Los conocidos como "Baños de Ola Las Arenas", se encontraban en la playa de Levante, en el barrio del Canyamelar, parte integrante de los
poblados marítimos.
Popularmente fueron conocidos con el pomposo nombre de "Balneario de las Arenas", a semejanza de los balnearios europeos y españoles que proliferaban
en la época. En nuestro caso, los baños termales eran sustituidos por baños más modestos de agua de mar.
La inauguración de los "Baños de Ola" tuvo lugar en 1889 a iniciativa de Antonio Zarranz Beltrán, quien lo construyó como lugar de toma de baños para la burguesía valenciana.
Zarranz conocedor de este tipo de iniciativas en el norte de España y en el sur de Francia, levantó unas instalaciones con vestuarios, duchas, merenderos, restaurante, piscina y
otros espacios lúdicos encaminados a hacer más placenteros los calurosos meses de verano en la ciudad.
La burguesía valenciana por entonces,
ya había comenzado a construir casas de veraneo en la zona marítima, los menos pudientes pero con las mismas ínfulas pretenciosas y burguesas, alquilaban
barracas y casas de pescadores para los meses de verano. En este ambiente cosmopolita, festivo y burgués nació la idea de los baños de ola.
La oferta lúdica aumentó y mejoró en 1920 cuando el arquitecto Francisco Iranzo, levantó dos
artísticos pabellones con forma de templos griegos, al más puro estilo del Partenón ateniense.
Uno de los pabellones se dedicaba en exclusiva a servicio de restaurante y casino, mientras
que el segundo era usado como sala de baños con grandes pilas o bañeras de mármol, con baños calientes de agua de mar, baños de vapor y de algas.
En 28 de junio de 1922 se inauguró un nuevo pabellón, esta vez en la orilla misma del agua, fue el conocido como pabellón lacustre, restaurante flotante o pabellón sobre el mar.
La estructura se levantaba sobre pilares de madera en la misma
orilla del agua. Este pabellón se dedicaba principalmente a restaurante, bar y mirador, se montaba en verano y al terminar la temporada de veraneo se desmontaba hasta el
año siguiente. Un año, un temporal echó abajo el pabellón lacustre y al año siguiente ya no se volvió a levantar, al poco tiempo, lo que quedaba de las instalaciones se hundieron
en el mar y finalmente los restos fueron retirados del agua. La obra fue diseño del artista en arte efímero y popular,
Carlos Cortina Beltrán (* Tavernes Blanques, Valencia 21-11-1872 † Valencia 02-09-1949), el mismo que diseñó el pabellón
municipal de la feria de julio de 1926, de tan grata memoria en el pueblo valenciano.
La estructura realizada en madera, tenía forma de cruz de brazos iguales y en su centro se levantaba una cúpula en forma de templete. El pabellón pintado en color blanco,
disponía de líneas decorativas de color azul.
Otro hito importante en el devenir histórico del Balneario de Las Arenas, fue la construcción en 1934 de una piscina de tamaño más respetable.
Fue obra diseñada por el arquitecto Luis Gutiérrez Soto y Cayetano Borso di Carminati como director de obras. La piscina en forma de "L" se levantaba sobre una alta
plataforma que la elevaba del nivel de la arena. Además de la piscina, las instalaciones se complementaban con una zona de solarium, bar, restaurante, pista de baile etc.
En la misma se celebraron en 1935 y 1957 los campeonatos de España de natación. La piscina es archifamosa por ser parte de la memoria colectiva de muchos valencianos que
la disfrutaron y aún la recuerdan.
Su memoria permanece imborrable en el cartel publicitario que el artista gráfico
Josep Renau hizo en el periodo prebélico de la guerra civil. En el mismo se hacía
mención de la misma como piscina luminosa. A finales de 1960 un accidente con victimas mortales ocurrido en los trampolines, obligaron al cierre definitivo de la
piscina.
Durante la guerra civil (1936-1939), la zona marítima valenciana era objetivo de las bombas nacionales, en uno de esos bombardeos (1938) uno de los dos pabellones de estilo
neogriego del balneario resultó destruido y ya nunca se volvió a reconstruir. Finalizada la guerra, el balneario ya era una sombra de lo que fue, los años de posguerra no ayudaron
a su recuperación y solo la piscina mantuvo cierta actividad veraniega dentro de los rígidos cánones morales de la época. Finalmente en 1993 el balneario cesó toda
actividad.
Entre 2002 y 2005 el balneario sufrió una total transformación, una cadena hotelera lo ha transformado en un hotel de lujo, para ello reconstruyó el pabellón neogriego
destruido en la guerra civil y levantó de nueva planta el cuerpo del lujoso hotel. De lo que fue el antiguo balneario, solo es original, uno de los
pabellones griegos. La entidad hotelera ha mantenido su
viejo nombre y hoy funciona con la denominación de Hotel Balneario de Las Arenas.
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