La parroquia de san Luis Bertrán se encuentra en el conocido pero alejado barrio de la Fonteta.
San Luis Bertrán fue beatificado por el
papa Paulo V en 1608. Para conmemorar esta efemérides se levantó ese mismo año
una ermita en este lugar, entonces en la huerta de Ruzafa, y donde según la tradición existía una fuente de aguas
curativas que habían sanado a san Luis Bertrán. Fuente y santo quedaron por tanto unidos a esta tierra que con el correr de los siglos acabaría transformándose en
un barrio de la ciudad. La ermita situada en la huerta de Ruzafa quedó adscrita a la
iglesia de san Valero y san Vicente Mártir de
Ruzafa, entonces todavía pueblo independiente de la ciudad de Valencia.
Sobre la antigua ermita, pequeña y algo abandonada después del saqueo de los franceses durante la guerra de la independencia,
el prohombre de corte conservador Francisco Javier Borrull Vilanova (* Valencia 1745 † 1838) promovió en
1832 la reconstrucción del templo que pudiera dar cabida a la numerosa población huertana que ya existía en esta zona.
Con la elevación a parroquia de la ermita en 1902, se renovó completamente el templo, obras que se darían por concluidas en 1909 con
la finalización de la fachada y la torre campanario y dotándola de su actual configuración.
Durante la guerra civil española la iglesia fue usada como almacén de municiones, por lo que una vez finalizado el conflicto tuvo que ser restaurada y vestida nuevamente
con imágenes y decoración pictórica.
El templo tiene planta rectangular, tres naves de cuatro tramos, testero recto, nave de transepto no sobresaliente en planta y cuatro capillas en cada una
de sus naves laterales. Coro alto a los pies.
Construida en ladrillo con formas ligeramente barrocas. El templo se cubre en su nave central con nave de cañón reforzada con arcos fajones que
descansan en un entablamento que apoya a su vez
en pilastras con capiteles de orden compuesto de estilo corintio. Los arcos formeros (los que separan la nave central de las
laterales) son de medio punto. La cubrición de las naves laterales y de la nave de transepto son de bóvedas de arista. Todo el interior se encuentra acabado
con revestimiento de yesería.
Las pinturas murales interiores realizados con la técnica de al fresco son obra de 1941
del pintor Remigio Soler Tomás (* Agres, Alicante 14-10-1897 † Agullent, Valencia 14-08-1983) y representan escenas alusivas a la vida y milagros del santo titular.
En el centro del presbiterio,
la Apoteosis de san Luis Bertrán, a la izquierda El milagro de la pistola y a la derecha La muerte de san Luis Bertrán en presencia de san Juan de
Ribera. La torre campanario es trabajo del maestro de obras y religioso franciscano fray Mateo Company (Maceo Company).
En los cuatro lados que forman el piso alto de la torre
se pueden ver cuatro esferas de reloj (una por lado) lo que permitía conocer la hora desde cualquier punto de la huerta circundante. En el cuerpo superior la sala de campanas y
rematando la torre una terraza con balaustrada y un templete. La sala de campanas alberga cuatro de ellas: la Puríssima menor (1909), la Filomena Asensi
(1925), la Josepa Rosari (1925) y la Puríssima major (1971).
Sobre la puerta de la fachada principal, en el interior de una hornacina, figura de san Luis Bertrán, de reciente ejecución. A ambos lados
de la portada dos tondos cerámicos realizados en 1978 por artesanos de Manises, a la izquierda representación de
La curación de un niño en presencia de
san Juan de Ribera y a la derecha
Los cuatro milagros de la fuente.
El altar mayor está presidido por tres imágenes: en el centro el titular del templo san Luis Bertrán, a la derecha san Vicente Ferrer, a la izquierda
san Isidro Labrador. El retablo mayor original fue destruido en 1936, las imágenes son reposiciones posteriores a la guerra.
Las capillas del interior del templo están dedicadas a: la Virgen del Rocío, la Virgen de los Desamparados, san Antonio de Padua, la Virgen
del Perpetuo Socorro, san Antonio Abad, la Virgen del Carmen y la Inmaculada Concepción.
Frente a la iglesia en una zona ajardinada encontramos una cruz de hierro elevada sobre un zócalo y un pilar, esta
cruz no se corresponde con ninguna cruz de término solo
es un elemento decorativo de la iglesia y de su plaza. En uno de los laterales del jardín podemos ver
la fuente que da nombre al barrio. Junto a la iglesia una casa que se
corresponde con lo que fuera antaño la casa del rector, hoy destinada a fines culturales.
A destacar que en el zócalo donde se alza la cruz de hierro, se puede leer o mas bien adivinar una inscripción, y en concreto una fecha 1832 por lo que se
considera que dicho zócalo debió tratarse de un pilar que formaba parte de la antigua ermita demolida para construir la actual iglesia.
En la misma plaza también podemos encontrar una
casa que por su tipología huertana podemos fechar en el primer tercio del siglo XX.
La iglesia de san Luis Bertrán en el recuerdo
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