Iglesia de Nuestra Señora del Puig -
Casa de la Misericordia - Plaza de Vicente Iborra nº 1

La iglesia de Nuestra Señora del Puig es la que antes fuera iglesia de la Casa de la Misericordia. Hablemos unas pocas líneas sobre esta institución ya desaparecida pero que sin embargo todavía conserva vigencia en el imaginario colectivo de la ciudad.

Casa de la Misericordia A iniciativa del consell de la ciutat en 7 de octubre de 1670 se creó la Casa de Nuestra Señora de la Misericordia y de Todos los Santos, popularmente conocida como Casa de la Misericordia. Se trataba de una institución con fuerte carácter religioso que tenía como fin, sacar de las calles a los pobres que deambulaban por ellas y darles cobijo y alimento. Su ingreso era obligatorio y tenían que realizar un trabajo a cambio del sustento. Se encontraban en régimen interno y en la práctica desarrollaban su actividad en la misma institución con pocas necesidades de salida. La creación de la institución fue promovida por la ciudad pero su gobierno, administración y mantenimiento estuvo en manos del arzobispado de Valencia. Fue su principal impulsor el arzobispo Luis Alfonso de los Cameros bajo cuyo pontificado se creó la institución benéfica.

La institución fue inaugurada oficialmente en 25 de marzo de 1675 construyéndose en terrenos de la antigua morería, hoy correspondiente al barrio del Carmen. En 1849 la institución hasta entonces bajo el patronazgo del arzobispado pasó a depender de la Junta Provincial de Beneficencia, creada para gestionar y administrar los establecimientos benéficos de la provincia. En 1858 al ser suprimida la junta, es la Diputación Provincial quien se hizo cargo de la institución hasta su disolución en 1981. En la II república (1931-1939) la institución fue llamada Instituto de Asistencia Social Gabriela Mistral. En 1949 y ante el desastroso estado en que se encontraban las instalaciones de la institución, estas fueron demolidas y se levantó un nuevo establecimiento en la partida de san Miguel de Soternes, cerca de la actual avenida del Cid y Hospital General. La nueva casa de la Misericordia situada en la actual calle Casa de la Misericordia nº 34 es obra realizada en 1952 por el arquitecto Luis Albert Ballesteros. La institución de la Casa de la Misericordia desapareció como tal en 1981 y hoy día es un "Centro Público de Formación Profesional" llamado Misericordia.

En resumen podemos decir que la institución de la Casa de la Misericordia ha tenido tres sedes: la primera entre 1670 y 1949 en el barrio de la morería, entre 1949 y 1954 y con carácter provisional (mientras se construía la nueva casa) en el seminario metropolitano de la calle Trinitarios y desde esta última fecha hasta su desaparición en 1981 en las instalaciones de la calle Casa de la Misericordia.

La casa de la Misericordia tenía una gran extensión y se encontraba a espaldas de la ya desaparecida iglesia de san Miguel y san Dionisio. El edificio fundacional fue erigido entre 1670 y 1675 y tuvo una primera gran reforma en el siglo XVIII bajo el pontificado del arzobispo Mayoral. Sin embargo la gran reforma y la apariencia por la que es conocida tuvo lugar hacia finales del siglo XIX. En estas fechas se remodelaron totalmente las instalaciones y se construyó una nueva iglesia. El edificio en la configuración que llegó hasta nosotros se levantaba con semisótano, planta baja, dos pisos altos y desvanes.

La portada de entrada fue construida en 1671, tenia dos cuerpos, en el inferior se encontraba la puerta adintelada en cuyo dintel se encontraba el escudo arzobispal como patrono de la institución y en la parte superior un pequeño cuerpo con una hornacina decorada con aletones y una imagen en piedra de la Virgen de la Misericordia. Esta portada fue obra del picapedrer Bernat Pons.

En el último cuarto del siglo XIX, hacia 1877, el arquitecto provincial Joaquín María Belda Ibáñez acometió una total reestructuración del edificio levantando nuevas salas y ampliado la extensión de las instalaciones. Se crearon talleres, escuelas, cocinas, aseos, comedores, lavaderos, habitaciones para hombres y mujeres, siempre separados por sexos, así como nuevos patios llegando a sumar un total de cuatro. Las reformas continuaron con sucesivas ampliaciones que se alargaron hasta el primer cuarto del siglo XX. Con Belda Ibáñez colaboró el maestro de obras Vicente Bochons Llorente.

Iglesia de Nuestra Señora del Puig La iglesia como ya hemos comentado era la iglesia privada de la Casa de la Misericordia, aunque también estaba abierta a los fieles de la calle. Al ser derribada la institución caritativa, la iglesia fue respetada ya que mantenía culto a los fieles de la calle, así pudo salvarse de la piqueta, aunque la iglesia entró en fase de abandono y semirruina. En 22 de abril de 1956 la iglesia es cedida a la orden de la Merced que la convierten en un templo de la orden y la intitulan como Nuestra Señora del Puig.

La iglesia antigua fue levantada entre 1680 y 1684 con una sola nave, tejado a doble vertiente y espadaña de un solo vano en el vértice del hastial de la fachada principal. Fueron sus artífices el obrer de la vila Joan Claramunt con la participación de Berhomeu Mir, mientras que el interior estuvo a cargo de Francesc Padilla. El retablo mayor fue obra del escultor Thomás Such y el pintor Manuel Babiloni.

Hacia finales del siglo XIX se constata la necesidad de un nuevo templo al haberse quedado pequeño para las necesidades de los asilados y de los fieles. En 25 de octubre de 1875 se coloca la primera piedra, es su arquitecto Joaquín María Calvo Tomás cuyos planos había trazado en 1872. Con Calvo Tomás participó en las obras, el maestro de obras Vicente Bochons Llorente y como oficial mayor Peregrín Bondía. La obra está realizada en mampostería y ladrillo sobre un zócalo que sirve de base. Las obras se dilataron hasta 1883 en que se dieron por finalizadas.

La iglesia al exterior presenta una configuración un tanto extraña para los estándares conocidos valencianos, se configura como un templo neorrománico bizantino muy alejado de los templos barrocos valencianos a los que estamos acostumbrados. Tiene planta de cruz latina, gran atrio rectangular de entrada donde se abren tres puertas de acceso. El interior tiene una nave central y dos capillas en cada uno de sus lados comunicadas entre sí. Cúpula y tambor sobre el crucero y presbiterio poligonal. A la derecha de este, la sacristía y a la izquierda la capilla de la comunión. La iglesia se cubre con bóvedas de crucería mientras que la del presbiterio lo hace con crucería estrellada. Dispone de tribunas abiertas a la nave central hoy parcialmente cegadas, para permitir que los asilados y trabajadores pudieran seguir la misa sin contacto visual con los fieles de la calle. En el momento de su erección su fachada recaía al patio interior y no al exterior como hoy día podemos ver. Todo el conjunto de la iglesia a excepción de la fachada donde se encuentra la fachada principal, está abrazada por edificaciones que ocultan la iglesia y que son construcciones anexas al templo, realizadas en la década de los años sesenta del siglo XX.

La portada avanza sobre el fondo del muro de la fachada enmarcando todo el conjunto. El acceso es en arco de medio punto con dos arquivoltas apoyadas en dos pares de columnas y un guardapolvos que apoya en ménsulas. Por encima de esta y enmarcada por una moldura encontramos un ovalo con la Virgen de la Caridad y rematando una cruz. En un segundo nivel una gran conjunto formado por una triple arcada de medio punto que sirve para la iluminación del templo. Más alto un óculo que en su día alojó un reloj y por encima una galería de arquillos ciegos de reminiscencias románicas. Como remate en el vértice del hastial un pequeño templete-campanario con cubierta piramidal. A ambos lados de la fachada dos estilizados pináculos rematando los contrafuertes de la fachada y acabados en una cruz.

El campanario en su sala de campanas tiene dos campanas en uso, la primera la conocida como María Mare de Misericòrdia de 1883 y la segunda llamada Mercedes de 1958, colocada ya siendo titular la orden de la Merced.

La iglesia de Nuestra Señora del Puig en el recuerdo