Museos de Valencia
Museo de Bellas Artes San Pío V - C/San Pío V, 9
Museu de Belles Arts Sant Pius V

Junto al viejo cauce del río Turia y de los amplios y frondosos Jardines del Real (Los Viveros) destaca un edificio de noble aspecto, flanqueado por dos robustas torres, donde se halla instalado el Museo de Bellas Artes de Valencia, antiguo Colegio Seminario de san Pío V. Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1962.

Según citan antiguas crónicas, este magnífico edificio fue mandado levantar en el año 1683, a iniciativa del entonces arzobispo de Valencia fray Juan Tomás de Rocaberti (arzobispo entre 1676 y 1699), para residencia de misioneros y colegio de clérigos menores, y le sería impuesto el nombre de san Pío V, elevado a los altares en 1712.

Esta obra fue comenzada por el arquitecto Juan Bautista Pérez Castiel, quien tantas muestras del barroco valenciano dejó en muchos templos de la ciudad y su reino, especialmente en audaces trabajos arquitectónicos y bellas decoraciones, como el presbiterio barroco de la Catedral de Valencia.

Consta que en la construcción del edificio trabajaron el propio hijo del autor, de igual nombre, y su sobrino José Minguez. La construcción se dilató entre 1683 y 1744. Este largo periodo de tiempo obedece entre otros motivos a la muerte fray Juan Tomás de Rocaberti en 1699 y más tarde a la muerte de Pérez Castiel en 1708, amen de los años de guerra a la corona española, entre borbones y austracistas.

En 1728 recogió el testigo de la obra el hijo y el sobrino de Pérez Castiel, Juan Bautista Pérez Artigues (hijo) y José Minguez (sobrino), introduciendo algunos cambios en el planteamiento original del edificio.

Tiene este edificio curiosas historias por la diversidad de usos a que fue destinado. Cuando la guerra de la Independencia, en 1808, al ser derribado el antiguo Palacio del Real que se hallaba junto al edificio de san Pío V, se le preparó para residencia del rey intruso José I (hermano de Napoleón Bonaparte), si bien este prefirió habitar durante su corta estancia en la ciudad, en el también desaparecido Palacio de Parcent.

En los tiempos del famoso general Elío, capitán general que fue de Valencia desde 1819, el antiguo edificio de san Pío V fue destinado a academia militar para cadetes. Después en 1826, sirvió de primer local de la Casa de Beneficencia creada entonces. Mas tarde, en 1835, se destinaron los locales a almacén de efectos militares, como deposito de intendencia, y ocho años después en 1843, se instaló allí el hospital militar, que permaneció largos años hasta que, fue trasladado a un nuevo edificio. Durante la guerra civil española el edificio seguía siendo hospital militar. Previas las necesarias reformas arquitectónicas y de adaptación, fue trasladado en 1946 a este edificio, el Museo Provincial de Bellas Artes, que desde el año 1839 se hallaba en el antiguo edificio que había sido Convento del Carmen, y que da nombre a este popular barrio valenciano.

La historia del museo está íntimamente ligada a la historia de la Real Academia de Bellas Artes de san Carlos. El 7 de febrero de 1753 los hermanos Vergara constituyeron la academia de pintura, escultura y arquitectura de santa Bárbara que tuvo una vida muy efímera, pues en 1761 dejó de existir. El 14 de febrero de 1768 se hizo un nuevo intento y fue creada la Real Academia de Nobles Artes de San Carlos, con sede en la Universidad de Valencia. Los hermanos José e Ignacio Vergara lograron tres aulas de la universidad para la recién creada academia y allí se instalaron. En este emplazamiento daría clases de dibujo y de pintura Francisco de Goya y Lucientes cuando visitó Valencia en 1795.

En 1837 se crea el Museo de Bellas Artes de Valencia con el fin de acoger las obras religiosas de todos aquellos monasterios e instituciones religiosas desamortizadas. De la gestión y organización del museo se encarga la Real Academia de Bellas Artes de san Carlos y establece su primera sede en el palacio del Temple. En 1839 las colecciones y fondos del museo son trasladadas hasta el convento del Carmen, edificio que había sido desamortizado en 1835 y que en ese momento se encontraba sin uso. El 5 de octubre de 1839 se inaugura el museo gestionado por la Real Academia de Bellas Artes de san Carlos.

En 1848 la academia se traslada desde su antigua ubicación en la universidad a este convento del Carmen e incorpora a los fondos museísticos del museo sus propias obras de arte. En 1913 los fondos del museo pasarán a propiedad estatal dejando de estar gestionado por la Academia de san Carlos, de la gestión del museo quedará encargado un patronato. En 1946 el entonces conocido como Museo Provincial de Bellas Artes se traslada al edificio del Colegio Seminario san Pío V.

El primer director del museo será Luis Tramoyeres Blasco (entre 1913 y 1920), le sucede José Martínez Aloy (* Valencia 04-06-1855 † Valencia 03-04-1924 / director entre 1920 y 1924). El tercer director es José Benlliure Gil que lo será entre 1924 y 1936. Finalizada la guerra civil es nombrado Manuel González Martí nuevo director que alargará su gestión entre 1939 y 1964 y bajo cuya dirección se producirá el traslado del museo desde el convento del Carmen al san Pío V.

El Museo de Bellas Artes de Valencia considerado por su importancia artística el segundo de España en obra pictórica, ha gozado siempre de justa fama por el número y calidad de sus obras. El museo de Bellas Artes, en su edificio actual, muestra una espléndida y valiosísima colección artística. La arqueología tiene buen número de piezas de los mas remotos tiempos, como lápidas, figuras en piedra y bronce, mosaicos, sarcófagos y otras obras muy interesantes labradas en cerámica y marfil.

Lápida conmemorativa torre santa Catalina Lápida memorial de la construcción de la torre de santa Catalina en las murallas de Valencia. Piedra calcárea. 1390. La torre de santa Catalina se encontraba en la confluencias de las actuales calles de Na Jordana y Guillem de Castro muy cerca del IVAM. Toma el nombre de santa Catalina porque la misma pertenecía a la demarcación de esta importante iglesia. Construida en 1390 fue derribada en 1772 y vuelta a reconstruir en 1833 para caer definitivamente en 1865 al ser derribadas las murallas. La lápida tuvo ingreso en el museo en 1867. Tiene una inscripción que literalmente dice: En el año de la natividad de nuestro Señor de 1390 a doce de junio, fue comenzada esta torre llamada de santa Catalina. EN L AY : DE LA : NTIVITAT : DE : NOSTRE / SENYOR : D : M : CCC : XC : A : XII : DE : IUNI : FON / COMENÇSADA : AQUESTA : TORRA : APEL / LADA : SANTA : CATARINA /.

En el centro vemos esculpida la figura de la santa que parece llevar en su mano la rueda de su martirio y también vemos el escudo de la ciudad doblemente repetido. Expuesta en el claustro del museo.

Escultura orante de Gastón de Moncada En la sala de pintura gótica, podemos ver la estatua orante del caballero Gastón de Moncada. La estatua realizada en alabastro, representa al personaje que lleva atuendo militar, y se encuentra arrodillado sobre un almohadón. Procede del desaparecido convento trinitario del Remedio, situado en la actual avenida de Navarro Reverter. En el presbiterio de la iglesia del convento se situaba el panteón de los Moncada, fue ampliado en el siglo XVI a iniciativa del obispo de Tarazona, Guillém Ramón de Moncada (* Chiva 1440 † Tarazona 1521). Uno de los personajes que reposaban en el convento fue su sobrino Gastón de Moncada († 1515). El convento del Remedio fue desamortizado en 1835 y demolido en 1841, la estatua de Gastón de Moncada pudo ser recuperada de la destrucción y llevada al Carmen para pasar a los fondos del Museo de Bellas Artes.

Escudo de Pedro el Ceremonioso Este relieve en piedra de tamaño 112 x 66 x 28 cm se encontraba sobre el arco de entrada de la antigua puerta del Real o de la Sharea. Puerta de la muralla levantada en 1356 por el rey Pedro IV el Ceremonioso. Representa el escudo del rey con las figuras habituales que lo representan y una inscripción que dice DARAGO / LOROY. Conserva unos pocos restos de policromía. Expuesto en el claustro del museo.

Sarcófago de san Vicente Mártir Pieza destacadísima es el sarcófago paleocristiano del ciclo de la pasión, tradicionalmente denominado de san Vicente Mártir, decorado con estrígiles (decoración a base de surcos ondulados) y un crismón como emblema triunfal del cristianismo. En el centro del sarcófago encontramos la cruz latina gemada y sobre ella se apoya una corona de laurel adornada de lentiscos que enmarcan el monograma de Cristo. Junto a la corona de laurel aparecen dos lirios y sobre los brazos de la cruz dos palomas y al pie, a ambos lados, un ciervo y un cordero. Como podemos observar todo un repertorio simbólico cristiano. Se fecha a finales del siglo IV y su filiación es itálica, estando realizado en mármol blanco.

Según tradición no confirmada, este es el sepulcro donde fue enterrado san Vicente Mártir después de su martirio. A pesar de ello la procedencia de este sepulcro es harto curiosa ya que procede del Convento de Santo Domingo, cuando este era cuartel militar, y el sarcófago era usado como abrevadero de los caballos. En el fondo se puede ver el agujero que hacía de desagüe del agua.

El sarcófago es propiedad del Museo de Bellas Artes desde 1865 y desapareció del Monasterio de san Vicente de la Roqueta en 1837, para ser redescubierto en la ciudadela como ya se ha mencionado.

Sarcófago de Pardo de Vilanova Otro sarcófago que podemos encontrar en el claustro es el de don Galcerán Pardo de Vilanova, sepulcro en piedra fechado en el siglo XIV. Sobre la tapa lleva la inscripción IHS y en el frontal una larga inscripción con el nombre del difunto. Ihe(su)s / Hic iacet d(omi)n(u)s don Galceran / dus Pardo et de Vilanova

Entre las obras artísticas adscritas al románico encontramos dos piezas o conjuntos únicos dentro de este estilo en la ciudad de Valencia:
Pila de fuente ornamental Se trata de una pila que debió pertenecer a una fuente ornamental tal vez procedente del jardín o patio del Palacio Arzobispal (se desconoce su procedencia y como entró a formar parte de los fondos del museo), y que destaca por su decoración en forma de friso historiado en relieve de la copa. En bastante buen estado de conservación, ésta copa lanzaría a través de unas aberturas el agua sobre una taza inferior. Se da la circunstancia que su parte trasera está fragmentada ya que en algún momento de su historia fue mutilada para dejarla apoyada en un muro, tal y como hoy día la podemos contemplar. La decoración está formada por grandes aves de rapiña que enfrentadas picotean con fuerza sobre unas mascaras grotescas.

Capiteles de la portada de la iglesia de santo Tomás La segunda manifestación románica del museo, son tres capiteles procedentes de la iglesia de santo Tomás Apóstol que se levantaba en la calle Avellanas esquina con la calle Cabillers y que fue derribada en 1862 ante el avanzado estado de ruina en que se encontraba. La portada de estilo románico estaba formada por seis arquivoltas abocinadas que descansaban en otros tantos capiteles que apoyaban en columnas. Solo se han conservado estos tres capiteles del conjunto de la portada. Están fechados en el siglo XIII y se adscriben al periodo conocido como románico tardío o románico terciario. Los capiteles disponen su decoración con motivos geométricos y zoomórficos.

La escultura, de diversos y afamados autores, llenan también varias salas, de las que destacan especialmente las dedicadas al genial artista valenciano Mariano Benlliure.

Pero donde el Museo de Bellas Artes atesora la mayor riqueza artística es en pinturas. Los magníficos retablos procedentes de antiguas iglesias, conventos y monasterios valencianos destacan como muestra valiosa de los grandes maestros de la antigua pintura valenciana: Juan de Juanes, José Ribera, Zariñena, Espinosa, los Vergara, Vicente López etc. Tiene el Museo asimismo gran variedad de cuadros de pintores de diversas escuelas: Rembrandt, El Bosco, Mengs, Ribalta, Van Dyck, Velázquez -con su magnifico autorretrato-, Francisco de Goya y Lucientes etc.

La pintura de finales del siglo XIX y principios del XX está formada por famosos apellidos: Francisco Domingo Marqués, iniciador de audacias técnicas no solo en la pintura local, sino en la española; Antonio Cortina Farinós (* Almassera-Valencia 16-02-1841 † Madrid 06-11-1890), de singular historia popular, autor de magníficos retratos; Emilio Sala, que triunfó tanto en la creación pictórica como en su profesorado artístico; Ignacio Pinazo, creador, con la máxima alegría mediterránea, de múltiples obras; los Benlliure, Blas, José y Juan Antonio, que con su hermano Mariano tanto destacaron en el mundo del arte; Antonio Muñoz Degrain, pintor de la historia, la leyenda y la fantasía. Y Salvador Abril, el gran marinista. Y Cecilio Pla, Antoni Fillol, Salvador Martínez Cubells, Javier Amerigo, José Garnelo, Manuel Benedito y especialmente, destacando rotundamente en el arte de su época, Joaquín Sorolla, el gran pintor de fama mundial.

Destaca sin embargo el museo, por una gran e interesante colección de tablas gótico primitivas procedentes de antiguos conventos desamortizados en el siglo XIX.

El museo ha sido ampliado, dotándolo de nuevas salas de exposiciones temporales. Del mismo modo se ha reconstruido la cúpula de su entrada principal demolida en 1925, se ha mejorado el acceso al museo y mucho mas recientemente se ha rehabilitado el claustro. Queda pendiente una necesaria rehabilitación de la fachada del edificio.

El edificio está estructurado por dos realidades: el colegio y el templo.

Antiguo colegio y seminario

En la actualidad está ocupado por la Real Academia de Bellas Artes de san Carlos. De planta cuadrangular, el edificio se articula alrededor de un claustro de tres pisos. La fachada principal se compone de un cuerpo central formado por planta baja y dos pisos altos abiertos con ventanales, y a cada extremo una torre de planta cuadrangular de mayor altura que el cuerpo central. Todo el conjunto se corona con cornisa de ménsulas pareadas y pretil de bolas y pináculos.

En el centro de este cuerpo se sitúa la entrada al colegio, en su parte superior un gran balcón realizado ya en el siglo XX con el escudo que la Real Academia de san Carlos tenía en su emplazamiento universitario.


El claustro formado como hemos dicho por tres pisos, dispone de cinco arcos por lado, los arcos de los dos pisos superiores están cegados y en ellos se han abierto ventanales. Con esta solución claustral se pretendió ganar espacio al edificio ya que al cerrar parte del claustro, las alas de los pisos altos podían ser utilizadas como aulas o habitaciones.


Sus dos torres en la fachada que se asoma al Turia le dan un cierto aspecto de palacio, como era frecuente entonces en los monasterios y en ciertos palacios de la ciudad (como puede ser el palacio de Cervelló). En dicha fachada destaca el almohadillado de las esquinas, en forma de puntas de diamante, los frontones alternados rectos y curvos que coronan las ventanas, las cornisas y los remates de jarrones y globos. Tiene un estilo académico.

Antiguo templo

El templo se adosa a la planta rectangular del colegio con su planta octogonal y su gran cúpula de teja vidriada azul reconstruida entre 1990 y 1994 después de haber sido derribada en 1925 ante el peligro de desplome que amenazaba. A destacar también su fachada, obra realizada entre 1728 y 1744 por José Mínguez y por Juan Bautista Pérez Artigues. La fachada articula dos cuerpos, pilastras en resalte y un frontón curvilíneo que la remata, todo lo cual la sitúa en el paso del barroco al neoclasicismo.

La fachada del templo es de cantería, está formada por dos cuerpos; el inferior con pilastras dóricas flanqueando la portada del templo y sobre esta un relieve del escultor Luis Domingo Guzmán que representa al papa Pío V rezando ante un Crucifijo.

El segundo cuerpo formado por pilastras jónicas enmarca una ventana con un relieve en lo alto que representa la Resurrección y las iniciales de los clérigos regulares menores (C.R.M = clerici regulares minores). Más arriba en el ático escudo del arzobispo valentino Juan Tomás de Rocaberti (arzobispo entre 1676-1699). El escudo de los Rocaberti está formado por tres palos de oro sobre fondo de gules (rojo) en cuyo interior encontramos nueve roques (torres de ajedrez) de azur. Corona el conjunto de la portada una cruz de piedra y algunos adornos en forma de floreros.

En uno de los lados del octógono ya en el siglo XX se hizo un edificio anejo para ampliar la zona expositiva del museo. La entrada al museo se realiza por la puerta del templo, mientras que la puerta del colegio permanece cerrada. El museo dispone de otra entrada a través de los Jardines del Real, entrada que normalmente no está abierta al público.

Patio del palacio del embajador Vich

En el año 2006 el Museo de Bellas Artes y la Generalitat Valenciana concluyeron la instalación museográfica del patio del Palacio del embajador Vich en el interior del museo. Las obras de montaje corrieron a cargo del arquitecto Salvador Vila Ferrer.


Sala Sorolla del Museo de Bellas Artes de Valencia © djaa



Sala de pintura gótica del Museo de Bellas Artes de Valencia © djaa



Otras Salas del Museo de Bellas Artes de Valencia © djaa



Restos arqueológicos © djaa



Esculturas en el Museo de Bellas Artes de Valencia © djaa