Declarada Bien de Interés Cultural en 2002 y perfectamente rehabilitada. Construida como todas las anteriores en el siglo XVI, adopta forma troncocónica, con 15 metros de altura y 6 metros de diámetro en la base. Disponía de planta baja, tres alturas y terraza almenada, estas hoy desaparecidas. Complementa su defensa con un vano al que abre un gran matacán sostenido por ménsulas. La comunicación entre las plantas se hacía mediante escalas de mano, lo que facilitaba su defensa en caso de que el enemigo penetrara en su interior. La puerta adopta forma adintelada de grandes bloques de piedra. Se conservan todavía los orificios en la base de los matacanes que servía para acosar al enemigo mientras estos intentaban batir la puerta de entrada.

Los ataques piratas a las costas valencianas, se realizaban de forma rápida e intentando penetrar lo mínimo en el territorio interior. Su única intención era la búsqueda de botín. Parte importante de este botín era el secuestro de personas, si eran personas sin recursos económicos se vendían como esclavos en mercados africanos y si los secuestrados eran gentes de posibles, se pedía un rescate que por lo general era pagado por los familiares si se llegaba a un acuerdo económico. En estas rapiñas en ocasiones eran ayudados por moriscos residentes en la zona, que conocedores del terreno y del movimiento de personas y bienes pasaban información a los piratas cuando no colaboraban abiertamente con ellos.

Uno de los piratas más temibles del Mediterráneo, fue Turgut Reis (* 1514 † Malta 23-06-1565), conocido en estos lares como Dragut (Dragón). Aunque es famoso por su ataque a Cullera llevado a cabo el 25 de mayo de 1550, fue este lugarteniente de Barbarroja, un diablo que puso en jaque durante años a las flotas cristianas del Mediterráneo. Participó en numerosas batallas al servicio de los turcos otomanos, siendo para ellos poco menos que un héroe nacional. Murió en batalla en la isla de Malta. Dios lo tenga atado con cadenas en el infierno.