Pueblos prerromanos de la Península Ibérica

Los íberos íberos (íberoi) era el nombre que los antiguos griegos daban a los habitantes de la franja oriental de la península ibérica a la que denominaban Iberia por asociación con un caudaloso río llamado Iber, que algunos quieren reconocer como el río Ebro (también se han propuesto los ríos Tinto y Júcar). En realidad los íberos eran un conjunto de pueblos que aunque tenían una cierta cultura común no formaban unidad política. Cada pueblo y dentro de estos, cada tribu, ejercía control sobre un territorio e igual estaban en paz como se unían para pelear entre ellos. No se sabe como se denominaban a si mismos, puesto que su escritura y vocabulario nunca se ha llegado a descifrar totalmente.

Entre los grupos más conocidos de íberos están: los oretanos, contestanos, edetanos, ilercavones, cosetanos, ilergetes, sedetanos e indigetes (indiketes) entre algunos otros. Desaparecerían de la península con la romanización, integrándose en el mundo romano. El mundo íbero empezó a destacar a partir del siglo VI a. C. y acabó con la romanización. Los pueblos íberos habitaban en poblados fortificados (plural oppida, singular oppidum), sus casas eran de planta rectangular y se abrían a plazas y calles delineadas. En líneas generales quemaban a sus muertos y los introducían en vasijas de barro, que posteriormente enterraban en el suelo junto a un ajuar funerario. Disponían de santuarios en grutas o abrigos fuera de las murallas del poblado. En ellos depositaban ofrendas y exvotos de diversos materiales, muchos de los cuales han llegado hasta nosotros. También trabajaban la escultura de gran tamaño, casi siempre asociados a ritos funerarios o religiosos.

Los iberos eran sociedades jerarquizadas, en la cúspide se encontraba un rey o régulo y una casta militar. Por debajo de esta aristocracia, la población libre que se dedicaba a actividades productivas o artesanas y en el nivel inferior los esclavos, la mayoría de las veces prisioneros de guerra. Encuadrados dentro de la Edad del Hierro, conocían la escritura, aprendida por los contactos comerciales con fenicios y griegos.

Sus actividades productivas eran las típicas de la edad del hierro, la agricultura (cereales, olivos, vid, etc.), la ganadería (vacuno, cerdos, cabras, ovejas y caballos para la guerra), cerámica, textil y metalurgia. Cada pueblo ibero alcanzaría mayor o menor especialización en estas tareas en función de las circunstancias y los hábitats. Las viviendas adoptaban forma rectangular, los muros estaban realizados en adobe sobre un zócalo de mampostería, las techumbres eran de paja y entramados de madera a dos aguas. Interiormente se dividían en tres habitaciones, una para las actividades domésticas o artesanales (la más cercana a la puerta por su buena iluminación), una segunda zona de vivienda (comedor, dormitorio, etc.) y una tercera como almacén. En ocasiones las viviendas podían disponer de un corral adosado a la casa y también de una bodega o cueva subterránea para conservar alimentos. Las viviendas estaban habitadas por una sola unidad familiar. Debido a los rudimentarios elementos de construcción, en la actualidad solo nos ha llegado el zócalo de mampostería sobre el que se levantaban las casas.

Se desconoce mucho del mundo religioso íbero, en cuanto a los muertos, eran incinerados y los restos introducidos en urnas. Estas se enterraban junto con un ajuar funerario y se señalaba con un piedra a modo de lápida. Si el personaje tenía un alto nivel económico podía alzarse sobre su tumba un monumento funerario.

De los íberos conviene destacar, una de sus armas más conocidas, la falcata, propia de estos pueblos y muy temida por los ejércitos extranjeros: romanos y cartagineses. Se trataba de una espada de un solo filo curvado, el término falcata no es original, se le empezó a denominar con ese nombre a mediados del siglo XIX. También tenían una institución conocida como la devotio. A grandes rasgos, la misma consistía en que cuando un jefe entraba en batalla, los guerreros que habían prestado juramento estaban en la obligación de protegerlo a costa de sus propias vidas y si el mismo moría en batalla, sus acompañantes juramentados también llegando incluso al suicidio si fuera necesario. De esta institución procede nuestro actual vocablo: devoción.

Los celtas Junto con los íberos que ocupaban grosso modo la parte oriental de la península y parte de la actual Andalucía, hacia el año 1000 a. C. tiene lugar una progresiva entrada de pueblos de raíces indoeuropeas, procedentes de Europa Central: los celtas, cuya cultura se extenderá por gran parte de Europa y por la península en particular. Los celtas llegaron a la península antes que los griegos, los cartagineses y los romanos. La primera colonia griega fundada en la península ibérica fue Emporion (actual Ampurias, Gerona) en el 575 a. C., después llegarían cartagineses y romanos. Los celtas eran pueblos muy belicosos, orgullosos, buenos artesanos en los trabajos de orfebrería y en la fundición de metales. Estos pueblos se asientan en la zona central, franja occidental y norte de la península. Entre íberos y celtas quedará una amplia franja donde ambos pueblos se fusionaran entre sí, formando una nueva entidad cultural que son conocidos como celtíberos. Quedarán en la península unos pocos pueblos llamados "preceltas" y que se considera llegaron a la península antes de las invasiones celtas (vetones, lusitanos y vascones entre algunos otros). Por extensión y a pesar de esta realidad celta y celtíbera, la península será conocida como Iberia, englobando a toda la población peninsular independientemente de su origen y cultura. El término celta es la castellanización del término latino celtae y este a su vez del griego Keltoi o keltai que es el término usado por los griegos para designar a los pueblos bárbaros.

Los celtíberos (celtiberi) Un tercer grupo de pobladores, fueron los conocidos como celtíberos (con el significado de celtas de Iberia). Estos pueblos eran el resultado de la unión de tribus celtas que se fusionaron o adoptaron parte de la cultura íbera. Este fenómeno tuvo su mayor área de expansión en aquellas zonas fronterizas entre los íberos y los celtas, su cultura no se diferenciaba en demasía de sus pueblos originales. La ciudad celtíbera por antonomasia fue Numancia (en la actual Garray, Soria), ciudad arévaca destruida por los romanos en 133 a. C.

Los pueblos prerromanos que aglutinaban a los celtíberos son: los arévacos, los belos, los lusones, los titos y los pelendones. Eran pueblos muy belicosos, el pueblo más importante fueron los arévacos, cuya capital fue Numancia. Los celtíberos al igual que los íberos que usaban la falcata, utilizaban la conocida como gladius hispaniense, espada recta de doble filo que sería adoptada por las legiones romanas como espada básica de su infantería.

Los poblados celtíberos se ubicaban en lo alto de los cerros y se protegían con varios recintos amurallados. Mantenían una institución conocida como el hospitium (pacto de hospitalidad) por la cual un guerrero de una tribu podía viajar por el territorio de otra, con la simple exhibición de una placa partida metálica, que al unirla junto con la otra media placa le autorizaba el tránsito por el territorio y la ayuda necesaria. Si las viviendas de los íberos agrupaban unidades familiares, en el caso de los celtas y los celtíberos, estas se agrupaban en clanes o familias extendidas. La cremación era práctica habitual en los enterramientos celtíberos, pero en el caso de los guerreros caídos en combate, sus cuerpos eran abandonados en el campo para que fueran comidos por las aves carroñeras, en la creencia que el alma del muerto ascendía al más allá. Más tarde sus restos eran enterrados.

Los celtas y celtíberos fueron pueblos de raíz indoeuropea, no así los iberos, a los que hay que considerar como población autóctona de la península o al menos como la más antigua que la habitó con carácter permanente. El mundo de los pueblos prerromanos desaparecería en gran medida con la pax romana y la aculturación de la población indígena una vez pacificada la península.

Guerras púnicas y la dinastía de los Bárquidas La península ibérica fue lugar de enfrentamiento entre dos potencias rivales en el Mediterráneo, los cartagineses y los romanos. La conocida como primera guerra púnica, tuvo lugar entre romanos y cartagineses (llamados púnicos) entre el 264 a. C. y el 241 a. C., la guerra se decantó a favor de los romanos que llegarían a dominar el Mediterráneo y conquistarían las islas de Sicilia, Córcega y Cerdeña que estaban en manos cartaginesas. La firma del tratado de paz entre romanos y cartagineses supone, perdidas territoriales de islas del Mediterráneo, la perdida de la hegemonía en el mar y una cuantiosa sanción económica en concepto de indemnización de guerra. Esta primera guerra púnica puede considerarse como una lucha por el dominio hegemónico del mar Mediterráneo.

Derrotada Cartago en el mar, el reino púnico volvió la vista a territorio peninsular y gracias a sus excelentes habilidades comerciales en unos casos y militares en otros, los cartagineses empezaron a dominar la tierra firme de Iberia. Los cartagineses entraron en la península hacia el 237 a. C. Al frente de ellos desembarcaba en Gadir (Cádiz) Amílcar, brillante general que ya se había ganado fama en el anterior conflicto. Amílcar desde su base en Gadir derrota a dos jefes locales: Istolacio que muere en la batalla y a Indortes que sería ejecutado después de la batalla.

En 231 a. C. los romanos envían una embajada a Amílcar, que no ven con buenos ojos la hegemonía militar que está adquiriendo Cartago en la península ibérica. Amílcar fallece en 229/228 a. C. en el transcurso de la batalla de Heliké (¿Elche?) y queda al mando de las tropas cartaginesas, su yerno Asdrúbal el Bello.

Asdrúbal funda en 227 a. C. la ciudad de Qart Hadasht (Cartago Nova, actual Cartagena) y la convierte en plaza fuerte en el dominio peninsular. En 226 a. C. Roma y Cartago firman un tratado según el cual se fijan los límites máximos de las campañas militares y el área de influencia en la península de ambas potencias, este límite se sitúa en el río Ebro, al norte: Roma y al sur del Ebro: Cartago. En 221 a. C. Asdrúbal es asesinado en sus propios aposentos de Cartago Nova por un esclavo al servicio de un jefe local en una venganza personal.

La muerte de Asdrúbal lleva a Anibal Barca (* Cartago 247 a. C. † Asia Menor 183 a. C.), hijo de Amílcar, a hacerse cargo del mando de los ejércitos cartagineses. El senado púnico ratificará el nombramiento a pesar de la extrema juventud de este. Quedan junto con Anibal sus dos hermanos: Asdrúbal Barca y Magón Barca. Anibal es según la leyenda popular, quien juró odio eterno a los romanos, así nos lo enseñaron en la escuela.

Mientras tanto la ciudad íbera de Arse (actual Sagunto) se declaró aliada de Roma a pesar de encontrarse en área de influencia cartaginesa. Interpretaciones interesadas del tratado por ambas partes, llevaron a Anibal a poner sitio a la ciudad de Sagunto y en el 219 a. C. la ciudad después de un asedio de ocho meses fue tomada e incendiada. La destrucción de Sagunto fue la justificación romana para el inicio de la segunda guerra púnica.

Consciente Anibal que por mar no podía derrotar a los romanos, este llevó a su ejército acompañado de elefantes, a través de los Pirineos y los Alpes hasta tierras de Italia. Allí venció a los romanos sucesivamente en: Tesino (218 a. C.), Trebia (218 a. C.), Trasimeno (217 a. C.) y Cannas (216 a. C.). Para cortar las vías de suministro de Anibal procedentes de Iberia, los romanos en 217 a. C. ponen pie en la península ibérica al frente de un ejército al mando de Publio Cornelio Escipión († 211 a. C.) y su hermano Cneo Cornelio Escipión († 211 a. C.). Ambos militares mueren el mismo año en diversos enfrentamientos militares y queda al mando de las tropas romanas Publio Cornelio Escipión (* Roma 20-06-236 a. C. † Campania, Italia 183 a. C.), apodado años después Escipión el Africano. Este era hijo del fallecido Publio Cornelio Escipión y sobrino del también fallecido Cneo Cornelio Escipión.

En este periodo histórico aparecen dos personajes cuyos nombres quedarán marcados en la historia hispana, son Indíbil y Mandonio. Ambos son hermanos y jefes locales de la tribus íberas de los ilergetes, en un territorio situado entre el río Ebro y los Pirineos (Lérida y Huesca principalmente). En una primera instancia los ilergetes son aliados de los cartagineses y derrotan a los romanos de manera contundente. No obstante los cartagineses necesitados de dinero para costear la guerra que Anibal estaba llevando a cabo en Italia, solicitan mayores impuestos a los ilergetes y como garantía del pago, se llevan como rehenes a Cartago Nova, a las esposas e hijas de ambos jefes locales.

En 209 a. C. Escipión el Africano toma Cartago Nova y en un claro gesto de magnanimidad libera a las prisioneras y se las devuelven a Indíbil y Mandonio sanas y salvas. Los ilergetes ante el gesto de gratitud de Escipión, no dudan en ponerse del lado romano, pero a la vista de las acciones de estos últimos bien pronto se dan cuenta que la supuesta gratitud les va a salir muy caras, por lo que vuelven a situarse en el bando cartaginés y emprenden nuevamente las hostilidades contra los romanos. En 205 a. C. tiene lugar una cruenta batalla, las tropas íberas de los ilergetes y sus aliados son derrotadas por las legiones romanas; en la batalla muere Indíbil y es hecho prisionero Mandonio, que será crucificado. Dos personajes: Indíbil y Mandonio pasan al imaginario colectivo español, como prototipos de héroes hispanos.

Las victorias romanas sobre los cartagineses y sus aliados se van sucediendo, finalmente en Llipa (actual Alcalá del Río, Sevilla) las tropas cartaginesas son derrotadas en Hispania (206 a. C.). Escipión el Africano hace de Tarraco (actual Tarragona) su centro de operaciones, lo que hará que esta ciudad quede ligada hasta hoy día al recuerdo de los Escipiones. Será Escipión el Africano quien funde en el año 206 a. C. la ciudad de Itálica, cerca de la actual Sevilla, que pasa por ser la primera fundación romana de Hispania. La ciudad de Itálica fue fundada en territorio de los turdetanos con el fin de acoger a soldados romanos heridos y licenciados, la gran mayoría itálicos, de ahí su nombre.

Dada la situación en Hispania y la amenaza que las tropas romanas suponían para la ciudad de Cartago, Anibal tuvo que regresar de Italia a Cartago, dando por acabado su sueño de derrotar a Roma (203 a. C.). Los romanos dueños ahora de Hispania, tendrán que lidiar con los pueblos íberos, celtas y celtíberos que durante la segunda guerra púnica se habían decantado por uno u otro bando, pues aunque Iberia estaba ocupada, no estaba conquistada. Para los romanos la península ibérica llegaría a ser conocida con el nombre de Hispania (del fenicio i-spn-ya) y con tal nombre perduraría en el tiempo.

Aún librarían Cartago y Roma una tercera guerra, esta se decantaría a favor de Roma, con la derrota en 202 a. C. de Cartago en la batalla de Zama (actual Túnez), entre Anibal y Escipión el Africano. Cartago sería asolada y Anibal hubo de exiliarse en Bitinia (en la actual Turquía) donde acabaría suicidándose en 183 a. C.

Guerras celtíberas En 201 a. C., acabada la segunda guerra púnica, los romanos tenían sus pies asentados en la península ibérica y más concretamente en la parte oriental ocupada por los iberos. Los romanos fijaron entonces su atención en el interior de la península, ocupada por celtas y celtíberos. En 195 a. C. Marco Poncio Catón († 149 a. C.) de sobrenombre Catón el Viejo, inicia una campaña de saqueo y guerra sistemática contra pueblos del interior peninsular: los celtíberos. Regresa a Roma victorioso y con un gran botín de guerra, pero en suelo hispano queda un ambiente de odio a los romanos y con la Celtiberia alzada en armas. Será esta la primera campaña romana contra los celtíberos.

Seis años después, en 181 a. C., el pretor de la Hispania Citerior Tiberio Sempronio Graco es encargado de someter nuevamente a los celtíberos, en este caso sin embargo y junto a duras campañas militares ofrece razonables pactos de paz con los pueblos celtíberos. Graco fundará la ciudad de Gracurris, actual Alfaro en La Rioja, con el fin de realojar a los indígenas celtíberos que decidieran acogerse a la paz romana, además hace entrega de tierras a cambio de su sometimiento. Realiza pues una política de "una de cal y otra de arena" con más que aceptables resultados. Graco regresa a Roma con sus acuerdos de paz bajo el brazo (179 a. C.).

En el año 153 a. C., después de treinta años, la paz de Graco salta por los aires, el motivo, la ciudad bela de Segeda (en la actual provincia de Zaragoza) deja de pagar los tributos a Roma y además inicia la reconstrucción de las murallas, algo que prohibía expresamente los acuerdos de paz. Para los romanos esto era una declaración de guerra. Contra Segeda es enviado Quinto Fulvio Nobilior con un gran ejercito, pero los segedenses abandonan la ciudad y se refugian en la ciudad arévaca de Numancia (en la actual provincia de Soria). Hasta Numancia los persigue Fulvio Nobilior y ante la negativa de los numantinos de entregar a sus aliados, dispone atacar la ciudad.

Nobilior cuenta con 30.000 soldados y lo que es más importante con diez elefantes que le había proporcionado el rey de Numidia (en la actual Argelia), que era aliado de la república de Roma. Las legiones romanas se lanzan en un enfrentamiento directo contra Numancia y al frente de ellos, los elefantes que causan pavor entre los numantinos. Pero las estrellas debían iluminar ese día a los numantinos, pues uno de los elefantes es herido y el dolor que le produce hace que se revuelva contra los romanos, el resto de elefantes siguen a su compañero y aplastan y desbaratan a las legiones que los seguían. Nobilior tiene que retirarse y Numancia logra salvarse. Aunque la guerra entre arévacos y romanos continúa, finalmente Nobilior se retira a pasar el invierno y en 152 a. C. es sustituido por el general Marco Claudio Marcelo († 148 a. C.).

Claudio Marcelo firma una tregua y un tratado de paz con los celtíberos, tratado de paz que no es aceptado ni ratificado por el Senado de Roma, y la guerra continúa, pero de alguna manera consigue dejar el territorio pacificado sin grandes esfuerzos bélicos antes de regresar a Roma en el 151 a. C.

En el 149 a. C. tiene lugar el inicio de la conocida como tercera guerra púnica (149 a. C. - 146 a. C.) entre cartagineses y romanos, estos últimos tienen que concentrar sus esfuerzos en los cartagineses y Numancia, los celtíberos e Hispania pasan a un segundo plano.

Derrotada Cartago, Roma pone su vista nuevamente en Hispania. En 142 a. C. es enviado a la península Quinto Cecilio Metelo († Roma 115 a. C.) que obtiene algunas victorias sobre los peninsulares pero no logra tomar la ciudad de Numancia. Le sustituye Quinto Pompeyo quien obtiene algunas victorias y otras tantas derrotas, firma una paz con los numantinos que objetivamente son contrarios al interés de Roma por lo que el Senado no lo acepta. A este lo sustituye en 137 a. C. Cayo Hostilio Mancino que es derrotado y obligado a firmar una paz, que a decir de los coetáneos "era el tratado más vergonzoso firmado nunca"; Mancino sería llamado a Roma para ser juzgado. Varios generales pasarían todavía por la Celtiberia pero ninguno entablaría acción ofensiva alguna.

Finalmente en 134 a. C. llega a la Celtiberia, Publio Cornelio Escipión Emiliano († Roma 129 a. C.), el conquistador de Cartago, con el mandato expreso de conquistar y destruir Numancia que se había convertido en el principal foco de resistencia de la Hispania Citerior. Escipión Emiliano viendo la situación en que se encontraba el ejército romano, decidió cambiar de táctica y cerca la ciudad de Numancia con fosos, torres de vigilancia y murallas que impiden la entrada y salida de refuerzos y avituallamiento. Escipión Emiliano adopta la táctica de rendirse sin condiciones o morir de hambre. Los numantinos no se rinden y muchos mueren de hambre, los que quedan vivos, se suicidan matándose unos a otros y los pocos sobrevivientes son hechos esclavos, la ciudad queda abandonada. Con la caída de Numancia en el 133 a. C., se pueden dar por finalizadas las guerras celtíberas.

En el 197 a. C., los romanos dividen Hispania en dos provincias: la Ulterior y la Citerior.

Pueblos prerromanos de la península

Arévacos    Astures    Ausetanos    Autrigones    Bastetanos    Belos    Bergistanos    Berones    Beturios    Cántabros   
Caristios    Carpetanos    Contestanos    Cosetanos    Edetanos    Galaicos    Ilercavones    Ilergetes    Indigetes    Jacetanos   
Layetanos    Lusitanos    Lusones    Olcades    Oretanos    Pelendones    Sedetanos    Tartesios    Titos    Turboletas   
Turdetanos    Túrdulos    Vacceos    Vardulos    Vascones    Vetones   

Arévacos Pueblo de raíz celtíbera que habitaban zonas de las actuales provincias de Soria, sur de Burgos, Segovia y norte de Guadalajara. Fue uno de los pueblos más belicosos contra Roma. Sus campamentos se elevaban sobre cerros con fuertes sistemas defensivos en ocasiones con varios recintos fortificados. Sus principales actividades fueron la ganadería y la guerra. Ciudades importantes arévacas fueron las actuales: Tiermes (Soria), Ocilis (Medinacelli), El Burgo de Osma (Soria), Numancia (Soria) y Sigüenza (Guadalajara). La ciudad arévaca de Numancia se enfrentó largamente a los romanos y finalmente la ciudad fue destruida en 133 a. C. por Escipión Emiliano. Los poblados arévacos gozaban de independencia entre sí, eran gobernados por régulos o caudillos y solo se unían para la guerra. Los celtiberos eran gentes probablemente de origen celta que se fusionaron con pueblos íberos del este peninsular, formando una simbiosis cultural única. Se sabe que las mujeres arévacas se preparaban para la guerra y en caso de necesidad peleaban.

Astures Los astures fueron un conjunto de tribus de raíz indoeuropea adscritos a la cultura celta. Su área de ocupación se extendía por la actual comunidad autónoma de Asturias, la provincia de León y norte de la provincia de Zamora, estableciendo su limite por el sur hasta el río Duero. Por el oeste ocupaban las zonas orientales de Lugo y Orense y por el este con los cántabros. Los astures se conformaban en tribus como: "los pésicos", "los tiburos", "los gigurros", "los lancienses", "los penios", "los carbacos", "los luggones" y los "zelas" entre otros muchos. El nombre de astures le viene por el río Astura (río Esla, afluente del Duero) que corre de norte a sur por parte del antiguo territorio astur.

Los romanos dividían a los astures en dos grupos: los astures transmontanos y los astures augustanos, ambos separados por la cordillera cantábrica. La principal ciudad astur y en particular de los augustanos fue Asturica (hoy Astorga-León). Parece que eran sociedades matriarcales o por lo menos la mujer tenía gran autoridad, pues podían heredar y organizar actividades económicas y sociales que en otras culturas estaban reservadas a los hombres. Su principal actividad económica era la ganadería y en menor medida la agricultura, por lo que era frecuente asaltar los pueblos vecinos (principalmente los vacceos) para complementar la falta de recursos. Vivían en castros, poblados fortificados en cuyo interior se distribuían chozas de planta circular sin orden alguno.

Junto con los cántabros participaron en las conocidas como guerras cántabras, efectuaban "guerra de guerrillas" que ponían en jaque constantemente a los romanos. Fue un pueblo muy amante de su libertad y por lo tanto muy belicoso, preferían morir antes que ser esclavizados.

Ausetanos Pueblo de origen íbero con área de ocupación en la actual comarca barcelonesa de Osona, comarca que toma su nombre de este antiguo pueblo ibérico. La ciudad más importante fue Ausa, hoy Vich. Los ausetanos eran por tanto los habitantes de Ausa. Se vieron involucrados en las luchas entre cartagineses y romanos durante la segunda guerra púnica, para finalmente en 195 a. C. ser conquistados por los romanos de Marco Poncio Catón (Catón el Viejo) pasando al mundo romano.

Autrigones Pueblo de raíz indoeuropea adscritos a la cultura celta. Su área territorial se situaba alrededor de las provincias de Álava, Vizcaya, noreste de Burgos y zona oriental de Cantabria. Dos importantes ciudades autrigonas fueron: Deóbriga (Miranda de Ebro-Burgos) y Virovesca (Bribiesca-Burgos). Fue un pueblo fiel aliado de Roma desde sus inicios.

Bastetanos Pueblo de raíz ibérica (población autóctona de la península) que ocuparon un territorio conocido como Bastitania o Bastetania. Toma su nombre de la ciudad de Basti, actual Baza en la provincia de Granada. El nombre fue acuñado por griegos y romanos por ser esta su ciudad más conocida. Su área territorial eran las actuales provincias de Almería y Granada, ampliándose la ocupación en los límites con las provincias de los alrededores (sur de Albacete, sur de Jaén, parte oriental de Málaga y suroeste de Murcia), en un territorio situado en el sureste peninsular.

Los bastetanos ocupaban ciudades fortificadas (oppidum) situados en lugares altos o laderas de montes. Su actividad principal era la agricultura, la minería y el comercio con los pueblos mediterráneos, con productos como el esparto y los salazones, entre ellos el garum (alimento muy consumido por los romanos).

De su cultura es conocida la "Dama de Baza" (siglo IV a. C.) escultura en piedra caliza policromada que representa una figura femenina sentada en un trono. Fue encontrada en el interior de una tumba, cuyo ocupante era una mujer. Se desconoce que función tenía la escultura, si representaba alguna divinidad (lo más probable) o era una imagen figurada de la difunta.

Asentamientos urbanos bastetanos son: Iliberri (en el Albaicín, Granada), Basti (Baza, Granada), Acci (Guadix, Granada), Tútugi (Galera, Granada), Tajili (Tijola, Almería) y Arastipi (Antequera, Málaga).

Belos El pueblo belo formaba parte del grupo que llamamos celtíberos. Frecuentemente van asociados con otro pueblo celtíbero, el de los titos, con los que compartían elementos culturales comunes y de vecindad. Su área de ocupación se encontraba en los alrededores de las actuales poblaciones zaragozanas de Calatorao y de la Almunia de Doña Godina, en el valle medio del río Jalón y su encuentro con el Jiloca. Los belos se dedicaban a la agricultura (cebada, cereales y olivo), ganadería (cerdos, cabras y ovejas) y también eran buenos fabricantes de tejidos.

La ciudad de Nertobriga se identifica con el pueblo belo; en el siglo III a. C. llegó a acuñar monedas de bronce, con la figura de un jinete con lanza y la leyenda Nertobis. En el transcurso de las guerras celtíberas, la ciudad se rindió en el 152 a. C. al general romano Marco Claudio Marcelo († 148 a. C.). Bajo el gobierno de Roma el pueblo belo desapareció en el siglo V d. C.

Otra ciudad bela, actualmente en fase de excavación, es el oppidum de Contrebia Belaisca, junto a la actual población de Botorrita (Zaragoza). Este oppidum es famoso por haberse encontrado unas planchas de bronce con escritura celtíbera, que si bien no han sido descifradas en su totalidad, es una buena muestra del nivel cultural belo en ese momento. La ciudad fue conquistada y su población masacrada en el periodo de las guerras celtíberas, por el cónsul romano Tiberio Sempronio Graco.

Sin embargo la ciudad bela por excelencia y la más importante fue Sekaida (Segeda), cerca de la actual Belmonte de Gracián (Zaragoza). Al igual que su compañera llegó a emitir moneda (de plata y bronce) en el siglo II a. C. En el 154 a. C., la ciudad amplió sus murallas en contra de lo pactado con Roma (paz de Graco, 179 a. C.), por lo que estos lo consideraron como un acto de guerra, lo que dio origen al inicio de la segunda guerra celtíbera. Los belos contaban con la ayuda de los titos (otro pueblo celtíbero), pero su mayor aliado fueron los arévacos, el gran pueblo celtibero de la época. Si al principio la población indígena llevaron las de ganar, con el paso del tiempo, las ciudades celtíberas acabaron siendo derrotadas.

Con la toma de la ciudad arévaca de Numancia en el transcurso de la tercera guerra celtíbera, los romanos se hicieron con el control de toda la Celtiberia, lo que fue el principio del fin de los pueblos celtíberos.

Bergistanos Pueblo de raíz íbera que ocupaba una pequeña extensión de territorio en la comarca catalana del Berguedá, en la cuenca alta del río LLobregat. Su número era muy reducido y estaban emparentados con los ilergetes. Fue sometido primero por fuerzas cartaginesas en su paso hacia Italia, y más tarde por los romanos del general Marco Poncio Catón (Catón el Viejo). Su principal ciudad fue Castrum Bergium que se considera (con serios interrogantes) es la actual población de Berga.

Berones Pueblo de raíz indoeuropea y cultura celta. Ocupaban una pequeña extensión por el territorio de la actual comunidad autónoma de La Rioja, y pequeñas zonas de Álava, Burgos, Navarra y Soria que son las provincias limítrofes con La Rioja. El pueblo berón se dedicaba a la agricultura y ganadería y todo parece indicar que se trataba de una sociedad de tipo matriarcal. No sabemos en que momento desapareció la cultura berona, pero seguramente se integraría con los pueblos de alrededor después de las guerras sertorianas. Pueblos berones fueron: Varia o Vareia (cerca de la actual Viana, Navarra), Tritium Magallum (Tricio, La Rioja) y Libia (Herramélluri, La Rioja).

Beturios Habitantes del territorio de Beturia, pueblo de raíz indoeuropea y cultura celta, que se extendía por el curso medio de los ríos Guadiana y Guadalquivir, ocupando un espacio situado al suroeste de la actual provincia de Badajoz y norte de la provincia de Huelva. Los beturios eran expertos trabajadores en la metalurgia del hierro. Mantenían buena vecindad con los túrdulos. Es conocido el yacimiento arqueológico de "Castrejón de Capote" en el término municipal de Higuera la Real en la provincia de Badajoz.

Cántabros Fue un pueblo de raíz celta (indoeuropeos) que extendieron su dominio por la actual Cantabria, zona oriental de Asturias (hasta el río Sella), zona occidental de Vizcaya y norte de las provincias de Burgos y Palencia. El pueblo cantabro dio nombre a la actual comunidad autónoma de Cantabria. La principal ciudad de los cantabros era Amaya, al norte de la provincia de Burgos.

Los cantabros fueron famosos por las crónicas romanas, pues plantearon dura batalla a los romanos en las conocidas como guerras cantabras. Fue el último pueblo peninsular en ser conquistado por los romanos y con ello dio inicio a la conocida como pax romana. Los enfrentamiento dieron comienzo en 29 a. C. y finalizaron en 19 a. C. con la conquista del territorio por el propio emperador romano Augusto.

De los romanos se recuerda que tenían como árbol sagrado el tejo, que tiene partes venenosas, en caso de ser derrotados o cuando se llegaba la vejez consumían esas partes del árbol y morían.

Caristios Los caristios fueron un pueblo prerromano asentado en las actuales provincias de Vizcaya y Álava hasta el río Deva. Muy poco se sabe de este pueblo, aunque todo parece indicar un origen indoeuropeo y no vascón.

Carpetanos Pueblo de raíz celta (indoeuropea), asentados en la zona central de la meseta, como punto vertebrador la actual provincia de Madrid, extendiéndose por la provincia de Toledo y norte de Ciudad Real partes occidentales de Guadalajara y Cuenca. Está confirmada su presencia en el siglo III a. C., cuando los cartagineses entran en la península. No obstante todo parece indicar que durante la dominación romana se integraron bastante bien en el mundo romano. Actuales ciudades carpetanas fueron: Toledo (Toletum), Alcalá de Henares (Complutum) y Consuegra (Consabura).

Contestanos Los contestanos fueron uno de los pueblos de origen íbero que poblaban el Levante español. Su zona de ocupación era la actual provincia de Alicante y parte de la zona sur de Valencia. También parte de las zonas occidentales de Albacete y Murcia. Otro punto de referencia son las desembocaduras de los ríos Segura y Vinalopó. Entendemos por pueblo de origen íbero, la población autóctona de la península ibérica, mayoritariamente extendida en la zona de Levante.

Los contestanos fueron un pueblo que desde bien pronto estuvieron en contacto con los pueblos mediterráneos: griegos, fenicios y cartagineses, por lo que el nivel cultural y artístico estaba mas desarrollado que los pueblos del interior peninsular. Practicaban la agricultura, pero fruto de los intercambios comerciales, trabajaron la metalurgia y la cerámica en una clara actividad comercial de importación-exportación. Las principales ciudades contestanas fueron Saiti (Játiva), Ilici (Elche) y Moixent. De Elche procede la archiconocida "Dama de Elche", máximo exponente de la cultura ibérica en toda la península.

Como curiosidad podemos añadir que existe en la provincia de Alicante, una población llamada "Cocentaina" cuyo nombre es un "fósil" viviente de este antiguo pueblo de los contestanos que ocuparon este lugar.

Cosetanos Pueblo de origen íbero cuya área territorial se extendía por la actual provincia de Tarragona con especial preponderancia en la comarca del "Campo de Tarragona". Los romanos dieron nombre de Cosetania a este territorio ocupado por este pueblo, que en ocasiones también es llamado "cesetanos".

Edetanos La Edetania era el territorio ocupado por los edetanos, pueblo de origen íbero, es decir autóctonos de la península ibérica. Su área de ocupación se extendía por la zona central y norte de la provincia de Valencia y el sur de Castellón. Su nombre procede de Edeta, ciudad que hoy día se relaciona con la ciudad de Liria, a 25 kilómetros de Valencia capital. Su territorio de sur a norte, estaría entre los ríos Júcar (Sucro) y el Mijares (Udiva), ya en Castellón. La ciudad más importante además de la Edeta ya citada, seria Arse hoy Sagunto, ciudad que jugaría un papel muy importante en las guerras entre Roma y Cartago, ya que la ciudad fue destruida por el cartaginés Anibal en 219 a. C. Con la ocupación romana el pueblo edetano se integró en esta nueva realidad y desapareció de la historia.

Los edetanos se dedicaban a la agricultura y a la ganadería, el ejercicio del poder se realizaba mediante una casta militar a cuyo frente se encontraba un reyezuelo. Cada reyezuelo dominaba un trozo de territorio y sobre él ejercía su dominio a través de asentamientos agrícolas y ganaderos. Las ciudades se situaban en zonas altas de difícil acceso y disponían de una buena planimetría y toda una serie de comodidades para la época, siendo un pueblo culturalmente avanzado. Disponían de una amplia variedad de productos cerámicos de los que han quedado abundantes muestras.

Galaicos Pueblo de raíz celta que ocuparon casi en su totalidad la actual Galicia (noroeste peninsular), extendiéndose además por la zona norte de Portugal hasta el río Duero, y una pequeña franja en el lado occidental de Asturias. Los galaicos dieron nombre a la actual región de Galicia, Gallaecia según los romanos. La sociedad galaica era en gran medida matriarcal, sus principales actividades eran la agricultura y la ganadería y ocasionalmente la guerra como forma de obtener botín. La zona de la Gallaecia es conocida como la cultura de los "castros" o cultura castreña, típicos poblados fortificados formados por casas circulares de barro y paja que se agrupaban entre si, sin guardar una planimetría común.

Ilercavones Los ilercavones fueron un pueblo de raíz íbera, autóctono de la península. Esta documentada su presencia al menos desde el siglo VI a. C. y hasta el siglo I a. C., cuando se integraron en el mundo romano. Su área de influencia se extendía por el sur de Tarragona, norte de Castellón y una franja oriental de la actual provincia de Teruel. La ciudad más conocida de este pueblo es la ciudad de Dertosa, actual Tortosa en la provincia de Tarragona.

Ilergetes Los ilergetes eran un pueblo de origen íbero (autóctonos de la península) que habitaron un territorio comprendido en la zona sur de las actuales provincias de Huesca y Lérida, así como la parte occidental de la provincia de Tarragona y la parte suroriental de la provincia de Zaragoza. Su ciudad más conocida era Ilerda actual Lérida. De forma popular se suele considerar a todos los habitantes de Lérida como ilergetes, fusionando ambas realidades en una sola, cuando la realidad es algo más complicada.

El pueblo ilerdense se dedicaba a la ganadería y la agricultura, aunque también trabajaban la metalurgia y la cerámica. Dos personajes importantes de este pueblo fueron Indíbil (* ca. 258 a. C. † 205 a. C.) y su hermano Mandonio, que aliados con los cartagineses en la segunda guerra púnica, lucharon contra Roma y perdieron. Indíbil murió en batalla mientras que Mandonio († 205 a. C.) sería hecho prisionero y crucificado por los romanos.

Indigetes Los indigetes o indiketes como también son conocidos, ocupaban una pequeña franja de litoral en la actual Costa Brava. Pueblo de origen íbero que ocupaba un territorio que más o menos se correspondería con las comarcas del Ampurdán y de La Selva en la provincia de Gerona. Sus principales ciudades son las actuales LLoret de Mar, Palamós y Ullastret (el mayor yacimiento ibérico de toda la península) y que se considera como la capital, habitualmente reconocida como Indika de donde tomaría el nombre este pueblo. La población de Ullastret tuvo su apogeo entre los siglos VI a. C. y el II a. C., y su decadencia comenzó con la llegada de los romanos en el contexto de la segunda guerra púnica.

Jacetanos (Iacetanos) Los jacetanos forman parte de un tercer grupo de habitantes diferenciados de la península ibérica además de íberos y celtas, son los conocidos como pueblos aquitanos cuyos máximos exponentes son los vascones y los aquitanos (de donde toman su nombre), estos últimos en la actual Francia. Los jacetanos tenían su capital en Iaca (Jaca-Huesca) y su área de expansión se extendía por parte de las actuales provincias de Huesca y Lérida (la actual Jacetania y La Canal de Berdún). Eran un grupo de raíz no indoeuropea, cuya procedencia original se desconoce. Aunque adscritos al grupo de los vascones, no guardaban mucha relación con estos.

Su actividad principal era la ganadería, complementada con un pequeña agricultura pecuaria y al producto del saqueo de los pueblos vecinos (especialmente de los suesetanos). Los jacetanos desaparecieron en el mundo romano disueltos como un azucarillo (194 a. C.). Todo parece indicar que se trataba de una sociedad de corte matriarcal, con un estilo de vida propia de montañeses.

Layetanos Pueblo de origen íbero, asentado entre los ríos LLobregat y Tordera, en la franja costera de la actual provincia de Barcelona. Edificaban sus casas en colinas y lugares altos, protegidos por una muralla, sus actividades principales eran la caza, la pesca y la agricultura, trabajando los tejidos de lana y lino. También trabajaban el metal y confeccionaban vinos de calidad. Sus ciudades más notables son las actuales: Mataró, Badalona y Tarrasa entre otras.

En Barcelona capital, hay una importante calle que desde el siglo XIX lleva por nombre Vía Layetana, que pretende recordar a este pueblo ibérico.

Lusitanos La Lusitania fue un territorio habitado por un grupo de tribus de origen precelta que ocuparon un espacio comprendido entre los ríos Duero y Guadiana, ocupando Portugal y parte de la zona occidental de Extremadura. El nombre de Lusitania les fue dado por los romanos, por este pueblo y por extensión, hoy a los habitantes de Portugal se les suele denominar lusitanos.

Eran un pueblo ganadero, famosos por la cría de caballos, animales muy apreciados por ellos y posteriormente por los romanos. No obstante lo dicho eran un pueblo muy belicoso, muy amante de su libertad y preferían morir antes que caer cautivos. El personaje lusitano más famoso es sin lugar dudas, Viriato, un caudillo lusitano que luchó contra Roma y al que solo la traición logró derrotar (139 a. C.).

Lusones Pueblo de origen celtíbero, cuya población se aglutinaba en el curso alto del río Tajuña, en el noreste de la actual provincia de Guadalajara y en las zonas limítrofes con Soria y Zaragoza. Su principal ciudad era Lutia, pero esta no ha podido ser localizada. Comparten muchas características con dos pueblos vecinos: los titos y los belos. Al igual que estos tuvieron enfrentamientos con los romanos que los llevaron a formalizar una alianza con los arévacos de Numancia. Con la romanización de la Celtibería, los lusones, titos y belos acabarían desapareciendo integrándose en el mundo romano.

Lutia se hizo famosa en el periodo de las guerras celtíberas, pues fue el único pueblo que acudió en socorro de la ciudad arévaca de Numancia que estaba cercada por los romanos. La ayuda no se pudo materializar, pero los romanos en venganza atacaron el oppidum de Lutia y cortaron las manos a 400 guerreros como venganza y como señal de advertencia.

Olcades Pueblo de origen íbero con grandes influencias culturales celtíberas o tal vez abiertamente celtíbero. Su área de ocupación sería gran parte la actual provincia de Cuenca en su zona limítrofe con el sistema ibérico y la cuenca del río Júcar al sur de la serranía de Cuenca. Se trata de un pueblo prerromano bastante desconocido, pues los autores clásicos los citan de pasada cuando narran los avatares de la segunda guerra púnica. Parece ser que el pueblo de los olcades quedó muy pronto absorbido por los pueblos indígenas de los alrededores, probablemente por los carpetanos. En el 221 a. C., los olcades fueron vencidos por el general cartaginés Anibal Barca obligándoles a pagar tributo. Su capital Althia, era un oppidum cuya localización no ha logrado ser identificada.

Oretanos Pueblo de origen íbero (población autóctona de la península). Ocupaban el territorio correspondiente a la actual provincia de Ciudad Real y zonas de alrededores (noroeste de Córdoba, oeste de Albacete y norte de Jaén). La principal ciudad oretana era Castulo (cerca de la actual Linares, Jaén) que hacía de capital. Fue un pueblo que mantuvo contactos con los pueblos de origen celta situados al oeste de su territorio. El nombre de oretanos lo recibe por "Oreto" un yacimiento arqueológico situado entre Ciudad Real y Valdepeñas.

Pelendones En ocasiones llamados cerindones. Pueblo celtíbero que tenía su área territorial en los valles altos de los ríos Duero y Arlanza, situándose al norte de los arévacos. Zonas del norte de Soria y del sureste de las provincias de Burgos y La Rioja. Los pelendones eran gentes celtas que entraron en la península procedentes de Europa Central y que al contacto con los íberos hispanos se fusionaron con estos formando una nueva etnia mezcla de ambas culturas (los celtíberos).

Su principal actividad era la ganadera, y en menor medida la agricultura y la metalurgia del bronce. Fueron hábiles guerreros y los romanos los tenían en alta estima por este motivo. Las principales oppida fueron: Savia (se desconoce), Visontium (Vinuesa, Soria), Oria (Soria) y Arekorataz-Augustobriga (Muro de Ágreda, Soria). Levantaban sus poblados en lugares altos y fortificados. Estaban dirigidos por un consejo de ancianos.

Sedetanos Pueblo de origen íbero con ámbito territorial en el curso medio del río Ebro (Aragón). Comprendería la parte oriental de la provincia de Zaragoza, parte de Teruel (noreste) y una pequeña zona del suroeste de Huesca. El nombre sedetano le viene por su capital o ciudad más importante Sedeis o Sedeisken. Su principal actividad económica era la agrícola y en segundo lugar la ganadera. Sufrió fuerte influencias de sus vecinos celtas y desde muy pronto establecieron alianzas con los romanos.

Tartesios Se trata de la civilización más antigua de la península ibérica. Toma su nombre del río "Tartessos", para los romanos "Betis" y para nosotros Guadalquivir. Tartessos era además el nombre de su capital, situada en la desembocadura del Guadalquivir. Su desarrollo tuvo lugar entre los siglos XIII a. C. y el VI a. C. y su máximo apogeo en el siglo VII a. C. por los contactos comerciales con los fenicios. Hacia 535 a. C. tuvo lugar la batalla de Alalia (en la actual Córcega) entre foceos (griegos de Asia Menor) y los cartagineses, que se disputaban el dominio del Mediterráneo. La derrota de los griegos supuso un momento de expansión de los cartagineses y el inicio de la decadencia del pueblo tartesio al decaer la influencia griega sobre la península. El principal rey de Tartessos y el más conocido fue Argantonio (rey entre ca. 630 a. C. y ca. 550 a. C.), del que se dice que tenía unas riquezas inmensas, producto del comercio del bronce y plata tartesio.

Los tartesios ocuparon un territorio situado en el suroeste de la península, con Cádiz, Huelva y Sevilla como principales ciudades, territorio conocido como Tartéside. El origen de este pueblo es desconocido, se considera pudiera tratarse de una población autóctona que progresara económicamente y culturalmente a consecuencia de los contactos con los fenicios, pueblo altamente desarrollado y que influiría en su cultura. Tartessos sería por tanto una isla en un contexto de culturas más atrasadas de la península.

Con la desaparición del mundo tartesio, sus descendientes directos fueron los turdetanos, que no llegaron al nivel cultural y económico de la antigua Tartessos. Dentro de la cultura tartesia, hay que incluir la historia de Gárgoris y Habidis, relato mitológico que el escritor Fernando Sánchez Dragó, popularizó en una novela en los años setenta del siglo XX. Hasta día de hoy se desconoce el emplazamiento de la antigua Tartessos.

Titos Los titos fueron un pueblo celtíbero bastante desconocido. Siempre suelen ir asociados a otro pueblo celtíbero: los belos, con los que compartían elementos comunes. Se situaban en el curso medio del río Jalón (afluente del Ebro), en los alrededores de la actual Alhama de Aragón, en la provincia de Zaragoza. Se enfrentaron a los romanos junto con los belos formando una especie de confederación, al frente de la cual se encontraban los arévacos. Con la toma de la ciudad de Numancia por parte de los romanos y la finalización de las guerras celtíberas, el pueblo tito desapareció de las fuentes documentales.

Turboletas o Turbuletas Pueblo de raíz celtíbera cuyo territorio se extendía por la actual provincia de Teruel. Los celtíberos fueron un grupo de pueblos de origen celta que se fusionaron con la población autóctona de la península: los íberos. El pueblo turboleta toma su nombre de su principal ciudad: Turba o Turbola, cuyo emplazamiento no se tiene del todo claro.

El pueblo turboleta era aliado de Cartago y como tal participó en el asedio de Arse (actual Sagunto) en 219 a. C. Este incidente sería el desencadenante de la segunda guerra púnica entre romanos y cartagineses. Con la derrota de Cartago, los romanos invadieron el territorio turboleta en 212 a. C. y esclavizaron a la población como castigo de guerra. En 196 a. C. hubo una revuelta turboleta contra los romanos y aquellos fueron derrotados, los habitantes sobrevivientes fueron nuevamente reducidos a la esclavitud y el territorio fue absorbido por los edetanos y los bastetanos, la historia de los turboletas acabó en ese momento.

Turdetanos La Turdetania era el territorio ocupado por los turdetanos. Se da como seguro que el pueblo turdetano es el sucesor directo del pueblo tartésico una vez que esta cultura colapsó, a causa de las luchas entre griegos y cartagineses. El territorio turdetano se extendía por la zona suroccidental de la península, el Valle del Guadalquivir (río Betis), el Algarve portugués, al norte Sierra Morena y al sur el Estrecho de Gibraltar. Ciudades importantes de este pueblo son las actuales Osuna, Jaén, Córdoba, Sevilla, Málaga y Huelva entre otras muchas de la futura Bética romana.

Para los historiadores romanos, los turdetanos eran el pueblo mas culto de toda de la península, su actividad económica se basaba en la agricultura, la ganadería y la muy importante minería. Los turdetanos exportaban: trigo, vino, aceite, cera, miel, pez (sustancia para calafatear embarcaciones), cochinilla (usada como colorante) y minio (usado en pintura). No era un pueblo especialmente guerrero, para su defensa contrataban mercenarios celtas que los protegieran. De su cultura destaca el conocido como "Tesoro del Carambolo", un conjunto de 21 piezas de oro para adorno personal, hoy en el Museo Arqueológico de Sevilla.

Túrdulos Los túrdulos estaban asentados en tierras de los cursos medio y alto del río Guadalquivir. Por el oeste su territorio alcanzaba la parte oriental de la provincia de Badajoz y por el este hasta la vega del río Genil de Granada, ocupando territorio de las actuales provincias de Córdoba y Jaén. Su capital era Ibolca, actual Porcuna, en la provincia de Jaén. Un yacimiento importante de este pueblo es el conocido como "Cerrillo Blanco" (siglo VII a. C.) en la misma Porcuna. Eran un pueblo de raíz íbera que tuvo su desarrollo hacia el siglo V a. C. y el siglo III a. C. Su vida debía estar influida por la cultura tartésica pues se cree que su idioma y su lenguaje pertenecía a una de las lenguas habladas en Tartessos.

Vacceos Los vacceos eran un pueblo de origen celta que procedentes del centro de Europa se asentaron en la zona media de la cuenca del río Duero. La actual provincia de Valladolid era el eje vertebrador de su área de influencia que incluía partes de las provincias de alrededor: sur de Palencia, sur de León, este de Burgos, norte de Salamanca y norte de Ávila.

Su existencia en la península se conoce al menos desde el siglo III a. C. El historiador griego Polibio narra la incursión del cartaginés Anibal por territorio de los vacceos en 220 a. C. y la toma de las ciudades vacceas de Elmantiké (Salamanca) y Arboukále (Toro-Zamora). Su actividad económica era la agricultura y la ganadería trashumante (vacuna y ovina). Estaban especializados en el cultivo de cereales, y anualmente se repartían las tierras entre los habitantes en una forma de colectivismo agrario. Estaban dotados para la actividad guerrera pero no parece que fueran especialmente belicosos. Sus viviendas eran cabañas de piedra y adobe de forma rectangular con interiores compartimentados, la techumbre de barro y cubierta vegetal. No hicieron uso de la escritura. El ritual funerario era la cremación de cadáveres, las cenizas se introducían en vasijas y se enterraban en la tierra, marcando el lugar con una piedra enhiesta a modo de lápida funeraria. Un segundo ritual funerario se aplicaba a los guerreros muertos en combate, el difunto se abandonaba en el campo para que fuera comido por los buitres, al elevarse el ave el alma del difunto era llevada a los cielos.

Ciudades vacceas fueron: Rauda (Roa, Burgos), Cauca (Coca, Segovia), Pintia (Padilla de Duero, Valladolid), Septimanca (Simancas, Valladolid), Amallobriga (Tiedra, Valladolid), Pallantia (Palencia) y Brigecio (Benavente, Zamora) entre otras.

Várdulos Los vardulios fueron uno de los pueblos de origen más incierto, su área de ocupación fueron las actuales provincias de Guipúzcoa, Álava y zona norte de Burgos. De clara raíz indoeuropea, no guardan relación con raíces euskaldunas. Aunque no está completamente demostrado, hay autores que afirman que el territorio de la Vardulia es el origen de la actual Castilla "la Vieja".

Vascones Vasconia fue un territorio ocupado por los vascones, nombre que les fue dado por los romanos a un pueblo que ocupaba las actuales Navarra, parte de Guipuzcoa y la zona pirenaica occidental incluida parte de la actual Francia. Por el sur, la Vasconia llegaba hasta la cuenca alta del río Ebro. Los orígenes de este pueblo son desconocidos, se cree que fueron un pueblo preindoeuropeo que llegaron a la península (5000 a. C.) antes que el resto de migraciones indoeuropeas.

Fue un pueblo que mantuvo mucho contacto con los romanos, pero sin embargo nunca fue romanizado. Su mayor rasgo cultural tal vez sea la lengua, "el euskera" lengua de origen desconocido que todavía pervive en amplias zonas del actual País Vasco. Su forma de vida estaba enfocada a la ganadería y la agricultura.

Vetones Los vetones fueron un pueblo de origen indoeuropeo que se asentaron en la Península Ibérica procedentes de Europa, pero sin nexo común con los celtas, también indoeuropeos y procedentes también de Europa. Ocuparon la zona central occidental de la península, aproximadamente en las actuales provincias de Ávila, Salamanca y Cáceres, adentrándose en la raya de Portugal y ocupando parte de las zonas occidentales de las provincias de Toledo y Zamora. Su área de influencia se encontraba pues, entre los ríos Duero y Tajo.

Era un pueblo que habitaba en castros fortificados, se dedicaban a la actividad ganadera principalmente, pero además eran un pueblo guerrero. De sus costumbres y vida las conocemos parcialmente por los historiadores romanos que no los tenían en gran consideración pues consideraban que eran gentes bárbaras. Sus manifestaciones culturales son conocidas por los restos arqueológicos de los castros y por toda una serie de esculturas en piedra conocidas como verracos, que representan figuras muy esquemáticas de toros y cerdos. Se desconoce que quieren representar estas esculturas o con que fin se levantaban.

Del pueblo vetón es el conocido como castro de Ulaca, en la actual población de Solosancho (Ávila), un yacimiento arqueológico en el que destaca el conocido como "altar de sacrificios", una pequeña construcción de roca granítica que cumplía funciones religiosas y ceremoniales. Elevado sobre un pequeño cerro, a la parte superior del altar se accede por una escalera tallada en la misma roca.