Introducción
Nombre: Real Monasterio de Santa María de El Paular
Ubicación: Rascafría (Madrid). Comunidad Autónoma de Madrid
Orden: Benedictinos
Declarado Monumento Nacional en 1876
El monasterio dispone de hospedería abierta al público
En el valle de Lozoya (Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama)
Propiedad: Estado Español (cedido en usufructo a la orden benedictina)
Historia
El término Paular parece derivar de pobo, árbol de la familia de los álamos blancos, bastantes abundantes en este lugar. De pobo y
pobolar (lugar de álamos) derivaría Paular. Aunque actualmente la población de Rascafría y su monasterio de El Paular se encuentran en la provincia de Madrid, hay que
recordar que hasta 1834, el lugar pertenecía a la Comunidad de villa y tierra de Segovia.
La orden de los cartujos (O. Cart.) fue fundada en 1084
por san Bruno (* Colonia, Alemania ca. 1030 † Calabria, Sicilia 06-10-1101) en un lugar de los Alpes franceses conocido como
Chartreuse, castellanizado como Cartuja y sus miembros como cartujos. En principio la comunidad estuvo formada por san Bruno y seis compañeros, un total de
siete monjes, el mismo número de estrellas que figura en el escudo cartujo. El ideario cartujano es de máxima austeridad, cada monje vive aislado en una celda en
completa soledad y solo ocasionalmente se reúnen en comunidad para los oficios divinos. El silencio es una de las máximas de los monjes cartujos.
El monasterio tiene como fecha de fundación el 29 de agosto de 1390, siendo su promotor el rey castellano-leonés
Juan I (r. 1379-1390) en cumplimiento de la voluntad testamentaria de
su padre, el rey
Enrique II (r. 1369-1379), primer rey de la dinastía Trastámara.
El rey don Enrique mi bisabuelo que Dios dé santo paraíso, por encargo que tenía de
un monasterio de la dicha orden de Cartuxa, que ovo quemado andando en las
campañas de Francia, é por descargo de su conciencia, mandó al rey don Juan mi
abuelo, que Dios dé santo paraíso, que ficiese un monasterio cumplido en los sus
Reynos de Castilla, segun orden de Cartuxa.
(Extracto de la confirmación de privilegios concedidos por los antepasados del rey
Juan II a la cartuja de El Paular. Valladolid 15 de mayo de 1432). Además no habría que descartar que esta fundación se inscribiera en un movimiento reformista de la
vida monástica en el reino de Castilla y León, con la llegada de una nueva dinastía (la de los Trastámara) que los desligara de las anteriores dinastías hispanas, es por ello
que favorecieron la instalación de los cartujos y de los jerónimos en el reino. En 1442 reinando
Juan II (r. 1406-1454) se creó la provincia cartujana de Castilla.
El lugar escogido para su construcción fue junto a una ermita dedicada a Santa María del Pobolar y un pabellón de caza
levantado por el rey castellano-leonés
Alfonso XI (r. 1312-1350).
El monasterio nació bajo el amparo de la orden de los cartujos, convirtiéndose en la primera fundación cartuja de Castilla y la sexta de toda España.
El rey hizo donación a los cartujos de los
palacios del Pobolar, en el valle de Lozoya, con sus tierras, términos y jurisdicciones. No vería Juan I acabadas las obras (de hecho casi ni las vio empezadas), sería su hijo
Enrique III (r. 1390-1406) quien las continuase y su nieto Juan II (r. 1406-1454) quien las terminara en 1440. Fue su primer
abad, el cartujo procedente del monasterio de Scala Dei (Tarragona), don Lope Martínez († 1396).
Scala Dei fue fundado en 1194 por el rey de Aragón,
Alfonso II, siendo la primera cartuja de toda la península ibérica.
Enrique III construyó hacia 1406 una casa-palacio junto al monasterio para hospedarse durante las visitas al cenobio cartujano. De todos modos el palacio mandado construir por
Enrique III sufrió un devastador incendio en 1452 y hubo que reconstruirlo en su totalidad.
Los monarcas que le sucedieron mostraron devoción por El Paular y efectuaron grandes donaciones para el engrandecimiento del monasterio, solo citaremos a Isabel
la Católica y a su nieto el rey
Carlos I (r. 1516-1556). La devoción del emperador por El Paular se manifiesta en la famosa frase que pronunció en Argel para levantar el ánimo de Andrea Doria
(* Oneglia, Italia 30-11-1466 † Génova, Italia 25-11-1560), almirante de Castilla y canciller del reino, cuando durante una fuerte borrasca en la Jornada de Argel (1541)
dijo: Tened buen ánimo, que es la hora en que rezan maitines mis cartujos de El Paular. La jornada de Argel acabó en una derrota para los españoles.
La Guerra de la Independencia de 1808 y la Desamortización de Mendizábal de 1835 provocó el declive y el abandono del monasterio, lo que llevaría a su expolio, parte del patrimonio
mueble se perdió y otra parte se repartió entre conventos e iglesias del reino. Los volúmenes que atesoraba su biblioteca se desperdigaron irremediablemente. En 1844 un industrial de
la madera, Rafael Sánchez Merino compró el monasterio (con la condición de su conservación), pero en 1864 regresó a manos del Estado en una operación de recompra.
Durante la Guerra Civil de 1936, el monasterio fue ocupado por el ejército republicano que lo transformó en almacén. Después de la guerra, Francisco
Franco (* El Ferrol, La Coruña 04-12-1892 † Madrid 20-11-1975) se propuso restaurar la
vida monástica en el convento, pero la orden de los cartujos rechazó la propuesta y fueron los monjes benedictinos quienes la aceptaron
en 23 de febrero de 1954. Los primeros cinco monjes
en ocupar el monasterio procedían del
monasterio de Valvanera en La Rioja y lo hicieron el 20 de marzo de 1954, tres años después llegaron a El Paular el resto de los monjes
de la comunidad hasta completar un total de doce monjes. En la actualidad solo residen en el monasterio apenas media docena de monjes.
Junto al monasterio, los monjes cartujos poseyeron una extensa huerta y varios talleres artesanales. Los cartujos explotaron la pesca en el río Lozoya, la madera de los pinares,
rebaños de ovejas (churras y merinas) y vacas. Entre los talleres disponían de dos batanes hidráulicos: uno convertido en serrería y el segundo en fábrica de papel. Se cuenta que el
papel utilizado para la impresión de la edición príncipe del Quixote en 1605, era de la papelera de El Paular.
Características
El conjunto monástico está conformado en la actualidad por dos realidades distintas aunque complementarias. Encontramos una zona monástica y una zona reservada a
hospedería (alojamiento hotelero) que no es visitable, salvo que uno se encuentre alojado en la misma. La zona hotelera se ubica en parte de lo que fuera el palacio del rey
Enrique III, que además era la antigua entrada al monasterio. La zona hotelera gira alrededor de un patio conocido como del Ave María o de la Procuración,
realizado a mediados del siglo XVII siendo prior Juan Chéverri y reformado en el siglo XX para adaptarlo a las nuevas necesidades hoteleras. La hospedería admite a sus huéspedes la
posibilidad de compartir parte de la vida comunitaria con los monjes.
La entrada al patio del Ave María se realiza a través de una
portada construida por el arquitecto Rodrigo Gil de
Hontañón (* Rascafría, Madrid 23-02-1500 † Segovia 31-05-1577). Este patio servía de paso a las dependencias del palacio y también a la zona monástica.
Muy cerca encontramos la conocida como
capilla de los Reyes realizada hacia 1400 y hoy dedicada a Nuestra Señora de Montserrat.
La zona que vamos a visitar se corresponde con la zona monástica (iglesia, sala capitular, sagrario, refectorio y claustro). La entrada se realiza por
nuevos accesos sin que sea necesario el paso por la zona hotelera.
Como hemos dicho la primera piedra fue colocada por el rey de Castilla Juan I, el 29 de agosto de 1390 pero este falleció el 9 de octubre del mismo año, sería su hijo Enrique III y su nieto
Juan II quienes continuaran las obras iniciadas. El inicio de las obras fueron llevadas a cabo por Rodrigo Alfonso (maestro de obras de la catedral de Toledo), continuadas por Gil
Fernández a quien se le debe el inicio de las obras de la iglesia en 1406.
A partir de 1433 será el maestro de origen musulmán Abderramán de Segovia quien se haga cargo de las obras.
Entre las construcciones realizadas destaca el palacio de Enrique III,
conocido como de los Trastámara y que hoy es utilizado como hotel. Serían los Reyes Católicos quienes dieron un último impulsó a las obras del monasterio, para
ello escogieron a su arquitecto de cabecera, Juan Guas para que dotara de grandiosidad a las obras monacales, a él se debe el diseño del
retablo mayor de la iglesia, el atrio de entrada a la misma y el claustro principal de monjes.
La visita turística comienza desde la recepción de visitantes atravesando un
largo pasillo o pasadizo realizado en el siglo XVII, cubierto por una bóveda de medio cañón y
suelo de cantos rodados.
Por este pasillo se alcanza el patio de la iglesia donde
se abre una portada que accede al atrio de la iglesia. Esta portada se abre en arco apuntado con tres arquivoltas lisas y sin ningún tipo de
decoración. Una ventana de similar configuración permite la iluminación del atrio interior.
Atrio e iglesia monástica
La entrada a la iglesia se realiza a través de un atrio cerrado en el que se abre una portada de estilo gótico florido, con
arco apuntado en cuyo
tímpano encontramos una Piedad policromada.
Esta portada fue realizada en el siglo XV en tiempos de los Reyes Católicos por el arquitecto y escultor Juan Guas (* Lyon, Francia 1430 † Toledo 1496).
Esta formada por una puerta en madera, un arco apuntado con tres arquivoltas y sobremontado por otro conopial con un florón en el vértice.
Dispone de un total de veinticuatro pequeñas estatuillas de profetas, apóstoles y santos de
tradición flamenca entremezclados con
decoración vegetal de hojarasca.
La puerta de madera es del siglo XVII (posterior por tanto a la portada) y dispone de ocho marcos con bajorrelieves representando elementos de la Pasión
de Cristo. La puerta repite los mismos motivos decorativos tanto por el interior que mira al atrio como su posterior que mira a la iglesia. Una inscripción en la portada dice:
videte si est dolor sicut dolor meus (ved si hay dolor, como mi dolor).
El atrio se conforma en dos tramos y se cubre con bóvedas de crucería
estrelladas, que se apoyan en dos ménsulas decoradas con ángeles tenantes, portando uno de ellos el escudo con la banda de Castilla y el otro el escudo de los reinos
de Castilla y León. La banda de Castilla correspondía a la antigua heráldica castellana y era usada por los reyes de la dinastía Trastámara.
En este atrio encontramos un
bajorrelieve en madera policromada (siglo XVI), que representa a los siete fundadores de la orden
cartuja (san Bruno y sus seis compañeros). Además
este atrio permite la comunicación con el claustro mayor o directamente a la iglesia a través de la portada mencionada. La comunicación con el claustro se
realiza a través de una
portada gótica con arco conopial rematado por otro mixtilíneo, en cuya parte superior encontramos una imagen moderna de la Virgen María con el Niño (Santa María del Paular).
Traspasada esta puerta entramos en un
alargado pasillo o galería, con cubierta de bóveda nervada gótico-trapezoidal; en uno de los lados de este pasillo se encontraba la antigua biblioteca (siglo XVII).
Las obras del templo fueron iniciadas en 1406 por el maestro cantero
de Valladolid Gil Fernández, pero en 1433, siendo rey Juan II, el maestro de obras Abderramán de Segovia se hizo
cargo de la obras. Su actual configuración dista mucho de su apariencia original, ya que el templo fue muy reformado en el siglo XVIII a raíz de los desperfectos
producidos por el terremoto de Lisboa de 1755.
Es un templo de una sola nave rectangular, crucero y cuatro tramos, el último tramo de los pies está
separada del resto de la iglesia por
una reja, cuyo diseño se debe al monje lego cartujo Francisco de Salamanca (luego se haría dominicano), obra en hierro forjado de extraordinaria calidad y belleza.
La reja realizada con toda probabilidad antes de 1493 servía para separar los ámbitos de los monjes y los laicos, en este caso además, de los hombres, pues las mujeres
tenían prohibida la entrada.
La reja está coronada por escudos con la banda de Castilla (alusiva a la dinastía Trastámara), el escudo de los Reyes Católicos
(en el centro) y un medallón con una imagen de la cabeza de san Juan Bautista.
Sobre el escudo de los Reyes Católicos, rematando la verja Cristo Crucificado. De los tres tramos pasada la
reja, uno de ellos estaba reservado para el coro de monjes y otro para el coro de conversos, cada uno de ellos con sus propios sitiales. En origen estos ámbitos estaban
separados por una arquitectura (muro de entrecoros)
en cuyo centro se abría una puerta de comunicación y sobre ella una imagen de la Inmaculada. Esta obra hoy día, ya no existe.
La iglesia fue muy transformada en el siglo XVIII en estilo barroco, la cabecera y el trascoro, la bóveda del techo
y los muros laterales fueron reconstruidos después de los daños que sufrió el templo durante el terremoto de Lisboa.
La actual bóveda es de medio punto con lunetos, plafones decorados
en los centros de los tramos y que
vendría a sustituir a otra anterior de tradición mudéjar realizada por el maestro Abderramán de Segovia.
A ambos lados de la nave encontramos la sillería del coro, recuperada entre 2003 y 2004, pues con la desamortización de Mendizábal había sido trasladada en 1883
a la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid.
En realidad se trata de dos sillerías, la más cercana al altar mayor es la sillería de monjes,
mientras que la situada detrás, era la sillería de monjes legos de estilo plateresco.
La sillería de monjes está realizada en estilo gótico hacia finales del siglo XV, mientras que la de legos es de principios del siglo XVI. Ambas son de autor anónimo, aunque habitualmente
se suele considerar como artífice de la sillería de legos a Bartolomé Fernández.
Ambas sillerías son obra en madera de nogal, la de monjes suman un total de 44 escaños, los respaldos están tallados con toda una serie de apóstoles, evangelistas, santos y
santas bajo doseles ojivales, rematados por una crestería calada con estilizados pináculos,
además de un friso de dragones alados, conchas y centauros. La segunda sillería conocida como de los hermanos legos la forman un total de 20 escaños. Antiguamente entre ambas
sillerías y cerrando la nave central encontrábamos el
muro de entrecoros que separaba ambos ámbitos. Fue desmontado hacia 1905 y nunca más se ha sabido de él, del mismo solo
queda la imagen de la Virgen Inmaculada que ahora podemos ver en la sala capitular.
El retablo del altar mayor es una obra de estilo hispano-flamenco
en alabastro genovés policromado, realizado a finales del siglo XV, con un total de dieciséis escenas bíblicas. Preside el retablo la imagen de Santa María de El Paular, rodeada de
cuatro ángeles músicos y dieciséis cabecitas de ángeles. En los extremos del retablo se abren dos puertas de arcos polilobulados con decoración en sus enjutas, de cuatro
ángeles músicos (dos por puerta). En las alas laterales y en las entrecalles, encontramos un total de treinta tres pequeñas figuras de santos, santas y apóstoles bajo doseletes,
agrupados en ocasiones en pareja o tríos. En las arquivoltas de las puertas encontramos también un total de ocho personajes (santos y santas), lo que suma un total de cuarenta y
una figuras.
En la parte más alta del retablo vemos en el centro a Cristo crucificado acompañado de la Virgen María y san Juan. En los extremos del retablo escultura de san Juan Bautista y
san Bruno de Colonia (fundador de los cartujos). Todas estas esculturas fueron añadidas en el siglo XVIII.
Las puertas del retablo en la actualidad están fuera de uso, en origen permitían el paso al trasaltar o capilla del Sagrario, antes de la reforma del siglo XVIII de dicha capilla.
Se puede apreciar perfectamente que la distribución arquitectónica del retablo de los dos niveles inferiores es distinta a los niveles superiores, todo parece indicar que el retablo fue
realizado en dos fases y posteriormente ensamblados formando conjunto.
Sala capitular
A la sala del capitulo se accede desde la iglesia, es de
planta rectangular, se cubre con bóvedas de crucería en sus tres tramos aunque hoy está revestida por tramos de bóveda de medio cañón (siglo XVIII).
Está presidida por un retablo barroco de 1701, obra de José de la Torre, con seis columnas salomónicas y decoración de angelotes y
elementos vegetales. La hornacina central está ocupada por una imagen de la Inmaculada, flanqueada a los lados por esculturas de san Hugo de Lincoln y san Antelmo. En la
parte superior del retablo, conjunto formado por un calvario realizado por Miguel de Tomás: Cristo en la cruz y a sus pies, la Virgen
María y el apóstol Juan. En origen la hornacina central estaba ocupada por
una imagen de san Bruno (fundador de los cartujos) pero tras la desamortización de Mendizábal fue llevado a la iglesia de Rascafría donde permanece. La imagen de la Inmaculada
del retablo con anterioridad ocupaba el espacio de separación entre el coro de monjes y el coro de legos en la iglesia, al desmontarse la estructura de separación, la imagen
fue traída a este retablo.
Capilla de los Apóstoles
Desde la sala capitular y a través de una puerta situada en la base del retablo accedemos a un pequeña sala situada a espaldas de la cabecera capitular.
Actualmente es una sala de tránsito hacia la capilla del Sagrario. Dispone de un retablo del siglo XVIII algo deteriorado y un par de lienzos de san Pedro y san Pablo.
En la bóveda del techo se encontraron en unas obras de restauración unos frescos alusivos a la vida de los apóstoles, de donde toma su nombre la capilla.
En la parte inferior de la sala hay un pequeño zócalo de azulejos de Talavera de la Reina del siglo XVII. Además en una peana encontramos una escultura de bulto
redondo de san Benito de Nursia, fundador de los benedictinos y que rigen actualmente el convento. Es una obra actual (siglo XXI) realizada en madera de cedro
africano y es la imagen que se pone en el altar mayor de la iglesia, en las celebraciones patronales de san Benito.
Capilla del Sagrario o Transparente
En la cabecera de la iglesia, por detrás del altar mayor, encontramos una de las maravillas que conserva el monasterio, la capilla del Sagrario o Transparente.
Es obra barroca
realizada hacia 1718 por Francisco Hurtado Izquierdo (* Lucena, Córdoba 06-02-1669 † Priego, Córdoba 30-06-1725), arquitecto y escultor de retablos, maestro mayor
de las catedrales de Córdoba y Granada y autor también
del sagrario de la cartuja de Granada. El actual sagrario es copia de su homologa de Granada, solo que esta de El Paular
es más grande y magnífica que la de Granada, realizada en 1702.
El recinto del Sagrario está formado por dos espacios separados por una puerta o cancela de vivos colores.
El primer espacio es de planta hexagonal, se cubre por una cúpula, bajo la cual se encuentra un tabernáculo realizado en 1724 en mármoles y jaspes de diversos colores.
En origen disponía de una gran custodia de plata que fue robada por los franceses durante la Guerra de la Independencia. Rodeando el tabernáculo encontramos cuatro esculturas de
san José, san Juan Bautista, san Pedro y san Pablo.
El segundo espacio es de planta centralizada a cuyo centro se abren cuatro capillas y tres altares. Este segundo espacio es conocido habitualmente como
capilla del Rosario o también como antecámara de la capilla del Sagrario.
El altar principal que enfrenta a la entrada del Sagrario, esta dedicada a la Virgen del Rosario, en los muros laterales imágenes de san Joaquín y santa Ana (padres de la Virgen).
El segundo altar está dedicado a san Juan Evangelista y en los laterales del retablo podemos ver a santa Águeda (con una bandeja con sus senos cortados)
y a santa Inés (con el cordero en brazos). El tercer altar está
dedicado a Santiago el Mayor, los laterales del retablo están ocupados por santa Catalina de Alejandría (con la rueda dentada y la espada) y por santa Lucía, patrona de los ciegos,
(con una bandeja con sus ojos).
Encima de las entradas que acceden a las cuatro capillas angulares, encontramos a cuatro santos cartujos: san Bruno de Colonia († Calabria, Sicilia 06-10-1101),
san Nicolás Albergati († Siena, Italia 10-05-1443), san Hugo de Lincoln († Londres 16-11-1200) y san Antelmo († Belley, Francia 26-06-1178). Las capillas angulares
adoptan planta poligonal y se llegan a ellas a través de corto y estrecho pasillo. De las
cuatro capillas, una de ellas está dedicada a la Virgen de Montserrat y otra segunda a la Virgen de la Vallvanera.
La decoración escultórica de las capillas es obra del escultor Pedro Duque-Cornejo y Roldán (* Sevilla 1678 † Córdoba 03-09-1757), fueron esculpidas hacia 1725, aunque en
algunas de ellas se vislumbra la mano de otro escultor algo inexperto.
La parte pictórica fue encargada al pintor
Antonio Palomino en 1723 y poco queda de las mismas.
Sacristía
Sencilla sala pobremente engalanada, preside la estancia una imagen de Cristo en la cruz realizado en madera policromada en el siglo XVI.
En ambos muros laterales los muebles cajoneras donde se
guardan los ornamentos de vestir de los sacerdotes y los elementos de la liturgia. El Cristo es obra atribuida a Juan de Juni. La sala se cierra por una bóveda de cañón realizada
en el siglo XVIII. De los muros cuelgan unos pocos espejos con marcos que en mejor vida contuvieron lienzos hoy perdidos.
Refectorio
Sala de planta rectangular formada por cuatro tramos cerrados por bóvedas de crucería simple. En los muros encontramos la sillería gótico-mudéjar de mediados del
siglo XV, que son los asientos donde comían los monjes. En la actualidad sigue en uso en fechas señaladas, ya que el comedor de diario, es más sencillo.
En el muro, púlpito de lectura de estilo gótico-mudéjar, realizado en yeso,
obra de Abderramán de Segovia al que se considera como el arquitecto de cabecera del rey Juan II y que como
ya hemos visto intervino en las obras de la iglesia. Dispone de una abertura abierta en el muro en forma de arcos polilobulados.
En la cabecera de la sala encontramos un óleo sobre lienzo de la Última Cena, obra de 1634 realizada por Eugenio Orozco, copia de un original de Tiziano que se
encuentra en el monasterio de
El Escorial. El lienzo se encuentra en depósito temporal por parte de la Fundación Cerralbo.
Este lienzo salió de El Paular a consecuencia de la desamortización de Mendizábal y fue adquirido por el marqués de Cerralbo para su colección particular. No hace muchos
años volvió a su emplazamiento original en el refectorio de El Paular en depósito. La pintura está firmada: Eugenio Orozco me fecit.
Sobre el lienzo encontramos un Calvario escultórico en madera (siglo XV) que tiene como fondo una pintura simulando la ciudad de Jerusalén.
Este fondo es un añadido del siglo XVII. En el muro testero a los pies de la sala, una sencilla puerta comunicaba con las antiguas cocinas del convento.
Claustrillo o claustro de la Recordación
es una pequeña sala cuadrangular cerrada,
en cuyo centro se abre un patio, la sala sirve de comunicación entre el refectorio, la iglesia y el claustro mayor a través de un pasillo.
Es obra del cántabro Vicente Acero y Arebo († Sevilla 1739) en el siglo XVIII y destaca por sus zócalos de azulejos
de Talavera de la Reina, decorados con escudos de la orden cartuja y escudos del reino
y por una fuente lavamanos adosada al muro.
Claustro mayor o de Padres También conocido como claustro de la monjía.
De estilo gótico flamígero, alrededor se encontraban las celdas de los monjes. De planta cuadrangular, fue construido entre 1484 y 1486 por Juan Guas,
cada panda tiene una longitud de 45 metros de largo. En el patio central del claustro se levanta un
templete de planta octogonal de considerable tamaño (siglo XVI o XVII) y que guarda una fuente.
Cerca de este en uno de los ángulos aún podemos encontrar un segundo templete de menor tamaño y planta
cuadrangular que aloja una cruz en piedra renacentista y que da sombra a la tumba del obispo de Segovia, Melchor Moscoso y
Sandoval († El Paular 1632 / obispo entre 1624 y 1632), monje que profesó y murió en el monasterio y que además consagraría la iglesia
de El Paular el 11 de julio de 1629.
Este patio o jardín, en el momento de su adscripción cartuja, hacia de cementerio monacal, en su suelo se pueden encontrar lápidas y enterramientos
de los monjes que han ocupado el cenobio y algún que otro personaje curioso. El personaje curioso enterrado en el claustro es: James T. Connell († Rascafría 13-08-1958) que
fue asesor del presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman, y que se encontraba en el comité que decidió el lanzamiento de la bomba atómica sobre territorio de Japón
durante la Segunda Guerra Mundial. Al respecto hay dos leyendas urbanas: la primera dice que se había retirado a Rascafría y al monasterio de El Paular buscando una paz que le
había sido arrebatada con su decisión de lanzar la bomba atómica. Una segunda leyenda nos cuenta que el difunto era uno de los pilotos encargados de dejar caer la bomba desde
el avión que la transportaba y que arrepentido de su acción buscó la soledad en El Paular. Esta segunda leyenda parece ser que nace por el parecido del nombre del difunto con uno
de los pilotos del avión, pero está demostrado que el difunto era en realidad el asesor de Truman y que se encontraba en Rascafría cuando le llegó la muerte.
El claustro se encuentra cerrado al patio interior a través de ventanales cegados por carpintería de madera, esta realizada en el siglo XVIII. Las bóvedas del claustro se cubren con
crucerías de distintos diseños.
En las pandas del claustro podemos encontrar una amplia
colección de óleos sobre lienzos sobre santos y escenas relativos a hechos cartujos. Fueron encargados por
el prior Juan de Baeza († El Paular 1641)
al pintor Vicente Carducho (* Florencia ca. 1576 † Madrid 1638) y fueron realizados en su taller de Madrid entre 1626 y 1632.
El total de lienzos son cincuenta y cuatro, uno por cada espacio existente en las cuatro pandas
del claustro. En 1835 con la desamortización los lienzos se desperdigaron por diversas instituciones, y después de un largo periodo de búsqueda y negociaciones se han
podido recuperar y reunir, cincuenta y dos de ellos. Los dos que faltan fueron quemados en la Guerra Civil en el Museo Municipal de Tortosa, donde se encontraban.
Los cuadros estaban dispersos entre varios museos, la principal colección, diecisiete de ellos se encontraban en el Museo del Prado, catorce en un museo de La Coruña y el
resto entre otros museos españoles de todas las regiones.
Galería conjunto pinturas de Vicente Carducho en el claustro
En los muros del templete octogonal que encontramos en el patio del claustro, podemos ver pintados dos relojes de sol. Uno de ellos el situado en el nivel inferior es de los
llamados "reloj de sol de horas babilónicas e itálicas", no nos detendremos en la explicación técnica por ser algo muy complicado que escapa a mis conocimientos, tiene pintadas
dos inscripciones AB ORTV (desde el orto) y AB OCASV (desde el ocaso). El segundo reloj es de los conocidos como triples y se encuentra encima
del primero; como su nombre indica en realidad son tres relojes, pintado cada uno de ellos en un lado del octógono. Fueron pintados por el monje cartujo de El Paular, fray
Martín Galíndez (* Haro, La Rioja 1547 † El Paular 21-06-1627).
Desde el claustro y a través de un largo pasillo que se abre en la panda sur, hay salida directamente al atrio de la iglesia que ya hemos visto. Desde el atrio de la iglesia y
el patio se sale a la sala de recepción de visitantes y desde aquí al exterior.
Torre campanario
La torre campanario es obra del arquitecto Ventura Rodríguez (Buenaventura Rodríguez Tizón, * Ciempozuelos, Madrid 14-07-1717 † Madrid 26-08-1785), ha sufrido
tres incendios debidos a la caída de rayos, en 1704, en 1909 y el último en1968.
El actual remate piramidal es moderno realizado después del último incendio.
Capilla de los Herrera o de san Ildefonso
Antigua capilla funeraria de los Herrera, conocida como de san Ildefonso. Los Herrera eran señores de Pedraza y ejercieron su patronazgo sobre esta capilla, a pesar que
la orden de los cartujos nunca se ha posicionado con este tipo de patronazgos.
Ficha técnica
Fecha de realización de la página: 1 de enero de 2025
Fecha última modificación:
Lugares de interés de Rascafría
Glosario o Vocabulario desde este
enlace puedes acceder a un vocabulario general sobre términos de arte y en especial sobre aquellos
términos que se citan en esta página.
Sobre los contenidos
Los textos aquí recogidos proceden de libros, folletos, periódicos, páginas webs y
folletos turísticos en los cuales no se hace mención de titularidad alguna de derechos.
Las fotos algunas están tomadas de internet y otras son del propio autor de la página web.
En todo caso, si existe un titular de los derechos intelectuales sobre estos textos e ilustraciones,
sobre cuya existencia no he sido informado, y desea que sean retiradas, basta con que me informen
por medio del correo electrónico a mi dirección de e-mail.
|