Introducción
Nombre: Santa Basílica Catedral de San Salvador. También llamada "Sancta Ovetensis"
Emplazamiento: Oviedo (Asturias)
Comunidad Autónoma: Principado de Asturias
Estilo principal: Gótico siglo XIV
Declarado Monumento Histórico Artístico en 1931
Gentilicio: Ovetenses
Oviedo ostenta los títulos de Muy Noble, Muy Leal, Benemérita, Invicta, Heroica y Buena
La Cámara Santa de la Catedral ostenta el titulo de Patrimonio de la Humanidad
Historia
Oviedo surge a la historia de la mano del presbítero Máximo quien en el 761 y con la ayuda del abad Fromestano (Fromistano)
limpió de maleza un lugar abandonado y desde antiguo desierto en
una colina llamada Oveto. En el lugar construyeron un monasterio dedicado a San Vicente.
Mas tarde el rey Fruela I (757-768), eligió este lugar como residencia de su esposa la reina
Munia; y en él nacería su hijo Alfonso II el Casto, el cual más tarde convertiría Oviedo
en capital del Reino de Asturias.
Fruela I construiría cerca de este monasterio, una basílica dedicada al Salvador (hacia el año
765) y su hijo
Alfonso II el Casto la reedificaría
después del ataque musulmán perpetrado por Abd el Melik en el año 794 y 795. Este rey convirtió Oviedo
en capital del naciente Reino de Asturias, dotándola de iglesias, baños y palacios. Esta
nueva basílica románica
cumpliría su función hasta los años 1382-1388 que es cuando se decide erigir la actual catedral gótica
a instancias del obispo Gutierre de Toledo.
La basílica de San Salvador consagrada en el año 802, fue creciendo hasta absorber
otras construcciones realizadas por Alfonso II: el Palacio Real y la iglesia de Santa María. La capilla
palatina del palacio es la actual Cámara Santa que es la parte más antigua de la
Catedral.
Los antecedentes de la Catedral de Oviedo, por tanto, se encuentran en la antigua Basílica
románica construida por Alfonso II, y sobre la Basílica de Fruela I. De estas
construcciones nos restan la Cámara Santa: formada por dos estructuras superpuestas: la inferior conocida como
Capilla de Santa Leocadia y la superior conocida como Capilla de San Miguel. En esta última encontramos el famoso Apostolado románico.
El otro resto arqueológico que queda de la antigua basílica es la Torre vieja o Torre de San Miguel con su remate del siglo XI.
Características
Se trata de un edificio de estilo gótico, con elementos clásicos del siglo XIII,
hispano flamencos del siglo
XVI, manierista siglo XIV y gótico flamígero siglo XV.
Iniciada la obra en el año 1382 (siglo XIV), no será hasta mediados del siglo XV cuando se
edifican
la mayoría de los elementos arquitectónicos, como son el crucero, las naves y las capillas
laterales. El pórtico y la torre corresponden al siglo XVI en un gótico-hispano flamenco.
La Catedral se comenzó a construir por la Capilla Mayor.
Se trata de un edificio de tres naves y capillas laterales entre los
contrafuertes, un
transepto que no sobresale en exceso del cuerpo de edificio. La capilla mayor tiene un
muro pentagonal que la cierra y dos tramos rectos que queda envuelto por una amplia
girola que completa la cabecera. Girola realizada en el siglo XVII.
La catedral fue iniciada por Juan de Badajoz y
entre los arquitectos de los que se tiene noticia destacan Bartolomé Solórzano
(finales siglo XV) nacido en Trasmiera (Cantabria), el asturiano Juan de Candamo de
las Tablas a partir de 1459 (siglo XV) y Pedro Bunyeres.
La fachada Al despuntar el siglo XVI se planteó el problema de la fachada, aún
por definir, y los cabildos catedralicio y municipal aceptaron la propuesta de Juan de
Badajoz sobre la idea de un pórtico bajo, de tres arcos y dos torres de flanqueo, de las que
sólo se levantó una. A pesar de tratarse de una obra ejecutada en el siglo XVI, la fachada de la
Catedral de Oviedo hay que ponerla en relación con las espectaculares arquitecturas góticas que
conviven con el Renacimiento, tales como las catedrales nuevas de Salamanca y Segovia. En
ambas intervino Rodrigo Gil de Hontañón, a quien se debe el remate y flecha de la Catedral
de Oviedo.
Se trata de una fachada con tres arcos, mas grande el central, y en su interior
tres portadas de acceso. El pórtico se cubre con bóveda de cascarón nervado y
casi plano.
Obra de Juan de Badajoz, surtidas de repisas y doseles para imágenes que nunca
llegaron a colocarse, y en todo caso, buenos ejemplos del gótico flamígero.
La portada central, coronada por el gran relieve de la Transfiguración, tiene dos
puertas gemelas con hojas de madera de nogal, ricamente
decoradas con el Salvador (patrono de la Catedral), Santa Eulalia de Mérida (patrona de la diócesis), o con
motivos geométricos y florales.
En este pórtico central encontramos en el centro, el relieve en piedra de la
Transfiguración del Señor, a su lado unos bajorrelieves que representan a Fruela I
y a Alfonso II el Casto. Un poco más abajo unos medallones que representan al
niño Jesús y a San Juan niño.
Situada la fachada a los pies de la Catedral, abundan los elementos decorativos
de molduras verticales propias del estilo flamígero. Consta de tres portadas asimétricas
que cerradas por rejas, crean tres pequeños atrios.
Las tres puertas se
corresponden con las tres naves de la Catedral. Las puertas son de madera de nogal realizadas
en el siglo XVIII. Las dos puertas centrales están dedicadas a San Salvador y a Santa
Eulalia de Mérida, ambos patrones de la Catedral y del Principado de Asturias. A la Catedral
se accede por la puerta situada a la izquierda.
La torre "Poema romántico en piedra" (Clarín). De características góticas
y renacentistas, obra de Rodrigo Gil de Hontañón sobre planos de Juan de Badajoz.
Iniciada en el 1508 y terminada en el año 1587 (siglo XVI).
Se trata de una torre de cinco cuerpos, falta su gemela que no llegó nunca a construirse
por falta de presupuesto. Tiene una altura de 80 metros (desde el suelo al pararrayos)
y su construcción duró cerca de cincuenta años.
Se trata de una construcción que sube con un seguido retranqueo (que consiste en remeter
el muro de fachada en la planta o plantas superiores de un edificio) de los cinco
cuerpos que la integran.
La torre descansa sobre cuatro pilares de la arcada del pórtico y está aislada del resto
de la edificación. Desde la segunda planta asciende entre contrafuertes que se van
adelgazando, hasta alcanzar la alta terraza con antepecho calado, sobre la que se levanta
un templete entre torres cilíndricas que remata, a través de una última y más diminuta
plataforma abalconada, en la rasgada flecha del pináculo. En los cuerpos de la torre
se abren
ventanas con parteluz que sostienen trenzados ojivales de piedra.
Entre los arquitectos aparte del citado Gil de Hontañón, participaron Juan de Badajoz,
Pedro de Buyeres, Pedro de la Tijera y Juan de Cerecedo. La torre se terminó bajo el
obispado de Cristóbal Rojas y Sandoval, personaje que tiene su escudo de armas en el
último piso.
En el segundo piso de la torre encontramos un reloj.
La campana de la torre de Oviedo recibe el nombre de Wamba y fue fundida en el año
1219. Tiene 1,22 metros en la base, forma cónica y es la única campana que
se conserva de la antigua basílica.
LLeva una inscripción que dice: Mente spontanea, in honorem Dei et Patriae
liberationem, Christus sonat, Christus vincit, Christus imperat, Christus regnat,
in Nomine Domini, Amén. Ego Petrus Pelagii, canonicus, hoc opus fieri iussitin honorem
Sancti Salvatoris. Era MCCLVII .
Cuya traducción sería: Con el anacronismo propio de toda inscripción, y creyendo
cristianamente que la voz de la campana es la voz de Cristo, el humilde canónigo
Pedro Peláez Cabeza, dice: Para dar honra a Dios y libertad a la Patria; Cristo nos
llama, Cristo vence, Cristo Impera, Cristo reina, en nombre del Señor. Amén. Yo, Pedro
Peláez, canónigo mandé fabricar esta campana, en honor a San Salvador. Era MCCLVII.
Como vestigio de la anterior iglesia románica de Alfonso II, nos queda la llamada
Torre románica o Torre vieja (siglo XII). Se trata de una torre de dos pisos situada en el lado
sur de la Catedral. El primer piso tiene un vano de medio punto rodeado por otro gran
arco ciego, además de una imposta decorativa que anilla horizontalmente la torre.
El piso superior, cubierto con bóveda esquifada, es de gran hermosura. Cada cara dispone
de dos vanos rodeados por arquivoltas de medio punto sobre parejas de columnas. Los
motivos de los capiteles son aves apicadas, entrelazos sogueados, todo ello o de
mucha antigüedad (por su relación con el prerrománico) o por contra, de un románico
final muy popularizado.
El interior
Se trata de un edificio de planta de cruz latina, cabecera única, tres naves, capillas
laterales y girola. El segundo cuerpo tiene una galería gótica de dobles ventanas (triforio).
El tercer cuerpo esta ocupado por las vidrieras.
El templo resulta imponente por la proporción de su
nave mayor (20 metros de altura por
67 metros de largo y 10 metros de ancho). Cerrada con
bóvedas cuatripartitas excepto el tramo del
crucero, donde hay una sencilla de terceletes en
lugar del posible cimborrio que se proyectara a juzgar por el grueso de los machones en que apean
los arcos torales.
Las naves del transepto y la nave central se cubren con bóvedas estrelladas; el
tramo central del crucero con bóvedas de terceletes y los
brazos del crucero y las naves laterales con bóvedas clásicas de crucería simple
Los alzados de esta nave mayor muestran el bello triforio sobre las naves laterales.
La nave mayor es mas alta que las laterales y se comunican entre si mediante cinco arcos
a cada lado. Encima de cada arco, encontramos dos ventanas ojivales con pequeñas columnas y
antepechos y tracerías propios del gótico florido, formando una galería que recorre
toda la longitud de la nave.
Sobre el triforio aparece el claristorio que guarnece bellas vidrieras de las que las
mas antiguas se contrataron en 1508 con el maestro burgalés Santillana, si bien consta la
presencia en 1526 de un maestro flamenco llamado Alberto. El resto de las vidrieras son
modernas.
La nave del crucero o transepto es un poderoso segmento transversal, tendido entre la Capilla
del Rey Casto y la Cámara Santa, en que trabajó Juan de Cándamo el primer arquitecto asturiano
conocido, cuya sepultura contiene además los restos de su mujer Catalina González de Nava. Se
halla en el brazo sur, con sus armas: la regla, tablas y el compás.
Ya en el interior de la Catedral y comenzando nuestra visita por la nave de la derecha
(Nave de la Epístola) encontramos los siguientes elementos:
Capilla de Santa Bárbara En la nave de la epístola.
También ha recibido el nombre de San Miguel, fundada por el obispo Bernardo
Caballero de Paredes (1661) para alojar sus restos. De estilo barroco, destaca el
retablo obra de Luis Fernández de la Vega. La imagen de Santa Bárbara es de
comienzos del siglo XVII y su autor fue Antonio Borja.
Capilla de San Martín de Tours En la nave de la epístola.
Del siglo XVII, el retablo es obra de Luis Fernández de la Vega,
con una imagen del santo en el centro. Arriba la Inmaculada y en el zócalo los Padres
de la Iglesia.
Capilla de San Roque o de la Natividad En la nave de la epístola.
Fundada a comienzos del siglo XVI por el abad don Fernando de Llanes.
Retablo presidido por la figura de San Roque
realizada en el 1658 por José Bernardo de la Meana.
En esta capilla está además el sepulcro de Fernando de
Llanes, abad de Teverga y patrocinador de la capilla.
Capilla de San Antonio En la nave de la epístola.
Obra gótica, alberga tres enterramientos y un retablo de José Bernardo de la
Meana, fechado a mediados del siglo XVIII, en estilo barroco con aires rococó.
Capilla del Santo Cristo de Los Velarde En la nave de la epístola.
Capilla gótica.
Destaca una bella imagen de
Cristo Crucificado en el retablo obra de Alonso de
Berruguete (siglo XVI) y que es una de las mejores y mas valiosas
tallas de la catedral.
La Cámara Santa está formada por dos capillas superpuestas abovedadas: la inferior
recibe el nombre de
cripta de Santa Leocadia y la superior capilla de San Miguel, de reducido volumen
en relación a su altura. Es en esta última sala donde se guardan las reliquias del Principado de Asturias o más concretamente las reliquias que poseía el antiguo
reino de Asturias. Este recinto de la Cámara Santa está declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
La cámara santa del siglo IX es uno de los restos que quedan de la antigua capilla u oratorio del Palacio
del rey de Asturias Alfonso II el Casto (* Oviedo ca.760 † Oviedo 842). Alfonso II fue rey de Asturias entre 791 y 842.
La capilla de San Miguel fue remodelada en el siglo XII y enriquecida con excepcionales esculturas
románicas, que están consideradas como una obra maestra de la escultura de la época. Este tipo de construcciones corresponden
a un tipo de capillas de las conocidas como martiriales, cuyo fin en principio servía para que reposaran los restos de un mártir, pero que
también eran utilizadas como oratorio del Rey e incluso para guardar reliquias como es este el caso. La cámara santa se situaba junto a una torre
llamada de San Miguel cuyos restos están integrados en la estructura de la Catedral. Esta torre es más antigua que la cámara santa, por lo que se
atribuye su construcción al rey Fruela I (rey de Asturias entre 757 y 768) y padre de Alfonso II.
Ambas capillas no tienen comunicación entre si, siendo las entradas
a ellas independientes la una de la otra. No hay unanimidad en cuanto a la fecha de construcción de la cámara santa, mientras que la fecha más aceptada la
sitúa en el siglo IX en tiempos del rey Alfonso II el Casto, hay autores que consideran que su construcción es algo posterior, probablemente en la época del rey
Alfonso III el Magno (866-910).
La cripta de Santa Leocadia con una altura interior de 2,30 metros, hace referencia a una santa de culto en la España visigoda y cuyos restos
reposarían en este lugar. Se trata de una nave estrecha, rectangular, cubierta con bóveda de ladrillo de
cañón que arranca a nivel de un basamento o podio corrido que rodea el perímetro interno. Es una estructura
maciza con fuertes efectos de claro-oscuro y luces rasantes que penetran por las escasas y
angostas aberturas; una de ellas con la cruz patada en la pared frontera, en el
presbiterio, realzado y separado en otro tiempo del resto de la nave por una cancela
ya desaparecida. Dispone de dos entradas, situadas a ambos lados una frente a la otra, en las fachadas norte y sur.
En el suelo dos laudas visigodas de sarcófago. Una, con decoración de
roleos y vegetales, la otra, con el Árbol de la Vida. Cubren dos tumbas que contenían los restos de la ya
citada Santa Leocadia y los restos de otros mártires entre ellos San Eulogio. Una tercera tumba esta vez sin lápida completa el conjunto
de enterramientos de la capilla.
A la capilla de San Miguel o de las Reliquias, se accede por el brazo derecho del
crucero de la Catedral y a ella se llega por una escalera de tres tramos y doce escalones.
La sala de la capilla tiene una altura interior de 3,50 metros y pasa por ser uno de los iconos representativos de la historia española.
La capilla superpuesta sobre la cripta de Santa Leocadia presenta
arcos fajones que descansan sobre la columnata de los apóstoles.
Y es que sobre seis pedestales o columnas, cada una de las cuales sostiene
dos estatuas, en total seis columnas y doce apóstoles.
Los doce apóstoles forman uno de los conjuntos más importantes de la escultura románica española.
Fueron donadas por el rey Alfonso VI el Bravo (* ca.1047 † Toledo 1109) a la Catedral. Alfonso VI fue rey de León entre 1065 y 1109 y rey de
Castilla entre 1072 y 1109.
Los apóstoles figuran emparejados en actitud dialogante entre si. Encontramos a San Pedro y San Pablo / Santiago y San Juan / San Andrés y
San Mateo / Santiago el menor y San Felipe / Santo Tomás y San Bartolomé / San Simón y San Judas Tadeo.
En los capiteles de estos pedestales se narran diversas escenas del Nuevo Testamento y se hacen
alusiones a la muerte o la lucha entre el bien y el mal. Las figuras de los apóstoles están finamente
trabajados y ocupan todo el largo del fuste. Llaves, libros, o báculos permiten identificar a cada uno
de los apóstoles. Sobre la columna de San Pedro y San Pablo encontramos un capitel con una representación de la Resurrección de Cristo, sobre Santiago
y San Juan, el capitel representa dos escenas, una de ellas la Anunciación, la otra la Anastasis, sobre la columna de San Andrés y San Mateo, la representación
del capitel se corresponde con la Cristofanía, se da la circunstancia que estos apóstoles son los dos únicos que van nimbados. Sobre la columna de
Santiago el menor y San Felipe, capitel alegórico de la lucha entre el bien contra el mal. Sobre Santo Tomás y San Bartolomé, capitel en donde observamos a
cuatro caballeros en lucha con dos leones. Estos dos apóstoles son los únicos que tienen grabado su nombre en las filacterias que llevan. Por último sobre
San Simón y San Judas Tadeo encontramos un capitel con decoración vegetal.
En el muro de la entrada a la nave, tres cabezas de un Calvario, cuyos cuerpos y el fondo
estarían pintados. Se tratan de las cabezas de Cristo, María y San Juan, los tres protagonistas del Calvario. La única figura prácticamente original es la
figura de Jesús, ya que María y San Juan fueron tallados nuevamente después de la Guerra Civil de 1936 ya que la cámara santa fue volada con explosivos
en la llamada revolución de 1934.
En su origen esta capilla tenía una cubierta de madera y era de menor altura pero la riqueza e importancia de las
reliquias hizo que, para dotarlas de un entorno digno de su importancia, la techumbre de madera, demasiado sencilla,
fuese sustituida por una bóveda de cañón y recrecida en altura. Para sostener la nueva bóveda se adosaron columnas que fueron decoradas con
el Apostolado que hoy vemos. En esta capilla se guardan las reliquias sagradas del Reino astur y yo diría que
de España entera. Como ya hemos mencionado durante el mes de octubre de 1934 se produjo una insurrección general en Asturias conocida como
la revolución de 1934, una de sus consecuencias fue la voladura de la cámara santa y casi su total destrucción. Después de la Guerra Civil el arquitecto
Luis Menéndez-Pidal Álvarez procedió a a una completa reconstrucción de la misma.
Entre las reliquias que podemos encontrar en la cabecera de la capilla de San Miguel y protegidas por una verja metálica se encuentran:
• El Santo Sudario, que según la tradición es el pañuelo que cubría el rostro de Jesús
muerto camino del sepulcro. Sería el complemento de la Sabana Santa que se encuentra en Turín-Italia, pues mientras esta última cubría el cuerpo, el Santo
Sudario de Oviedo tapaba la cara de Jesús.
Es un lienzo blanco (en origen) de lino, sucio y arrugado, con textura tafetán manchada,
con forma casi rectangular, con unas dimensiones de 83 cm. x 53 cm. de altura. Tiene
manchas de diversos tonos fundamentalmente de color marrón claro.
Se encuentra protegido por un marco de plata del que salen dos asas que permiten su traslado sin necesidad de manipular el mismo.
• La cruz de los Ángeles
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• La cruz de la Victoria
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• La caja de ágatas
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• El Arca Santa o de las Reliquias.
Cofre en madera de cedro recubierto con placas de
plata primorosamente trabajadas, con inscripciones cúficas y con atauriques de tradición
musulmana.
Según narra un monje de Silos anónimo en la Historia Silense, esta enorme caja de madera
de cedro ensamblada, procede de Jerusalén, donde se guardaban reliquias de Jesús y la
Virgen María.
Ante el avance persa del año 612, el arca fue llevada a Alejandría y de aquí pasaría a la
península ante el avance musulmán por el norte de África en los siglos VII y VIII.
El arca fue llevada a Toledo, capital goda y nuevamente trasladada a Asturias (hacia el 812 o
842) ante la invasión árabe de Hispania y protegerla en un lugar seguro.
Quedó depositada en la Cámara Santa que Alfonso II mandó
construir para albergarla, y que sería la capilla de su palacio. En el año 1075 el
rey Alfonso VI hizo un inventario del contenido del arca y ordenó se recubriera de
plata ornamentada con relieves e inscripciones (1113).
En su interior, tal y como reza la inscripción,
se guardan un fragmento del madero de la Santa Cruz, un trozo del vestido de nuestro Señor, un
pedazo de pan de la última cena, una sandalia de San Pedro y el Santo Sudario, sin duda
la reliquia principal.
Y además
El Cristo de Nicodemo (siglo XII) obra en marfil;
un díptico románico del siglo XII, también
marfileños bizantinos, románicos y góticos y el
Libro de los Testamentos
(hacia 1125), pasa por ser una obra superior de la miniatura europea e inicio de la
pintura española.
Otras reliquias dignas de resaltar aparte de las citadas son algunas espinas de la
corona y un fragmento de la cruz de Cristo.
El contenido de esta Cámara llamada Santa, hizo que este lugar fuera durante siglos uno
de los lugares de paso mas visitados, de todos aquellos que peregrinaban camino de
Santiago.
Claustro situado en uno de los brazos del crucero.
Tiene unas dimensiones de 27 x 32 metros,
tiene por tanto forma rectangular, y se distribuye en dos lados de cuatro arcos y en los otros
dos restantes tres arcos. Se levanta
en parte sobre el antiguo claustro románico, del que las excavaciones han recuperado
elementos arquitectónicos y escultóricos del siglo XII.
El actual gótico, fue construido entre el año 1300 y el año 1441.
A comienzos del siglo XVIII el arquitecto Francisco de la Riva Ladrón de Guevara incorporó al
claustro un segundo piso con balcones y molduracion propia de la época renacentista.
Se distinguen tres etapas constructivas:
1300-1350 Se construye la galería norte y dos tramos contiguos de la galería oeste, en
un estilo gótico clásico, siendo su promotor el obispo Fernando Álvarez de los Asturias.
1350-1400 Se termina la galería oeste y se construye la galería sur, en un estilo
gótico manierista siendo sus promotores el rey Alfonso XI, el obispo Sandro y
el obispo Alfonso.
1412-1441 se construye la galería este en un estilo gótico flamígero. Su promotor
el obispo Diego Ramírez de Guzmán.
El claustro actual viene a ser una galería cubierta en torno a un jardín o patio.
Realizado a lo largo
de diferentes periodos estilísticos del gótico, esta particularidad le convierte en
un anaquel del arte,
tanto en los capiteles, con temas de los oficios bíblicos o fabulosos, así como el referido
a la leyenda de San
Jorge..., o en las esculturas, lo mismo románicas, como las de los apóstoles
Pedro y Pablo, colocadas
sobre la entrada de la sala capitular o góticas: la hecha en madera de Alfonso XI,
benefactor de la fabrica, de gran calidad y realizada en el siglo XIV.
El claustro dispone de catorce ventanales con bella tracería en sus tímpanos y 167
capiteles ricamente decorados. Una de las escenas mas bellas es la ménsula de la
cacería regia, escena en la que el protagonista parece ser Alfonso XI, un entusiasta
de la montería. También merece destacarse el Agnus Dei que procede del desaparecido
claustro románico.
Hay que destacar que todo el claustro estaba policromado.
En la crujía o lado oeste destacamos el sepulcro de Frigión de Cifuentes.
Sobre la tapa, epitafio
en castellano que dice lo siguiente: "Aquí yace Frigión de Cifuentes, cuya anima el señor
Dios coja. Fijo del bachiller Juan de Gijón, fallescio de la edat de diez y sus annos, último
dia del mes de septiembre, anno del sennor de M et CCCC et LXXX et V annos. (1485).
En la crujía norte destacamos una lápida del obispo don Pelayo, fallecido en
1153. Muestra una notable inscripción en letra gótica, traducida por Diego Santos
en un cartel cercano.
En la crujía este destacamos la Puerta barroca del archivo obra de José Bernardo de
la Meana, maestro mayor de la catedral de Oviedo durante la segunda mitad del siglo
XVII, y un mingitorio, usado por los clérigos durante sus paseos para verter al jardín
las aguas menores.
En la crujía sur destacamos el sepulcro del deán Pedro Gay (1348-1369) del siglo
XIV, es el más sobresaliente de los monumentos fúnebres conservados en el claustro.
El deán figura en posición yacente. La tapa actual que lo cubre es de fecha
posterior y fue esculpida por el cantero Pedro de León con las armas de la casa de
Valdés.
En la frente del sepulcro se llena con sus armas y las del obispo que en aquel
momento regía la diócesis.
En el claustro se ha instalado el Museo Diocesano.
Una curiosa lápida, que sólo se puede
visitar desde el claustro, felicita al príncipe Wimarano, hermano del padre de
Alfonso II, por construir un edificio para los marineros.
Cementerio de peregrinos
situado entre la Cámara santa y la Capilla de los romeros, hoy ha desaparecido, excepto
los restos de los peregrinos que descansan en un osario. Según la tradición, el olivo que
aquí existe, es un retoño del Huerto de los Olivos de Jerusalén, traído aquí por un
devoto peregrino.
La Sala capitular
Al claustro se abre la sala capitular, que es la parte más antigua de la Catedral gótica,
ya que iniciada en 1293, se terminó en 1314, y es probablemente una de las más
tempranas estructuras góticas de Asturias.
Situada junto a la galería oeste del claustro, es de planta cuadrada, cubierta
con una bóveda sobre trompas, cuyos nervios confluyen en una clave central. Es
como ya hemos dicho la primera
construcción de estilo gótico que se lleva a cabo en la antigua basílica del rey Casto.
Ha sido siempre lugar de reunión del Cabildo y de las Juntas del Principado. En esta
sala se declararon en 1808 la guerra a Napoleón Bonaparte.
En esta sala se puede contemplar aunque no le pertenecen, el célebre retablo de las
Lamentaciones o del Llanto sobre el Cristo muerto, en el que junto con los donantes (Juan
de Candamo y su esposa Catalina) aparece un amplio cortejo de personas y santos.
También puede verse lo que resta de la sillería del coro realizada en madera de nogal
de buena talla, con el asturiano tema de la Cruz de los Ángeles en el centro del
respaldo.
Retablo de la Inmaculada en el crucero, en el lado norte, del siglo XVIII.
Hornacina de la Hidria Situada en la cara interna del muro norte del crucero. Es
del siglo XV. Según la tradición la hornacina contiene
una de las seis tinajas de la Bodas
de Canaan. Admite 100 litros. Se expone al público cada 21 de septiembre, festividad de
San Mateo y se puede beber del agua previamente bendecida. Se encuentra guardada detrás
de una
puerta que pasa bastante desapercibida.
La imagen del Salvador
es una
escultura del siglo XIII que está adosada al pilar del
arco sur del crucero (en la girola). Era la meta principal para los peregrinos. A sus
pies rezó el papa Juan Pablo II en 1989. Se cree que esta imagen estaría en el ábside
de la antigua basílica románica de Alfonso II como titular de la misma.
En esta imagen se ve la leyenda que dice: "Quien va a Santiago y no a San Salvador, visita
al criado y deja al Señor".
Capilla Mayor
El ábside de forma poligonal y en estilo gótico tiene dos líneas de vidrieras. Actualmente
sólo podemos ver la línea superior de vidrieras, ya que la inferior fue tapada al colocarse
el retablo mayor en el siglo XVI. La girola es una ampliación del siglo XVII y se compone
de cinco capillas radiales.
Fue por esta capilla mayor o ábside por donde se comenzó en 1388 la construcción
de la nueva Catedral.
A la izquierda, encontramos el sepulcro de Juan Arias del Villar, obispo de la
diócesis de Oviedo entre 1487 y 1498, con una escultura orante; actualmente se
encuentra vacío ya que sus restos fueron trasladados a la Catedral de Segovia.
Se trata de un nicho abierto entre dos pilares del muro, bajo un arco decorado, cuyo
trasdós clausura la flor de lis, que también campea en los blasones, junto con conchas
jacobeas y bordura de estrellas, mientras el hueco lo llena la escultura exenta del
prelado, revestido y de rodillas, a la moda isabelina del siglo XV.
El gran Retablo Mayor dedicado al Salvador, se hizo en los mismos años en que
se ejecutaba la fachada, y también como ésta siguiendo una pauta gótica tardía.
Fue encargado por el obispo don Valeriano de Villaquirán.
La composición del retablo se compone de cinco calles verticales y se contrató
en 1511 con Giralte
de Bruselas, siendo terminado en 1531. Es de madera dorada con altorrelieves policromados, en
cuya pintura debió de
intervenir León Picardo, sin olvidar el nombre de Alonso Berruguete, que también aparece en la
documentación referente al retablo, el cual fue finalmente terminado por Juan de Balmaseda y
Miguel Bingeles.
El repertorio iconográfico es amplísimo, va de El Salvador -el Cristo glorificado, rodeado
de los
signos de los evangelistas- a la Anunciación y la Crucifixión que ocupan la parte
central, mientras
en las otras se representan escenas de la vida de Jesús, el Bautismo de Cristo, la
Huida a Egipto, la Oración en el huerto etc.
sin que pueda precisarse la mano que les dio vida, lo que por otro lado no hace al
caso, pues lo que
importa es el retablo como un todo, espléndidamente luminoso. Se tratan de tallas de relieve
entero.
Tiene unas medidas de 12 metros de altura por otros tantos de ancho, y en total
encontramos 24 escenas de la vida de Jesús.
En las esquinas, aparecen cuatro escudos pertenecientes a los prelados que mandaron
realizar la obra.
Capilla de Covagonga
Situada en la girola. Presenta el sepulcro del obispo Gutierre de Toledo en una
de las tribunas laterales, y bajo el altar, los restos de San Melchor de Quirós.
Sufrió graves daños en la revolución de Octubre de 1934 entre ellas la perdida de
un retablo del año 1673 obra de Luis Fernández de la Vega.
Sacristía Situada donde se inicia la
girola abierta por detrás de la capilla mayor, en el siglo XVII (1626), en la que a su
vez se proyectarían unas capillas de muy poca profundidad. Tiene planta de cruz latina
con un bonito cimborrio en cuya bóveda hay un fresco de la Asunción, del pintor Francisco
Bustamante. La fabrica fue realizada según parece, bajo la dirección del asturiano maestro
Meana.
Retablo de Santa Teresa
De paso hacia el crucero sur se encuentra el retablo de Santa
Teresa, debido al asturiano Toribio de Nava (siglo XVII).
Se trata de un retablo de estilo barroco.
Capilla del rey Casto
Situada en el crucero donde comienza la nave de la epístola.
Reedificada en el año 1705 por el obispo Tomás Reluz,
sobre una anterior mandada construir por Alfonso II el Casto (siglo IX) y que estuvo
dedicada a la advocación de la Santísima Virgen.
Su planta obedece a la de un templo independiente cuyo eje mayor y cabecera son
paralelos a los de la propia catedral, con crucero y cimborrio rematado por una
linterna ochavada. Las obras fueron realizadas por el arquitecto Bernardo de Haces y
por Luis de Arce.
Se une al templo catedralicio a través de una
portada que Juan de Malinas labró entre 1470 y 1485. Decoración gótica tardía de inspiración
flamenca. En el parteluz una talla de La Virgen con el Niño; a su izquierda las figuras de Santiago
y San Pedro y a la derecha San Pablo y San Andrés.
En el tímpano calado, Cristo resucitado bajo un dosel y a su lado dos ángeles.
Junto con las arquivoltas, componen una serie escultórica de primer orden en la que su
autor hace gala del realismo flamenco.
En la capilla mayor protegida por una reja de hierro forjado, construida
en el año 1714, puede verse, en el centro del retablo una imagen de la Santísima Virgen
que el Rey Casto llamó Santa María, pero que también se conoció como la Virgen de las
Batallas.
En el centro de la capilla hay un
sarcófago paleocristiano, con una lauda del siglo VI. Contuvo el
cuerpo de un tal Ithacio que se cree fue un niño.
Junto al altar del Santo Cristo de Muñoz, situado a la izquierda de la capilla mayor,
estuvieron después de su traslado desde Tonkin en el año 1889, los restos del mártir
asturiano Melchor García Sampedro, canonizado con el nombre de San Melchor de Quirós el
19 de junio de 1988. Hoy se encuentran en la girola de la capilla de Nuestra Señora de
Covadonga.
También encontramos un
retablo de la Virgen de la Luz del siglo XVI, de la escuela
de Juan de Juni. A su lado, cuatro pequeños apóstoles; en el ático está la figura
de Dios Padre. Tiene también dos imágenes en mármol de San Pedro y San Pablo del
siglo XVIII. Había la costumbre de girar la llave de San Pedro para abrir al alma
las puertas del cielo.
El
Panteón de los reyes asturianos o Panteón Real, junto a la puerta de ingreso y
aislado del resto
de la capilla por una reja de 1713, donde hay una
lápida que recuerda los nombres de los
reyes aquí enterrados y algunas reinas como Urraca y Geloria.
En esta capilla estuvieron sepultados algunos reyes asturianos y fue el primer panteón
de la monarquía española. Sobre las pechinas de los arcos torales hay bustos de varios
reyes asturianos (Alfonso II,
Ramiro I, Ordoño I y Alfonso III).
El actual panteón fue levantado sobre otro que Alfonso II había mandado construir.
Este primitivo panteón estaba enfrente, poco más o menos del actual, en el centro de
la nave. Según lo describe el cronista Morales era un pequeño recinto de doce pies de
largo. Estaba techado de madera. Las sepulturas de los Reyes estaban en el suelo, como
de dos pies de alto, tan juntas unas de otras "que no se puede andar sin pisarlas". Sólo
se conserva de él, un sarcófago de alabastro de época romano-cristiana en el que se
cree que fueron trasladados desde Zamora a Oviedo los restos de Alfonso III y de su
esposa doña Ximena. En una inscripción puede leerse la relación de los reyes y reinas
que en ellos descansan, así como las distintas efemérides y visitas reales.
El actual panteón está situado adosado al muro norte de la
capilla y separado como hemos dicho por una verja. Tiene seis nichos que cubren otras tantas
urnas funerarias.
Capilla de Nuestra Señora de Belén o de Santa Catalina.
Situada en el lado del evangelio.
De traza gótica, tuvo un primitivo retablo referido al nacimiento del Salvador que
dio paso a otro del asturiano contemporáneo Joaquín Rubio Camín.
Capilla de los Vigiles o de la Anunciación.
Situada en el lado del evangelio. Se trata de una capilla
del siglo XVII. Corresponde a su etapa inicial en la que todavía gravita visiblemente la
impronta sobria del arte escurialense. Tiene una hermosa reja del siglo XVII.
De esta capilla sobresalen el retablo y la escultura orante del obispo fundador
Juan Vigil de Quiñones obispo de Segovia, realizados ambos por el escultor
Luis Fernández de la Vega.
Capilla de la Asunción
En el lado del evangelio. Destaca el retablo de mediados del siglo XVII.
Capilla de Santa Eulalia de Mérida Situada en el lado del evangelio, es patrona de
la diócesis. Se trata de una capilla barroca, construida sobre planta de cruz griega
con una gran cúpula plagada de elementos decorativos barrocos.
Del siglo XVII, con ornamentación escultórica que cubre prácticamente toda su arquitectura,
dejando en el centro aislado un baldaquino o templete, igualmente barroco (siglo XVIII),
obra de Domingo Suarez de la Puente, con
las reliquias (huesos) de Santa Eulalia de Mérida, en una urna de plata de estilo morisco
del siglo XI, regalo del rey Alfonso VI. La capilla es obra de los
avilesinos Menéndez Camino (padre e hijo).
En las pechinas distintas escenas del martirio de la santa. Además en esta
capilla hay enterrados varios obispos entre ellos el de su fundador, García
Pedrejón.
Otros elementos de
la Catedral de Oviedo es que contó con un magnifico coro, órganos y trascoro en el centro de la nave
mayor, cuyo conjunto fue eliminado a principios del siglo XX.
Ficha técnica
Fecha de realización página: 15 de Enero de 2.006
Fecha última modificación:
Lugares de interés de Oviedo
Himno del Principado de Asturias
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