La Gallera c/Aluders, 7

Como su nombre indica, este edificio fue construido a finales del siglo XIX para el espectáculo de pelea de gallos, una afición muy extendida en la ciudad de Valencia desde siglos atrás. Construido por el maestro de obras Manuel Ferrando Mora en 1870, llevaba el pomposo nombre de Circo Gallístico. Con planta cuadrangular, al interior adopta planta circular o centralizada (dodecagonal). Con tres pisos, la planta baja se abre al interior del recinto a través de arcos rebajados realizados en ladrillo y apoyados en pilares del mismo material. Las plantas superiores también circulares asoman al interior a través de balconadas de hierro, mientras que los techos se sustentan en finas columnas de fundición. La construcción se cierra con una cubierta a dos aguas, disponiendo en su centro de un lucernario central que permite la iluminación cenital. La entrada se realizaba a través de tres puertas en arco de medio punto, en la parte superior de la central podemos ver la fecha de la construcción en la forja del tímpano del arco: 1870.

Los espectadores se situaban en la nave que formaba el anillo exterior del circulo central, siendo este lugar el reservado para aquellos de mas poder adquisitivo, quedando los pisos superiores para el resto del público, a mas altura del ruedo central peor visión y por lo tanto entrada más barata.

El nombre de la calle Aluders, hace referencia al oficio de aluder que era un oficio que se encargaba del curtido, adobado y aderezo de pieles. Según se dice el local se construyó sobre antiguos almacenes de adoberías (curtidos de pieles) ya que en esta calle se localizaban este tipo de talleres.



Al finalizar su etapa circense-gallístico, el local fue utilizado como Café-Cantante, como almacén de transportes ordinarios y como almacén de ferretería con el nombre de Planchadell, función que dejó de utilizarse al fallecer su dueño en 1980. Desde ese momento y con altibajos, más bien bajos, ha sido utilizado como Sala de Exposiciones. Desde mediados de los años 90 del siglo XX, el local fue gestionado por la Generalitat Valenciana a través del consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana. De cualquier modo hay que destacar que el local ha sido y es de titularidad privada hasta que en 2016 la Generalitat Valenciana dio por terminado el convenio por el que quedaba encargado de su gestión. Su primeros titulares fueron el matrimonio formado por Vicente Barrachina LLorca y su esposa Ángela Uberos Soro, en la actualidad son sus actuales propietarios los biznietos de los mismos.