Su área de producción se sitúa en los concejos de Caso, Sobrescopio y Piloña, donde se viene elaborando desde hace varios siglos.
Existen leyendas que narran la admiración que el propio don Pelayo sentía por este queso. Se cree que pudo tener
un origen romano. Estos concejos se sitúan en estrechos valles de la montaña oriental asturiana.
Es un queso que solo se elabora de forma artesanal, empleando para ello
utensilios de madera tan antiguos y peculiares como el propio queso. Se puede hablar incluso de un léxico
especifico relativo a los elementos que intervienen en su elaboración.
Toda la zona montañosa de la cuenca alta del río Nalón, en donde se encuentran los concejos citados, se
caracteriza por su actividad ganadera. Fruto de esta actividad es una raza autóctona vacuna, la casina (vacas de raza asturiana de montaña), cuya leche es la
usada principalmente para la elaboración del casín. Se hace con leche entera, sin pasterizar, de gran riqueza en mantequilla.
Una de sus caras externas se halla decorada con grabados diversos, que muestran
dibujos y señales obtenidos mediante unos sellos de madera llamados marcos. En ellos se graban el nombre del artesano, la
empresa, un código o el pueblo donde se elabora, cualquier detalle decorativo cuenta. En la actualidad y ante la escasez de vacas
de la raza casina, se pueden emplear otro tipo de vacas asturianas.
Es un pequeño queso, que no suele superar el kilo de peso por pieza. Su
corteza es lisa y de color amarillo. Tiene un sabor fuerte y picante, con cierto aroma a mantequilla rancia,
considerándosele una maravilla gastronómica. Podemos acompañar ese queso con sidra.
ETIQUETA:
Región: Asturias
Tipo de queso: madurado curado
Leche: vaca
Forma: cilíndrica irregular
Contenido en materia grasa: 48,8%
Conservación: entre 4 y 6º
Denominación de origen protegida (D.O.P)
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