Los orígenes del actual Mercado Central hay que buscarlos en tiempos musulmanes. En aquella época en el conocido como arrabal
de la Boatella, extramuros de la ciudad, se asentaba un mercado o zoco musulmán.
En 1261 después de conquistada Valencia por el
rey
Jaime I el Conquistador, este concede un privilegio a la ciudad para celebrar mercado semanal en la zona de la Boatella. Años
después el rey Pedro IV el Ceremonioso autoriza a que el mercado tenga carácter diario y al construirse un nuevo
perímetro amurallado este queda intramuros de la ciudad. El mercado aunque permanente estaba formado por puestos que
se montaban por la mañana y se desmontaban al anochecer. Básicamente consistía en espacios cubiertos por toldos o lonas y en
cestos de mimbres o esparto se colocaban los productos de la huerta.
A raíz del decreto de desamortización de Mendizábal de 1838 el
Convento de las Magdalenas es derruido y sobre él, se construye el
Mercado Nuevo o de los Pórticos. Inaugurado en 1839 tuvo corta vida ya que en realidad se trataba de un espacio descubierto al aire libre
con un pequeño pórtico de donde le viene el nombre. Bien pronto se hizo necesario la construcción de un nuevo
mercado que cubriese la creciente demanda de una población burguesa y en constante auge poblacional.
Nace así el Mercado Central de Valencia.
El Mercado Central de estilo modernista queda como el edificio más representativo de los primeros años
de 1900 en una ciudad rodeada de huerta.
Posee una superficie total de 8.160 metros cuadrados. Su planta es un polígono irregular de
catorce lados y está dividida en dos zonas: una para la venta del pescado y la otra para productos de huerta y salazones principalmente.
Tiene una gran
cúpula peraltada de 30 metros de altura en el centro que cubre la zona de huerta y otra
cúpula más pequeña en la zona de la pescadería. El sótano se usaba para la subasta de pescado.
La cerámica, el hierro, la piedra, y las vidrieras, adornan profusamente interiores y
exteriores de este gran edificio dedicado al comercio. Destacan las vidrieras con los colores de la señera valenciana en la
fachada del edificio.
Comenzado en 1914 por los arquitectos Alejandro Soler March (1873-1949) y Francisco
Guardia Vial (1880-1940), antiguos colaboradores del arquitecto catalán Lluís Doménech Montaner
(1850-1923), las obras del "Mercat
Central" concluyeron en 1928, ya bajo la dirección
de Enrique Viedma y Ángel Romaní, siendo inauguradas por Alfonso XIII el 23 de enero de 1928.
La planta del edificio se adapta a la forma de la parcela que ocupa, resolviéndose sus cubiertas por medio de innovadoras cúpulas y diferentes
techumbres inclinadas. La armadura de cubrimiento remite a las grandes arquitecturas
industriales del hierro, como las de la estación del Norte o el mercado de Colón,
mientras que los muros perimetrales, que apenas tienen función de sustentación sino
más bien de cerramiento, están provistos de zócalos cerámicos policromos en su base y
de “mallorquinas” metálicas en su extremo superior.
Los zócalos cerámicos provenientes de la fábrica de La Ceramo de Benicalap dan el contrapunto perfecto a una arquitectura industrial
del hierro que hace del edificio, un ejemplar único en la arquitectura modernista valenciana.
También reseñar como elemento decorativo la veleta con forma de
pez espada en lo
alto de la cúpula de la pescaderia, en contraposición a su compañera de la zona de huerta que es un ave, más concretamente una
cotorra. La cotorra se alza sobre una
corona real.
Y destacamos la veleta, que tiene nombre propio, la "Cotorra del Mercat", porque en torno a ella existe una cierta leyenda un poco
indefinida. Su condición
de cotorra hace alusión a los chismes o cotilleos que siempre han sido habituales en los mercados. También se pone en contraposición
a la veleta de la
Iglesia de los Santos Juanes, conocida como el "Pardal de Sant Joan", ambos en constante lucha imaginaria, la cotorra
como emblema de lo mundano y el águila de San Juan como emblema de lo espiritual. Dos concepciones de la vida en un mismo espacio o lugar.
Plaza que ha sido centro comercial de la huerta valenciana desde que los musulmanes ocuparon la ciudad y que en la actualidad sigue siendo
centro principal del comercio huertano valenciano.
El Mercado Central en el recuerdo
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