MUSEO DEL GRABADO DE GOYA FUENDETODOS (ZARAGOZA)
Inaugurado en 1989 en él pueden contemplarse las cuatro series más importantes de grabados del pintor aragonés:
Caprichos, Desastres, Tauromaquia y Disparates.
Goya habria pasado a formar parte de la historia del arte y en un lugar destacado simplemente con su obra
gráfica, es decir, con sus grabados. En éstos al igual que en las pinturas que realiza para si mismo, por propia
voluntad (que no son de encargo y donde está limitada su creatividad), el pintor de Fuendetodos va a dar lo
mejor de si mismo, con el máximo de libertad lo que le lleva una vez más a diferenciarse por completo del resto de los
grabadores de la época, la mayoría de ellos simples artesanos que utilizaban esta técnica como posibilidad de
reproducir una imagen -generalmente de encargo- determinado número de veces, obedeciendo en la mayoría de las veces a
criterios y exigencias del mercado más que a postulados artísticos. Goya en cambio, para quien el grabado comenzó siendo
una simple distracción de convaleciente y un método para aprender del maestro (Velázquez), pronto se dió cuenta
de las posibilidades creativas del grábado, de tal modo que pasó a convertirse con el tiempo en el vehiculo idóneo en el
que dió rienda suelta a su mundo más personal y subjetivos sin cortapisas técnicas ni de contenido.
Goya fue un hombre de su tiempo, genuino representante de una sociedad, la española del siglo XVIII y principios
del XIX de grandes contrastes. Vivió plenamente el Siglo de las Luces y participó del espiritu de la Ilustración;
pero al mismo tiempo, fue testigo de las sombras de una España cautiva de la superstición y que se rebeló contra la
libertad. El clarooscuro de esa sociedad necesitaba tal vez de los rotundos contrastes del blanco y el negro con que
Goya resolvió en los grabados una visión ética y artística de su tiempo, lanzando el nitido mensaje intelectual que
aún hoy perdura.
Como ha señalado Pierre Gassier, los grabados de Goya reflejan todos los aspectos de aquel hombre excepcional: vigor,
humor negro, sátira mordaz, sus sueños, sus obsesiones y su vitalidad. Son declaraciones públicas sobre los asuntos que
más hondamente le afectan, y quedarán por siempre como uno de los aspectos más conmovedores y apasionanentes de su
legado.
El conjunto de su obra impresa puede ser considerado parte del "diario intimo" que el pintor de Fuendetodos legó a la
posterioridad, en el que nos demuestra la soltura y la singularidad con la que se atreve a tratar determiandos temas
(algunos de ellos sumamente polémicos), asi como la libertad y maestria con la que es capaz de combinar las
técnicas del aguafuerte, la punta seca, el buril o el aguafuerte (hecho inusual en el momento).
La creación de este museo fue posible a la generosidad de pintores que con la donación y la subasta de sus obras
permitieron la adquisición de dos colecciones de grabados. Posteriormente la Diputación Pronvincial de Zaragoza y el
Ayuntamiento de Fuendetodos financiaron la restauración del edificio y la transofmración en el Museo actual, en el que se
puede contemplar hoy en día las cuatro series de grabados (Caprichos, Desastres, Tauromaquia y Disparates), así como
exposiciones temporales (planta calle) de artistas cuya obra obra está vinculada con el contenido de dichas
estampas.
Para la construcción del Museo del Grabado se recuperó una casa típica del somontano aragonés, que se desarrollaba en
tres plantas, la baja con el zaguan, la cocina, dependencias agrícolas y, al fondo un patio de reducidas dimensiones
donde se sitúa el pozo; la planta primera, con cuatro dependencias, y por último, la segunda planta ocupada por la falsa
o cubierta (granero). La reutilización de esta casa como Museo se realizó con la idea global de regular al máximo su
configuración original, así como su estructura y tipología. Se mantuvieron las escaleras del edificio reconstruidas
y para la obtención de espacios más amplios se eliminaron las pocas tabiquerias existentes. Igualmente, por razones de
funcionalidad, se sustituyeron los pavimentos de yesos por tobas cerámicas y se han lucido y pintado las paredes.
Los Caprichos Fecha 1797-1799. Colección 80 estampas. Primera edición 1799. Última edición completa: 1937. Ubicación
actual de las planchas: Calcografía Nacional. Técnica: Aguafuerte, aguatinta, buril y punta seca.
Goya realizó en esta serie una critica de los vicios y malas costumbres de la época, abordando una amplia temática sin
ningún orden explicito. En la Sala del Museo se ha realizado una selección de estos temas que de manera reiterada aparecen
a lo largo de toda la serie de mala educación: los matrimonios por conveniencia, la prostitución, las celestinas, la
brujería, la Inquisición, duendes y frailes. Asimismo sirviendose como hacían los fabulistas del momento de la
personificación de animales e inspirándose en otras ocasiones en refranes y dichos populares, el pintor de Fuendetodos
va a dedicar varias estampas conocidas como las Armerías, a la critica de la injusticia social, la nobleza, o el mal
ejercicio de algunas profesiones. Su critica fue tan mordaz que sólo estuvo unos dias la serie a la venta
por miedo a posibles represalias. Sin embargo, gracias a estas láminas fue reconocido como un gran grabador
y artista en Francia.
"Goya no sólo realiza el procedimiento a la máxima altura artística sirviéndose de él para evidenciar una visión del
mundo y delos hombres, haciendo de sus grabados un instrumento de penetración en la intimidad del hombre con un juicio
implacable de la sociedad y su denuncia de los prejuicios, supersticiones, errores o injusticias, en imágenes que valen
como expresión de ideas o pasiones. Eso es lo que constituye la grandeza histórica de Los Caprichos, o lo que hace de
esta colección de aguafuerte una creación genial en la historia del grabado.
Los Disparates
Fecha: 1816-1824. Colección de estampas: 22. Primera edición: 1864. Séptima y última edición: 1972. Ubicación
actual de las planchas: Calcografia Nacional. Técnica: aguafuerte, aguatinta, buril y punta seca.
De las cuatro series de grabados de Goya las 22 estampas que componen Los Disparates (serie inclonclusa) son las más
enigmáticas y difíciles de interpretar. A ello ha venido a sumarse el desconocimiento que se tienen del posible orden que
el propio autor pudo dar a las estampas y el hecho de que sólo se conserven trece pruebas de estado con el título
manuscrito común en todas. Disparates (aunque en la primera edición aparecieran bajo el titulo de Los Proverbios,
interpretando que todas las imágenes tenían alguna vinculación
con algún proverbio o refrán, interpretación puesta en duda hoy en día).
Según los historiadores es las obra gráfica más cuidada y delicadamente trabajada por Goya. Son imágenes apenas
comprensibles, dramáticas, sombrías y grotescas en los que el mundo personal onírico y obsesivo del autor aflora de
manera misteriosa y magistral en cada estampa con una perfecto dominio de la técnica y donde la fantasia virtual alcanza
cotas del más subjetivo y auténtico surrealismo.
Los Desastres de la Guerra
Fecha: 1810-1815. Colección de estampas: 82. Primera edición: 1810. Séptima y última edición: 1937. Ubicación
actual de las planchas: Calcográfia Nacional. Técnica: aguafuerte, aguatinta, buril y punta seca.
En esta serie Goya aborda desde una perspectiva completamente innovadora el tema de la Guerra, eligiendo escenas que
conforman la "intrahistoria" de la misma. En las 82 láminas, por primera vez son hombres y mujeres anónimos los auténticos
protagonistas, lo que sufren y padecen los horrores, las barbaridades de la espiral de violencia -vivida de manera especial
por niños y mujeres- que se desató en nuesro país entre ambos bandos. El artista aragonés testigo de excepción, nos pone
delante de escenas vivaces, directas, brutales, como instantáneas fotográficas que él presenció, en medio de paisajes
desolados, de saqueos, muertos, heridos, sufrimiento en suma. Son imágenes concretas, sin ningún tipo de magnificación, como
parpadeos detenidos en su retina, con todo su poder de condenación y de síntesis. Algunas láminas, nos introduce de manera
reiterativa en torno a un sólo tema: el hambre que trajo consigo los asedios sufridos en ciudades como Madrid o Zaragoza y
que él sabe impregnar de una dura critica social.
Acabada la guerra, las expectativas liberales del de Fuendetodos se vieron frustadas con la politica absolutista de
Fernando VII, y así lo dejó plasmado en la última parte de la serie en lo que se ha venido llamando Caprichos enfáticos.
En pocas ocasiones se ha llegado a plasmar con tan escalofriante dramatismo los horrores de la guerra, sus nefastas
consecuencias y lo que es áun peor, la muerte de la esperanza ¡en época de paz!. Habría que esperar a los actuales
documentos cinematográficos para conseguir efectos parecidos a los logrados por la serie de Goya.
La Tauromaquia
Fecha: 1815. Colección de estampas: 40. Primera edición: 1816. Séptima y última edición: 1984. Ubicación actual de las
planchas: Calcografía Nacional. Técnica: aguafuerte, aguatinta, buril y punta seca.
En esta serie Goya nos presenta uno de sus temas favoritos y una de las diversiones más concurridas y controvertidas
de la época: los toros. Las escenas reflejan los origenes y parte de la historia de la Tauromaquia, y a
partir de ahí las suertes más comunes de la lidia de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX: los palenques, las
banderillas de fuego, los "perros al toro" etc. -todos ellas con grandes dosis de espectáculos circenses y de
sangria, que poco o nada tienen que ver con el toreo actual-; diversos sucesos reales acaecidos en el momento, así por
ejemplo, la muerte del alcalde de Torrejón en el tendido de la plaza de Madrid o los toreros más famosos del momento, como
Pedro Romero, Martincho, Juanito Apiñani, el estudiante de Falces,la célebre Pajuerela en la de Zaragoza o la trágica
muete de uno de los diestros más famosos: Pepe Illo.
"Lo primero que sorprende de la tauromaquia goyesca es su extensión comparada con otras series contemporaneas de
estampas del mismo tema. Rara es la colección que exceda de 20 imágenes de las corridas y, según Cardedera, Goya presentó
50 dibujos para una serie de las cuales llegó a grabar 45 que sepamos aunque luego la primera edición cuenta sólo con
33 estampas. Ello nos indica, sin duda, que el pintor se sintió a gusto trabajando en ello y no la debió realizar por
compromiso. Esto lo corrobora también el hecho de que eligiese para grabarlas unas planchas de cobre de mayor tamaño que
las de Los Caprichos y Los Desastres. Con relación a otras serie taurinas, llama la atención que Goya prefiera dejar
cosntancia de hazañas singulares de lidiadores más que recoger suertes ejecutadas con perfección "según las reglas". Parece
como si el artista quisiera retratar la arriesgada personalidad de hombres esforzados singulares, aunque éstos ni tan
siquiera en la istoria del arte del toreo hayan sido figuras de extraordinario relieve.
Texto: Folletos informativos del Museo
|