El reino de Palmira fue un estado que mantuvo su apogeo e independencia entre los años 260 y 272 d. C., cuando logró independizarse del imperio romano que señoreaba
el oriente mediterráneo. Su reina Palmira fue icono de esta independencia y su reino solo duró el tiempo que ella estuvo con vida. En el momento de máximo esplendor, el reino de
Palmira llegó a dominar: Siria y Palestina, y territorios del norte de Arabia (la Arabia Pétrea), Asia Menor (actual Turquía) y el este de
Egipto aunque sentada en su trono.
Tuvo como vecino incomodo, al gran
imperio persa sasánida, al que arrebató algunas zonas.
Su capital era la ciudad de Palmira, en la actual Siria. Palmira "la perla del desierto",
era una ciudad en la ruta de las caravanas, por lo que gozaba de considerable pujanza económica y social.
La historia del reino de Palmira comienza con un noble oriundo de Palmira, pero con ciudadanía romana: Odainath, latinizado Odenato (* Palmira, Siria 220 † Homs, Siria 267).
Este aprovechando la crisis que sufría el
imperio romano durante el siglo III d. C., consiguió un importante y alto estatus ante las autoridades romanas, que le llevaron a
intervenir en asuntos romanos y en participar en campañas militares contra los persas sasánidas, enemigos naturales de los romanos.
En 260 d. C., el emperador
Valeriano había sido derrotado y hecho prisionero en la batalla de Edesa (actual Turquía)
por el emperador persa Sapor I (r. 241 - 272), lo que suponía una afrenta descomunal para Roma y una prueba palpable de la debilidad de Roma en Oriente Próximo.
Odenato instituyó de facto un reino independiente, aunque fuertemente vinculado al imperio romano, pues Odenato ejercía de contrapoder del imperio persa que por
este flanco atacaba el imperio romano, que por otra parte ya hemos comentado, se encontraba
en crisis con constantes enfrentamientos entre emperadores.
En 267 Odenato es asesinado por su sobrino Meonio por un asunto de orden doméstico, en la subsiguiente lucha por el poder salió victoriosa
Zenobia, segunda esposa de Odenato, quien ejerció el poder
en nombre de su hijo pequeño, Vabalato. Una de las primeras medidas que tomó Zenobia fue la ejecución del asesino.
Con la muerte de su esposo, Zenobia (* Palmira, Siria 240 † Roma, después del 274)
se convirtió en regente, de facto, en reina de Palmira. En tan solo cinco años, logró imponer su hegemonía sobre Egipto y amplias zonas del imperio romano y persa, reclamando
hacia el 269 la corona del faraón para su hijo Vabalato. La debilidad de los imperios romano y persa (ambos enemigos), ayudó a consolidar y aumentar su poder en amplísimas zonas
de Próximo Oriente.
En el año 272 mientras se encontraba en Egipto, Zenobia que dirigía personalmente el ejército,
fue derrotada en la batalla de Emesa (actual Homs, Siria) y hecha prisionera por el emperador
Aureliano, que la envió a Roma
como cautiva. Allí se pierde el rastro de la
reina Zenobia, no se sabe si fue ejecutada o incluso se especula que vivió recluida con todo lujo, hasta que murió por causas naturales.
En la actualidad, las ruinas de Palmira están declaradas desde 1980 por la Unesco, Patrimonio de la Humanidad. En tiempos de la reina Zenobia, Palmira era una de las
ciudades orientales más monumentales y bellas de todo Oriente Próximo, con templos, edificios públicos, monumentos y jardines. Durante la actual guerra civil siria, el
Estado Islámico tomo la población y destruyeron gran parte de sus edificios.
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