Introducción
Nombre: Basílica de Santa María de Arcos
Lugar: Tricio (La Rioja). Comunidad Autónoma de La Rioja
Estilo: Basílica paleocristiana siglo V
Declarado Monumento Nacional
Historia
El origen de Tricio es muy antiguo, los romanos la llamaron Tritium Magallum,
(Tricio la Grande) y ya fue citada
en fuentes clásicas por Apiano Alejandrino y por Ptolomeo. La ciudad se encontraba en el
camino de la calzada denominada Vía Galiana que desde Las Galias en Francia y cruzando por
Roncesvalles llegaba hasta Tritium pasando por Pamplona. La zona antes de la llegada de
los romanos se encontraba ocupada por una tribu de origen celta llamada "berones".
Tritium era famosa por su cerámica conocida como de "terra sigillata". Fragmentos de este
tipo de cerámica se han encontrado a lo largo y ancho de las orillas del Mediterráneo.
Firmas conocidas de este tipo de alfares y alfareros son: Valerius Paternus,
Sempronius, Lapillius o Matemus Blandus. La "terra sigillata" es cerámica romana, de superficie
fina, brillante y de color rojo que muestra en el fondo el sigilum o sello del taller donde
se fabricó.
El termino municipal de Tricio abarcaba incluso la cercana población de Nájera, pero la
importancia del enclave fue paulatinamente decayendo a la vez que aumentaba la importancia
de Nájera al convertirse en capital del Reino de Navarra.
Hasta 1833 Tricio pertenecía
a la provincia de Burgos, pero en esa fecha fue adscrita a la recién creada provincia de
Logroño, donde hoy día continua.
Como dato anecdótico podemos citar que en 1833 el general carlista Santos Ladrón de Cegama,
proclamó en Tricio al hermano de Fernando VII, el pretendiente Carlos como rey de España, dando
con ello comienzo a la primera guerra carlista.
Características
La Basílica de Santa María de Arcos pasa por ser el monumento religioso más antiguo de
La Rioja. Relativamente cerca de Tricio, podemos encontrar así mismo el
Monasterio de
San Millán de Suso, de Yuso y de
Santa María la Real de Nájera. Se puede completar una
ruta monumental aparte de los monasterios ya citados con el
Monasterio de Cañas y la Catedral
de Santo Domingo de la Calzada.
Su aspecto exterior parece una ermita del siglo XVIII; en sus fachadas lisas, sólo destaca
su fachada principal situada en el lado oeste, donde podemos observar una puerta
formada por un arco de medio punto y tres
vanos en la parte superior, el central de mayor tamaño que los laterales y que
permiten el paso de la luz al interior. Sobre el
tejado una espadaña de época más tardía. Sin embargo lo esencial esta en su interior y es lo
que la hace irrepetible y única.
Tiene planta basilical, con tres naves de igual altura
y cabecera cuadrangular. Se construyó durante el
siglo V con materiales reutilizados de algún templo romano de la población
(aproximadamente del siglo II) y sobre un antiguo mausoleo
romano o edificio funerario del siglo III. Este mausoleo estaría situado en el
actual presbiterio o Altar Mayor.
Las naves laterales se separan de la central por doce arcos que apean sobre grandes columnas
de orden jónico y otros fragmentos de columnas reutilizados de un templo romano del siglo II,
que debió existir en la villa.
Sin embargo los arcos son de tipología visigoda construidos en piedra toba a finales
del siglo VI o principios del VII. Todos son visigodos menos el primero de la arquería del
lado del evangelio (izquierda mirando hacia el altar) que es de tipología romana
construido con piedra arenisca.
Sorprende el gran tamaño de los fustes de las columnas, lo que por una parte los hace como
los de mayor diámetro de toda España, y por otra parte nos ha una idea de las dimensiones
del templo de donde fueron desmontados. Dadas las medidas clásicas de la época, se supone que
el templo original romano debía alcanzar una altura de 20 metros.
En el siglo XVIII el interior fue recubierto con yeserías con formas barrocas, y pinturas
al fresco. Aun se conservan en grandes superficies parte de las yeserías y algún que otro
resto de pintura.
Alrededor del presbiterio encontramos varias estancias, que tienen en la actualidad
diversos usos, pero
que bien podrían tratarse de sacristías. En el recinto podemos encontrar una pequeña
cúpula de piedra
de toba sobre pechinas, decorada con arquillos a los que se ha abierto una pequeña linterna.
En el testero en un nicho abierto en la pared encontramos la imagen de Nuestra Señora
de los Arcos, titular de la Basílica y Patrona de Tricio, enmarcada por cuatro pequeñas columnas doradas.
En la cabecera es donde podemos apreciar restos de pinturas que originalmente
decoraban la iglesia, son de época románica (finales del siglo XII), repintadas sobre los
originales paleocristianos del siglo V.
Básicamente representan escenas de la Pasión de Cristo.
La mejor conservada es la que representa la Última Cena con los Apóstoles. Así de izquierda
a derecha podemos
ver escenas representando la Última Cena, Ecce Homo, Lavatorio de pies, Flagelación y
Crucifixión, es de
suponer que continuarían en el lado derecho con escenas de la resurrección pero estas se
han perdido en su totalidad.
En la parte inferior y formando
un alto zócalo pintado, encontramos dibujos geométricos de estilo mozárabe de finales del siglo XII.
También el pavimento estuvo decorado; en las esquinas del muro este quedan teselas
de un mosaico paleocristiano que debió cubrir el presbiterio o monumento funerario original.
Destacamos que durante las campañas de excavaciones realizadas en la basílica, se encontraron
numerosos enterramientos de época paleocristiana aunque con sepulturas romanas. Se ha construido
un suelo metálico que permite pasear por el interior de la iglesia mientras observamos los
enterramientos que hubieron en el subsuelo. Los enterramientos se han fechado en los siglos
V y VI. Las sepulturas reaprovechadas son romanas de los siglos I al III. También se han
encontrado sepulturas de época medieval pero estas mucho mas sencillas. En el subsuelo se han
encontrado también estelas funerarias romanas que seguramente se utilizarían en la construcción
de la basílica. De entre todas ellas destaca un trozo de
estela funeraria paleocristiana realizada
en mármol de carrara, importada desde Italia y decorada con el
Crismón (anagrama de Cristo).
La iglesia se cubre al exterior por una cubierta a doble aguas, mientras que en el interior
se cubre con bóveda de medio cañón realizada con yeserías.
La basílica está bajo la advocación de la Virgen de los Arcos, que recibe su nombre por
los grandes y desproporcionados arcos que forman el interior de la basílica. Se trata de
una imagen de la Virgen sedente con el Niño en brazos. El original se encuentra en la
Iglesia parroquial de Tricio.
Ficha técnica
Fecha de realización página: 15 de Marzo de 2.007
Fecha última modificación:
Lugares de interés de La Rioja y su provincia
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