Enclavado en el monte de la Tossa. El nombre de Balma es un vocablo de origen prerromano que se traduce como cueva, y ese es su sentido pues el
santuario se encuentra en una cueva en parte natural y en parte excavada en la roca. Es de suponer que en esta balma o gruta residían anacoretas
en tiempos pasados, buscando el sosiego espiritual. El documento más antiguo que hace referencia al lugar se remonta al año 1380, lo que nos hace
pensar que se trata de una ermita muy antigua.
La tradición cuenta que el hallazgo de la Virgen de la Balma fue por un pastor manco de un brazo, que súbitamente observó un gran resplandor que provenía
de una imagen de la Madre de Dios que le indicó su voluntad de construir una ermita allí mismo, en la Balma, para ser refugio de toda la comarca. Así se hizo
y el pastor manco recuperó la movilidad en su mano.
Muy pronto la gruta fue adaptada a una ermita colgada sobre la pared rocosa y se extendió la fama del santuario, organizándose romerías por todos los pueblos
del entorno. El conjunto de la ermita de La Balma empieza con un largo tramo de escaleras medievales ascendentes para llegar a la antigua hospedería,
desde donde se puede contemplar unas magníficas vistas panorámicas del valle del Bergantes. Después podemos entrar en la agreste cueva y pasar primero
por unas dependencias que están adecuadas como un rústico comedor y después penetrar en el interior de la cueva-iglesia.
Esta iglesia tan irregular tiene un original púlpito y una artística reja que cierra el camarín, en cuyo centro está la imagen de la Virgen de la Balma, patrona
de Zorita y veneradas desde lejanos lugares. Esta imagen desapareció en la Guerra Civil y en 1940 fue sustituida por la actual. La primera semana de
septiembre son las fiestas patronales de Zorita y, a la vez, del mismo Santuario de la Balma.
El santuario de La Balma, tradicionalmente, tiene la fama de ser un lugar para sanar a las personas endemoniadas. Históricamente llegaron muchas
personas que parece que podían tener un mal extraño. En la actualidad, es algo casi simbólico.
Destaca su torre campanario adosada a la pared de la roca y construido en el siglo XVII.
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