Jaime Ferran
la vacuna del cólera y la ciudad de Valencia

En la calle Pascual y Genis número 23 encontramos en su fachada una lapida de piedra con un relieve que representa a Jaime Ferran en el momento de inocular a una cobaya una dosis de la vacuna contra el cólera. En la parte superior izquierda el escudo de la ciudad y una rama de laurel. Debajo un texto que dice:

JAIME FERRAN

Insigne médico español, inventor de la vacuna contra el cólera, instaló en esta casa su laboratorio y aplicandola por primera vez en el mundo practicó mas de 52.000 inoculaciones en esta región con exito clamoroso. Le auxiliaron en aquella memorable jornada los doctores Inocente Pauli, Amalio Gimeno, Angel Pulido, Manuel Candela , V.Peset, P.Garin, R. Pastor, V. Navarro, J.Torres Babí, J. Estruch, F. Sociats, y J. Clara. Los estudiantes de medicina valencianos le dedican esta lapida bajo los auspicios de sus profesores de la Asamblea médica regional y del Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad. Marzo de 1918.

¿Y quien era este señor?

Jaime Ferran y Clua, nació en Corbera de Ebro (Tarragona) el 1 de febrero de 1851, era el hijo del médico del pueblo. Cursa la carrera de medicina en la Universidad de Barcelona en 1873, estableciendose en 1879 como médico titular en la ciudad de Tortosa.

Hombre de amplios conocimientos investiga sobre el microteléfono y sobre fotografia con las emulsiones de los negativos, además al mismo tiempo investiga sobre bacteriología que por aquella época estudiaba Luis Pasteur en Paris.

Es enviado a Marsella y a Tolón para estudiar las epidemias de cólera que se había declarado en esas ciudades. De regreso a España y a su ciudad de Tortosa, se dedica de lleno a las investigaciones sobre el cólera y despues de numerosisimas pruebas en animales da por fin con la vacuna para combatir la enfermedad del cólera.

Estamos en 1885 y comunica su descubrimiento a la Academia de Ciencias de Paris.

Declarada una epidemia de cólera en Valencia (1885), se desplaza a nuestra ciudad y realiza mas de 50.000 vacunas en la ciudad y las poblaciones cercanas, sobre todo en Alzira. No obstante la comunidad cientifica española le declara la guerra, entre médicos y politicos unos le apoyan y otros le denigran, Santiago Ramón y Cajal es uno de los que estan entre sus detractores, por lo que el reconocimiento social y la importancia de su hallazgo queda difuminado.

Entre sus logros médicos también encontramos la puesta en marcha y mejora de la vacuna de la rabia inventada por Pasteur y que él generaliza en España en 1894. Realiza investigaciones sobre la vacuna de la tuberculosis, el tetanos, el carbunco, el tifus etc. al frente del Instituto Municipal de Higiene de Barcelona

Muere el 22 de noviembre de 1929 en Barcelona, sin que sus descubrimientos hubieran supuesto el reconocimiento que merecian, a pesar de que el rey Alfonso XIII se consideraba amigo suyo y protector.

Recibió el premio de la Academia de Ciencias de Paris en 1907, y en 1952 el Ayuntamiento de Tortosa le nombró hijo adoptivo, además de dedicarle una calle con su nombre en la ciudad.