Comarca de la Jacetania
Ermita de San Adrián de Sasabe - Borau

La ermita de San Adrián de Sasabe pertenece al término municipal de Borau, en la comarca oscense de la Jacetania. También se ha utilizado la grafía Sasave y Sasau. En origen la ermita se encontraba bajo la titulación de San Adrián y su esposa Santa Natalia, pero con el tiempo la advocación de Santa Natalia ha desaparecido. San Adrián era un soldado romano que murió mártir en el año 306 durante las persecuciones del emperador augusto Galerio. El templo fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1965.

La iglesia es lo único que queda de un antiguo monasterio del siglo X del que solo nos quedan vestigios documentales. Lo primero que hay que resaltar es el lugar escogido para su construcción, ya que se encuentra en una zona inundable muy cerca del río Lubierre afluente del Aragón, lo que ha condicionado la existencia de la iglesia y aún incluso en su actual configuración se puede advertir tal circunstancia. Así sabemos que la iglesia se levanta sobre unos cimientos realizados con estacas de madera lo que de alguna manera permite dar estabilidad al edificio cosa que de otra manera hubiera resultado imposible. No sabemos el motivo por que fue elegido este lugar porque en principio salvo hipótesis más o menos fundamentadas el sitio no es lugar adecuado para una construcción monástica ni de ningún tipo.

En pleno siglo XX la visión que se tenía del templo era una construcción casi totalmente sepultada en el terreno, quedando solo a la vista la parte superior del templo. El edificio se había convertido en lugar de refugio de pastores y la entrada a su interior se realizaba por el ventanal que hoy podemos observar en la fachada Occidental. A lo largo del tiempo el templo ha sufrido continuas inundaciones y arrastre de lodo y tierra que llegó casi a cubrirlo. En el año 1962 las autoridades municipales dieron comienzo a una serie de excavaciones con el fin de desenterrar el edificio y devolver su fisonomía original a la iglesia. En 2001 se realizaron obras de rehabilitación principalmente de drenaje de aguas y conservación de los cimientos de madera.

Una de las tradiciones que se recogen es que en este lugar fue escondido el Santo Cáliz de la Cena que hoy día se encuentra en la Catedral de Valencia. No hay constancia cierta de esta afirmación, pero podría aseverar este hecho los siguientes planteamientos. El Santo Cáliz fue enviado desde Roma por San Lorenzo a su familia que residía en Huesca, la tradición nos dice que la Copa quedó resguardada en el Monasterio de San Pedro el Viejo. Con la conquista musulmana de la ciudad de Huesca en 719, el Santo Cáliz comenzó un largo peregrinaje llevado por los distintos obispos de la diócesis. En el año 1077 quedó establecida definitivamente la diócesis en Jaca y ahí quedó depositado el Santo Cáliz. En este periodo de tiempo entre la conquista musulmana de Huesca y la creación de la diócesis de Jaca, existe un periodo que es conocido como etapa itinerante, durante la cual los distintos obispos tenían su sede en distintos lugares, siendo San Adrián de Sasabe una de estas sedes provisionales y por tanto se presupone que el Santo Cáliz viajaría con ellos.

El monasterio fue fundado en el siglo X por el conde de Aragón Galindo II Aznarez (♛ 893-922 / † 922) sobre otro anterior de origen visigótico. La iglesia fue construida entre finales del siglo XI y principios del XII, se tiene constancia de su consagración por el obispo de Huesca Esteban en 1104, siendo nombrado primer abad Sancho de Larrosa. Para entonces el condado de Aragón ya se había convertido en Reino y en él mandaba Pedro I (♛ 1094-1104 / * ca.1068 † Valle de Arán 28-12-1104).

La iglesia es un templo de planta basilical, construido en piedra de sillería, con cabecera en ábside semicircular orientado al Este, precede al ábside un corto tramo recto. El ábside al exterior divide su semicircunferencia en tres paños separados por cuatro lesenas, dos de ellas marginales o extremas. En la parte superior por debajo del alero corre una colección de quince arquillos ciegos de influencia lombarda (cinco por paño), arquillos que descansan en doce ménsulas decoradas. Centran cada uno de los paños, grandes vanos rehundidos aspillerados con doble derrame y en arco de medio punto sin ningún tipo de decoración. La iglesia recoge tanto influencias jaquesas como lombardas dentro de un estilo románico pleno.

De las doce ménsulas, cuatro son lisas, las ocho restantes están decoradas con diversos motivos: una sola margarita o formando conjuntos, rosetas y círculos con radios. Destacan las ménsulas donde figuran esculpidas una cara de un hombre y que se suele asociar a la figura del abad Sancho Larrosa. Otra de las ménsulas es una cruz de brazos iguales que es sujetada por una mano, imagen asociada a la figura de San Adrián. Destacar que el abad Sancho Larrosa posteriormente sería nombrado obispo de Pamplona en 1122 y que en documentos firmaba con una signatura en forma de cara, de ahí su asociación con este personaje.

En la fachada Septentrión (Norte) junto a la cabecera, se situaba la torre-campanario hoy desaparecida, lo único que queda de ella es el arranque de la misma y apenas levanta su altura sobre el resto del edificio. La entrada a la torre se realiza por el interior del templo previo ascenso por una pequeña escalera de cuatro peldaños. Hoy la planta baja de la torre ha quedado reducida a una sala de planta cuadrangular y cubierta con techumbre de pizarra natural.

El templo dispone de dos puertas de acceso, una situada en la fachada Occidental y una segunda situada en la fachada Sur. Se da la circunstancia que ambas portadas se encuentran en un nivel más bajo que el templo, cosa que no es cierta, ello es debido a que el templo no ha sido totalmente desenterrado y las portadas quedan por tanto a un nivel más bajo. Para superar este inconveniente se construyeron unas escaleras que sirven para superar el desnivel en que se encuentra todavía el templo. Este hecho que es fácilmente perceptible en todo el conjunto del monumento, es más fácil de observar cuando nos situamos en la parte exterior del ábside, donde las ventanas quedan prácticamente al mismo nivel que nuestra vista, ello es debido a que parte del ábside todavía se encuentra escondido unos metros bajo tierra.

La portada situada en la fachada Sur es muy sencilla, un vano en arco de medio punto que taladra el muro y protegida por una moldura en forma de guardapolvos decorada con el típico ajedrezado jaqués de la zona. La moldura descansa en una imposta que sirve de marco al conjunto. Cerca de la puerta una inscripción en el muro nos dice: "HIC REQVIESCVNT TRES EPISCOPI" (Aquí descansan tres obispos). No hay constancia alguna de la afirmación siguiente, pero pudiera ser que esta puerta fuera la antigua entrada que comunicara el antiguo claustro del monasterio hoy desaparecido con el templo, lo que explicaría la inscripción lapidaria un tanto extraña junto a la puerta, pero que cobraría cierto sentido si en este lugar hubiera estado ocupado por una de las pandas del claustro. Los obispos que se suponen debieron estar enterrados en San Adrián fueron: Ferriolus (obispo sisabensis), Fortunius y Atón, conocidos como obispos itinerantes.

La portada principal se sitúa a los pies del templo, en la fachada Oeste. Esta es mucho más elaborada que su compañera sureña. La misma se abre al exterior mediante un cuerpo adelantado, en el mismo se abre un portada semicircular con tres arquivoltas abocinadas, la central con baquetón quíntuple y las otras dos rectas. Protege la última rosca una delgada línea en forma de ajedrezado jaqués. El conjunto descansa en una imposta decorada de entrelazados vegetales que se extiende a lo ancho de la portada. La arquivolta baquetonada central descansa en dos columnas, una de ellas decorada con motivos vegetales y con bolas, mientras que el otro capitel se encuentra demasiado deteriorado para poder interpretarlo pero todo indica que se trataba de un capitel figurado. Resguarda la portada un pequeño tejaroz con cubierta de lajas de pizarra que en épocas más gloriosas sería de mayor tamaño.

El interior está completamente diáfano. La nave se cubre con techumbre de madera (rehecha en 1990), la anterior era del siglo XVIII, el presbiterio (tramo recto) con bóveda de cañón y el ábside con bóveda de cuarto de esfera. Recorriendo todo el perímetro de suelo vemos una canalización que sirve como elemento de desagüe cuando el templo se inundaba cosa que solía ocurrir con bastante frecuencia.

Casi a los pies del templo podemos encontrar una gran bañera de piedra, probablemente una antigua pila bautismal, de cuando los bautismos se realizaban por inmersión. El templo dispone de tres grandes ventanales en arco de medio punto abiertos en la fachada Sur, y un cuarto abierto en la fachada Oeste, aunque este último es de fecha reciente. La fachada Norte no dispone de vanos abiertos en el muro para proteger el interior del frio viento del norte.