Introducción
Nombre: El Alcázar de Segovia
Ubicación: Segovia. Comunidad Autónoma de Castilla y León
En lo alto de un espolón rocoso en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores
Declarado Monumento Histórico Artístico Nacional el 3 de junio de 1931
Gentilicio: segovianos
En 1985 la ciudad vieja de Segovia y el Acueducto romano fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco
Propietario: Ministerio de Defensa. Regido desde 1951 por el Patronato del Alcázar de Segovia
Historia
No está confirmada la presencia de un castillo musulmán o anterior sobre el promontorio en que se levanta el Alcázar. La conquista
en el año 1085 de la ciudad de Toledo por parte del rey de Castilla y León Alfonso VI (entre 1072-1109) permitió la
repoblación de la ciudad con gentes venidas del norte, realizada hacia el 1088 por Raimundo de Borgoña y el obispo de la
diócesis Pedro de Agen.
La primera referencia que se tiene de una fortificación es del año 1122 en que se menciona un castro sobre el Eresma. En 1155 ya se le cita
con el nombre de Alcázar (del árabe Al Qasr).
Las primeras noticias ciertas que tenemos del Alcázar corresponden al rey de Castilla Alfonso VIII (entre 1158-1214) y su esposa
Leonor de Plantagenet cuando instalan su corte o residencia Real en el Alcázar.
De esta época pueden corresponder los restos de arcos románicos que se pueden ver con cierta dificultad en el Patio de Armas.
El segundo rey que estableció su corte en el Alcázar fue Alfonso X el Sabio (entre 1252-1284) que pasó largas temporadas en este
lugar y a quien se le atribuyen algunas leyendas o historias ocurridas en el castillo. Este rey convocó Cortes del Reino en el Alcázar en
1258 y 1278.
Una de las leyendas atribuidas al rey Sabio,
es la que nos cuenta que habiendo establecido su observatorio astronómico en una de las torres, cayó un rayo
sobre ella matando a varios sirvientes pero saliendo el rey ileso. El franciscano fray Antonio de Segovia atribuyó el hecho a un castigo divino por
la soberbia del rey que había efectuado unos comentarios que ponía en duda la perfección del orden celeste.
"Si Dios me hubiera consultado, el mundo hubiera salido mejor”.
El rey arrepentido se confesó ante el franciscano y como penitencia colocó un
cordón en escayola de la orden de San Francisco en la sala que desde entonces recibe el nombre de Sala del Cordón.
Enrique II (entre 1369-1379), primer rey de la dinastía Trastámara hizo del Alcázar su corte casi permanente,
de hecho uno de sus hijos el infante Pedro dice la leyenda cayó desde la Sala de Reyes. Según esta leyenda, al ama de cría que se encargaba
del cuidado del infante Pedro Enríquez (era hijo natural),
se le cayó el niño de pocos meses por una de las ventanas del Alcázar, desesperada la mujer se lanzó
al vacío detrás del niño. Se sabe con certeza que esta leyenda es falsa pues en el momento de la muerte del infante en 1366
este debía tener doce años.
El hijo y sucesor Juan I (entre 1379-1390) continuó con la corte en Segovia y convocó Cortes en 1383, 1386 y
1390. Será con otro Trastámara, el rey Enrique IV (entre 1454-1474) cuando el Alcázar alcance su máximo esplendor y riqueza decorativa. La
sucesora de Enrique IV, Isabel la Católica (entre 1474-1504) pasó temporadas en el Alcázar, de hecho, de este castillo salió hacia la Iglesia
de San Miguel de Segovia para ser coronada Reina de Castilla.
Todavía en vida de de Isabel la Católica, el centro de poder se desplaza de Segovia. Carlos I (entre 1517-1556) se ve obligado a luchar contra los
comuneros que se han refugiado en el Alcázar.
Su hijo Felipe II (entre 1556-1598) se alojó en el Alcázar e incluso contrajo matrimonio con Ana de Austria en la capilla del castillo, pero con
el establecimiento de la capital en Madrid y la construcción del Monasterio del Escorial como Panteón Real y centro de la vida cortesana, el
Alcázar cayó en el olvido de una manera paulatina.
En 1764 el rey Carlos III (entre 1759-1788) establece en el Alcázar el Colegio del
Real Cuerpo de Artillería. Un incendio ocurrido el 6 de marzo de 1862 destrozo el castillo, la Academia de Artillería cambió de sede y el
Alcázar quedó desocupado. En este incendio ardieron
prácticamente todas las techumbres y artesonados de madera del Alcázar, pero gracias a las pinturas que en 1844 había realizado José María
Avrial Flores pudieron ser reconstruidas en su integridad.
Después del incendio se uso como Archivo General Militar, función que todavía cumple en la actualidad. En 1882 comenzó la restauración
del edificio que se encontraba medio en ruinas y que se han prolongado hasta el último tercio del siglo XX.
A lo largo de su historia ha sufrido diversos usos no estrictamente militares o palaciegos. Muchos hechos históricos han ocurrido entre sus muros
y muchos personajes importantes han paseado por sus salones. Fue prisión de Estado y en él pasaron sus
días y algunos otros fueron ejecutados gentes de la más alta alcurnia de Castilla.
En el Alcázar fue proclamada
como reina de Castilla, Isabel I la Católica y en este castillo contrajeron matrimonio
el rey Felipe II con su cuarta esposa Ana de Austria en 1570. En el Alcázar fue recibido por los reyes Isabel y Fernando, Cristóbal
Colón, aquí se alojó Jorge Manrique, poeta autor del bello poema "Coplas de la muerte de mi padre".
Características
La entrada al Alcázar se realiza a través de un puente de piedra realizado en tiempos del rey Felipe II. Con anterioridad este puente no era
de piedra, era de madera y levadizo, lo que facilitaba en gran medida la defensa del Alcázar.
Este puente salva un
foso de 26 metros de profundidad que separa el castillo de la ciudad. Este foso en origen era natural, pero poco a poco se fue excavando
y usando sus piedras como material de construcción del castillo. Sobre el dintel de la puerta podemos ver las armas del rey
Felipe V de Borbón. Nada más traspasar la puerta nos encontramos con la
torre de Juan II que domina todo el conjunto y es la más alta de todo el castillo.
La entrada se dispone en una pequeña muralla que antecede a la torre de Juan II y cuya parte superior recibe el nombre de
Galería de Moros, ya que según se dice por ella realizaba vigilancia la guardia mora del rey Enrique IV.
El interior del Alcázar se articula alrededor de dos patios, el de Armas el más cercano a la torre de Juan II y el del reloj, más
cercano a la Torre del Homenaje situado en el punto más lejano de la entrada. El patio de armas tiene su origen en el siglo XII-XIII aunque
como veremos fue rehecho en el siglo XVI.
En 1598 el arquitecto Francisco de Mora, discípulo de Juan de Herrera realizó una fuerte transformación en el aspecto exterior e interior
del castillo. Al exterior destacan los tejados de pizarra y los chapiteles cónicos de las torres que le dan su configuración característica. Estos
son obra de Gaspar de la Vega (ca.1523-1575) por encargo del rey Felipe II.
En el lado opuesto a la Torre de Juan II encontramos la Torre del Homenaje y a sus pies el patio conocido como del Reloj. Una escalera realizada
por Francisco de Mora sube por el interior de la misma y lleva a las habitaciones superiores. También de esta época y este arquitecto es la
modificación del patio de armas de su anterior estructura gótica por otra formada por dos cuerpos de arquerías superpuestas: la inferior de
pilares y arcos de medio punto y la superior de pilares y arquitrabes.
La Torre del Homenaje es de planta rectangular y de menor altura que la de Juan II, tiene cuatro estilizadas torres circulares en cada uno de sus
ángulos y una torre semicircular adosada a la parte posterior. En los muros de la Torre del Homenaje se abren diversas ventanas geminadas y
otras tantas semicirculares en las diversas torres auxiliares que la componen.
El primer rey del que se tiene constancia que efectuó obras en el interior del castillo fue Alfonso X el Sabio (entre 1252-1284), amplió habitaciones y
habilitó nuevos salones de gran lujo. Pero los reyes que más atención prestaron al Alcázar fueron los de la dinastía Trastámara y el rey Felipe II
que le dio su actual configuración.
Otro rey, Juan II levantó la torre principal que lleva su nombre y efectuó reformas en el interior del palacio. Su hijo Enrique IV el Impotente
(entre 1454-1474) enriqueció el interior de las habitaciones con la construcción de artesonados y el mejoramiento interior a base de elementos
decorativos de gran lujo, pavimentos de alabastro, mobiliario, estucos, tapices, decoración con los escudos de Castilla y León
y estatuas de los reyes que le precedieron.
• Torre de Juan II.
Levantada por el rey Juan II (entre 1406-1454) de quien toma el nombre. De planta rectangular y 80 metros de
altura, se articula en tres cuerpos horizontales separados por líneas de imposta o cordones;
el cuerpo superior de mayor altura que los dos inferiores. El cuerpo superior se protege por almenas blasonadas con escudos de
Castilla y doce
torreones circulares denominados escaraguaitas con decoración de escamas en lugar de almenas.
Encontramos cuatro torreones en los lados más anchos y dos en los lados cortos
del rectángulo y son obra de Juan Guas.
Los muros de la torre de Juan II se decoran con arabescos o esgrafiados sobre el enlucido del
muro y una serie de balcones-miradores góticos en el tercer cuerpo que logran mitigar en gran medida el aspecto militar de la torre. En los balcones
miradores se abren unas saeteras en forma de cruz. Al rey Juan II hay que atribuirle el levantamiento de la torre sobre otra anterior,
pero es Enrique IV e Isabel la
Católica quienes coronaron la torre y le dieron su altura y forma actual. La subida se realiza por una escalera de caracol de 152 escalones.
Algunas de las salas de esta torre eran utilizadas como mazmorras, algunos personajes pasaron por este lugar cuando el Alcázar era usado
como Prisión de Estado. Entre los prisioneros célebres destacan don Álvaro de Luna (1390-1453) válido del rey Juan II,
ejecutado el 2 de junio de 1453 por orden Real, el conde de Treviño y don Francisco de Guzmán y Zuñiga, Marqués de Ayamonte, ejecutado el
12 de diciembre de 1648 por conspirar contra el Rey.
En el frontal de la torre destaca una ventana de estilo almohade realizada en el siglo XIII recientemente restaurada y que proviene
de la construcción primitiva.
• El
Patio de armas de planta cuadrangular irregular, se encuentra porticado en tres de sus lados con dos alturas.
La planta inferior se resuelve a base de arcos de medio punto
apoyados en pilares, mientras que el segundo piso se estructura en una galería adintelada apoyadas en pilares que soporta la techumbre. En el lado que
no está porticado se puede adivinar la arquería románica del antiguo Alcázar.
En el centro encontramos
una gran fuente de taza realizada en una sola pieza. Este patio también conocido como Patio de Honor, ejerce de distribuidor
principal al resto del palacio.
• Sala de los ajimeces, Sala de los caballos o Sala del Palacio Viejo.
Es una de las más antiguas del Alcázar, remontándose su comienzo al siglo XII con el rey Alfonso VIII.
Tiene su entrada desde el patio de armas y debe su nombre a las cuatro ventanas dobles o ajimeces que antes de
las reformas efectuadas por Enrique IV recaían al exterior del Eresma en tiempos del rey Alfonso VIII.
Esta sala es por tanto una de las que se corresponden con
el primitivo Alcázar. Conserva algunos restos de
pinturas mudéjares de color rojo sobre fondo blanco.
Las ventanas que aquí se pueden encontrar son de las conocidas como festejadores pues
en ellas se sentaban los prometidos a conversar.
El espacio entre las ventanas
se decora con un zócalo de azulejos de estilo mudéjar del siglo XIII procedente de una vivienda del barrio de las canongías de
Segovia, y que fue colocado en este lugar durante las reformas de rehabilitación del palacio en el siglo XX.
• Sala de la Chimenea.
También conocida como Sala de Felipe II o del Consejo. Tiene su entrada por la Sala de Ajimeces, es una pequeña sala cuadrangular que servía de
reunión del consejo y despacho. Una chimenea de granito
permitía caldear la habitación de donde toma su nombre. El zócalo de la sala es de cerámica de Talavera. Esta sala procede de la ordenación palaciega
realizada por Felipe II.
• Sala del Trono o del Solio (trono con dosel).
Esta sala, de planta cuadrangular y 8 metros de lado,
corresponde a la ampliación realizada por Enrique IV de Trastámara en el siglo XV.
Su actual configuración es un recreación que
ha querido ser fiel a la forma que debió tener en tiempos de los Reyes Católicos. La sala se cubre con una
cúpula octogonal mudéjar
traída desde la Iglesia de Santa María de Urones de Castroponce (Valladolid), obra de Xadel Alcalde ya que la original del Alcázar ardió en 1862.
Esta era también obra de Xadel Alcalde, realizada en 1456 en tiempos del rey Enrique IV. En el muro
se alza un estrado simulando el trono o solio de los Reyes Católicos con su gran escudo y la divisa "Tanto monta". En una de sus ventanas
podemos ver un vidriera realizada por Carlos Muñoz de Pablos en el siglo XX representando a
Enrique IV a caballo. La sillas de madera son regalo del rey Alfonso XII (entre 1874-1885).
El friso decorativo que corre bajo la techumbre, es la original en yeso del edificio, en ella se podía leer una inscripción que decía:
Esta cuadra mandó faser el muy alto e muy poderoso ilustre señor el rrey don Enrique
el quarto, la qual se acabó de obrar en el anno del nascimiento de
nuestro señor Jesu Cxpto, de mili e quatrocientos e cinquenta e seis annos,
estando el señor rrey en la guerra de los moros, quando gano á Ximena,
la qual obra fiso por su mandado Francisco de Avila mayordomo de la
obra, seyendo alcaide Pero de Muncharas criado del rrey, la qual obra ordenó
e obró maestro Xadel Alcalde.»
• Otra sala es la conocida como La Galera o de los Embajadores,
conocida con este nombre por el artesonado que fue pasto de las llamas en 1862 y que recordaba el casco de un buque invertido. Es una
gran sala rectangular de 21,5 x 8 metros.
En esta sala esperaban los embajadores a ser recibidos por
el rey y también era usada como salón de ceremonias y antesala del Trono.
Esta sala fue mandada construir en 1412 por Catalina de Lancaster, esposa de Enrique III el Doliente (entre 1390-1406) mientras era menor de
edad su hijo Juan II. Al ser una ampliación, el muro izquierdo conserva el esgrafiado que decora el exterior de todo el palacio ya que con anterioridad
este muro daba al exterior del alcantilado.
Destaca un gran mural realizado en la década de los ochenta del siglo XX,
que representa la coronación de la reina Isabel la Católica el 13 de diciembre de 1474.
La coronación de Isabel I tuvo lugar en la Iglesia de San Miguel de Segovia;
y salió de este Alcázar para ser coronada donde se encontraba en el momento de la muerte de su hermanastro. Los personajes retratados
son verdaderos rostros de segovianos que en el momento de la pintura destacaban en el mundo de las artes y las letras y eran por todos
conocidos. Abierto en el muro formando parte de la pintura mural una puerta comunica con la Sala de Piñas. El mural es obra del pintor
segoviano Carlos Muñoz de Pablos, quien además fue el encargado de realizar la mayoría de las vidrieras que decoran las ventanas.
De las dos vidrieras de esta sala, una representa al rey
Enrique III el Doliente con su esposa Catalina de Lancaster a quien se le debe la construcción de
esta sala. En otra vidriera vemos en el centro a
Enrique II y a ambos lados: el asesinato de Pedro el Cruel por parte de su
hermanastro Enrique II, y la muerte del hijo de Enrique II a consecuencia de una caída de caballo.
Las vidrieras están basadas en miniaturas realizadas por Hernando de Ávila en el siglo XVI, cuyos originales se conservan en el
Monasterio del Escorial.
La techumbre es de principios del siglo XX pero es copia exacta de la original que desapareció en el incendio de 1862.
Por debajo de la techumbre corre un gran
friso mudéjar de yeserías formado por tres líneas, la central adornada con un grupo de figuras geométricas y escudos heráldicos,
la línea inferior recoge una plegaria y letanía en latín y
la línea superior tiene una leyenda en castellano antiguo que dice:
Esta obra mandó faser la muy esclarecida Señora rreyna dona Catalina
[de Lancáster], tutora rregidora madre del muy alto é muy noble
esclarecido Señor rrey don Juhan [II] que Dios mantenga e dexe vevir
e rreynar por muchos tiempos e buenos, amen. E fisola faser por mandado
de la dicha Señora rreyna Diego Fernandes, vecero de Arebalo
vasallo de dicho Señor rrey. Acabóse esta dicha obra en el anno del
nascimiento de nuestro Señor Jehu Xro. de mili quatrocientos e doce
annos. En el nombre del Padre e del Fillio e del Espíritu Sancto, amen.
Señor Jehu Cpo. lo protesto delante de la vuestra Sanctisima magestat
que en este día e por siempre jamás yo quiero vevir e morir en la vuestra
sancta Fe Católica, amen. Reparólo el rrey don Phelipe Z, anno de 1592.
• Sala de las Piñas.
Debe su nombre al
artesonado que cubre la sala ya que este se encuentra decorada con 392 piñas doradas que cuelgan de la techumbre. Un friso de
yesería mudéjar dice:
"Esta Cámara mando faser el muy alto e muy poderoso esclarecido
Principe don Enrrique [después Enrique IV] filio primogénito del
muy alto e muy poderoso esclarecido Principe e Señor el rey don Juhan
de Castilla e de León el segundo. La qual se acabo de obrar en el mes
de noviembre del anno del nuestro Señor Jehu Xpo. de mili e CCCC e
L e í annos".
En esta sala encontramos una vidriera de Carlos Muñoz de Pablos representando al rey
Alfonso VIII montado a caballo y detrás a su hija
Berenguela.
• Alcoba del rey.
Esta pequeña sala ofrece una recreación idealizada de lo que fue la alcoba del rey Juan II. Una cama del siglo XVI con dosel nos retrotrae a la
época medieval. Una puerta con arco apuntado decorada con yeserías permite la comunicación entre esta sala y la Sala de Ajimeces. Las dos
puertas que tiene son reproducciones neo-mudéjares del siglo XIX tomadas como modelo del Palacio Real de Enrique IV en el barrio
de San Martín de la ciudad de Segovia.
• Sala de los Reyes. Toma su nombre de la serie iconográfica de reyes españoles que decora la sala en su parte alta.
Fue comenzada en tiempos del rey Alfonso X el Sabio (entre 1252-1284) aunque su configuración definitiva y su terminación fue en 1596
con el rey Felipe II.
Cuatro ventanas iluminan su interior, en uno de los balcones hay marcada una cruz ya que según la leyenda desde ese
balcón cayó accidentalmente al precipicio el hijo del rey Enrique II, el infante don Pedro. También en esta sala se conservaba la sarga pintada
con escenas de la batalla de Higueruela y que sirvió de modelo para pintar el fresco que hoy día puede verse en la sala de las batallas del
Monasterio del Escorial. En la actualidad esta sarga se ha perdido sin saber exactamente que fue de ella.
La sala se cubre con un
artesonado a base de hexágonos y rombos con una gran piña central. Por debajo del artesonado corre un friso formado
por cincuenta y dos tallas policromadas
de los reyes astures, leoneses y castellanos-leoneses desde Pelayo hasta Juana la Loca. Todas las figuras aparecen en posición
sedente, todas bajo doseletes dorados rematados por blasones reales. Los reyes aparecen con su nombre, los atributos
por los que son conocidos y bajo ellos
una pequeña biografía de los mismos. En cuatro nichos abiertos en el muro sobre las puertas, encontramos las
figuras de Fernán González (primer conde independiente de Castilla), El Cid Campeador, Fernando VI y a Enrique de
Borgoña. El friso es obra de primeros del siglo XX aunque es copia fiel del original.
El balcón central de la Sala de los Reyes muestra una cruz que rememora un suceso del que los siglos
han cuajado dos versiones. La más legendaria cuenta que, estando el infante D. Pedro de Castilla, hijo de
Enrique II el de las Mercedes, en el balcón en brazos de su aya, resbaló y cayó al vacío. El aya, atemorizada,
se lanzó tras el niño. La versión histórica apunta que el infante, de 12 años, cayó mientras jugaba a la pelota con sus amigos.
• Patio del Reloj.
Es el segundo patio alrededor del cual se articulan todas las dependencias del Alcázar. Recibe su nombre por el reloj solar que podemos
encontrar en uno de sus lados. Sobre la puerta que accede a la escalera que sube a la Torre del Homenaje podemos ver el escudo imperial
de Carlos I, traído hasta este lugar desde las ya desaparecidas murallas de Segovia. Por el interior de los muros de este patio podemos ver
el característico esgrafiado segoviano con manchas negras que no son mas que escorias de hierro utilizadas en la construcción del edificio.
• Capilla.
Desde el patio del reloj se accede a la antecapilla y desde esta a la capilla que se encuentra protegida por una reja
de hierro renacentista salida del taller de Cristóbal de Andino (siglo XVI). Se cubre por una
techumbre mudéjar de finales del siglo XV
traída hasta este lugar a principios del siglo XX desde Cedillo de la Torre (Segovia). Aquí se casaron Felipe II
y su cuarta esposa Ana de Austria.
El Retablo Mayor de la capilla pertenece a la escuela castellana del siglo XVI y dispone de 17 tablas con escenas del Antiguo
Testamento. En el centro una talla de Santa Bárbara, patrona de los artilleros.
•
Sala del cordón. De 3 X 10 metros, es una sala estrecha pero muy alargada.
Para llegar a ella hay que pasar por una antesala que recibe el nombre de Camarín de la Reina o Tocador de la Reina.
Se cree que desde este camarín se inició el incendio que devastó el palacio en 1862.
El nombre del cordón le viene porque la sala
estaba adornada con doce cordones de San Francisco de Asís que alternando con los blasones reales decoraban los muros de la sala. Esta sala
era usada como despacho de los Reyes en su actividad diaria. La decoración del cordón fue mandada hacer por el rey Alfonso X el Sabio.
La techumbre es de principios del siglo XX copia fiel de la original realizada como nos dice la inscripción en 1458 por el rey
Enrique IV. Esta cubierta recuerda el cielo estrellado de la noche segoviana.
El techo está dividido en 39 cuarteles o espacios, entrecruzada por arquillos
dorados formando una especie de doseletes colgantes. Un friso formado por trece blasones dorados con las armas de Castilla y León.
Bajo el mismo otro friso en forma de yeserías doradas y pintadas con formas zoomorfas. En un nivel inferior una inscripción dice:
"Esta obra mando faser el muy alto i muy
poderoso esclarecido señor el rrey D. Enrrique quarto al qual Dios todo
poderoso dexe vevir é rreynar por muchos tiempos é buenos. La qual se
acabó de obrar en el anno del nascimiento del nuestro Sr. Jehu Xpo. de
mili e quatrocientos e cincuenta e ocho annos. La qual fiso por su mandado
Francisco Arias rregidor de Segovia su Mayordomo de las dichas
obras e seyendo su alcayde en los Alcázares Pero rruiz de Muncharas Camarero
de su Senoria".
• Torre del Homenaje. Construida en el siglo XIII y remodelada por Felipe II, de planta prismática, dispone de
algunas torrecillas adosadas a su estructura.
Situada en el extremo opuesto a la Torre de Juan II, domina esta sobre el Patio del Pozo (también conocido como
Patio de los Reyes o Terraza de los Reyes) y también
sobre el Patio del Reloj.
El nombre de patio del pozo lo tiene porque debajo del brocal se sitúa el aljibe que almacenaba el agua en caso de asedio y además en
este lugar finaliza el recorrido del acueducto romano.
Una de las salas se ha habilitado como Armería o
Sala de Armas donde se reproducen armaduras y armas de época medieval. Destacan por su
gran vistosidad las armaduras tanto de caballeros como de caballerías, aunque hay que hacer notar que este tipo de armaduras no eran de guerra, ya
que solo se usaban en justas y torneos. Esta sala siempre ha cumplido el papel de Sala de Armas.
Una torre semicircular se adosa a la parte posterior de la Torre del Homenaje; en ella
se guardaba el tesoro de la corona de los reyes castellanos-leoneses. La
entrada actualmente está protegida por una
reja de ventana de estilo románico del siglo XII traída desde una vivienda particular de Segovia.
A los pies de la Torre del Homenaje en su parte externa, encontramos un pequeño jardín de estilo almohade, diseñado de Herranz Cano. Desde este
punto podemos alcanzar el garitón de proa, punto más lejano del Alcázar.
También, un alargado paso de ronda almenado acaba en una pequeña torrecilla con chapitel de pizarra que recibe el nombre de
torre albarrana.
El Alcázar de Segovia en el recuerdo
Ficha técnica
Fecha de realización página: 8 de Marzo de 2.014
Fecha última modificación:
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Bibliografía básica utilizada:
El Alcázar de Segovia de Jorge Navascués. Editorial Everest
El Alcázar de Segovia de Francisco Ignacio de Cáceres. Editorial Everest
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