El Convento del Carmen tiene sus orígenes en 1281, cuando los carmelitas calzados se
establecieron en Valencia a la muerte del rey Jaime I. Promovido por el carmelita fray
Arnaldo Gasch o fray Arnaldo de Bascher se asentaron en el barrio de Roteros, extramuros
de la ciudad, sobre terrenos que el rey Jaime I había donado al aragonés Íñigo Blasco que le había acompañado en la reconquista de la ciudad.
Tomó el nombre de Real Monasterio de la Madre de Dios del Carmen
(Reial Monestir de la Mare de Deu del Carme). Con la exclaustración del siglo XIX el
convento quedó deshabitado y la iglesia pasó a ser en 1842
Iglesia parroquial de la Santa Cruz por derribo de la titular que se encontraba en la cercana plaza de la Cruz.
El edificio que nos ocupa, hoy en día cumple funciones de sala de exposiciones temporales,
dependiente a su vez del
Museo de Bellas Artes, con el nombre de Centro del Carmen "Centre del Carme". Ubicado en la calle Museo, con anterioridad la calle
se llamaba Portería del Carmen, lo cual es muy indicativo. El edificio fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1983.
El convento se articulaba alrededor de dos claustros, el más antiguo de estilo gótico de los siglos XIV y XV y el
segundo de época renacentista del siglo XVI, terminado en el XVII por fray Gaspar de Sent Martí (1574-1644), monje carmelita desde 1591.
Claustro gótico
El claustro gótico dispone de cuatro arcos apuntados
en cada uno de sus lados, cubierto con
bóvedas de crucería simples cuyos nervios apoyan en
ménsulas historiadas con animales monstruosos, figuras antropomorfas y
escudos heráldicos sostenidos por ángeles.
En la panda Este del claustro, encontramos cuatro
huecos en el muro que son cuatro confesionarios que en origen estaban
comunicados con la iglesia. Fueron cegados en el año 1670 a raíz de las obras efectuadas en el monasterio. En el interior de uno
de ellos podemos ver un grafitti que dice: "A 4 de julio de 1670 se cerró este confesionario que avia mas de trescientos años que
estaba echo, en el cual año 1670 se renovó este claustro, por precio de mil y cincuenta libras 1.050 L siendo Prior el MRPM fray
Sebastián Blasco ex-provincial hizo la obra ....". En la panda de enfrente podemos ver
un reloj de sol.
Aunque bastante desvirtuado por las modificaciones realizadas durante la recuperación del edificio y por la diversa utilización que
ha tenido el conjunto monacal, el convento disponía alrededor del claustro gótico: del refectorio, dormitorios, sala
capitular (llamada capilla de la Virgen de la Vida, en recuerdo de la imagen de la Virgen que allí se veneraba), y
lógicamente la iglesia conventual.
A fray Gaspar de Sent Martí también se debe la construcción de las celdas del noviciado, la biblioteca, la capilla
de la Comunión y el transagrario del actual templo.
La iglesia conventual gótica, antes de que se construyera la actual, fue realizada en 1343, disponía de planta rectangular con cinco tramos
y cuatro arcos fajones que sostenían una techumbre de madera. Esta iglesia fue transformada posteriormente en dos zonas comunes del convento:
el refectorio y la sala capitular que ocupa el espacio del presbiterio del templo antiguo. A la sala capitular se le conocía como
Capilla de la Vida en razón a la Virgen de la Vida que se veneraba en el presbiterio del antiguo templo. El refectorio se correspondería con
la nave del templo.
El refectorio o
comedor de los monjes fue construido a finales del siglo XIII y principios del siglo XIV en estilo gótico-mediterráneo.
Es de planta rectangular, con cuatro grandes arcos apuntados
de diafragma que forman cinco tramos y que sustentaba una techumbre de madera (hoy desaparecida).
Es utilizada como Sala de exposiciones temporales. En la parte opuesta al muro medianero que forma con el claustro, se encuentra
una sala que recibe el nombre de sala de los contrafuertes, porque en ella encontramos los contrafuertes que sostienen el empuje
de los arcos del refectorio. Como ya hemos mencionado esta nave en origen fue la nave de la iglesia conventual antigua.
Dormitorio de los monjes
Construido entre finales del siglo XIII y principios del XIV, es una amplia sala rectangular que en la actualidad se utiliza como
sala de exposiciones. En origen la sala estaba compartimentada en celdas individuales sin techo y un gran pasillo central por el que
se accedía a las mismas. La techumbre de la sala era de madera, en la actualidad se ha colocado una de similares características. Se encuentra
situado sobre el refectorio y la sala capitular, ocupando toda la longitud de de ambas estancias.
Sala capitular recinto de planta cuadrada y época gótica construida a finales del siglo XIII o principios del XIV.
Lo único que conserva original es un gran
ventanal apuntado dividido por una pequeña columnilla y dos óculos uno a cada lado de la ventana. Se tratan de elementos
que fueron transplantados a este lugar, desde otro espacio del convento. También es de destacar el solado original del
convento a base de losetas de barro cocido (hoy protegido por un suelo de cristal).
La sala capitular tiene su acceso desde el claustro gótico. La sala disponía de un banco corrido adosado
el perímetro murario, en el cual se sentaban los monjes para tomar las decisiones importantes de la comunidad. La techumbre consistía
en un alfarje de madera que apoyaba en dos columnas octogonales de las cuales sólo quedan algún resto de las basas.
Bajo la sala existe una cripta de finales del siglo XVII, que fue lugar de enterramiento de la familia Castellfort-Xinquer, cuyo
escudo
nobiliario se ha colocado en la parte superior de la entrada a la sala. El escudo dispone de un sólo cuartel con un peral y una torre ambos
alusivos al apellido familiar. En nuestro caso la torre ha sido sustituido por un grifo (sinónimo de inteligencia). Sobre el yelmo una
filacteria dice: Protego Tecta Domus Quae Mihi Tecta Dedit (Protejo el techo de la casa que me dio morada).
El Aula Capitular
en la actualidad es usada como salón de conferencias, audiovisuales, presentaciones o reuniones.
Claustro renacentista
Construido hacia finales del siglo XVI y principios del XVII por el fraile carmelita Gaspar de Sent Martí. Se trata de un claustro de planta
cuadrada irregular, formado por dos pisos. El inferior con ocho arcos de medio punto por panda que apoyan en columnas toscanas de capitel
de vaso estriado que se levantan sobre un banco corrido. El piso superior tiene dieciséis arcos que abren vanos acristalados modernamente.
Los arcos de ambos pisos son todos de medio punto y las bóvedas que cubren las pandas del piso inferior son de aristas de ladrillo. Al piso superior
del claustro se accede a través de una escalera del siglo XVII situada en una de sus esquinas.
En el centro del claustro un
pozo de piedra de la misma época. También dos
escudos en piedra sujetos por el abrazo de un león, con las armas de
Castilla, León y Granada y en el centro el escusón con las flores de lis.
En una de las pandas del claustro podemos observar una de las
ventanas que proporcionaban iluminación al refectorio o comedor de los monjes.
Para subir al piso superior del claustro (sobreclaustro), fray Gaspar de Sent Martí, construyó a mediados del siglo XVII
una escalera barroca con barandas de madera,
peldaños de barro cocido rojo (se conservan algunos elementos), contrahuellas de azulejos policromados y mamperlanes en los
bordes. La caja de la escalera se cubre por una cúpula sobre pechinas, estas últimas decoradas con medallones con tarjas.
El piso superior también está formado por arcos de medio punto, pero estos más pequeños, pues dispone de dieciséis
arcos de medio punto sobre columnas toscanas por panda (dos arcos por cada arco del claustro inferior). Se cubre con vigas
de madera y revoltones o bovedillas de yeso entre ellas.
Edificio
En 1839 con el convento ya vacío obligado por la exclaustración, se inauguró el edificio como
Museo de Pinturas, con el fin de recoger todas las obras de arte que con la misma habían quedado huérfanas en los conventos, iglesias y
monasterios de su lugar de origen. La Academia de Bellas Artes de San Carlos quedará encargada de la gestión y catalogación de los
fondos.
En 1848 la
Academia de San Carlos que también disponía de un fondo de pinturas y que se encontraba
ubicado en el edificio de
la Universidad, se trasladó al Convento del Carmen y tomando la gestión directa de los
fondos depositados en el mismo, crearían el germen del actual
Museo de Bellas Artes de Valencia uniendo los fondos propios a los del Museo de Pinturas.
También sería sede de la Escuela de Bellas Artes y Escuela de Artes y Oficios Artísticos hasta 1986.
El convento fue por tanto la primera sede del Museo de Bellas Artes de Valencia. A tal fin se hicieron obras de urgencia para adecuarlo
a esta función, la más importante por curiosa, fue la cubrición del claustro gótico y la compartimentación interior del mismo en salas
expositivas. El claustro renacentista nunca formó parte del Museo ya que correspondía a la Academia de Bellas Artes que estaba encargada de
la parte docente y artística.
En 1924 el arquitecto setabense Luis Ferreres Soler (* 1852 † 1926) amplió el museo, abriendo un ala nueva, es la conocida como
Sala Ferreres. Esta es de planta rectangular rodeada
por otras salas mas pequeñas; destaca por el uso de columnas dóricas y arcos carpaneles que descansan sobre las
columnas. La iluminación es cenital. A la muerte de Ferreres en 1926 continuó las obras el arquitecto Javier Goerlich
encargándose de realizar las obras de enlace entre la nueva ala y las antiguas dependencias, es la conocida
como Sala Goerlich.
En 1946 ya finalizada la guerra civil española y como consecuencia
de los daños sufridos por el edificio durante la misma, los fondos del museo pasarían al edificio de
San Pío V lugar donde se encuentran hasta el día de hoy
El convento del Carmen quedó en estado de desidia cuando no de abandono hasta fechas recientes en que se ha procedido a
su restauración, volviendo a cumplir funciones museísticas dependiente del Museo de Bellas Artes.
Las obras de restauración del convento se prolongaron desde 1989 a 2011.
En las obras de restauración aparecieron los restos de una vivienda islámica de época anterior a la construcción del
Convento. Los mismos han quedado visibles mediante la construcción de un pavimento de vidrio que permite su contemplación.
La actual fachada neoclásica debidamente restaurada fue realizada entre 1778 y 1779 por el maestro de obras
José Gascó y vino a sustituir a la anterior que amenazaba ruina. La portada neoclásica lleva una inscripción en el frontón curvo que
dice: DECOR CARMELI (Hermosura del Carmelo) y
la fecha 1778 en el dintel de la puerta. El escudo que figuraba en la puerta en la actualidad ha desaparecido.
En la fachada, rehundido en el muro, podemos ver un panel cerámico representando a Santa Teresa de Jesús.
Esta viste hábito de la Orden del Carmen, lleva
los atributos propias de la santa: la pluma en la derecha y un libro en la izquierda, además del birrete
ya que es doctora de la Iglesia. Rodeada de diversos ángeles, uno de ellos
sostiene entre sus manos un corazón ardiente traspasado por una flecha, también representativa de la santa. El panel cerámico se
cubre con un pequeño tejadillo, y tiene la inscripción 1779. En total son 35 azulejos de cerámica de Manises.
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