El 7 de Julio de 1538 los magníficos Jurados y Sindicos "ajuntats" (reunidos) a causa de las numerosas
embarcaciones de los moros que desembarcaban en la costa, acordaron instalar una vigilancia permanente
en el Micalet. Era el mas importante puesto de observación de la costa. La señal que daban de la ausencia
o presencia de los moros constituían una o dos hogueras, encendidas en lo alto del Micalet y visibles, por
consiguiente, a gran distancia.
Previa esta deliberación los Jurados habían enviado a Juan Roca para coordinar las alarmas desde
Valencia, pasando por Sagunto hasta el Ebro. Por esta labor recibió un salario de tres ducados pagado
por el administrador de la Lonja Nueva, Damian Ferrer, a cuyo cargo se determinó que corrieran los
gastos de esta vigilancia. Lázaro Floro (seudónimo usado por Sanchís Sivera) escribió en su "Historia del
Miguelete y sus Campanas" lo que eran las "fumadas" del Miguelete, basándose en un relato de Cruilles.
La "fumadas" (que también se llamaban fallas) se encendían todos los días a una hora determinada del
atardecer. Si la hoguera se dejaba caer de lo alto de la torre significaba que habían desembarcado.
Traducido del latín por Luis Miguel Catillo Gualda
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