñanza. El papa
Alejandro VI (r. 1492 - 1503), por bula de 23 de enero
de 1501 y el rey de Aragón
Fernando el Católico (r. 1479 - 1516), por privilegio otorgado el 16 de febrero de 1502, concedieron
a la universidad de Estudios Generales de Valencia, entre otros muchos privilegios e inmunidades, el
de poder enseñar todas las facultades y ciencias, licenciando y doctorando con la misma amplitud
con que venían haciéndolo las universidades de Roma, Bolonia y Salamanca. Quedaban por tanto
confirmadas las constituciones aprobadas unos años antes.
El justicia y los jurados participaron a la ciudad y al reino tan importantes concesiones por
medio de una cridá, o pregón público, el 13 de octubre de 1502, a la vez que se participaba a
todos los habitantes de Valencia, mes populosa que ciutat de tota Spanya, que se acababa de
establecer en ella un Estudi General, donde se explicarían todas las ciencias y facultades,
como hasta entonces no había ocurrido.
Se impartirían cátedras de lenguas sabias, artes, leyes y cánones, medicina, astronomía, matemáticas, teología, ciencias filosóficas y
políticas y arte de notaría.
La nueva universidad seguía el modelo existente en la Corona de Aragón, en el cual el Consell General de la Ciutat asumía el
patronato y derecho de nombramiento de sus componentes y se encargaba a su vez de la financiación de la institución.
La universidad, desde un principio dio grandes resultados y alcanzó pronto justa fama por el
florecimiento brillantísimo en el desarrollo de todas las enseñanzas, saliendo de sus aulas, al
correr de los siglos, verdaderas lumbreras, cuyos nombres brillaron en todas las ramas del saber.
En los siglos XV y XVI fue la facultad de medicina la que más relieve e importancia tuvo en el contexto universitario. Personajes de la
talla de
Lluís Alcanyis (fundador en 1462 de un colegio de cirujanos), Pere Ximeno y Lluís Collado dieron justa fama a la universidad
de Valencia.
Alrededor de la universidad surgieron diversos colegios mayores, así destacaremos por su importancia: el
Colegio de la Presentación o
de Santo Tomás de Villanueva (1550) para favorecer a diez pobres que aspirasen al sacerdocio. El Colegio de la Asunción o de Na Monforta
(1561) y el de la Purificación o de Rodríguez (1572). El de mayor dotación económica era el del
Corpus Christi dotado por el arzobispo
San Juan de Ribera en 1594. En 1563 Felipe II estableció el colegio de San Jorge para religiosos de la orden de Montesa y en 1643 el
doctor Melchor de Villena creó el
Colegio de los Santos Reyes para estudiantes de teología y medicina.
En 1578 el cantero Miguel Porcar, que ya había trabajado en el
Palacio de la Generalitat,
realiza cuatro grandes arcos en el vestíbulo de entrada por la calle Universidad, arcos que todavía siguen en pie y son los
restos más antiguos que se conservan del edificio medieval de la universidad. En 1606 se abre la actual puerta de la calle de la Universidad y en 1659 se levanta
el paraninfo o salón de actos.
En 1754 se instala en la universidad, las dependencias de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Bárbara, de corta vida, pues en
1765 es sustituida por la
Real Academia de Bellas Artes de
San Carlos, ocupando las salas en la zona recayente a las actuales calle Salvá y la esquina de la calle Universidad. Efectúa
obras para su adecuación el arquitecto Vicente Gascó Massot (* 1734 † 1802). La Academia de San Carlos ocuparía parte del recinto universitario
hasta 1850 en que la abandona para ocupar el desamortizado
Convento del Carmen.
Entre 1790 y 1795 el arquitecto Joaquín Martínez construye la biblioteca con fachadas recayentes a la actual calle
Universidad esquina a la calle de la Nave. Formada por dos pisos, la planta baja se distribuía en seis aulas, mientras que el piso superior era
ocupado por la colección de libros que iban siendo donados o comprados por la Universidad. Destaca la donación del erudito
Francisco Pérez Bayer que donó su magnífica biblioteca a la Universidad. La sala estuvo presidida por un busto en mármol de Perez Bayer
realizado por el escultor
José Esteve Bonet.
También al arquitecto Joaquín Martínez se le debe la remodelación actual de la fachada de la calle Universidad, que servirá de modelo para la configuración del resto
de fachadas en un proyecto unitario en la que trabajarán diversos arquitectos.
Al comenzar la guerra de la Independencia, la universidad cerró sus puertas, ya que profesores y alumnos se habían
alistado para empuñar las armas contra el francés. Se crearon batallones de estudiantes que fueron enviados a la defensa de
Zaragoza y Barcelona mientras duró la guerra. El 7 de enero de 1812 durante uno de los asedios a la ciudad, una
bomba cayó en la biblioteca de la universidad destruyéndola y quemando una ingente cantidad de libros. Muchos de ellos
(los más valiosos) habían sido puestos a salvo previamente pero aun así el destrozo fue enorme, y más cuando el incendio
se propagó al resto del edificio ardiendo buena parte del edificio.
Cuando el general Suchet entró en la plaza rendida lamentó profundamente aquel desastre
y dispuso que el antiguo y despoblado convento del Carmen fuera hogar provisional de los
suspendidos estudios. Como hecho anecdótico podemos decir que la universidad fue durante un corto periodo de tiempo hospital
de prisioneros.
Finalizada la guerra, el edificio de la Universidad comenzó a ser reconstruido con lentitud. Las obras comenzaron por la biblioteca, se
instalaron nuevas estanterías que permitieron alojar los libros donados por el rector Vicente Blasco García, por bibliófilos como Domingo
Mascarós, Mariano Liñán y Francisco Borrull. Se completó la colección con libros procedentes de los monasterios desamortizados en 1835 y con
la importante colección de códices del monasterio de
San Miguel de los Reyes.
En lo que se refiere al edificio de la universidad se planteó acabar con la heterogénea diversidad de salas que la formaban y
por ello se encarga un plan director que diera unidad estilística y uniformidad al conjunto universitario.
El encargado de este plan director fue el arquitecto académico
Timoteo Calvo Ibarra (* 1799 † 1879) que lo realizó en 1839.
Así se adoptaron soluciones acordes a los moldes académicos de severos tonos y líneas arquitectónicas clásicas,
sin volver a soluciones arquitectónicas pasadas. Se toma como modelo la fachada realizada en la calle de la Universidad por el arquitecto
Joaquín Martínez. En 1840 comienzan las obras de reconstrucción del nuevo edificio de la universidad que de un modo u otro no acabarán hasta
finales del siglo XX. El 12 de mayo de 1932 la Universidad sufre un incendio fortuito, quedan destruidos los laboratorios de Física y Química, el Museo
de Historia Natural y el Observatorio Astronómico, todo ello en la fachada recayente a la calle Salvá. En 1987 una vez abandonado el edifico de todas las enseñanzas
con la instalación de un nuevo campus en la zona de Blasco Ibáñez, es rehabilitado el Teatro académico (Paraninfo),
en 1991 es inaugurada la rehabilitación de la Capilla de la Sapiencia y en 1999 se dan por terminadas las últimas obras de rehabilitación integral del edificio.
En lo que se refiere a las fachadas del edificio, debemos destacar las obras llevadas a cabo en 1790 por
el arquitecto Joaquín Martínez que levanta parte de las fachadas recayente a la calle de la Nave y la calle
de la Universidad, en 1840 Timoteo Calvo termina la fachada de la calle de la Nave y un trozo de la actual
plaza del Patriarca, Antonio Martorell realiza hacia 1886 el resto de la fachada de la calle Universidad y
gran parte de la calle Salvá, Javier Goerlich en 1954 termina la fachada de la calle Salvá y parte de la plaza
del Patriarca y por fin en 1965 el arquitecto Emilio Rieta levanta la
fachada que quedaba pendiente en la plaza
del Patriarca para lo que hubo que derribar en 1960 las casas adosadas a la misma. Todos ellos mantienen la misma estructura
neoclásica siguiendo el plan director que había sido elaborado en 1839 por el arquitecto Timoteo Calvo Ibarra.
El edificio articulado alrededor del patio claustral y otro más pequeño conocido como rectoral,
presenta una planta cuadrada muy irregular y levanta dos alturas. Construido sobre un zócalo de piedra,
en ladrillo rojo cara vista con vanos adintelados abiertos en los muros y balcones con balaustres de piedra y frontones clásicos.
La cornisa presente una barandilla abalaustrada y sobre el lugar que ocupa la capilla se alza una cúpula octogonal.
En 1964 se construye la fuente adosada a una de las paredes exteriores del edificio de la Universidad, que
da a la Plaza del Patriarca, obra de Javier Goerlich y esculturas de
Octavio Vicent. En ella están representados al que fue rector de la Universidad
Vicente Blasco García (no confundir
con el famoso escritor), el papa
Alejandro VI, y los reyes
Fernando el Católico e
Isabel la Católica. En el centro una figura
femenina desnuda realizada en mármol en representación de
la Sabiduría.
Sobre la parte superior de la fuente a modo de cenefa una inscripción que dice: S.P.Q VALENTINVS
acrónimo de "Senatus Populusque Valentinus" (En el nombre del Senado y el Pueblo de Valencia). Todo
un guiño al antiguo emblema de las legiones romanas (SPQR).
El severo edificio ocupa toda la manzana. Sus cuatro fachadas recaen a las siguientes calles y plazas:
c/Universidad,
c/Salvá, c/ de la Nave y Plaza del Patriarca.
De sus tres puertas, la principal se halla en la calle de la Nave, frente al
Real Colegio del Corpus Christi, llamado popularmente del Patriarca. Al
penetrar en la Universidad por la calle de la Nave, se entra en un profundo zaguán,
a mano derecha se encuentra la Capilla. Al frente se entra directamente en el claustro.
Junto a la Capilla de la Sapiencia se encuentra un pequeño patio
(patio rectoral), donde una amplia
escalera conduce a la gran sala rectoral situada en el primer piso y decorada
con sumo gusto, donde también se ofrecen bellas obras artísticas. Desde aquí se accede al claustro alto.
Claustro Mayor
En 1844 comienzan las obras del claustro que terminará en 1871
el arquitecto Sebastián Monleón Estellés (* 1815 † 1878). Sobre un anterior patio claustral del siglo XVIII, se levanta un nuevo claustro con columnas (peristilo)
de orden toscano que sostenía una
galería descubierta con aulas protegida por una balaustrada. Además Monleón dispone las puertas
de ingreso a las aulas siguiendo el modelo de las ya existentes.
Entre 1943 y 1944 el arquitecto
Javier Goerlich LLeó levanta la columnata jónica del segundo piso del
claustro del Estudi General manteniendo los antepechos de balaustres de la parte inferior y construyendo una nueva balaustrada
en la parte superior y cubriendo la galería superior.
En 1880 a instancias del rector de la Universidad don José Monserrat, se coloca en el centro del claustro una escultura en bronce de
Juan Luis Vives, realizada por el escultor
José Aixa Íñigo; fundida en
una sola pieza por el maestro Viente Ríos en los talleres de la Primitiva Valenciana. La escultura se levanta sobre un alto
pedestal en cuyo centro podemos leer la siguiente
inscripción:
CLARISSIMO SCHOLARI SVO /
ET PRAESTANTISSIMO PHILOSOPHO /
IOANNI LVDOVICO VIVES /
VNIVERSITAS VALENTINA /
ANNO MDCCCLXXX /
DICAVIT
cuya traducción libre podría ser:
Ilustre erudito y destacado filósofo Juan Luis Vives. Universidad de Valencia. Año 1880. Dedicado
En un lateral del pedestal encontramos una lápida honorífica con la siguiente
inscripción:
AMPLISSIMO INMORTALIQVE / VIRO IOANNI LVDOVICO VIVES / ALMAE ACADEMIAE VALENTINAE / AC LITTERARVM ORBIS DECVS / QVI MIRA METHODI INSTAVRATIONE /
PHILOSOPHIAM AD SVMMVM / EVEXIT FASTIGIVM HISPANICAE / SOCIETATIS COETVS AD SCIENTIAS / FOVENDAS ITERVM CONGRECATVS / SOLENNI IN EIVS HONOREM /
VALENTIAE EDETANORVM / INSTITVTO HOCCE FIDELITATIS / IVRAMENTVM MAIORA MERENTI / ALACRI DICAVIT ANIMO / XIV KAL IVNIAS AN MCMX
Al eminentísimo e inmortal varón Juan Luis Vives, honor de la nutricia Universidad de Valencia y del mundo de las letras, quien
elevó la filosofía a lo máximo con la maravillosa renovación del método, el grupo de la Sociedad Hispánica, reunida de nuevo para
dar apoyo a la ciencia, en el solemne acuerdo por su honor en la Valencia de los edetanos, le dedicó este testimonio de fidelidad
con vehemente intención a aquél que merece el más grande honor. 14 de junio de 1910. (Traducción: Eva María Heras).
La obra de Juan Luis Vives fue utilizada por los liberales decimonónicos como símbolo del combate contra la
escolástica y precursora de los estudios modernos. Por tal razón, y rebatida la tesis que asociaba
el origen de la universidad a la apocalíptica figura de San Vicente Ferrer, se decidió colocar en 1880 la
imagen del humanista. Juan Luis Vives nació en Valencia en el año 1492 en una familia de judíos conversos
y apenas estudió en la recién creada universidad de Valencia pues marchó pronto a Paris. Formado en París a partir de 1509, se
instalará posteriormente en los Países Bajos, allí desarrolló su carrera intelectual. Nunca regresó a España y falleció
en Brujas en 1540.
En 1902
en el IV centenario de la creación de la Universidad, los estudiantes de Bellas Artes colocan
en las paredes del claustro diecisiete grandes medallones
en bajorrelieve vaciados de escayola que nos recuerdan a grandes figuras relacionadas con la Universidad valentina. Así vemos
a los jurados de la ciudad de Valencia que acordaron la creación del "Estudi General" en 1499 o los que publicaron la cridá que
permitió el comienzo de las clases en 1502.
Estas fechas aparecen al pie de los nombres de los jurados:
Juan de Villarrasa 1499,
mosen Jaime Valles 1499,
Damián Bonet 1499,
Luis Almenrich 1499,
Bernardo Vidal 1499,
Sebastián Vila 1630,
Pedro Belluga 1499,
Bartolomé Figuerola 1502,
Enrique de Sacra 1502,
Pedro Esplugues 1902,
Simón Sanchis 1902,
Juan Albert 1902 y del racional
Gaspar Amat 1499.
Junto a ellos, encontramos al catedrático
Pedro Juan Núñez 1602, el helenista más importante de la España
del siglo XVI, al rector
Vicente Blasco 1850 que en 1787 renovó los estudios con sentido ilustrado y donó su
biblioteca a la universidad; a
Antonio José Cavanilles 1804, estudiante en Valencia pero formado como botánico
en Paris, y al dominico
fray Vicente Ferrer 1410, a quien se tuvo por lejano inspirador de la universidad.
También de Sebastian Monleón es la construcción en 1861 del
Observatorio astronómico y la reforma del Paraninfo (Teatro académico o Salón de actos) que realiza en 1864, una obra en la cual cambia la orientación de la sala, cerrando
las dos puertas que abren al patio rectoral y abriendo una nueva puerta en el muro que abre al claustro.
En 1871 Monleón acaba las obras del claustro bajo que estaban sin terminar, con la construcción de las dos pandas que faltaban en el claustro bajo.
En la actualidad el observatorio astronómico ya no existe, al ser destruido en el incendio de 1932 y
construirse uno nuevo en la Facultad de Ciencias de la actual avenida de Blasco Ibáñez.
Entre 1872 y 1877 el arquitecto Sebastian Monleón comienza las obras de construcción del Museo de Historia Natural, museo que sería finalizado por el
arquiteto Antonio Martorell Trilles. Este museo y gran parte de su contenido sería destruido en el incendio de 1932.
Con acceso por este claustro bajo se entra en la Biblioteca de la Universidad. A pesar del destrozo que supuso la bomba
que cayó sobre la biblioteca durante la guerra de la independencia, esta dispone de más de cien mil volúmenes de gran valor,
códices miniados, manuscritos de gran interés, incunables y libros de un valor histórico incalculable. Así encontramos
el único ejemplar que se conoce de "Les obres o trobes en lahor de la Verge Maria" primer libro que se imprimió en España en
1474. También encontramos el libro de caballería "Tirant lo Blanch", una Biblia del Papa Luna Benedicto XIII con notas autógrafas
de San Vicente Ferrer y varias ediciones de los Fueros valencianos. Además de donaciones de diversas bibliotecas, como la que en 1785 realizó el canónigo de la Catedral
de Valencia don Francisco Pérez Bayer y la que en 1787 realizó el rector Vicente Blasco García.
Teatro Académico o Paraninfo
El teatro académico, paraninfo o salón de actos se construyó hacia 1659
por el maestro de obras Vicente Fos según trazas del
padre Tosca (el capellá de les ralletes). En este momento el paraninfo tenía acceso abierto al patio rectoral a través de dos puertas.
Posteriormente hacia 1733 el arquitecto académico Felipe Rubio Mulet remodelará y ampliará el teatro y en 1864
Sebastián Monleón realizará obras de reformas. Monleón abre una nueva puerta cerrando las dos existentes, dándole a la estancia su configuración actual.
De planta casi cuadrada (18 metros por lado y 13 metros de altura), cubre todo su
espacio con una gran bóveda de cañón de dos tramos divididos por un gran
arco fajón de casi 16 metros de diámetro, dos enormes lunetos a cada lado completan esta cubierta y proporcionan
luz al interior. Un graderío ciñe la disposición cuadrilonga del teatro.
Domina en todo el recinto la lógica estructural de sus distintos elementos. Esta severidad
decorativa sólo solo se ve aliviada por la colocación en todo su perímetro de la galería de
retratos de personajes históricos vinculados a la Universitat de València que hasta la actualidad circundan todo el recinto.
En esta sala tenían lugar las reuniones del claustro de profesores.
El nombre de teatro académico le viene por la costumbre que existía durante los siglos XVII y XVIII, de representar los estudiantes
obras de teatro en latín y griego, con el objetivo de adquirir destreza y soltura en el manejo de esas lenguas que eran consideradas
de alguna manera como las oficiales en el orden académico. Hoy día la sala es utilizada como escenario de actos importantes en la
vida de la Universidad.
Capilla de Nuestra Señora de la Sapiencia
Su puerta adintelada tiene una leyenda en la parte superior que dice:
Omnis sapientia a Domino Deo est que se puede traducir como "Toda sabiduría proviene de Dios". La frase está sacada
del libro del Eclesiastés 1,1.
Consta de una sola nave rectangular, de cuatro tramos con dos tribunas en el
tercer tramo y coro alto a los pies. Cubre sus tramos con bóveda de cañón sobre arcos fajones atravesada por lunetos de
perfil agudo. Bóveda que descansa sobre pilastras adosadas al muro.
Al presbiterio se abre un arco triunfal de amplio abocamiento que da paso a la cúpula oval
sin tambor. La cúpula se levanta sobre cuatro arcos torales y presenta óculos que permiten la iluminación interior. La cabecera adopta
planta rectangular con una amplia sacristía por detrás.
De comedida decoración barroca, la capilla, ofrece un alzado con apilastrados corintios adosados a los
muros, entablamento con resaltos en los ejes de las pilastras y guirnaldas representadas en el friso,
intercolumnios planos formados por arcos que albergan nichos con estatuas y altos zócalos de azulejos.
La capilla de la Sapiencia, en origen, fue una estructura gótica proyectada por Pere Compte entre 1498 y 1499, y
reedificada en su totalidad entre 1735 y 1737 por el maestro de obras Miguel Martínez que la dotó de su actual estructura barroca.
La cabecera está presidida por la
tabla tardogótica o protorrenacentista de la
Virgen de la Sapiencia, pintada por Nicolás Falcó hacia 1516, instalada hoy día
en un retablo barroco de
madera dorada del siglo XVII. En la predela del retablo encontramos dos pinturas de
san Buenaventura, y
santo Tomás de Aquino y en el ático a
san Vicente Ferrer como arcángel, las tres atribuidas al pintor Evaristo Muñoz Estarlich (* 1684 † 1737). La tabla de la Virgen
de la Sapiencia fue costeada por Luis Navarro, rector que fue
de la Universidad en 1521. En la tabla de Nicolás Falcó se puede ver a la Virgen de la Sapiencia entre san Lucas y san Nicolás. Algún
autor la ha denominado en tono poético "soberana aurora de la sapiencia".
El lienzo de la Virgen de la Sapiencia transmite varios mensajes a través de las distintas filacterias que lucen sus personajes; así la
Virgen porta una cinta que dice: ACCIPITE DISCIPLINAM PER SERMONES MEOS ET PRODERIT VOBIS (Recibid la instrucción por medio de mis palabras, porque
os será provechosa). La cinta que lleva san Lucas dice: BEATI QUI AUDIUNT VERBUM DEI ET CUSTODIUNT ILLIUS (Dichosos los que oyen la palabra
del Señor y la ponen en práctica). Los ángeles de la derecha dicen: DOCTRIX DISCIPLINE DEI EST ET ELECTRIX OPERUM ILLIUS (Porque es maestra de la
ciencia de Dios y la directora de sus obras), mientras que los ángeles de la izquierda dicen: SAPIENCIA EDIFICAVIT SIBI DOMUM (La sabiduría ha
edificado para si una casa). Queda el texto que muestra san Nicolás escrito en el libro que tiene abierto y que por su letra gótica es
difícilmente legible. De cualquier modo todos los textos están entresacados de las sagradas escrituras.
Los muros se articulan por pilastras corintias que
sostienen un entablamento volado que sirve de andador. En ellos las arcadas de medio punto
se adornan con pinturas y esculturas sobre
altos zócalos de azulejos del siglo XVIII.
Destacan los lienzos: del
beato Gaspar Bono de
José Camarón Bonanat pintado en 1788. Junto al ángel podemos ver un casco con cimera y plumaje, alusivo a la condición de
soldado del beato antes de su profesión religiosa.
Otro lienzo representa a
san Vicente Ferrer en la fundación del
Estudi General según se puede leer en una leyenda latina a los pies del lienzo, es obra anónima del siglo XVII;
san Luis Bertrán de Luis Antonio Planes (* 1742 † 1821) pintado en 1789, el
Ángel Custodio de Manuel Moreno Gimeno (* 1900 † 1982) pintado
en 1945 y en el cual podemos ver representado un rincón del claustro de la Universidad, la paloma del Espíritu Santo y el arbol scientiae,
san José de Calasanz de Manuel Camarón Meliá (* 1763 † 1806) pintado en 1788 y en el cual podemos ver a dos niños con cartillas en sus manos, pues
no en balde el santo fue el fundador de la Escuelas Pías, a los pies figuran la mitra y el báculo rechazados; el
beato Nicolás Factor de
José Vergara Gimeno pintado en 1788. A sus pies una paleta de pintor. En el primer tramo de la nave, en sendas hornacinas
abiertas en el muro, esculturas de: san Isidoro de Sevilla, obra en piedra de 1944 firmada por Vicente Benedito Baró (* 1884 † 1956) en 1944 y
san Bruno en piedra caliza blanca de
Ignacio Vergara Ximeno. Esta escultura procede de la casa procura que tenía la orden cartuja de Vall de Crist en la calle Serranos.
La casa había sido derribada en 1835 y la estatua fue donada a la Universidad de Valencia
por el rector José Pizcueta Donday (* 1792 † 1870) propietario que era del inmueble en ese momento.
La decoración es muy contenida, se reduce a los elementos moldurados y elegantes golpes de talla en el
intradós de los arcos fajones y enmarcaciones de las ventanas. Abundan los escudos de la ciudad, que
ejerció el patronato de la Universidad; los encontramos en el remate del retablo, en la clave de la cúpula y el centro de cada uno de
los tramos de la bóveda de cañón.
La capilla ha sido utilizada desde su fundación, no sólo para la celebración de actos religiosos: en ella
tenían lugar toda clase de actos académicos solemnes, como la colocación de grados. Desde 1987 se
procedió a su restauración integral, reabriéndose en enero de 1990.
Patio rectoral
Realizado hacia 1842 en estilo renacentista por Timoteo Calvo, sigue las trazas de los palacios romanos del siglo XVI.
Así junto a los arcos
de medio punto, encontramos la decoración típica de esa época como son: nichos con esculturas, medallones en relieves y vanos abiertos en los
muros a la mas pura estética clásica. Estructurado con tres alturas, en el piso alto podemos encontrar cuatro medallones realizados por Bernardo
LLácer Viana con representaciones
simbólicas de
Isaac Newton (Ciencias),
Hipócrates (Medicina),
Petrus Lombardus (Letras) y
Justiniano (Derecho), las cuatro enseñanzas o facultades
que se impartían en la Universidad. Por debajo de cada uno de ellos en el interior de un nicho encontramos esculturas de
puttis alados que exhiben
útiles específicos de cada una de las disciplinas antes descritas.
También encontramos en este patio diversas lápidas conmemorativas de grandes patricios o benefactores de la Universidad, así la
lápida del doctor don Carlos Pastor Mompie, fallecido en 1921, decano de la Facultad de Ciencias que al morir dejó parte de su fortuna a la
Universidad. Fue colocada en 1922 y realizada por el escultor
Francisco Paredes García. En total en zonas abiertas al publico podemos encontrar hasta nueve lápidas conmemorativas distribuidas entre el
patio rectoral, el claustro y la entrada por la calle Universidad.
Fotografias varias
La Universidad en el recuerdo
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