El Turia es el río por antonomasia de la ciudad de Valencia, a lo largo de los siglos el río ha marcado el devenir de los valencianos, unas veces para bien y otras para mal. Incluso
ha dado sobrenombre en ocasiones a la ciudad, un marquesado lleva por título el nombre del río y han sido numerosas las ocasiones en que se ha utilizado el nombre del Turia para
referirse a los valencianos. Se puede decir sin miedo a equivocarnos que el río Turia ha marcado la vida de los valencianos.
El río Turia nace en la provincia de Teruel, en los Montes Universales, en sus inicios recibe el nombre de Guadalaviar (del árabe, río blanco) pero al pasar por Teruel y al
entrar en Valencia cambia su nombre por el de Turia. La procedencia del nombre se desconoce, tal vez (no está confirmado) proceda de un antiguo nombre prerromano, tal
vez de la desconocida e ignota ciudad de Tyris. Desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Mediterráneo, recorre 286 kilómetros. Es por descontado el
río tótem de Valencia.
El caudal del Turia es altamente irregular, frente a épocas de reducido caudal, en otras ocasiones el caudal del río aumenta exponencialmente y en algunas ocasiones se
vuelve destructivo, es lo que conocemos popularmente con el nombre de riadas. En la Edad Media, se construyeron los pretiles del río con el fin de encauzar estas riadas, pero
en algunas ocasiones ni lo pretiles lo consiguen, las aguas inundan todo lo que pisa a su paso. Riadas, han habido muchas, pero la más conocida, por ser además la más
reciente es la que tuvo lugar en octubre de 1957 que inundó gran parte de la ciudad y causó un centenar de victimas. Para solventar el problema las autoridades del momento
se propusieron desviar el curso del Turia a fin de evitar que el río pasase por el interior de la población. Se construyó un nuevo cauce de mayor capacidad y que por encontrarse
situado en el flanco sur de la ciudad, fue conocido como "Plan Sur", ahora conocido sencillamente como el cauce nuevo del Turia.
El viejo cauce siguió durmiendo el sueño de los siglos y por el mismo solo pasaba un pequeño hilo de agua. Había que dar una utilidad a esa extensa línea de tierra que atravesaba
toda la ciudad, dividiéndola en dos, y las autoridades pensaron en un megaproyecto consistente en autopistas urbanas de varios carriles que permitieran recorrer la ciudad de una
forma rápida. Los valencianos se opusieron a ello y bajo el lema el llit del Turia es nostre i el volem verd (el lecho del Turia es nuestro y lo queremos verde), se consiguió
que el proyecto no fuera realizado y que el antiguo cauce del Turia se convirtiera en zona verde.
El 1 de diciembre de 1976 se hizo entrega de los terrenos del cauce del Turia a la ciudad, gracias a los buenos oficios de
Federico Trénor y Trénor, IV barón de Alacúas que desde
distintos ámbitos de la administración impulsó de manera decisiva la devolución del lecho del cauce a la ciudad.
En 1986 el sueño verde se hizo realidad y nació oficialmente el Jardín del Turia, una
larga franja o corredor urbano que corre de oeste a este cercano
a los 10 kilómetros, un parque lineal, que nace en el Parque de Cabecera a la altura de Mislata y finaliza en el mar Mediterráneo, en la cercana Nazaret, aunque a fecha de elaboración
de estas líneas el último tramo todavía está pendiente de realización, por lo que de hecho el jardín del Turia finaliza con la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
El jardín de tipología urbana fue diseñado por tramos, contando hasta un total de catorce, los tramos quedan delimitados por los puentes que cruzan
el río o por algunas construcciones
realizadas en el lecho del río. El jardín se fue realizando por tramos y a lo largo de los años; la idea de un río por tramos, pretendía tematizar cada tramo con un determinado
número de actividades y unas determinadas especies arbóreas. La idea por tramos no ha llegado a consolidarse y su desarrollo solo está plasmado sobre el papel, no obstante
nosotros utilizaremos dicha nomenclatura, en aras de una mayor comprensión.
El río Turia entraba en la ciudad por Mislata, población independiente pero unida de facto a la ciudad. Se consideraba la cabecera del río, a partir de aquí el río fluía por el cauce
atravesando la ciudad. Hay que decir que el cauce y por tanto el jardín se encuentra a un nivel inferior que la ciudad, por lo que es necesario usar las rampas y escaleras que a lo
largo de los siglos se han ido construyendo sobre los puentes o los pretiles. Estos son un perfecto mirador sobre el lecho del río y es posible desde un plano superior
contemplar los árboles del jardín, los deportes que se practican y la vida relajada de una ciudad fuertemente estresada.
Tramo I y Tramo II
Ocupan el espacio entre el
puente 9 de Octubre y el
puente de Campanar. La línea imaginaria de separación entre ambos tramos la podríamos situar en la pasarela amarilla que cruza el cauce y la conocida como "Casa del Agua".
El II tramo fue inaugurado en 1985 antes de la apertura oficial del jardín.
El tramo I se encuentra junto a la antigua cabecera del río, lindante con Mislata y con un parque de nueva
construcción llamado "Parque de Cabecera".
En el centro de ambos tramos se encuentra
la "Casa del Agua", edificio que nunca ha tenido un uso determinado, es
una estructura con demasiado hormigón que ya en su momento provocó mucha discusión, realizado por el colectivo
de arquitectos Vetges tu i Mediterrània y si en la mente de alguno pudo estar el ser utilizada
como sala de exposiciones, en la actualidad se encuentra en estado de abandono.
Solo la
pasarela metálica peatonal que la atraviesa por su parte superior cumple su función, pasar de un lado a otro del lecho
del Turia. La "Casa del Agua" se debía levantar sobre un pequeño lago artificial, cosa que nunca ha ocurrido. De esta estructura parte un acueducto que
finaliza en el edificio de Naturia y que por supuesto nunca ha llevado agua.
El conjunto se levanta sobre el antiguo
azud de la acequia de Rovella, cuyos restos todavía se conservan integrados en el paisaje del lecho del río. Un azud es una pequeña
presa de estructura muy sencilla que en origen servía para retener el agua del río y desviar el liquido hacia la acequia de Rovella que regaba las huertas de la margen derecha del
río Turia.
Otra de las construcciones que podemos encontrar en el II tramo es el
centro "Naturia", un conjunto de cuatro
construcciones en hormigón que pretende ser un centro de divulgación
para el respeto del medio ambiente. También conocida como oficina de medio ambiente.
El tramo II se caracteriza por la existencia de zonas deportivas a practicar por equipos (futbol, baloncesto etc.), es una zona donde el factor deportivo es determinante si lo
comparamos con el resto de los tramos que componen el jardín del Turia. En el tramo II se localiza un pequeño mirador cuya altura
no permite una gran panorámica. La altura del mirador está determinada por los pretiles del río y por el propio puente, ya que en caso de ser muy alto destacaría de manera
muy acusada sobre el paisaje.
Junto al puente del Campanar se levanta una escultura de tinte moderno, conocida
como Taula-te-tombant del escultor Artur Heras, realizada
en 1987 y colocada en este lugar al año siguiente.
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Tramo III
Comprende el trozo del río que abarca entre el puente de Campanar y el
puente de Ademuz.
El tramo III del Turia, sigue la tónica del tramo II en cuanto a instalaciones deportivas, eso sí, han desaparecido las construcciones de hormigón que pesan mucho en
el tramo anterior. El tramo está centrado por una pista de atletismo de gran extensión. Hay también un campo de futbol de menores dimensiones.
En este tramo se han levantado además, dos
pérgolas semicirculares con una alberca de agua y un surtidor central que es lugar de esparcimiento, pues se han
rodeado de plantas trepadoras que refrescan el lugar.
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Tramo IV
Ocupa el trozo delimitado por el puente de Ademuz y el
puente de las Artes.
Este espacio está libre de instalaciones deportivas, poniéndose énfasis en las zonas verdes y de paseo.
En cuanto a la vegetación se ha querido recrear un ambiente de bosque urbano mediterráneo.
En una de las rampas de acceso al río, podemos encontrar una curiosa figura de piedra en forma de
pechina, tiene carácter decorativo y fue realizada al mismo tiempo
que se construían los pretiles del río, por lo que es un elemento reaprovechado del antiguo cauce. La existencia de este elemento es lo que ha dado nombre al actual
Paseo de la Pechina.
También en este tramo y cerca de esta
pieza decorativa se encontraba el conocido como "quemadero" que era el lugar donde los restos mortales de los ajusticiados por la inquisición eran quemados.
En este tramo destaca una sencilla construcción, conocida como
Masía de los Jardineros, que es una casa utilizada por los trabajadores del jardín para guardar herramientas y como
lugar de reunión. Parte del local se utiliza como bar y zona de descanso para los paseantes.
También encontramos una
pasarela peatonal que cruza de parte a parte del río,
construida con carácter utilitarista y sin mayor interés y una
fuente de piedra de la que mana agua, fuente bastante sencilla pero perfectamente integrada en el ambiente.
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Tramo VI
Situado entre el puente de San José y el
puente de la Trinidad. Entre ellos encontraremos además otros dos puentes que no sirven para delimitar ningún tramo, son el
puente de Serranos y el
puente de Madera. Este tramo puede que sea uno de los más importantes de todo el cauce, pues figura en paralelo a toda la fachada norte o
septentrional de la ciudad, que es la fachada histórica de la ciudad y que desde los primeros tiempos ha mirado o ha plantado cara al río.
Entre las instalaciones deportivas que encontramos en este tramo, destaca un campo de béisbol (entre el puente de San José y el de Serranos), un campo de futbol
(entre Serranos y el puente de Madera) y otro campo de futbol (entre el puente de Madera y el de la Trinidad).
Aquí podemos encontrar una serie de pequeñas esculturas del escultor argentino Silvio Moraira, que llevado por mi natural bondad he querido llamar esculturas y
escultor. Así encontramos las conocidas como:
el Viejo,
la Tortuga,
la Cara y
la Mujer. Estas obras se encuentran entre el puente de San José y el puente de Serranos.
La génesis de estas figuras tuvo lugar en 1973,
con cuatro grandes rocas que se encontraban en el lecho del río y que el artista talló ligeramente para darles ciertas formas que en nada se
parecen al nombre que figura en ellas.
Ni que decir tiene que desde el cauce del río, podemos tener una panorámica distinta de la habitual, de las archifamosas
Torres de Serranos, uno de los
monumentos señeros de la ciudad de Valencia, tal vez el más bonito de la ciudad.
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Tramo VII
Abarca el espacio situado entre el puente de la Trinidad y el
puente del Real, y al igual que el anterior tramo forma parte de la fachada septentrional de la ciudad. A la altura
del puente del Real, el río tomaba camino distinto hacia el mar, mientras que la ciudad amurallada comenzaba a girar separándose de este.
En este tramo las instalaciones deportivas empiezan a perder protagonismo en favor del arte urbano, las zonas ajardinadas y el mundo arbóreo.
Se quiso hacer un tramo donde el mundo de la escultura fuera el
protagonista, cosa que a mi entender no se ha conseguido, aunque en este tramo y bajo la sombra del
Museo de Bellas Artes encontramos cuatro esculturas que debemos
mencionar. Las cuatro esculturas fueron colocadas entre 2007 y 2008 y son:
El lugar de la memoria, obra
de 2003 de Natividad Navalón Blesa (* Valencia 15-05-1961),
El Cubo, obra de 1970 de
Gerardo Rueda Salaberry (* Madrid 23-04-1926 † Madrid 25-05-1996),
Rosario, también de Gerardo Rueda y del año 1992. Y la cuarta y última, la conocida como
El principio del fin del cáncer de cuello de útero, realizada por las
escultoras Alba Odeh Tavio y Patxa Ibarz Gil (* Zaragoza 1975) en 2008. La escultura simboliza representada por dieciséis pilares
blancos, la alegría por el descubrimiento de la vacuna contra el
cáncer de útero, en los pilares hay inscritos los nombres de 25.000 personas que a través de una campaña lograron sensibilizar al resto sobre la importancia del hallazgo.
También en la zona de la margen derecha del río, en un espacio sin cuidado, sin vallado y sin explicación alguna, encontramos toda una serie de
restos de época romana que
por lo visto duermen el sueño de los justos a falta de encontrar mejor ubicación.
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Tramo XII
Este tramo ocupa el espacio ente el puente del Ángel Custodio y el
puente de Monteolivete. Entre ellos el
puente del Reino.
En este espacio la división por tramos del viejo cauce del Turia pierde sentido, ya que a partir de la figura del Neptuno en el centro de un pequeño lago artificial
se puede considerar como límite final de este tramo ya que el siguiente se corresponde en su totalidad con la
Ciudad de las Artes y las Ciencias. Por simple comodidad y claridad consideraremos el
espacio entre los dos puentes citados un solo tramo, a pesar de incurrir en falta.
En el espacio entre el puente del Ángel Custodio y el puente del Reino encontramos el gran parque de atracciones que llamamos
Gulliver. Se trata de una figura que representa a
Gulliver en el momento de encontrarse tirado en la playa al llegar al país de Liliput. Es un parque para niños que tiene un gran éxito de público.
Cerca del Gulliver encontramos una
escultura en metal que lleva por título "El corro de la patata".
Entre el puente del Reino y el puente de Monteolivete destacaremos la figura del
dios Neptuno en el centro de una pequeño lago artificial, figura que parece estar dando la bienvenida al gran
complejo que es la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Junto a este, una zona floral que recibe el nombre de la rosaleda de Monteolivete, por ser este tipo de planta la dominante.
En el margen izquierdo del río, sobre el pretil, encontramos un
mirador que desde la parte superior permite una vista general del cauce y de la cercana Ciudad de las Artes y las Ciencias.
A sus pies una
terraza-bar para descanso del paseante. Finalmente y en el margen derecho del Turia, encontramos el edificio del
Palacio de las Artes.
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Tramo XIII Este tramo es algo atípico en el planteamiento general del río, principalmente porque se encuentra en la parte superior del cauce, formando una
pequeña y estrecha zona ajardinada en el paseo de La Alameda, concretamente en el espacio que abarca la rotonda de la avenida de Francia y la plaza de Europa.
Una estrecha franja cuyo mayor interés reside en las cinco
esculturas en hierro de Lucas Karrvaz que llevan por título: la soprano, el tenor, el pianista, el flautista y el director zurdo.
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Tramo XIV
El último tramo del cauce del Turia está ocupado por todo el espacio que ocupa la
Ciudad de las Artes y las Ciencias. De alguna manera podríamos decir que ocupa
el espacio entre el puente de Monteolivete y el
puente del Azud de Oro, aunque como ya hemos comentado a estas alturas la disposición por tramos ha perdido
sentido.
Los edificios principales que componen la Ciudad de las Artes y las Ciencias son: el Palacio de las Artes, el Hemisfèric, el Umbracle, el Museo de Ciencias, el Ágora y el
Oceanogràfic. A ellos podríamos añadir el puente de Monteolivete y el de Azud de Oro.
Por entre los edificios corre un caudal artificial encauzado que recibe el nombre de "río de la vida" y también toda una zona ajardinada poblada de
esculturas (parque de esculturas)
que a falta de otro nombre llamaremos "Jardines de la Ciudad de las Artes y las Ciencias".
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Tramo de desembocadura
Pendiente de proyecto y ejecución.
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