El Palacio de los Almirantes de Aragón o simplemente el
Palacio del Almirante, es un edificio de traza gótica (siglo XV) con importantes remodelaciones del siglo XVIII. Aun así y a pesar de todo, conserva su
impronta gótica por los cuatro costados. El interior guarda
numerosos elementos originales, como el patio central con el
pozo y la escalera de acceso a la primera planta, en la que destaca la
logia o galería de ventanas ojivales de su primer piso. Se trata pues de un palacio del gótico civil valenciano del siglo XV, modificado en el siglo XVIII y
rehabilitado en el siglo XX siguiendo sus trazas góticas originales.
Jaime I entregó el solar sobre el que se levanta la casa, al Almirante de Aragón, de donde toma su nombre. El Almirante de Aragón era una dignidad que
ostentaba el mando de la flota de la Corona de Aragón. La dignidad de Almirante nació en el siglo XIII en la Corona de Castilla con el rey Fernando III el Santo y
de aquí daría el salto a la Corona de Aragón con Jaime I el Conquistador con la conquista de Mallorca y el control de la costa mediterránea.
En 1364 el título de Almirante de Aragón se haría efectiva y
hereditaria en la persona de Hugo Folch de Cardona.
Con posterioridad el título y el palacio pasaría a manos de los marqueses de Guadalest y a los marqueses de Ariza, en las familias Folch de Cardona y
Palafox.
El edificio se articula en sótano, planta baja, entresuelo, planta noble y piso superior. En su fachada principal es donde esta articulación es bien visible.
Cuatro ventanucos a nivel de suelo de calle sirven para iluminar el sótano, cuatro vanos adintelados, dos a cada lado de la portada nos marcan el
piso entresuelo, cuatro grandes
balcones, uno de ellos sobre la portada nos sitúan el piso principal y otros cuatro balcones más pequeños nos marcan
el segundo piso.
La fachada fue reformada en el siglo XVIII siendo sus propietarios los marqueses de Guadalest. La portada principal es adintelada y en
su dintel podemos observar un
escudo heráldico con los blasones de los linajes de Palafox y Cardona, ya que uno de sus propietarios fueron el matrimonio formado por
Francesc Folch de Cardona Lygne (V marqués de Guadalest) y Lucrecia de Palafox (hija del II marqués de Ariza). En el escudo podemos ver tres fajas
con tres crucetas en cada una de ellas (linaje de los Palafox) y flores de cardo (linaje de los Cardona). Rodeando la parte superior del escudo podemos leer
IN HOC SIGNO VINCES (con este signo vencerás) alusivo a la leyenda constantiniana de la cruz de Cristo. En las jambas de la portada podemos ver
unos círculos labrados en piedra como únicos elementos decorativos de la misma.
Esta fachada se encontraba
decorada con pinturas al fresco, hoy perdidas, y en ella solo observamos
balcones adintelados con antepechos de forja y
ventanas rectangulares de estructura gótica. La fachada se encuentra ausente de toda decoración, aunque junto a la puerta se ha
encontrado un
grafiti en blanco y negro representando una cruz y que se ha dejado como tema decorativo. Las ventanas rectangulares que forman
el piso entresuelo disponen de
alargadas y estilizadas columnillas de estilo gótico mediterráneo.
El interior del palacio se organiza alrededor de un patio central descubierto que mediante una escalera en piedra lleva al piso superior donde
se encuentran los salones nobles que asoman al patio central.
Nada más traspasar la portada, accedemos a un zaguán con cubierta de madera decorada con bandas rojas y amarillas.
A su izquierda unas cortas escaleras permiten el acceso a una puertecilla de época moderna formado por
un arco conopial que nos lleva a la planta entresuelo donde se ubican despachos oficiales.
Desde aquí y a través de un gran
arco apuntado, entramos en el patio interior descubierto. Patio típicamente gótico; en él observamos el pozo con brocal y la escalera principal de piedra,
realizada en ángulo, en ella podemos observar una
moldura quebrada que se corresponde con los escalones de la escalera.
La planta baja que gira alrededor del patio, está formada por una galería cubierta sustentada por arcos apuntados rebajados, que apoyan
en pilares rectangulares. En el patio a destacar la presencia del pozo con brocal original del siglo XV.
El piso noble abre al patio a través de una galería con arcos ojivales sustentados en estilizadas columnas de fuste poligonal, capiteles troncopiramidales y
basas. El techo de la galería está formado por
casetones de madera en cuyo interior encontramos baldosas de cerámica.
En el segundo piso podemos observar algunas
ventanas geminadas con arquillos trilobulados de inspiración gótica y parteluces en forma de columnas. Este conjunto de ventanas se abren al
patio solo en tres de sus cuatro lados.
En 1925 los arquitectos Joaquín Rieta Sister y Antonio Gómez Davó efectuaron obras de reforma tanto en el interior como en el patio.
Durante la restauración del edificio entre 1985 y 1990 para sede de la Conselleria de Hacienda (que es el uso que hoy tiene), se recuperaron un artesonado
barroco y otro renacentista.
Por el estrecho callejón que se abre a la izquierda
de la fachada se accede a los
Baños del Almirante, una construcción de principios del siglo XIV que sigue el modelo de los
baños musulmanes con tres salas: fría, tibia y caliente, delimitadas por columnas y con un vestíbulo de acceso. Aunque en muchas guías
se les menciona como baños árabes, esta ampliamente demostrado que son de época cristiana y no árabes. Los baños conocidos como del
Almirante aunque en principio fueron construidos por el mismo dueño del palacio, bien pronto se hicieron independientes y solo guardan relación
con nuestro palacio por llevar el mismo nombre.
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