Es la maragata gente noble, leal y valiente. Alonso Luengo, natural de Astorga
Hay una clase de arrieros apenas conocidos por los viajeros europeos: los maragatos, cuyo centro se halla en San Román, cerca
de Astorga. Al igual que los judíos y los gitanos, viven sólo entre su propia gente, conservando sus costumbres y vestidos primigenios, sin
contraer matrimonio jamás fuera de su tribu. Tan errantes y nómadas como los beduinos, sus mulas sustituyen a los camellos. Su honradez y
laboriosidad se han hecho proverbiales. Es una gente sosegada, grave, inexpresiva, práctica e industriosa. Sus tarifas son altas, pero las
compensa la seguridad, pues se les podría confiar oro molido. Richard Ford, 1830.
Diversos orígenes se han atribuido a los maragatos:
• Según fray Sarmiento, monje benedictino del siglo XVIII, maragato proviene de "maurellos" o
"mourellos" que serian mauritanos o cartagineses que antes de la dominación romana emigraron o
se quedaron en Hispania y que finalmente quedaron reducidos a la zona de León, actual Astorga,
ante la presión romana.
• También se ha dicho que los maragatos, son bereberes que quedaron aislados en la zona de
Astorga en tiempos de Fernando I (siglo XI), y que se convirtieron al cristianismo. (Dozy)
• Se les ha atribuido orígenes celtas, por ciertas similitudes sobre usos y costumbres
de los bretones celtas.
• Se ha hablado de un origen africano, de una tribu bereber llamada Baragwata que se quedó aislada en el siglo VIII y posteriormente
fueron eliminados por los almohades.
• Otra versión hace derivar el nombre de una prenda de la indumentaria, es decir, las baragas o maragas (bragas) con que
se vestían.
• Las teorías más recientes afirman que el termino maragato, es una palabra en uso a partir del
siglo XIV por lo que buscar similitudes etimológicas anteriores a esa fecha es una perdida de
tiempo. Seguramente la palabra maragato deriva de mericator o mercator (mercader) en alusión a su habitual
forma de trabajo: arrieros y por tanto mercaderes.
En realidad a la actual comarca de la Maragateria
se le llamaba antiguamente La Somoza (Sub-Montia), o lo que es lo mismo debajo del monte. Será a partir
del siglo XVI cuando a los arrieros empiecen a llamárseles maragatos.
Maragatos serian por tanto exclusivamente los arrieros de la comarca de La Somoza, que se
dedicaban a dicha actividad, ya que
como hemos citado la comarca se llamaba La Somoza, pero fue tal la fama que adquirieron estos
arrieros que ello llegó a originar incluso el cambio de nombre de la comarca, y denominar como
maragatos a todos los habitantes de La Somoza independientemente de la actividad que ejercieran.
La Magarateria, es una comarca de León, cuya capital es Astorga (la Asturica Augusta romana).
Pueblos de la comarca son:
Brazuelo, Castrillo de los Polvazares, Lucillo, Luyego, Rabanal del Camino, Santa Colomba de
Somoza, SantiagoMillas, Val de San Lorenzo, Lagunas, Quintanilla, Villalibre de Somoza, etc.
La comarca abarcaría aproximadamente entre el monte Teleno (el antiguo Tilenus, monte sagrado
de los astures, de 2.188 m. altitud) y Astorga. El Teleno es en la actualidad monte mítico de los maragatos.
Como curiosidad cabe destacar que en el Ayuntamiento de Astorga, dos figuras mecánicas (un hombre y una mujer de nombres Colasa y
Juan Zancuda) ataviadas de
maragatos marcan las horas a diario, en la espadaña central entre las dos torres del ayuntamiento.
En lo alto de una de las torretas del ábside de la Catedral, tenemos una veleta,
que es la efigie de Pedro Mato, maragato, y símbolo de Astorga.
Los maragatos o habitantes de la magarateria, han conservado costumbres propias, gastronomía,
arquitectura popular, música y vestimenta son las principales manifestaciones culturales de
este pueblo. Ritos propios de este pueblo son: "La Covada", "La boda", "La fiesta del arado"
etc. Aparte de sus costumbres, practicaban la endogamia y vivían aislados de otras comunidades de la
la zona.
Una comarca muy abrupta y escabrosa, poca dada a la agricultura, pudo motivar que los habitantes
de la zona, escogieran el camino del comercio como forma de vida, dando lugar a una de las
actividades por las que son conocidos: los arrieros (o transportadores de mercancías). El comercio
se realizaba entre Galicia y Castilla y en sus comienzos, los salazones eran la principal fuente
de comercio.
Al principio eran recueros, es decir usaban recuas de mulas para el transporte, pero luego empezarían a usar
carromatos tirados por mulas y empezaron a ser llamados arrieros.
Los maragatos utilizaron para su comercio, las antiguas vías romanas, sobre todo la que lleva de Astorga a
Braga (Lugo) y desde aquí por la Vía de la Plata continuar hacia Madrid. También sus vías serían
parte integrante del Camino de Santiago.
A lo largo del tiempo cambiaron sus rutas según el comercio, pero prácticamente viajaban entre
el norte de España, Galicia, Asturias y Cantabria y las ciudades de Castilla la Vieja. Cuando
Madrid pasó a ser capital de España con Felipe II incorporaron esta a su tráfico.
Su comercio principal eran el pescado y el carbón del norte, para transportarlos al sur, donde
era cambiado por embutidos, productos de matanza y productos de secano, que a su vez eran
transportados al norte. Esta actividad se mantuvo hasta la llegada del ferrocarril que obligó a
cambiar las costumbres y a establecerse en puntos fijos de Madrid y La Coruña con el fin de continuar
con sus negocios.
Eran famosos por la manera con que protegían sus cargamentos y se les consideraba transportistas
más seguros y a quienes se les podía confiar mercancías de gran valor.
Los maragatos aparte de ser arrieros, se dedicaban a la agricultura y al cuidado de las recuas
de mulas, necesarias para su trabajo. También se dedicaban a la actividad textil.
La tipología más primitiva es la casa de sobera con cubierta de cuelmo, es decir, de caña de centeno, de la que aún se
conservan algunos ejemplos en Murias de Pedrero y Pobladura de la Sierra. La cubierta de bálago alternó con la losa, dejando aquella para
pajares y otras construcciones secundarias.
La casa arriera era
una casa de labranza maragata que empezaron a construirse a partir del siglo XVIII.
Se componía principalmente de un gran patio central, alrededor del
cual giraban todas las dependencias de la misma. Cuanto mayor era la casa, mayor importancia
tenia el personaje que allí residía. La casas eran de piedra, y la entrada se hacia a través
de un gran portón formado por un arco de medio punto. En las fachadas se ubicaban pocas o ninguna ventana al exterior, y en
su patio interior se resguardabas las mulas y los carromatos.
Concha Espina escribió un libro "La esfinge maragata (1914)" que habla sobre este pueblo.
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