La ermita de San Bartolomé se ubica en el poblado de Bergua, en la comarca oscense del Sobrarbe, en tierras conocidas como
el Sobrepuerto. Pertenece administrativamente al municipio
de Broto. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 2001. Realizada en sillarejo y mampostería, se adscribe a la corriente artística conocida
como arte prerrománico. Es de las iglesias más antiguas que podemos encontrar en el Pirineo oscense.
La fecha de construcción se sitúa entre finales del siglo X y principios del XI, dándose como fecha probable el 1035.
Es un templo de planta basilical, de 11 x 5,5 metros y cabecera de
testero plano. La cabecera es original, no así la nave que
ha sufrido reedificaciones entre los siglos XVII y XVIII pero siempre manteniendo su
estructura original intacta, incluso habiéndose utilizado materiales originales de la propia edificación.
La puerta de acceso se abre en la fachada Norte, se trata de una puerta adintelada realizada en el siglo XVI y como característica principal es la
de tener un dintel monolítico de forma semicircular a modo de tímpano. Las jambas que soportan el dintel también son monolíticas.
La cabecera es tripartita, formada por tres capillas que abren a la nave a través de arcos de medio punto, el arco de la capilla central más alto
que los laterales. La separación entre las capillas se realiza a través de muros de piedra. Entre las capillas se abre un pequeño vano en arco de medio punto que
permite la comunicación entre estas capillas absidiales, las cuales son de una estrechez patente. En el testero
de cada capilla se abre una ventana aspillerada con derrame interior que permite una
escasa iluminación. En la actualidad el vano de la capilla central se encuentra cegado. En el siglo XVI cuando la disposición triabsidial de los templos ya
había caído en desuso, se construyeron unos muretes en sus frontales convirtiendo las dos capillas absidiales de los extremos en altares y dejando detrás
de ellas sendas habitaciones comunicadas entre si por los vanos antes citados, como sacristías o salas auxiliares.
Las tres capillas de la cabecera se cubren con bóveda de cañón, la nave lo hace con techumbre de madera reconstruida en el 2009, ya que la anterior se
encontraba totalmente desplomada en el suelo, aunque en origen la techumbre tuvo que ser también de madera.
El tejado de la construcción está realizado con losas de piedra a doble vertiente, aunque originalmente el tejado era a base de lajas.
Destacan los restos de pinturas murales que podemos encontrar en la cabecera. Fechadas en los siglos XVI o XVII, están realizadas con pigmentos de
tonalidades negras y ocres. En el testero de la capilla central, vemos dos registros horizontales, en el nivel superior una representación bastante
fragmentaria de un Calvario, en el registro inferior la imagen de San Bartolomé con algunas figuras no totalmente documentadas, una de ellas
San Pedro. Las pinturas de las
capillas laterales fueron realizadas en el murete levantado para cegar las capillas, la situada en la nave del evangelio ostenta una representación
de San Sebastián, la situada en la nave de la epístola, una imagen de San Cristóbal con el Niño Jesús sobre sus hombros, esta pintura
prácticamente irreconocible o ya casi perdida.
Completa la decoración mural un conjunto de figuras geométricas con forma de escaques o cuadrados de ajedrez.
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