El origen de esta iglesia se remonta al siglo XIV (hacia 1333) cuando la Orden hospitalaria de san Antonio Abad (los antonianos) levantan
una ermita, un convento y un
hospital en terrenos adquiridos en el paraje de Orriols, en el antiguo camino de Aragón (actual calle Sagunto). De esta
fábrica nada ha perdurado.
En el siglo XV, entre 1476 y 1492 se construye una iglesia de nueva planta con formas góticas al estilo de las llamadas de reconquista, es
decir nave única rectangular, cubierta a doble aguas con arcos de diafragma y techumbre de madera. Un modelo anticuado pero todavía vigente y relativamente económico.
En el siglo XVIII, entre 1765 y 1768 la iglesia es reformada según los
cánones neoclásicos del momento, obras llevadas a cabo por fray Francisco de Santa Bárbara (* Olalla, Teruel 04-03-1731 † Valencia 05-01-1802) que ya
había intervenido en obras llevadas a cabo en el monasterio de
San Miguel de los Reyes.
En 1787 el
papa Pío VI suprime la orden de los antonianos, y en 1791 los monjes se ven obligados a abandonar el monasterio por orden del
rey Carlos IV de España. El convento queda vacío hasta 1805 en que es comprado por el convento dominico de san Onofre de Museros, que
fundan una escuela y ponen el convento bajo la advocación de San Antonio y
San Onofre. En 1835 no obstante, con la desamortización de Mendizábal estos se ven obligados a abandonar el convento.
La propiedad del convento pasa al Estado, pero a petición del arzobispado el templo continúa en manos de la Iglesia que atiende las necesidades espirituales de Orriols, aunque
dependiente de una parroquial.
En 1873 las monjas de
san Cristóbal (canonesas regulares de san Agustín) compran parte del convento desamortizado para establecer en él su residencia.
En 1878 las monjas construyen un campanario y a los pocos días se derrumba. En el transcurso del tiempo la techumbre
de la iglesia cae dejando a la vista la bóveda gótica. Las monjas proceden a su restauración y amplían el convento con un patio neoclásico
de dos plantas, adosado a la iglesia por el lado de la epístola.
La planta baja del patio está formado por grandes arcos de medio punto realizados en ladrillo sobre un zócalo de piedra. El segundo piso
tiene la misma disposición pero esta vez los arcos son de menor tamaño y quedan cerrados por vitrales. Las paredes del claustro bajo dispone
en todo el perímetro de un alto zócalo de azulejos de color azul y amarillo.
En 1897 las monjas de san Cristóbal se trasladan a un nuevo monasterio y al poco tiempo
adquiere el convento la orden salesiana con el objeto de establecer
un colegio de niños; para ello levantan un tercer piso en el patio o claustro que las monjas de san Cristóbal habían levantado. Este tercer
piso con variaciones sigue la misma lógica constructiva que los pisos inferiores. En ese momento la orden salesiana tiene la propiedad conventual mientras que la
iglesia es propiedad del arzobispado funcionando como iglesia diocesana. En 1909 el arzobispado hace entrega oficial de la iglesia a la orden salesiana.
Durante la guerra civil española la iglesia es asaltada, y su patrimonio destruido, el templo es usado como hospital de sangre, siendo denominado como "Hospital de la Pasionaria".
Después de la guerra, los salesianos vuelven a ocupar el convento para seguir su
actividad docente, y el templo es elevado en 1941 a la categoría de parroquial con el nombre de san Antonio Abad.
De su anterior estructura gótica apenas restan cuatro arcos de diafragma y parte de la techumbre, elementos que
quedan ocultos por la actual bóveda de medio cañón, realizada por fray Francisco de Santa Bárbara en el siglo XVIII.
El acceso a la iglesia se realiza a través de una sencilla puerta formada por un arco de medio punto. A ambos lados sendos
arcos de medio punto enmarcan dos ventanas adinteladas que permiten el paso de la luz al atrio. Por encima de la puerta en
una hornacina encontramos una imagen de san Antonio Abad, con su fiel amigo y con el que siempre se le representa: el cerdo.
La escultura va firmada en su base por J. Palerm. Bajo la hornacina un panel cerámico dice: Parròquia sant Antoni.
En la fachada de la iglesia podemos ver un
panel de azulejos con una representación del santo, un pozo y una imagen de la iglesia fácilmente reconocible en su actual fachada
y una leyenda que dice: Si algú no pot parlar bé o no té la llengua prou neta. Sant Antoni te un remei: L'aigua de la campaneta. El panel lleva la
fecha de 1989. Debajo del panel se puede leer: La Hermandad de S. Antonio Abad a su santo patrón.
La historia anterior hace referencia al pozo que existió junto a la iglesia y que según la tradición tenía la virtud de curar a aquellas
personas que tenían dificultad en el habla. El agua era recogida en un pequeño recipiente en forma de "campaneta" y se le daba de beber
a este tipo de personas.
San Antonio Abad está considerado como el santo patrón de los animales, desde esta parroquia y por el cura párroco, todos los años el 17 de enero, festividad
del santo, es tradición bendecir a todos los animales (tanto de compañía como de faena) solicitando su protección. Por la calle Sagunto, procesionan, los animales de compañía
con sus amos, caballos y perros adscritos a unidades militares o policiales y sobre todo una comitiva de caballerías tirando de las típicas tartanas valencianas procedentes
de las huertas de los alrededores.
La iglesia desarrolla una nave única de cuatro tramos, corta nave de transepto en cuyo crucero se
levanta una cúpula esférica y presbiterio poligonal. La bóveda del presbiterio y las pechinas de la cúpula se
encuentran pintadas al fresco, pinturas atribuidas según Orellana a Antonio Beltrán, pintor de la
Real Academia de San Carlos de Valencia. Investigaciones más recientes se atribuyen a la escuela de
Ignacio Vergara realizadas hacia 1750.
El templo se cubre con bóvedas de medio cañón. En los laterales entre los contrafuertes
se abren profundas capillas laterales. El último tramo de los pies se corresponde con un atrio o pórtico cubierto en cuya parte superior se encuentra el coro y el órgano de música.
A los pies también encontramos la puerta que accede al antiguo claustro monacal, hoy patio del colegio, y enfrente se abre la capilla del Santísimo.
Las pinturas del presbiterio representan la
gloria celestial, en cuyo centro encontramos a Dios Padre y al Espíritu Santo en forma de paloma.
Bajo ellos una Última Cena, donde destaca la copa del Santo Cáliz con su forma actual llevada por Jesús. Junto a él y formando
unidad pictórica vemos a la
Virgen María ofreciendo las tórtolas en el templo, Moisés con las tablas de la Ley, el sacrificio de Isaac etc. Completan esta gloria celestial
un conjunto de ángeles músicos y ángeles turiferarios entre nubes.
En el muro testero del presbiterio encontramos el retablo mayor en cuyo centro y en una hornacina encontramos la imagen de san Antonio Abad, obra posterior
a la guerra civil, del valenciano José Pérez Gregori. El retablo dispone de dos columnas corintias con fustes acanalados a cada lado, que sostienen un entablamento que
remata en un frontón triangular.
La decoración interior se corresponde con pilastras estriadas adosadas de estilo corintio y capiteles de acanto dorados. La separación
de las capillas laterales y la nave central se realiza a través de arcos de medio punto. La iluminación se materializa a través de los vanos
situados en el tambor de la cúpula del crucero. Mención aparte merece la decoración pictórica de las pechinas del crucero, en ella se veneran
santos relacionados con la vida eremítica: San Agustín, San Atanasio, san Serapión y san Pablo ermitaño.
Partiendo desde el crucero, en la nave del transepto, a nuestra izquierda (lado del evangelio).
Altar de María Auxiliadora
Retablo dorado de estilo barroco, en la hornacina central escultura en madera policromada de María Auxiliadora
obra de
Carmelo Vicent. Detrás de la imagen de la Virgen se puede adivinar la sala dedicada a
camarín de la Virgen. La devoción a María Auxiliadora es característica de la orden salesiana, una advocación muy ligada al movimiento salesiano.
La siguiente capilla en el mismo lado, se encuentra vacía, destacamos en ella que desde este espacio se accede al camarín de la Virgen, una pequeña sala decorada con
pinturas al fresco y con una escalera que permite la subida hasta encontrarnos con la imagen de la Virgen.
Capilla de san José Ocupando la hornacina central del sencillo retablo, aparece la figura de san José con el bastón florido y
con el Niño Jesús en posición frontal abriendo los brazos. En la base del retablo pequeña imagen de cerámica de la Virgen de los Desamparados.
Capilla del Santísimo
La primera capilla del lado del evangelio según entramos por la puerta de la calle, está dedicada a capilla de la comunión. Esta se
dispone en planta de cruz griega, en cuyo crucero se levanta una cúpula sobre pechinas. Preside la capilla una imagen de
la
Virgen del Rosario, obra moderna del imaginero Vicente Bellver Bellver (* Valencia 1921 † 1973).
En uno de los brazos de la capilla talla de
Cristo crucificado realizado por
José María Ponsoda Bravo y en el brazo de enfrente en un retablo: Cristo Sagrado Corazón de Jesús.
Continuando nuestro camino por las capillas de enfrente (ya en el lado de la epístola), la primera capilla está ocupada por la puerta que permite el acceso
al patio del colegio (antiguo claustro). Le sigue:
Capilla de los mártires salesianos de la guerra civil española
La capilla rinde homenaje a los mártires salesianos que fueron ejecutados en la guerra civil española y que fueron beatificados en 2001 por el
papa Juan Pablo II. En sus paredes figuran escritos los nombres de los mártires.
Capilla del bautismo
Ocupada por la pila bautismal en mármol rosado y un lienzo del bautismo de Cristo, de una calidad algo mejorable.
Altar de san Juan Bosco
Ya en la nave del transepto, lado de la epístola, encontramos un retablo de estilo barroco dedicado a la memoria de San Juan Bosco.
Al santo le acompaña un joven educando, santo Domingo Savio. La obra de madera policromada es obra del escultor
José Arnal García. En el ático del retablo escudo de la congregación salesiana.
Flanqueando el retablos dos óleos sobre lienzo con escenas alusivas a la vida del santo.
San Juan Bosco, de nombre Giovanni Melchiorre Bosco, nació en Il Bechi, Piamonte (Italia) el 16 de agosto de 1815 y falleció en Turín el 31 de enero de 1888.
Enfocó su vida religiosa a la educación de los jóvenes, fundado la Congregación Salesiana (1859), encargada de tal menester. El nombre de salesianos por el que son conocidos
guarda relación con san Francisco de Sales (* 1567 † 1622), guía espiritual de don Bosco.
Así mismo fundó en 1869 la "Asociación María Auxiliadora", como
forma de rendir culto a la Eucaristía y solicitud de intercesión a la Virgen María. Fue canonizado el 1 de abril de 1934 por el
papa Pío XI.
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