Introducción
Nombre: Monasterio de Santa María de Monsalud (Nuestra Señora del Monte de la Salud)
Ubicación: Córcoles (Guadalajara)
Comunidad Autónoma: Castilla-La Mancha - Comarca de la Alcarria
Orden: Cister (conocidos como los monjes blancos)
Declarado Bien de Interés Cultural en 1931 (Monumento Histórico Artístico)
Estilo arquitectónico: románico y gótico con reformas en el siglo XVII.
En estado de ruina consolidadas
Propietario: Junta de Castilla-La Mancha
En las cercanías corre el arroyo de Sacedón
Historia
Los orígenes del monasterio
aunque inciertos pretenden remontarse a tiempos visigodos, cuando el rey godo Amalarico (* 500 † 531), rey entre 526-531
mandó construir una emita en honor a la Virgen María. No hay nada que nos haga pensar en una fundación visigoda por lo menos
en este lugar. No obstante la fundación del monasterio se remonta hacia los años 1140-1141 aunque la primera mención al monasterio
no se produce hasta el año 1167 cuando el arcediano de Huete-Cuenca Juan de Treyes concede la aldea de Córcoles al monasterio cisterciense de
Monsalud.
La falta de datos de su fundación se debe a que en el año 1437 un incendio destruyó el archivo monacal, y solo han permitido
datar parcialmente su fundación en bases orales a veces contradictorias.
La creación del monasterio se debe a la necesidad de repoblar los nuevos territorios que se van arrebatando a los musulmanes, para ello nada mejor que el
establecimiento de la orden del Cister, expertos en la roturación y cultivo de tierras ya que su presencia y buen hacer atraía a repobladores
en busca de tierras y nuevas oportunidades.
Los primeros monjes llegaron desde el monasterio de Scala Dei, y al frente de ellos, el que sería el primer abad del monasterio,
Fortún Donato. Sería su segundo abad, don Raymundo y el tercero don Bueno Emeylino.
En atención a las cualidades sanatorias y de protección de la salud que se le atribuían a la Virgen, el monasterio fue conocido como de Nuestra
Señora del Monte de la Salud, de donde procede el actual nombre de Monsalud.
En 1538 el monasterio quedó no sin cierto enfado de los monjes que lo habitaban,
bajo la observancia de la Congregación de Castilla del Cister (también conocida como Observancia Regular de San Bernardo)
que llevó a profundos cambios en la organización del Cister castellano, sobre todo en lo tocante a la recuperación
de la vida austera que preconizaba el Cister desde sus orígenes.
Hasta ese momento los abades eran elegidos a perpetuidad; bajo la Congregación
de Castilla del Cister, los abades eran elegidos por periodos trienales y con la obligación de residir en el monasterio, cosa que hasta ese momento no se
cumplía o se hacía parcialmente. El nuevo orden establecido por la Congregación de Castilla pretendía poner orden en los conventos cistercienses, en muchos
de los cuales entre los que incluimos Monsalud había llevado a una situación de absoluta miseria y dejadez.
Dos caballeros de la
Orden de Calatrava estuvieron enterrados en el claustro monacal:
Nuño Pérez de Quiñones (cuarto Gran Maestre de la
Orden) y Sancho de Fontova (Comendador de la Orden). No entraba dentro de la vida cisterciense que personajes ajenos a la comunidad fueran
enterrados en el monasterio, pero dada la cercanía fraternal entre los cistercienses y la Orden de Calatrava, estos llegaron a permitir la sepultura
de estos caballeros en el monasterio. Aún así, no parece que este clara una cierta relación de confraternidad entre la Orden Calatrava y el monasterio, más
allá de contactos puntuales y esporádicos.
En 1835 con la desamortización de Mendizábal los monjes fueron expulsados del monasterio y la orden suprimida. Las tierras circundantes pasaron a
manos privadas y el monasterio quedó como preciosa cantera para la construcción de viviendas, mientras que la maleza y los agentes atmosféricos
hacían propia su labor de destrucción.
Características
En origen el monasterio se encontraba rodeado por una cerca de piedra y algunas garitas que separaban la vida claustral del exterior. En el exterior
se situaban dependencias auxiliares: almacenes, cuadras, hornos etc. y sobre todo la huerta, base de la economía autosuficiente del monasterio.
Portería o Capilla Nueva.
Esta construcción que es la primera que nos sale al paso, en la actualidad se encuentra exenta y un tanto solitaria, pero en origen estaba unida al
monasterio por una cerca que formaba un pequeño patio interior, cuya fisonomía todavía se puede vislumbrar, vista desde arriba.
Construida en estilo clasicista durante el siglo XVII, está realizada en piedra sillar y se encuentra bastante bien
conservada. Solo nos queda en su interior una sala vacía que se cubre con una
bóveda de casquete de piedra. De la antigua cerca que rodeaba el monasterio
solo resta un lienzo de muro parcialmente conservado.
Abre al exterior una entrada en arco de medio punto, flanqueada
por dos pares de semicolumnas adosadas en cuyos intercolumnios podemos encontrar dos pequeñas hornacinas en la actualidad vacías. Remata el conjunto
un entablamento con altorrelieves de San Benito de Nursia (con báculo y el libro "Regula Monacorum" o Regla monástica benedictina)
y San Bernardo (fundador del Cister) con báculo y en actitud de oración, ambas en los extremos, mientras que
la hornacina avenerada central permanece vacía. Bajo la hornacina central, sobre la clave del arco que forma la puerta, en mejores tiempos debió
campear un escudo hoy desaparecido. En el frontón
triangular superior la imagen del Padre Eterno en actitud de bendecir y con la esfera del mundo en una de sus manos.
Antigua entrada hospedería
La entrada propiamente dicha al monasterio se realizaba por una puerta que a través de un vestíbulo
distribuía el espacio hacia la hospedería, situada en el flanco derecho, la
zona de conversos situada en el flanco izquierdo y el claustro situado al frente.
La portada realizada hacia 1584 en tiempos del abad fray Froilan de Mendiola, destaca por
la bóveda de crucería con terceletes que podemos encontrar en el vestíbulo. En la parte superior de la portada podemos ver el escudo de la Congregación
Cisterciense de Castilla. La portada de traza clásica muy sencilla, solo destaca por su frontón en el cual se inserta el escudo de la Congregación de
Castilla. El resto de la fachada que mira al exterior es un simple muro que abre sencillas ventanas adinteladas. Una rampa de reciente construcción salva
el desnivel entre la entrada y el suelo raso.
Claustro
Reedificado en el siglo XVI ya bajo la autoridad de los abades reformadores de la Congregación de Castilla.
Dos son las entradas principales al claustro. La primera desde el vestíbulo que ya hemos comentado y la segunda desde el templo reservada principalmente
para los monjes.
La entrada al claustro desde el templo, se
realiza a través de una portada (hoy impracticable) que se abre en el primer tramo de la nave lateral del evangelio. El claustro es de planta cuadrada, dispone de
siete tramos por panda, todas ellas cubiertas con
bóvedas de crucería con terceletes cuyos nervios apoyan en ménsulas de los muros.
El claustro conserva la cubierta de tres de sus pandas, habiendo
desaparecido la cubierta de la panda Este donde se sitúa la Sala Capitular.
Destacan estas bóvedas por su estructura gótica a base de bellos y complicados nervios en forma estrellada.
El claustro fue iniciado en 1563 bajo la autoridad del abad fray Cristóbal de Valdeunquillo. Está realizado principalmente en piedra arenisca, material
que si bien es cierto facilita mucho el trabajo de los canteros, es fácilmente degradable ante la acción atmosférica como podemos comprobar a simple
vista. Los últimos trabajos y la finalización del claustro fue bajo el abadiato de fray Gaspar de los Reyes.
Las pandas abren al jardín interior a través de arcos de medio punto que apoyan en pilastras muy sencillas cuya única decoración son unos pequeñas
molduras por sus caras intermedias. Podemos encontrar fuertes y pesados contrafuertes entre cada uno de los cinco arcos que abren al interior
del claustro.
Como tónica propia del Cister desde sus orígenes, la ausencia de decoración ya no solo en el claustro sino en el resto de las dependencias es mas que
evidente, esta tendencia solo es rota por las complicadas bóvedas de crucería que cubren las distintas pandas del claustro.
En el ángulo que forman la panda Este y la Sur, encontramos dos grandes nichos o aberturas en la pared y que por conocimiento de otros
monasterios cistercienses debían de tratarse del
"armarium" o armarios donde se guardaban los libros sacros que los monjes leían mientras
permanecían en el claustro. Una vez utilizados eran vueltos a guardar. Estos armarios se abrían al interior de la panda a través de arcos
apuntados y normalmente se encontraban cerrados por puertas de madera.
En la panda Este, encontramos un pasadizo que comunicaba el claustro con la huerta. En ocasiones este espacio es conocido como locutorio, porque
era el lugar donde el abad repartía los trabajos diarios en la huerta a los monjes.
Sala Capitular
De planta rectangular, se sitúa en la panda oriental (Este) del claustro. De estilo gótico, se divide en seis tramos cubiertos con bóvedas de crucería, a razón de
dos naves de tres tramos. Las bóvedas apoyan en dos
columnas centrales exentas con capiteles de perfil octogonal decoradas con
motivos foliáceos.
Abre al claustro a través de una portada apuntada, flanqueada por dos ventanales también apuntados. En el muro que enfrenta con la entrada a la sala encontramos
tres vanos aspillerados de fuerte derrame interior que proporcionaban la luz necesaria al interior de la Sala. Destaca el vano del tramo central que además
de abrirse en forma de aspillera dispone de una abertura circular por su parte superior.
En la base de estos ventanales de la entrada se encontraban las sepulturas de dos caballeros de la Orden de Calatrava que quisieron reposar
en el monasterio. Dos inscripciones epigráficas podemos encontrar en el lugar, no así las sepulturas que han desaparecido;
la inscripción de Nuño Pérez de Quiñones (cuarto maestre de la Orden de Calatrava)
se data en 1202 mientras que
la inscripción de Sancho de Fontova (Comendador de la Orden) se data en 1263.
La inscripción de Nuño dice traducida al castellano: Aquí yace don
Nuño Pérez de Quiñones, cuarto maestre de Calatrava, que murió el año de la era de 1240 (que corresponde al 1212 de nuestra era). La inscripción de
Sancho de Fontova dice traducida del latín al castellano: Aquí yace don Sancho de Fontova, que Dios perdone, que murió el día 7 de marzo de la era
de 1301 (que corresponde al 1263 de nuestra era).
Sin tener constancia cierta, podemos pensar que esta sala construida en el siglo XVI al mismo tiempo que el claustro, vendría a sustituir a
otra sala con estructura románica de los siglos XII-XIII.
Por encima de la sala capitular en un segundo piso, se encontraban los dormitorios o celdas de los monjes.
Una escalera, hoy en día bastante
reconstruida y situada junto a la Sala Capitular comunicaba con el segundo piso. Esta escalera fue construida hacia 1575 siendo abad del monasterio
fray Juan de la Cruz.
Refectorio o Comedor de los monjes.
Situado a continuación de la panda Este, sobresale perpendicularmente sobre la superficie del claustro. De planta rectangular, construido en
el siglo XVII, venía a sustituir a otro de menor tamaño. En la actualidad permanece en pura ruina, solo dos de sus paredes se alzan sobreviviendo
a duras penas. Difícilmente podemos ver los restos de lo que fue el púlpito desde donde el monje lector, acompañaba la comida de los monjes con
sus lecturas sacras. Como solía ser habitual la dieta de los monjes era prácticamente a base de verduras de su propia huerta y ocasionalmente
carne en cantidades muy escasas.
Podemos ver los arranques de los arcos que descansan en una imposta corrida que rodea el perímetro de la estancia, y las pilastras adosados que
reforzaban el muro. Grandes ventanales adintelados en cada una de las crujías, nos habla de la gran cantidad de luz que podía penetrar en su
interior, lo que nos hace imaginar que esta sala debía de ser una de las más iluminadas de todo el monasterio.
Junto al refectorio, la cocina y una pequeña sala de planta cuadrada identificada como sala de monjes, y que
servía para realizar tareas manuales o de "scriptorium". Toda esta zona como ya hemos comentado se encuentra en pura ruina.
Iglesia monacal
Templo de planta de cruz latina, tres naves finalizadas en otros tantos ábsides semicirculares escalonados formados en su interior por
dos tramos. La nave central más alta y ancha que las laterales, nave de transepto y crucero. Los ábsides laterales se cubren con bóveda de horno
de tradición románica, mientras que el central precedido por un tramo recto se cubre con
bóvedas nervadas también de horno. Tres vanos aspillerados se abren en el ábside central, mientras que los laterales tienen que conformarse
con uno solo.
El templo fue iniciado en el siglo XII (ca.1170) en estilo románico, y las obras se prolongaron en los siglos XIII y XIV, siendo la cabecera
y el transepto las partes más
antiguas, mientras que las cortas naves longitudinales se corresponden al siglo XIV en un estilo ya gótico. Las naves se cubren con bóvedas de crucería que
apoyan en pilastras de sección cuadradas y columnas adosadas a las mismas.
Los dos tramos de la nave del transepto se cubren con bóvedas de cañón apuntado.
Los ábsides disponen bajo el alero exterior, de una serie de veintiocho canecillos en forma de modillones de rollos.
En el interior del ábside central podemos ver en un hueco del muro lateral un
lavamanos con decoración de tradición mudéjar y arcos polibulados. Un canalillo servía para recoger el agua en el lavamanos. Otra
hornacina abierta en el muro junto al lavamanos servía de credencia para albergar los objetos litúrgicos propios de la Eucaristía.
Más fotos de la Iglesia del Monasterio
En la fachada Este del claustro, junto a la Sala Capitular encontramos una pequeña sala de planta rectangular, es la antigua sacristía que se
encontraba cubierta con bóveda de cañón apuntada. Hoy día sirve de camino de paso para la entrada a la iglesia. En el siglo
XVII, tuvo que construirse una nueva y más amplia sacristía ya que esta última era demasiado pequeña para las necesidades del ajuar litúrgico. A espaldas
de la Sala Capitular, se levantó la conocida como Sacristía Nueva y en su muro testero se levantó una pequeña capilla que hacía de oratorio con su
pequeño altar.
En la clave central del arco de medio punto que da acceso a esta capilla
se puede leer: 1674. Los muros levantados en mampostería se encontraban encalados, tanto para disimular la pobreza de la
construcción como para mantener la higiene del convento.
La iglesia dispone de dos puertas de acceso desde el exterior, la de los pies situada en la fachada occidental, es renacentista
del siglo XVI. La situada en la fachada Sur o meridional es
románica del siglo XII, siendo junto con los ábsides las partes más representativas del románico.
La portada Sur situada en la nave del transepto, se abría a la huerta del monasterio.
Está formada por una arquería de arcos de medio punto con cinco arquivoltas abocinadas y guardapolvos exterior.
Descansan los arcos en columnas con total ausencia de decoración, siendo esta característica, propia de la reforma cisterciense. Sobre la parte
superior de la portada podemos ver un gran óculo en la actualidad destrozado pero que en origen estaría dividido por columnillas formando otros
vanos más pequeños. Este gran óculo se encuentra inserto en un arco semicircular rehundido en el muro.
Destaca de este óculo que su perímetro exterior es polibulado.
La entrada principal se abre en la fachada occidental, es obra del siglo XVI y desarrolla un arco carpanel de corte renacentista con dos arquivoltas
en forma de baquetones y con la sola decoración de bolas. Por encima de la portada una hornacina en la actualidad vacía y un poco más alto un
gran rosetón, en la actualidad vacío o más bien destrozado.
Otro óculo más pequeño en la nave de la epístola proporcionaba la justa luz para la iluminación.
El crucero del templo se cubre con
bóveda de crucería octopartita, esta apoya en columnas cuyos capiteles se decoran con elementos vegetales. En la nave del transepto norte
un pequeño coro que descansa sobre un arco rebajado realizado en 1684. En la actualidad este coro está totalmente reconstruido y se considera que
desde este coro situado en la nave del transepto, los monjes enfermos podían seguir el desarrollo de la Eucaristía, ya que tenía fácil acceso desde
las celdas de los monjes.
La iglesia de un tamaño descomunal da la sensación de encontrarse inacabada. Desarrolla la cabecera, la nave del transepto y dos tramos no alcanzando
como debería ser habitual la longitud total del claustro. Esto nos hace pensar que en algún momento se consideró que continuar con una obra tan costosa,
no tenía mucho sentido, así que se optó por dejarla en su estado actual, ya que esta configuración debía bastar para la comunidad monacal. Es por
tanto que de alguna manera se considera que la iglesia se encuentra inacabada.
Presidía la Capilla Mayor un gran retablo que ocupaba el tramo recto del ábside, mientras que por la parte de atrás, se había habilitado el espacio como
camarín para la Virgen. La imagen original de la Virgen de Monsalud era de alabastro policromado y de gran tamaño. Con la desamortización de
Mendizábal en 1835, la imagen fue trasladada a la iglesia parroquial de Córcoles, por ser esta la patrona de la villa. Durante la Guerra Civil la imagen
fue destrozada y se perdió. La actual imagen es una copia a menor tamaño de la original, realizada a base de fotografías antiguas.
Solarium En realidad se trata de la terraza que cubre la nave lateral de la epístola. En el siglo XVII se procedió a levantar un pequeño muro que
protegiera el lugar de los vientos del norte, mientras que al sur se levantaron cinco arcos apuntados, que en la actualidad pueden verse perfectamente pero
reconstruidos modernamente en ladrillo rojizo. Esta zona que algunos autores llaman solarium, sería tal vez una terraza para el sosiego de los enfermos o
para las personas alojadas en la hospedería, como lugar de descanso y relajación. El actual acceso a la terraza se realiza por una escalera metálica de
reciente construcción situada a los pies del templo.
Bodega y dependencias auxiliares
Fuera de los límites del monasterio se levantaban las dependencias auxiliares, formadas por un variopinto conjunto de edificaciones, como eran
las cuadras, los graneros, el pajar, el horno etc. Sobrevive sobre todas ellas,
la bodega. Se trata de una excavación subterránea dividida en un
conjunto de salas donde se guardaban los líquidos elementos principalmente el vino y también el aceite, dos de los productos más importantes
del monasterio. Todos estos edificios han desaparecido, utilizados probablemente como material de construcción por los propios lugareños. Los
trabajos eran realizados por los llamados monjes conversos, que eran monjes que habían acatado la disciplina y los votos del Cister pero no
podían acceder a las ordenes clericales. Normalmente solían hacer vida separada de los monjes claustrales y se dedicaban principalmente a la organización
administrativa del convento. Podían contratar a jornaleros del mundo exterior para ayudar en las faenas más pesadas.
Ficha técnica
Fecha de realización página: 12 de Octubre de 2.016 (Día de la Hispanidad)
Fecha última modificación:
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Bibliografia imprescindible: El Monasterio de Monsalud de Andrés Pérez Arribas. Editorial Aache-Guadalajara
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