Introducción
Nombre: Monasterio de Santa María del Salvador
Ubicación: Cañas (La Rioja). Comunidad Autonoma de La Rioja
Monumento Nacional desde 1943
En la población de Cañas nació Santo Domingo de Silos (1000?-1073)
Abadia femenina cisterciense que continua activa en la actualidad
En la época de fundación del monasterio, la zona pertenecía al Reino de Navarra
Historia
El monasterio de Cañas fue creado en 1169
cuando el conde don Lope Díaz de Haro (IX señor de Vizcaya) y doña Aldonza Ruiz de
Castro donarón a la Orden del Cister las tierras situadas en la villa de Cañas.
No obstante a su fundación, el origen de este proviene de un monasterio benedictino radicado en Hayuela
(Fayola o Fayuela) cerca de la actual Santo Domingo de la Calzada de la orden Benedictina, y que disfrutaban
de fuero desde 1157.
En 1170 las monjas benedictinas de Hayuela se trasladarón a Cañas y cambiaron
los habitos benedictinos por los del Cister.
La primera abadesa del este monasterio fué doña Arlequina (1169-1189) que ya era abadesa en el monasterio
de Hayuela.
La segunda abadesa doña Toda García (1189-1212) y la tercera doña Armezana o Emerenzana (1212-1225).
En este monasterio profesó la hija de los fundadores
Urraca López de Haro y Ruiz de Castro que llegaría a ser la cuarta abadesa del monasterio (1225-1262). Con
esta abadesa se comenzó a contruir la iglesia, la sala capitular y principales dependencias
(cocina, cilla, comedor etc). También un hospital en la
villa, es por ello que se la conoce como la segunda fundadora del monasterio. Murió a los 92 años, despues de
pasar practicamente toda su vida en el monasterio ya que ingresó en él de muy niña junto con su madre,
al fallecer su padre. Su cuerpo incorrupto se encuentra en un bello sepulcro en la sala capitular.
El 28-09-1898, ante el delegado episcopal de Calahorra, La Calzada y Logroño se hizó levantar la tapa
del sepulcro hallando su cuerpo perfectamente conservado.
Según una inscripción existente en el claustro, hoy desaparecida, se decía que el monasterio
había sido edificado en honor de Santa Maria de Cañas por la condesa doña Urraca en el año 1236,
utilizando como referencia el año de la toma de Córdoba.
El nombre de doña Urraca aparece citado en el 1231 en una permuta de tierras con
Juan Pérez de Ibrillos.
Caracteristicas
El monasterio se halla rodeado por un
pequeño muro que dispone de un perqueño portal formado por un arco de medio punto.
La construcción del monasterio podemos dividirla en tres fases:
la primera románica (siglo XII) de la que sólo quedan escasos restos, la etapa gótica del siglo XIII que es la
que imprime forma al monasterio, y las construcciones posteriores al siglo XVI con la finalización de la iglesia, y
otras dependencias secundarias. A partir del siglo XVIII se construirian dormitorios y salas de trabajo que es
donde las monjas residen en la actualidad. Tamibén en este siglo se terminó la
construcción del claustro. De los restos románicos, quedan el muro norte del claustro que forma
pared con la iglesia y el arranque de la iglesia en su cabecera.
Ya en el siglo XX, el monasterio fué profundamente restaurado entre 1943 y 1975.
La fachada principal queda orientada al oeste. En ella encontramos la
portada de entrada al monasterio una vez traspasado el muro que lo rodea. Formada
por un arco de medio punto, enmarcada por pilastras a los laterales y con un frontón
redondo partido en su parte superior. La portada es de 1757. En su parte superior se
adorna con dos tondos con los escudos uno de la abadia y otro de la orden cisterciense, en su
centro una imagen de San Bernardo en el interior de una hornacina, y debajo otro escudo.
Claustro
De planta cuadrada, su centro está ocupado por un pequeño
jardin con una gran cruz de
factura reciente. Se trata de un claustro formado por dos pisos, el claustro bajo formado
por una galeria cerrada con arcos de medio punto y el claustro alto también con arcos de
medio punto, pero con la particularidad que estos han sido cegados y se ha dejado una pequeña
ventana adintelada en el centro de cada arco.
Como suele ser habitual alrededor del claustro se articula todas las dependencias del
monasterio, inclusive la iglesia
El ala norte hace pared con la iglesia. En esta fachada encontramos tres portadas. La mas
oriental es la portada de entrada a la iglesia, mientras que la mas occidental es la entrada al claustro desde
el exterior y además por la que entran los visitantes.
La portada de entrada a la iglesia, está formada por un arco apuntado con cuatro arquivoltas, tres
de ellas se apoyan
sobre seis columnas acodilladas con capiteles de grumos. La arquivolta mas interna apoya sobre
las jambas de la puerta.
Las arquivoltas son de perfil semicircular excepto la tercera que tiene decoración de
dientes de sierra. Se trata de una puerta de tradición tardorománica cisterciense.
A su derecha pero ya en el ala este del claustro, una sencilla puerta formada por un arco apuntado
da paso a la sacristia. Esta a su vez tiene otra puerta que la comunica con el interior
de la iglesia.
En el
ala este encontramos la Sala Capitular como dependencia más importante de esta ala.
En el
ala sur, destacan diversas estancias, como son el comedor, la cocina y el calefactorio. Algunas
de estas estancias se encuentran
tapiadas.
El ala oeste la ocupa en su totalidad la cilla (almacen de grano), que hoy ocupa el
museo de arte sacro del monasterio.
Sala capitular
de mitad del siglo XIII y situada en el ala este del claustro.
Su entrada se realiza a traves de una puerta de arco apuntado decorada con
elementos vegetales. A ambos lados dos grandes ventanas de similiar composición que la portada y
misma decoración.
La portada formada por tres arquivoltas que apoyan sobre cuatro columnas acodilladas,
los capiteles se decoran con pencas (decoración vegetal), mientras que las jambas están
formadas por fajas o cenefas con decoración vegetal.
Las arquivoltas de perfil semicircular alternan con cenefas formadas por decoración
vegetal de diversas clases: hojas de castaño, de encina etc.
En la cenefa del lado derecho en su parte inferior podemos observar una figura
ornamental que representa un rostro humano de bruces, adornado con hojas de parra, mientras
bebe vino.
A esta figura se le conoce como el eterno borracho, por el tiempo que lleva bebiendo
vino en la misma posición. Seguramente esta imagen debió ser una licencia que se tomó el constructor.
Ya en su interior
en el centro una gran columna con basamento octogonal y con
forma de palmera, cuyas ramas se reparten
hacia los cuatro tramos de bóveda de crucería que sustentan la bóveda. En los extremos
triples columnillas o ménsulas en los muros. El capitel se decora con decoración
vegetal de hojas de cardo.
Los
ventanales al igual que la
portada por su interior tienen parecida disposición que al exterior y
están adornados con motivos vegetales.
En esta sala encontramos el sepuclro gótico de doña Urraca. De finales del siglo XIII o tal vez principios
del XIV, muestra a la abadesa yacente ataviada con los atributos abaciales. Aunque la atribución
es más que dudosa, se especula que sea obra de Ruy (Rodrigo)
Martinez de Bureba hacia el 1270, aunque otros
expertos alargan la fecha del sepulcro hasta comienzos del siglos XIV.
La tapa tiene unas medidas de 2,45 x 0,94 metros. Sobre ella encontramos la
imagen yacente
de doña Urraca Lopez de Haro y Ruiz de Castro. Vestida con ropajes abaciales, en el pecho lleva
un rosario, su cabeza reposa sobre dos almohadones y lleva un báculo en cuya parte superior
figura enroscada una serpiente mientras que en la parte inferior lleva la cabeza de
un dragón.
También sobre la tapa en la cabecera encontramos dos pequeñas figuras que correponden a dos
angeles con incensarios y a sus pies tres pequeñas figuras que representan a tres novicias
sentadas y rezando.
La urna tiene unas medidas de 2,38 x 0,88 x 0,52 metros y se apoya sobre tres parejas
de animales que representan a lobos, perros y cerdos.
En sus cuatro costados grupos escultoricos tallados representando diversas escenas:
A los pies, la subida al cielo de la beata, donde su alma en forma de niña desnuda es
elevada a los cielos acompañada por dos angeles.
En la cabecera, cinco figuras con escenas muy naturales, una monja da consuelo a otra
monja o novicia, una tercera lleva en sus manos un libro y una cuarta se arrodilla ante
la figura de San Pedro que lleva en sus manos las llaves del cielo. Las interpretaciones
dadas al conjunto han sido amplias a lo largo del tiempo.
El resto de las caras muestran con precisión y considerable calidad artistica, escenas del entierro de
la beata así como
el pesame de las monjas, mujeres y frailes tras su muerte, con escenas naturalistas. Se trata de un gran
fresco en piedra del transito del alma de la beata a Dios y su cortejo funebre.
En el lateral derecho, vemos el funeral de la difunta, el cortejo funebre formado por un
total de 26 personajes, además del feretro. Vemos figuras de abades,
obispos con mitra y baculo, acolitos,
gentes lamentandose que se estiran los cabellos y
diversos monjes que
asisten al funeral. En alguno de ellos se puede observar que son franciscanos por el cordón
que llevan al cinto.
En el lateral izquierdo, un abad da el pesame a un
cortejo de 11 monjas, la última de las
cuales se
vuelve de una manera pícara al monje que va detras de ella. El resto de las
monjas en actitudes naturales hacen comentarios entre ellas.
En la sala capitular también encontramos cuatro laudas sepulcrales. La situada en el extremo
de la izquierda según se entra a la sala, está decorada al igual que el resto de ellas con
un baculo abacial. Se especula que pudiera corresponder a doña Adonza (1288-1294) o a doña
Teresa Ibañez (1294-1309), abadesas que fuerón del monasterio.
La siguiente lauda decorada en su parte superior con el baculo abacial, lleva una inscripción
con el nombre de la difunta: "doña Teresa, hija de Johan Martinez de Leyba y doña Johanna
de Velasco", que corresponde a la quinta abadesa del monasterio durante el periodo 1356-1358.
La siguiente lauda también decorada con el baculo, lleva también la inscripción con el
nombre de la difunta: "doña Jhoanna Lopez hija de don Lope Perez de Torquemada y doña
Alduença", que ejerció su mandato entre 1332 y 1344.
La última lauda corresponde a doña Urraca hija de don Lopez y doña Maior González, abadesa
del monasterio que falleció en 1287.
Iglesia
De tres naves con crucero. Tres ábsides, el central mayor que los laterales.
Los ventanales del ábside central de doble piso, están unidos por una serie de pequeñas columnas que recuerdan
un conjunto de cañas.
La iglesia de estilo gótico-cisterciense, fué comenzada en el siglo XIII quedando paralizada
a la altura del transepto por motivos economicos, siendo retomadas las obras en el
siglo XVI. La fábrica es de sillería.
La iglesia dispone de un total de veinte ventanales, cubiertos con losas de alabastro blanco,
lo que le proporciona una gran luminosidad, y lo que ha permitido que a este monasterio se le
conozca como el monasterio de la luz.
Las ventanas se distribuyen de la siguiente manera: diez ventanales en el ábside
mayor, distribuidos en dos pisos de cinco, cuatro ventanales en la nave central (dos
por cada fachada), cuatro en el transepto (dos a cada lado del crucero) y un ventanal
en cada uno de los ábsides menores.
La cabecera de la iglesia tiene tres profundos ábsides con bóvedas de crucería de finos nervios. El
central más grande que los laterales. Cada uno de ellos dispone de cinco paños a partir de
la imposta del que arrancan las ventanas y que corre horizontalmente a lo ancho del ábside.
Por debajo de esta imposta el paramento es liso.
El ábside central tiene dos pisos superpuestos de
ventanales apuntados que cobijan los de la parte inferior tres maineles
y por encima tres
óculos cuadrifoliados. Los de la parte superior los vanos quedan divididos
por dos delgados maineles y arriba tres óculos cuarifoliados.
La ornamentación interior de la iglesia es escasa, sólo los capiteles de las columnas se
adornan con motivos vegetales, como asi ocurre en todo el monasterio y como es práctica
habitual en el Cister, ya que San Bernardo decía que la decoración figurada distraía al monje
de sus obligaciones. Las bóvedas que cubren la iglesia ante los ábsides y en el transepto
son de
crucería, mientras que el resto obra del siglo XVI son de crucería mas complejas con
terceletes.
Sin embargo en el ábside de la nave de la Epistola se pueden ver algunos capiteles con parejas
de animales enfrentados.
En el interior del Altar Mayor, en uno de los muros laterales encontramos una
credencia, que
servía de soporte para las vinajeras y las abluciones. Se trata de una cavidad abierta en el
muro con arcos geminados trilobulados, sostenidos por un solo pilar central.
Preside el Altar Mayor un
crucifijo gótico policromado, fechado en el siglo XIV.
La entrada a la iglesia se realiza a traves del claustro, pero además dispone de dos
portadas más, una de ellas formado por un arco apuntado se situa en el lado norte del brazo
del transepto, y en la actualidad esta cegada. Otra entrada es la formada por un
arco de medio punto que se situa en el mismo brazo del transepto pero en uno de los laterales y da
acceso a la nave del evangelio. Esta fechada en 1525 (siglo XVI) y en su parte superior
tiene
tres escudos en piedra, de Castilla, de los Lopez de Haro y de los Osorio.
A la muerte de doña Urraca Lopez de Haro las obras de la iglesia (sólo se habia llegado hasta el
transepto) se paralizaron durante tres siglos, hasta que
durante el mandato de la abadesa Leonor de Osorio (siglo XVI) mandó teminar la iglesia
y construir el Retablo Mayor. Por cuestiones ecónomicas sólo se terminó la nave central y una de las naves
laterales (la de la epistola) que permitía unir la iglesia con el claustro.
El
retablo mayor obra de Andrés Melgar y de Guillen de Holanda, es del siglo XVI, de estilo renacentista. En principio
estaba situado en la cabecera en el ábside central, pero en 1975 y para dejar a la vista los ventanales
fué desmontado y trasladado a los pies de la iglesia, lugar donde hoy permanece.
Las obras de restauración (siglo XX) de la iglesia fuerón dirigidas por Gonzalez Mercadé.
El retablo adopta la forma de triptico, y se compone de banco, tres pisos y ático; en el plano
vertical está formado por siete calles. Fué ordenado hacer por la abadesa Leonor de Osorio
(1523-1570). Es un retablo donde se combina la pintura, los relieves y las imagenes de
bulto o imagineria. Tiene como tema central la vida de la Virgen María. El retablo es obra
de Guillen de Holanda, mientras que las tablas pictóricas se atribuyen a Andrés Melgar.
Las escenas que podemos encontrar en bajorrelieves en el banco del retablo son
las siguientes:
La Última Cena,
San Pedro y San Pablo,
San Juan y San Andrés y
la flagelación de Cristo. En el centro el lugar reservado para el Sagrario.
En las tres calles centrales encontramos imagenes de bulto (esculturas):
En el primer piso: En el centro una imagen de la
Virgen con el Niño del siglo XIV, policromada
en el siglo XVII, a ambos lados
San Benito y
San Bernardo. Estas tres imagenes no son
originales de este retablo.
En el segundo piso: imagenes de San Juan Bautista,
la Adoración de los Reyes Magos y el Árcangel
San Miguel.
En el tercer piso: Santa Catalina, la Asunción de la Virgen y Maria Magdalena.
En el ático:
Jesús en la cruz junto a San Juan y la Virgen.
En las dos calles laterales de cada extremo tablas pintadas:
Primer piso:
Misa de San Gregorio,
la Anuncición,
la Visitación y San Bernardo. En la tabla
de San Bernardo aparece una monja que es el
retrato de la abadesa Leonor de Osorio, donante
del retablo. Ambos personajes aparecen arrodillados rezando ante la aparición de la Virgen con
el Niño.
Segundo piso: San Sebastian, el abrazo de San Joaquin y Santa Ana ante la Puerta Dorada, la
Huida a Egipto y
San Roque.
En el tercer piso:
Santiago peregrino, la
dormición de la Virgen, la
Natividad de San Juan Bautista y el obispo
San Nicolás.
En el ático: un Ecce-Homo, San Jerónimo, la Santisima Trinidad y una Piedad.
En este mismo lugar encontramos la sillería del coro, en la actualidad después de la
restauración efectuada en 1980 ha quedado con 26 asientos, pero en el momento de su
construcción a finales de siglo XVIII disponía de 32 asientos.
También encontramos un facistol.
A destacar siete laudas sepulcrales que corresponden a siete abadesas enterradas en el
lugar: Joana Porras Veamont (+ 1594), Angela Fernández de Tobar (+ 1619), doña María y
doña Joana de Zuñiga [(+ 1628) las dos en el mismo sepulcro], Magdalena Manso de Zuñiga
(+ 1664), Angela Manrique de Lara (+ 1678) y Maria Margarita Ibañez de Barnuebo Jiménez
(+ 1681).
En la cabecera del templo, en el ábside lateral de la nave de la epistola, podemos contemplar
una
imagen gótica de la Virgen en madera policromada (siglo XIV) que ocupa
un lugar destacado.
En la peana de esta imagen encontramos dibujos de lobos y toros, que corresponden a los
emblemas heraldicos de la familia Lopez de Haro y Ruiz de Castro, fundadores del monasterio.
A su lado una
escultura de Santo Domingo de Silos, natural como ya hemos mencionado de este pueblo de Cañas.
A destacar que la iglesia no dispone de torre campanario, en su lugar encontramos una
espadaña con dos cuerpos de campanas, de estilo barroco que se remata por un frontón triangular.
Sala de Reliquias
Uno de los motivos por lo que este monasterio es famoso, es por la cantidad de reliquias que ha
acumulado a lo largo de los siglos. Desde el momento de su fundación en el siglo XII hasta el
pasado siglo XX, el monasterio ha recibido innumerable cantidad de ellas, hasta el punto que
ha permitido completar una sala completa para las mismas.
Muchas de ellas se guardaban en un armario-relicario que en su momento se encontraba en el
coro de la iglesia, fué mandado hacer por la abadesa Leonor de Osorio (1523-1570) hacia 1550. En el mismo
se puede leer una inscripción que dice: "Estos retablos a su costa hizo doña Leonor de Ossorio,
abbadesa que fué desta casa. Está enterrada junto a esta pared".
Entre las innumerables reliquias que podemos encontrar en esta sala, citaremos:
Las herraduras del caballo de Santiago (traidas al monasterio por Diego Lopez de Haro, hermano de la beata
Urraca, abadesa del monasterio).
Varias calaveras de algunas de las
11.000 virgenes.
Trozo de la cruz de Cristo (Lignum Crucis). Según la tradición se invoca contra las tormentas. Hay
que exponer la reliquia a los vientos y recitar la frase "Tente nube, tente tu, que Dios puede mas que tú.
Reliquias de los mártires de Cardeña (1609)
Reliquia de Santa Engracia de Zaragoza (1694)
Nota: La catalogación de las reliquias del monasterio se debe a la gran labor realizada por
Antonio Cea Gutiérrez.
Museo del Monasterio
Situado en la antigua cilla o almacen de grano del monasterio, recoge la mayoría de las obras de arte que
el monasterio ha acumulado a lo largo de los siglos. En esta gran sala encontramos retablos, imagenes, relieves,
pinturas etc.; se trata de uno de los primeros museos de toda España que ha incorporado la fibra optica para
iluminar la estancia con total garantia de conservación de las obras expuestas.
Al mismo se accede por una
portada formada por un arco apuntado muy sencillo. No hay ningún tipo
de decoración en la misma, y las arquivoltas apoyan directamente en pilares adosados al muro.
La cantidad de obras de arte es ingente, destaquemos el retablo de San Juan Bautista, anteriormente
situado en la Nave del evangelio de la Iglesia. Firmado por Pedro Ruiz de Salazar (Salaçar fecid año 1643) y
fué realizado a expensas de doña Juana Manrique de Lara, monja del monasterio.
Otro retablo que también estaba situado en la nave del evangelio es el retablo de la Inmaculada, muy similar
al anterior y obra del mismo artista.
Tenemos tres retablos más, esta vez se situaban en la nave de la espistola de la iglesia, se tratan del
Retablo de San Benito (barroco siglo XVI), Retablo de Santa Lucía (siglo XVII) y el retablo de San José.
Otro retablo es el de San Pedro del siglo XVII de madera sin policromar.
Además tenemos dos imagenes una que representa a San Juan Bautista del siglo XIV y otra de San Pedro
del siglo XVIII. Enumerar innumerables lienzos de gran cantidad de artistas de primera categoria, que cierran este
gran museo del monasterio.
Notas
Asi mismo hay que el destacar que las distintas dependencias del monasterio, se encuentran bien adaptadas
para las personas discapacitadas, permitiendo la movilidad para aquellas personas con silla de ruedas.
El monasterio dispone de una tienda de recuerdos, en la cual se venden diversos productos realizados por
las monjas en el monasterio, destacando sobre todo los articulos de cerámica pintados a mano por las
monjas, y articulos de reposteria.
Ficha técnica
Fecha de realizacion página: 15 de Diciembre de 2.006
Fecha última modificación:
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Bibliografia y Fuentes documentales:
Monasterio de Cañas de Miguel Ibáñez Rodríguez
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