La casa del duende
Plaza del Esparto nº 5

No somos expertos en efectos paranormales, pero tenemos la sensación, que en la ciudad de Valencia no abundan estos. A la cabeza nos vienen los conocidos de la casa de la Misericordia y el del edificio de La Cigüeña. Este del que vamos a hablar ahora, será tal vez el más conocido y el que más repercusión mediática ha tenido y tuvo.

En su momento fue conocida bastante impropiamente como la "casa de tócame Roque", ya que de sobra es conocido, que esta famosa casa se encuentra en Madrid y no guarda relación con nuestra ciudad. Aquí fue conocida y lo sigue siendo para aquel que tiene memoria, como "la casa del duende".

Los hechos tuvieron lugar en el piso entresuelo del edificio de la plaza del Esparto nº 7 (hoy nº 5), a principios del verano de 1915. Un día y sin motivo aparente empezaron a escucharse golpes en la vivienda del señor Colmenero, guardia civil retirado, que habitaba la casa desde hacía poco tiempo. El extraño suceso se repetía todos los días y tuvo que intervenir incluso la policía que inició una investigación sin que la misma llegara a ninguna conclusión. El revuelo generado fue muy grande, con artículos en la prensa del momento y con toda una serie de teorías, a cual más interesante. La muchedumbre que se acercaba todos los días a la casa, llegó en algunos momentos a generar conflictos de orden público. Para tranquilidad y descanso de las autoridades, los ruidos cesaron de repente; el 15 de julio de 1915 dejaron de escucharse y que nosotros sepamos no se han vuelto a oír. La paz pudo volver a la plaza del Esparto y el miedo pudo alejarse de las calles, pues como suele ser habitual, a este tipo de ruidos se achaca a fantasmas, muertos que no pueden descansar en paz o duendes más o menos traviesos. Lo bien cierto es, que las autoridades no consiguieron resolver el misterio.

Con la perspectiva que nos da el tiempo, algunos investigadores que se han ocupado del caso, han llegado a una conclusión que consideramos bastante aceptable y documentada. El propietario de la vivienda afectada tuvo un litigio con una persona que aspiraba también a la compra del inmueble. Esta persona vivía en la calle Caballeros nº 47 y la parte trasera de su vivienda tenía pared medianera con la vivienda de la plaza del Esparto, si hubiera podido comprar la vivienda habría podido agrandar su casa de manera apreciable. Al no poder hacerse con la propiedad, debió pensar que una forma de desalojar al nuevo propietario era meterle miedo y así conseguir que se marchara de la casa por miedo a los fantasmas. Sea por este motivo o sencillamente por jorobarlo, comenzó su sesión de golpes y ruidos amenazantes.

Bien porque no pudo atemorizar a su vecino o bien porque el tema se le fue de las manos con el revuelo ocasionado, lo cierto es que los ruidos cesaron y la vida pudo volver a la normalidad.