Este puente recibe su nombre por su cercanía al
Monasterio de La Trinidad.
Es el más antiguo de la ciudad y el primero realizado en piedra sillar sustituyendo a otro anterior de madera. Esta obra
de ingeniería fue construida entre el 1401 y el 1407 por Mateu Texidor (piquer de pedra picada) y reedificado en el siglo XVI tras la riada de
1517. Realizado por la Junta de Murs i Valls, también ha recibido en alguna ocasión el nombre dels catalans porque en su entorno se instalaron
repobladores de Lérida.
Este puente de factura gótica estuvo adornado desde 1722 con unas esculturas bajo casalicios
del mártir mozárabe Bernardo (a la izquierda) y las hermanas mártires María y Gracia (a la derecha), patrones de Alzira. Estos casalicios
fueron costeados por el canónigo de la catedral don Jaime Cervera.
Estos fueron parcialmente destruidos en el asedio de los franceses durante la Guerra de la Independencia y en 1823 definitivamente derribados.
En 1942 se reemplazaron por las que tiene en la actualidad, que representan a
San Luis Bertrán realizada en 1693 y a
Santo Tomas de Villanueva realizada en 1694, ambas del escultor italiano Jacobo Antonio Ponzanelli.
Estas esculturas originalmente estuvieron situadas en el
Puente de San José, pero en 1906 fueron retiradas y guardadas en el
Museo de Bellas Artes de donde salieron para ocupar este puente en 1942.
Posee diez grandes arcos apuntados de estilo gótico de 16,30 metros de luz
y en la parte que mira al mar, disponía de dos escaleras que
servían para bajar al lecho del río. En el año 2009 se procedió a la restauración total de dichas escaleras que estaban interrumpidas.
La longitud del puente es de 158,31 metros.
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