Non lo tardó -el que en buen ora nasco, priso dozientos cavalleros -
escollechos a mano, fizo una corrida - la noch trasnochando; tierras d'Alcañiz - negras las va
parando, e a derredor - todo lo va preando. Al tercer dia - don ixo i es tornado. |
Fue conquistada por primera vez por Alfonso I el Batallador en el 1117, quedando al cargo de
don Sancho Aznar y recuperada definitivamente por Ramón Berenguer IV en 1157.
La fortaleza y la villa fue otorgada a la Orden Militar de Calatrava en el 1179, por el rey
Alfonso II de Aragón, convirtiéndose en sede de la encomienda mayor de la Orden en Aragón.
En este castillo estuvo el rey de Aragón Jaime I el Conquistador en su camino de conquista
a Valencia, reuniendo las Cortes en 1238. La Orden de Calatrava había sido fundada en 1158 para proteger la frontera
toledana contra las incursiones musulmanas. Ese mismo año, el rey de Castilla Sancho III, le encarga la defensa del castillo
Calatrava en la actual provincia de Ciudad Real, cuyo nombre terminaría adoptando la Orden.
En 1283 la villa de Alcañiz se sublevó violentamente contra el poder señorial de la Orden
de Calatrava. La Encomienda Mayor de Calatrava se oponía a las ansias de libertad de Alcañiz,
ala que Ramón Berenguer IV había concedido carta de población en 1157. En la pugna vencería poco
a poco la población.
En esta población se alcanzó el pacto de la Concordia para la corona de Aragón. Al morir Martín
el Humano sin heredero legítimo, los parlamentos de Aragón, Cataluña y Valencia decidieron
reunir unos representantes en la Iglesia de Santa María de Alcañiz, para buscar la solución. Se alcanzó una
Concordia, en virtud de ella, nueve compromisarios, tres de cada reino, se reunirían en Caspe
para escuchar a los pretendientes y decidir en derecho a quien correspondía la Corona. De los
nueve, seis debían de estar de acuerdo y pertenecer a los tres parlamentos. Corría el año 1412
y del Compromiso de Caspe saldría elegido el rey de Castilla, Fernando de Antequera.
En Alcañiz se reunieron las Cortes de Aragón en 1371, 1436 y 1441.
Carlos V, juró privilegios y franquicias de paso para las cortes de Monzón, en 1528.
El único hecho de armas que conoció este castillo fue en 1462, cuando Juan de Hijar lo ocupó
en defensa de los intereses del Príncipe de Viana.
Durante la guerra de la independencia, Alcañiz y su castillo estuvieron involucrados en el conflicto; en la ciudad se libró una famosa batalla conocida
como "batalla de Alcañiz" entre las tropas francesas del general Suchet y las tropas españolas comandadas por el general Joaquín Blake. El 26 de enero
de 1809 las tropas francesas conquistan Alcañiz, pero en 23 de mayo de 1809 las tropas españolas reconquistan la ciudad en una cruenta batalla conocida
como de Alcañiz. Por el heroísmo demostrado el rey Fernando VII en 14 de mayo de 1815 crea la condecoración conocida como la "cruz de Alcañiz". Esta
se compone de una cruz en aspa de brazos iguales y en su parte superior una corona de laurel. De entre los brazos de la cruz surgen cuatro llamas de
fuego y en el centro de la medalla las iniciales F. VII (de Fernando VII) y en el óvalo la inscripción: Al - ca -ñiz.
Durante las guerras carlistas, Alcañiz estuvo nuevamente involucrada en ellas, la ciudad fue asediada hasta en tres ocasiones, la mas inspirada tuvo lugar en
1838 cuando las tropas carlistas del general Cabrera intentaron sin éxito ocupar la población. Ramón Cabrera Griñó, conocido por el sobrenombre de "el tigre del
Maestrazgo" nació en Tortosa (Tarragona) en 27 de diciembre de 1806 y murió en Reino Unido en 24 de mayo de 1877.
En 1840 tras la paz firmada de Vergara (31-08-1839) que puso punto y final a la conocida como
primera guerra carlista, el general Ramón Cabrera tuvo que exiliarse en París. Años después durante la segunda guerra carlista en 1847 y durante la tercera guerra
carlista en 1874, Alcañiz fue sitiada y nuevamente los carlistas fueron rechazados.
Fue rehabilitado ya en el siglo XX para adecuar sus estancias a "Parador de turismo", actividad que sigue desarrollándose en la actualidad.
Características
El castillo de Alcañiz es uno de los más complejos de Aragón, por su organización mixta de
convento-palacio, sus grades dimensiones y la mezcla de estilos arquitectónicos que presenta.
Situado sobre un alto, desde el que domina a la población, el recinto de la fortaleza posee
una planta trapezoidal que recoge el heterogéneo conjunto. Este se halla claramente diferenciado
en dos zonas: la Norte, en la que se agolpan las construcciones medievales, y la Sur, con el
palacio barroco de los Comendadores de marcada estructura civil.
El conjunto monumental como acabamos de decir, se compone de dos partes: la torre del homenaje,
el claustro ojival, y la
iglesia, en estilo gótico, a la que habría que añadir una portada románica.
El resto corresponde al siglo XVIII y es el llamado Palacio de los Comendadores. (es la parte
que ocupa el Parador Nacional).
Nada mas pasado el
arco de entrada, en el camino de ronda, nos encontramos en una explanada ante el palacio barroco
del siglo XVIII. En el ala norte del alcázar están alineadas la capilla y la torre del homenaje.
En el ángulo noroeste,
la Torre de Lanuza. Al sur de la capilla y el claustro.
Capilla
La capilla siglo XIII es la pieza principal de la etapa
románica y fue la primera parroquia de Alcañiz. Esta dedicada a María Magdalena.
La capilla de una sola nave y bóveda de cañón apuntado, tiene una de las escasas portadas
románicas del bajo Aragón con un interesante ajedrezado jaqués. En el lado del evangelio se
encuentran los restos de una obra de gran interés dentro de la escultura funeraria del
renacimiento aragonés: el sepulcro de don Juan de Lanuza.
De planta cuadrada y cuatro pisos de altura. En su interior
destaca una de las salas decorada con pinturas murales sobre la conquista de Valencia, fechadas
en el siglo XIV. Consta de una nave con cinco tramos, cubierta de bóveda de cañón apuntado,
sobre arcos fajones que se apoyan en medias columnas o ménsulas.
Claustro
El claustro, adosado al muro sur de la capilla tiene dos arcos apuntados por crujía.
En el claustro también encontramos unos restos de pinturas murales, de temática funeraria.
Tiene un solo piso, su techado es de viguería y se accede a él por una pequeña
puerta románica.
La torre del homenaje
Situada al oeste de la capilla,
es gótica, del siglo XIV, consta de cuatro plantas.
En el bajo hay un
pórtico al que se accede por una gran arcada ojival que se abre a la
portada de la capilla románica; en el segundo,
una ventana ojival de tracería entrelazada bajo arco
cobijo apuntado; una ventana geminada de medio punto con finísimo mainel adorna el tercer
cuerpo; y en el superior se abren dos sencillos huecos de medio punto.
La inferior que sirve de atrio a la capilla, conserva unas bellísimas pinturas murales
francogóticas.
Son en la planta baja y en la sala noble donde un conjunto de pinturas murales góticas,
fechadas en el siglo XIV, constituyen una interpretación regional y local del estilo lineal
o francogótico. Tienen la particularidad como luego veremos, que la mayor parte de ellas, su
temática es civil y caballeresco (como por ejemplo, las hazañas de Jaime I el Conquistador).
Galería fotográfica de la torre del homenaje
Palacio de los Comendadores
Ocupa la zona sur del castillo de los Calatravos y es el siglo XVIII. Destaca su fachada
principal , que continua la tradición del palacio aragonés tardo-renacentista. Flanqueada por
dos torres y dividida en tres plantas: la inferior, de piedra sillar y las dos superiores de
ladrillo. Un hermoso
patio agrupa y armoniza tan diversas edificaciones. En la parte superior,
la característica galería aragonesa y un gran alero. Es desde 1968 el Parador Nacional.
Son las dependencias civiles y
palaciegas de todo el conjunto. Fue reestructurada en 1728 y consta de un gran palacio de estilo
renacentista aragonés, cuya fachada se halla flanqueada por dos torres medievales en origen. En
su frente destaca la suntuosa
portada barroca y los balcones.
Galería de imágenes de las torres del palacio de los comendadores
Pinturas góticas
El conjunto de pinturas murales góticas del castillo de Alcañiz está considerado como uno de los
más importantes, completos y variados de la península ibérica. Se suele fechar, con distintas
precisiones según los autores, a lo largo del siglo XIV.
Su estilo es gótico lineal, caracterizado por las tintas planas, donde el color queda subordinado
al dibujo. La técnica utilizada fue al fresco. La ejecución de las pinturas parece responder
a más de una mano o taller y pudieron ser ejecutadas en distintos momentos. Se trata, en
definitiva, de un complejo pictórico que tiene más interés por la gran variedad de temas
tratados que por su propia calidad artística.
La temática es muy amplia, rica y compleja con un gran repertorio de escenas representadas:
religiosas, funerarias, históricas, caballerescas, trovadorescas, alegóricas, simbólicas, etc.
relacionándose cada una de ellas con el lugar y el ambiente en el que se sitúan: atrio de la
iglesia, fachadas exteriores, torre del homenaje y claustro. Su ejecución tiene una clara
intención narrativa, estando representadas con gran minuciosidad y detallismo por lo que algunos
autores las han relacionado con las miniaturas. Son también muy interesantes e infrecuentes las
pinturas conservadas en el exterior de las fachadas (zona del atrio y torre del homenaje), lo que
demuestra que la arquitectura medieval se pintaba también externamente.
La mayor parte de sus figuras están representadas con un claro sentido de simplicidad y
esquematismo. También es destacable el alto grado de abstracción que en muchos casos se observa
en paisajes, castillos etc. En ocasiones, su profundo sentido narrativo se superpone al estético:
se amontonan o agrupan en exceso las figuras, no se tiene en cuenta la proporción entre los
objetos representados etc.
Pinturas del atrio
En la fachada norte (planta baja de la torre del homenaje o atrio de la iglesia) se
representan distintas escenas de la pasión de Cristo.
En el registro superior, la Crucifixión; en el segundo registro,
la Santa Cena; en la cartela
bajo la imposta, una figura femenina nimbada (tal vez la Virgen María) y en el tercer registro
se distinguen varias figuras enmarcadas por estructuras arquitectónicas y un ángel.
En el centro de este muro y dominando la obra aparece un escudo
nobiliario en relieve con un león rampante de oro, muy similar al que existe en la clave de la
bóveda del atrio.
En la fachada oeste (muro opuesto a la entrada de la capilla) se distinguen tres registros:
en el superior se desarrolla un combate entre musulmanes y cristianos, una
magnifica escena de combate entre moros y cristianos flanqueados por dos torreones almenados,
sobre los cuales sendos trompeteros vigilan o animan la batalla.. En el segundo, la leyenda del
"encuentro de los tres vivos y los tres muertos". Y en el tercero, el ciclo de la infancia
de Jesús: la Visitación y, probablemente, La Natividad. En la zona inferior se desarrollan
unas interesantes franjas de motivos decorativos geométricos.
En el ángulo superior izquierdo, un curioso personaje islámico saca la lengua en actitud
burlesca.
En la fachada este o fachada románica de la primitiva iglesia, se representan distintas escenas
del Juicio Final, presidida por un Pantocrátor (Dios Padre sentado en su trono). Junto a él a la
derecha
aparecen una serie de figuras arrodilladas, ángeles, damas, etc., a su izquierda una compleja
escena del infierno con ángeles, damas, demonios y condenados, entre ellos un rey,
un monje y figuras de aspecto islámico, que sufren horribles tormentos entre el fuego eterno.
Pinturas exteriores
En la fachada del atrio se conservan bastantes desdibujadas algunas escenas cortesanas y
caballerescas con varios grupos de damas, castillos y palacios, caballeros, una lucha de torneo
a pie etc. Existen también algunos restos muy perdidos en la parte exterior de la planta noble
de la torre del homenaje.
Pinturas de la torre del homenaje
En la primera planta (llamada Planta Noble) , nada mas traspasar la pequeña puerta
de acceso, veremos a la derecha (lado sur), varios registros: el superior y el segundo
muestran una temática de carácter histórico-conmemorativo; el tercero, el tema de "el salvaje y la
doncella"; en el muro que cegó durante siglos el gran ventanal se desarrolló el tema clásico de
la "rueda de la fortuna" (hoy trasladada al salón de plenos del ayuntamiento); y en el
intradós del gran ventanal, la
figura del trovador (conservada también en el ayuntamiento) y la figura, hoy desaparecida
de un ser fantástico, resultado de la unión de varias especies animales en un ser que adopta una
postura humana.
La Rueda de la Fortuna es una clara alusión al paso del tiempo y al destino. Su motivo central
es, lógicamente, la gran rueda que gira inexorablemente, entronizando o aplastando al hombre. Lo
definen dos circunferencias concéntricas unidas por ocho radios equidistantes, decoradas interiormente
por arquillos semicirculares, semejantes a los de los rosetones medievales. En el centro
entronizada y con el protagonismo que le confiere el tema, se representa a la diosa Fortuna: figura
femenina sedente e inmóvil, vestida con amplios ropajes. Su disposición, sobre el eje mismo de
la rueda, alude a su condición de elemento regulador del devenir histórico. Alrededor y en una
clara composición circular se representan cuatro figuras humanas, coincidiendo con lo que serían
las horas y los cuartos de un gran reloj (aunque en este caso, las saetas girarían en sentido
contrario).
En la derecha vemos a un hombre que con gesto alegre y actitud dinámica asciende pletórico de
fuerzas y con la gran copa de la vida colmada de proyectos e ilusiones. Estamos ante la imagen
evidente de la ambición humana. Sobre su cabeza se lee la inscripción gótica REGNABO (reinaré),
En la parte más alta de la rueda se dispone un hombre, en clara actitud de triunfo y majestad,
nos muestra una copa en cada mano, símbolo del equilibrio entre el pasado y el futuro. A ambos
lados de su cuerpo se distribuyen las letras correspondientes al término latino REGNO (reino). A
la izquierda se representa a un hombre en plena caída, intentando en vano asir la copa que ya ha
perdido. Junto a él, aparece la elocuente inscripción REGNAVIT (reiné). Y por último, bajo la
rueda y aplastada por ella -el tiempo y el destino- vemos una figura totalmente derrotada y
humillada. A su izquierda se lee SUM SINE REGNO (estoy sin reino, carezco de reino). Estamos,
pues, ante la caprichosa "rueda de la fortuna" que indistintamente encumbra o abate. Claro
símbolo de la vanidad de este mundo y de la incertidumbre del destino humano, sometido al
capricho de la diosa fortuna.
El otro fragmento en poder del ayuntamiento, se representa a un joven músico que con actitud
serena y placentera tañe un instrumento de cuerda, probablemente un laúd.
En el primer arco de esta misma estancia vemos un desfile de caballeros y el detalle de una
ciudad (en la cara sur), y otro desfile militar (en la cara norte), con la entrada en una ciudad
que bien puede ser Valencia o Granada según otros autores.
Existen representaciones de ciudades amuralladas, torres defensivas, una interesante escena de
desembarco con dos barcazas y un delfín entre las aguas.
En el segundo arco continúan las representaciones de ejércitos
y desfiles de caballeros (abundando especialmente un emblema heráldico de la luna) en torno a
una figura central de caballero con maza de guerra; un campamento militar; un grupo de
sirvientes que llevan caballos; representaciones de paisajes y una ciudad amurallada, etc. En
el intradós de este arco se conserva, excepto dos figuras (las de enero y febrero) un magnífico
mensario o calendario medieval, que representa los distintos meses del año mediante escenas
propias de cada uno de ellos: la siega, la trilla, la vendimia, la matanza del cerdo, etc.
En
el muro oeste o de acceso a la torre, se conservan bastantes desdibujadas algunas escenas de
temática cortesana caballeresca destacando tres damas en las ventanas de un castillo que
despiden a un caballero que se aleja ("el castillo del amor" con las "damas dolientes").
Pinturas del claustro
En una de las capillas sepulcrales se conserva la figura de San Miguel matando al dragón
infernal. Junto a él aparece un toro yaciente y restos de una fortaleza con torreones, así
como una figura dibujada en negro que parece representar a un pastor o un músico tocando un
instrumento de viento. En el lado sur del contrafuerte de esta misma capilla aparece una
escena de la Crucifixión esbozada con carboncillo sobre un fino revoque con las imágenes muy
desdibujadas de Cristo crucificado, San Juan, María y el sol y la luna humanizados.
Ficha técnica
Fecha de realización página: 06 de Febrero de 2004
Fecha última modificación: 23 de Marzo de 2004
Lugares de interés de Alcañiz
Glosario o Vocabulario desde este
enlace puedes acceder a un vocabulario general sobre términos de arte y en especial sobre aquellos
términos que se citan en esta página.
Nota: Los textos aquí recogidos proceden de libros, folletos, periódicos, páginas webs y
folletos turísticos en los cuales no se hace mención de titularidad alguna de derechos.
Destacamos no obstante para gloria y merito, los textos referentes a las pinturas góticas
de Teresa Thomson Llisterri, y los datos obtenidos de la web:
www.liceus.com
Las fotos algunas están tomadas de Internet y otras son del propio autor de la página web. En todo caso, si existe un titular de los derechos intelectuales sobre estos textos e ilustraciones,
sobre cuya existencia no he sido informado, y desea que sean retiradas, basta con que me informen
por medio del correo electrónico a mi dirección de e-mail.