La colección de arte románico
Esta colección es, sin duda, una de las más emblematicas del Museo, gracias a la
excepcional serie de conjuntos de pintura mural. El conjunto comprende un fondo
de arte catalán de los siglos XI, XII y XIII, que puede ser confrontado con obras
del ámbito hispánico e internacional. Además de la pintura mural, destacan las
piezas de pintura sobre tabla y escultura en madera, que incluyen numerosos ejemplos
paradigmaticos, así como los notables fondos de escultura en piedra y de artes del
objeto.
Una parte muy importante de la colección se formó entre finales del siglo XIX y el primer
tercio del siglo XX. El interés por los testimonios de la época románica era el resultado
del espiritu de estudio y de recuperación del pasado medieval catalán a raíz de movimientos
culturales como la "Renaixença", cuya voluntad era conocer el país, así como definir y
reivindicar una identidad propia. Ello fué acompañado de los intentos de salvaguardar el
patrimonio arquitectónico y artístico. En todo este proceso hubo un acontecimiento que incidió
de forma determinante en la naturaleza de la colección de arte románico, y concretamente de
las pinturas murales: al ser estudiadas y publicadas, y también observadas por parte del
mundo del comercio del arte, su interés aumentó durante las primeras décadas del siglo XX, y
de ahí que hubiese un intento de exportación de los conjuntos, en una operación que contaba
con la actuación de ténicos italianos en el arranque de las pinturas al fresco. La junta de
Museos reaccionó y frenó esta operación, y poco después se decidió que las pinturas
serían trasladadas a Barcelona e instaladas en el Museo. La operació se llevó a cabo entre
los años 1919 y 1923.
En la actualidad, la selección y ordenación de las obras tiene un eje vertebrador que
es el discurso cronológico y estilístico, determinado sobre todo por la pintura mural.
En este sentido, están representados algunos de los momentos y las tendencias más
significativos de la época, como las corrientes de filiación francesa -Sant Joan de Boí-
y las italianizantes -Sant Quirze de Pedret-, entre otras, de hacia 1100. Mas adelante se
situa la obra más importante de la colección, las pinturas de Sant Climent de Taüll,
especialmente las del ábside principal, así como las de Santa María de Taüll. Entre los
conjuntos más avanzados cronologicamente hay que destacar los correspondientes al arte de
1200, de los que sobresalen varios conjuntos catalanes de pintura mural y de pintura sobre
tabla (frontal de Avià), uno castellano (San Pedro de Arlanza) y uno aragonés (Sigena).
Este último era una de las maravillas de la pintura medieval hispánica hasta que quedó
gravemente dañado en un incendio en 1936, durante la guerra civil española.
En medio se incluyen una serie de ámbitos, o partes de ámbitos, que permiten explicar varios
aspectos significativos del románico, sobre todo las técnicas y la iconografía. Entre las
obras de pintura sobre tabla, destinada especialmente al mobiliario del altar, sobresalen
el frontal de La Seu d'Urgell o de los Apóstoles y el de Cardet. Por su parte, la colección
de escultura en madera ofrece una visión amplia y completa del románico, con obras de una
calidad extraordinaria que representan varias tipológias, como la Virgen de Ger, la Majestad
Batlló o las dos tallas del Descendimiento de Erill la Vall, que es otra de las obras
emblematicas del románico. Por último, también hay que destacar los ejemplos de escultura
en piedra, como los capiteles de Sant Francesc, y los de esmalte, como el Báculo de
Mondoñedo.
Ámbitos:
- Inicios y contexto del arte románico en Cataluña
- Las pinturas de la iglesia de Sant Joan de Boí
- Las pinturas del Circulo de Pedret
- Las pinturas de Sant Climent de Taüll. El mobiliario liturgico de la iglesia románica
- La escultura monumental
- Las pinturas de la iglesia de Santa María de Taüll
- La escultura en madera
- Las pinturas de la iglesia del Sorpe
- La iconografia de los santos. El frontal de Durro
- Las pinturas del ábside de Estaon y las de Surp
- Las pinturas del Circulo de Santa Coloma de Andorra
- El arte en torno al 1200
- Las pituras del atrio de Sant Vicenç de Cardona
- La orfebreria y los esmaltes
- Las pinturas del ábside de Toses
- La iconogrfia de los ángeles. El frontal de los Arcángeles
- Otras obras del siglo XIII
- El taller de Ribagorza
- Las pinturas de la Sala Palatina e San Pedro de Arlanza
- Las pinturas de la sala capitular de Sigena
La colección de arte gótico
Esta colección muestra la expresión artística catalana y la de los territorios más
relacionados culturalmente con Cataluña durante la baja edad media (desde finales del
siglo XIII hasta el siglo XV).
Las donaciones, los depósitos y las adquisiciones, son las principales formas de ingreso
que han permitido configurar la colección. Desde el principio se pudierón reunir obras
de escultura monumental procedentes de los conventos barceloneses desaparecidos a lo
largo del siglo XIX -framenores, El Carme, Santa Caterina etc.- con el concurso de las
instituciones culturales del país. La Junta de Museos y Bellas Artes, creada en 1902 y
reformada en 1907, impulsó una activa politica de adquisiciones a lo largo del primer
tercio del siglo XX, guíada por la inteligencia y la perspicacia en un mercado artístico
entonces muy rico en posibilidades. La adquisición de la Colección Plandiura en 1932 fué
un hito fundamental para el enriquecimiento de los fondos, así como la de la Colección
Muntadas en 1956. Otros ingresos destacados son las donaciones de Enric Batlló en 1914 y
la de Francesc Cambó en 1945, y el legado de Martí Estany de ese mismo año. Finalmente,
cabe mencionar la llegada al Museo de dos colecciones particulares de importancia: el
legado Bertran en 1970 y la colección Fontana en 1976.
El periodo gótico es uno de los más brillantes del decurso artístico catalán. Se produjo
en los momentos de máxima expansión territorial y de centralización del país en los
terrenos politico, económico y cultural, dentro del contexto de la Europa mediterránea
coetánea.
El nucleo catalán de la colección permite observar la aparición, el desarrollo y la culminación
del estilo, así como la reinterpretación que se hizo en los territorios de la Corona de
Aragón del gótico lineal o francogótico, del que se produjo bajo la influencia italiana,
del denominado gótico cortesano o internacional y de influencia flamenca. Su sintonía con las
diferentes corrientes estilísticas europeas es, por tanto, muy evidente, así como su
singularidad, especialmente manifiesta del estilo cortesano en adelante, con personalidades
tan relevantes y de autentica dimensión internacional como los catalanes Bernat Martorell y
Jaume Huguet, o como Bartolomé Bermejo, activo en Cataluña durante un periodo de su carrera.
Entre las caracteristicas generales más destacadas de la colección hay que mencionar,
en cuanto a tipológias, la importancia de los retablos pictóricos, es decir, los muebles
liturgicos por excelencia en esa época, o en su defecto, de las tablas que se han
conservado y, en el ámbito formal, la riqueza y la profusión decorativa de las artes
figurativas en su conjunto, que incluyen la pintura mural, la orfébreria, la esmaltería y
la escultura en piedra, madera y marfil y, sobre todo, la pintura sobre tabla, primero
al temple de huevo y más adelante al óleo.
El discurso cronológico y estilistico de la exposición permanente, donde se alternan
obras realizadas con diferentes técnicas, se enriquece tanto por la posibilidad de contrastar
el arte catalán con las creaciones artísticas de otros territorios en el mismo período
como por las presentaciones temáticas de ciertos nucleos de interés, que la colección
permite mostrar con carácter monografico por su innegable trascendencia artística.
Efectivamente, el arte civil, cobró, durante el desarrollo del arte gótico, una
importancia extraordinaria y por eso merece una referencia concreta y explicita. En otro
orden de cosas, el culto a la Virgen o el género funerario se plasmarón en obras que
también han generado una presentación monográfica por su extraordinaria variedad tipológica
y por su gran riqueza conceptual.
Ámbitos:
- Arte civil (siglos XIII-XV)
- Las primeras manifestaciones en Aragón, Navarra y Castilla
- Las primeras manifestaciones en Cataluña
- La escultura de la segunda mitad del siglo XIV y de principios del siglo XV
- Pintores italianos
- La evolución italianizante
- El internacional valenciano
- El internacional catalán
- Sala Pere Fontana i Almeda. El internacional en Lleida y Aragón
- Bernat Martorell y LLuís Dalmau
- Pedro Garcia de Benabarre
- Jaume Huguet
- Los Vergós
- La influencia flamenca en Mallorca, Castilla, Andalucia y Extremadura
- El maestro de La Seu d'Urgell
- La influencia flamenca en Valencia y Aragón
- La evolución de la figura del donante. La orfebreria religiosa
- Espacio funerario
- La representación de la Virgen en la escultura europea
Renacimiento y barroco
El valioso patrimonio de esta colección, a diferencia del de otros museos que se
crearón a partir de las colecciones reales o nobiliarias, se formó a partir de la
recuperación del patrimonio local de Cataluña y fué aumentando gracias a las donaciones
y adquisiciones de colecciones particulares. El arte catalán es el hilo argumental del
principio al final del discurso museografico: la difusión de la manera renacentista en
la primera mitad del siglo XVI y la pintura del siglo XVIII, con la figura de Antoni
Viladomat; así, las obras catalanas figuran al lado de las hispanicas, flamencas e
italianas de los siglos XVI, XVII y XVIII.
El itinerario comienza en los Paises Bajos de siglo XVI, donde se mezclaba el fervor
religioso y el detallismo de la vida cotidiana, como se puede observar en un conjunto
de tablas y trípticos de calidad para el uso privado. Al inicio de la época del
Renacimiento, en Cataluña, convivian las formas góticas de raíz flamenca con otras
soluciones nuevas que llevaban el sentir humanista y el sello del arte de vanguardia
que se hacía en Italia. Hacia el final del siglo la pintura hispanica cuenta con obras
de gran belleza, como el Cristo con la cruz a cuestas del Greco, en el que se disfruta
de la modernidad del color, fruto de las lecciones aprendidas en Venecia.
El siglo XVII comienza con los frescos de la capilla Herrera de Annibale Carraci
y colaboradores, procedentes de la iglesia romana de Santiago de los Españoles, y
continúa con pinturas de artistas italianos, pero por encima de todo destacan las
obras de los maestros del Siglo de Oro español, que son las que hacen grande a este
museo, como la Inmaculada de Zurbarán, el martirio de San Bartolomé de José de Ribera o
el San Pablo de Diego Velázquez.
Volviendo a Cataluña y ya en el siglo XVIII, los veinte cuadros de San Francisco
de Antoni Viladomat son la única serie de vida monástica conservada integramente
en un museo. Por otra parte, la osada obra de Francesc Plá, llamado "El Vigatà",
representa la libertad pictórica en la decoraciòn de interiores de las viviendas
de la nueva clase adinerada mercantil e industrial, una modernidad precursora del
arte que se desarrollará en el siglo XIX.
Así pues, la colección refleja el gusto de una parte de nuestra sociedad civil
por el arte del renacimiento y el barroco y, excepcionalmente, en comparación
con lo que ocurre en el resto del Museo, este fondo acoge el arte producido en
Cataluña, el resto de España, Italia y Flandes, lo que permite tener una visión
general de la evolución del arte europeo a lo largo de los siglos XVI, XVII y
XVIII.
Ámbitos:
- El arte flamenco en el siglo XVI
- El siglo XVI en los reinos hispanicos: Cataluña
- El siglo XVI en los reinos hispanicos: Valencia, Aragón y Cataluña
- Legado Cambó
- El inicio del siglo XVII. Annibale Carraci y la capilla Herrera
- El último cuarto del siglo XVI
- Colección Thyssen-Bornemisza
- El siglo de oro español: Francisco y Juan de Zurbarán
- El siglo de oro español: Madrid y el arte de la corte en la segunda mitad del siglo XVII.
Barroco triunfal
- El siglo de oro español: Valencia y Sevilla en la primera mitad del siglo XVII
- La naturaleza muerta
- La escultura en piedra en Cataluña en la época del barroco
- La pintura en Italia en el siglo XVII. Encuentros norte y sur
- Cataluña en el siglo XVIII. Antoni Viladomat
- Cataluña en el siglo XVIII. Francesc Pla llamado "el Vigatà"
- Cataluña en el siglo XVIII
Texto y fotos: Museu Nacional D'Art de Catalunya
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