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Palau de l'ambaixador Vich |
El palacio del embajador Vich tiene como personaje de referencia a
Miguel Jerónimo Vich y Vallterra (* Valencia ca.1459 † Valencia 07-01-1534), II barón de Llaurí, embajador
del rey
Fernando el Católico y posteriormente de su nieto
Carlos I ante la Santa Sede entre 1507 y 1518. En Roma representó a la monarquía hispánica durante los pontificados de los papas
Julio II y
León X, estancia que le permitió conocer el nuevo estilo imperante en Italia: el Renacimiento. El linaje de los Vich está ligado al
Monasterio de san Jerónimo de la Murta en Alzira, algunos
de cuyos miembros incluido nuestro embajador, fueron enterrados en el mismo. Se considera a Jerónimo Vich como el promotor de la construcción de la iglesia del
monasterio.
El palacio quedaba situado en una manzana formada por las actuales calles del Embajador Vich, fachada trasera a la calle Moratín y fachadas laterales a la
calle Santa Irene y a otra calle en la actualidad desaparecida por estar ocupada por una moderna edificación. Con estas referencias es perfectamente posible
ubicar el palacio en el actual callejero de la ciudad. En tiempos del embajador, la calle era conocida como "dels Solers". En el plano de padre Tosca (1704) se
puede ver que en uno de los ángulos se levantaba una torre de planta cuadrangular, mientras que el patio quedaba en el centro y articulaba el resto de las
dependencias.
Las columnas que lucen en el patio son de mármol blanco de Carrara y fueron traídas desde Genova.
En el patio podemos apreciar sus elegantes columnas con capiteles corintios de hojas de acanto, arcos de medio punto, cornisas, tondos y frontones.
El patio está formado por ocho columnas exentas con capiteles de estilo corintio bien trabajados, sumando a estas las dobles
columnas situadas en cada uno de los cuatro ángulos del patio.
Conserva elementos de estilo tardogótico pero modernizado al nuevo estilo, como son las ventanas bíforas con columnillas-parteluces, propias
del gótico valenciano y los frontones triangulares que se abren en la parte superior de las ventanas situadas en el segundo piso.
Las enjutas de los arcos se decoran con medallones de diversos tamaños, en la actualidad lisos. El patio se dispone en
dos pisos: alto y bajo, y un tercero con paramento liso y al que se abren ventanas adinteladas sin ningún tipo de decoración. Este tercer piso bien pudiera
tratarse de una adición del siglo XVII o XVIII. Las arquerías de los pisos bajos se forman a razón de tres arcos de medio punto en dos de sus lados, mientras que en otros
dos lados, la composición es en "serliana", es decir un arco de medio punto, flanqueado por dos espacios adintelados, solución arquitectónica nacida en el siglo XVI e importada
de Italia. Los intradoses de los arcos se decoran con casetones clásicos con adornos de rosetas o florones. |