EL BESO de Francesco Hayez

Al año 1859 se cree que corresponde El beso, obra en la que Francesco Hayez ha vertido todos los ingredientes de un literario romanticismo. Las dos figuras, enlazadas en un dramático y, a la vez, delicado abrazo, aparecen en un escenario arquitectónico muy sobrio, cuyo estilo gótico puede deducirse tan sólo por la sencilla molduración de la jamba de la puerta que existe a la izquierda. Visten las figuras indumentarias teatrales: capa, calzas rojas y sombrero con pluma el varón, traje de seda azul la dama.

La escena, en suma, responde a la veneración de un pasado medieval concebido con escaso rigor y hondo sentimiento poetico. La impecable técnica de ejecución -falta de emoción en razón de su virtuosimo- revela de nuevo el estudio de los maestros antiguos, que Hayez realizó durante los años en que fué profesor de la Academia de Brera y, al propio tiempo, conservador de las colecciones de la Pinacoteca.