Por arte prerrománico asturiano entendemos una manifestación artística, dada en un determinado periodo de tiempo (los siglos VIII y IX), y en
un lugar concreto: el Reino cristiano de Asturias en el comienzo de la reconquista española. Este arte adopta unas características especiales.
Por una parte no es heredero del arte visigodo, aunque lo conoce; no tiene puntos de contacto con el mundo musulmán y
adelanta algunos elementos del futuro arte románico que en los siguientes siglos se dará en el norte de la Península Ibérica principalmente.
Es un arte autóctono que bebe de influencias
carolingias, bizantinas u orientales y romanas tardías, y por tanto y por su peculiaridad el arte prerrománico asturiano está
declarado por la Unesco: Patrimonio de la Humanidad.
Con la proclamación del rey
Ordoño II en el 914 como rey de Asturias y el establecimiento de la capital del reino en la ciudad
de León, podemos decir
que el arte prerrománico asturiano desaparece. De hecho este rey se autoproclamará desde entonces rey de León y sus ojos
se posaran más en el valle del Duero que en las montañas cantábricas de Asturias.
Durante este periodo se construyen edificios de planta basilical con tres naves, cabeceras tripartitas de testero recto, pórtico de entrada a los
pies, compartimentación del
espacio interior y algo muy característico de esta época es la construcción de la conocida como cámara del tesoro o cámara
supraabsidial con ventana trífora o bífora encima de la capilla mayor,
aunque este tipo de estancia ya se usaba en algunas construcciones visigodas, pero será en este periodo cuando se generalice.
También en este periodo se introduce la utilización de arquerías
murales ciegas adosadas a los muros, de uso bastante común posteriormente en el románico.
Los edificios son enlucidos por dentro y por fuera, encontrándose el interior adornado con pinturas murales de tradición tardo romana.
Se utiliza los pilares de sección cuadrada como medio de separación de las naves, dejando las columnas como elementos de sustentación
del arco toral que separa la cabecera central con su nave correspondiente. Se utiliza el sillarejo y la mampostería en los muros y se generaliza
el uso de ladrillo para el dovelaje de los arcos. Estos son de medio punto y las techumbres están realizadas con armaduras de
madera, utilizándose las bóvedas de cañón para las capillas absidiales.
En tres grandes periodos podemos dividir el arte prerrománico asturiano: periodo de Alfonso II, periodo de Ramiro I y periodo de Alfonso III.
Con
Alfonso II (791-842) se da un proceso de consolidación de afirmación del arte, provocado principalmente por el establecimiento
con carácter definitivo de la capital del reino astur en Oviedo.
Durante el periodo ramirense es cuando los edificios empiezan a ser abovedados, este momento es el de mayor esplendor del
arte asturiano, aunque pasado este periodo, da la sensación que la arquitectura vuelve a dar pasos hacia atrás volviendo a formas
más arcaicas. Durante este periodo desaparece prácticamente el uso del ladrillo.
Durante este periodo que llamamos ramirense será cuando se resuelva el problema del peso de la bóveda con el uso de arcos
fajones y contrafuertes al exterior. Aunque la bóveda de cañón se utilizaba ya en el arte visigodo, no estaba completamente resuelto, exigía que
los edificios no fueran grandes y sus muros muy gruesos y con frecuencia y con el paso del tiempo los edificios se derrumbaban. En los edificios
ramirenses se usa el arco de medio punto peraltado, sobre todo en Santa María del Naranco.
Con Ramiro I y especialmente en Santa María del Naranco aparece el sogueado en las columnas, el estriado en los contrafuertes como elementos
propios de la arquitectura asturiana, el uso de arcos fajones sustentados sobre columnas y las arquerías ciegas adosadas a los muros laterales.
Con Ramiro I esta situación queda solucionada y nos adelanta lo que será en el futuro las bóvedas románicas de cañón. Bien es cierto
que todavía las bóvedas se construían
en piedra toba poco pesada, pero por lo menos los fundamentos del abovedamiento estaban puestos y el arte románico posterior haría buen
uso de ello. También durante este periodo vuelve la decoración escultórica al interior de los templos, sobre todo en lo que se refiere a la
decoración con figuras humanas que hasta el presente había estado completamente ausente.
En el periodo de Alfonso III ya empezamos a ver algunos pocos elementos extraños a este tipo de arte, como es el uso del arco de herradura,
esta vez de la mano de los mozárabes que huyen de la zona musulmana para residir en tierra de cristianos. Durante el reinado de este monarca
la actividad constructora proviene del mismo, pero sus sucesores faltos de interés por las montañas astures, dejaran de lado la actividad
constructora, marcando el punto y final a las épocas de esplendor del arte prerrománico asturiano. A partir de este momento la actividad
constructora estará a cargo de monasterios y nobles que poco o nada pueden hacer para mantener o construir las edificaciones existentes. El
proceso de ruralización y la baja tasa de poblamiento del reino de Asturias no permiten por otra parte la construcción de grandes iglesias o
monumentos que den la grandeza perdida al reino de Asturias.
Por sus características el arte prerrománico asturiano lo podemos dividir en varios periodos:
Primeras manifestaciones o etapa paleoasturiana:
• Iglesia de la
Santa Cruz de Cangas de Onís
• Iglesia de
Santianes de Pravia
Periodo de Alfonso II
• Iglesia de
San Julián de los Prados
• Iglesia de San Tirso
de la que sólo nos queda su
testero recto
• La Cámara Santa de la
Catedral de Oviedo
• Iglesia de
Santa María de Bendones
• Iglesia de
San Pedro de Nora
•
La Cruz de los Ángeles
El único arquitecto conocido de este periodo es Tioda o Teudis (de origen godo).
Periodo ramirense (del rey Ramiro I)
•
Santa María del Naranco
• Iglesia de
San Miguel de Lillo
• Iglesia de
Santa Cristina de Lena
Periodo de Alfonso III
• Iglesia de
San Salvador de Valdedios
• Iglesia de
Santo Adriano de Tuñon
•
La Foncalada
•
La Cruz de la Victoria
•
La caja de ágatas
Última etapa
• Iglesia de
San Salvador de Priesca
• Iglesia de
Santiago de Gobiendes
• Iglesia de Santa María de Arbazal
• Iglesia de San Andrés de Bedriñana
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