La ciudad de Efeso en la actual Turquía, entonces llamada Asia Menor se encontraba a orillas del mar Jónico
y ya no existe. Fue famosa por muchos motivos, uno de ellos, porque
en ella se encontraba una de las antiguas
siete maravillas del mundo antiguo, el templo de Artemisa (Diana para los romanos).
Construido sobre otro templo más antiguo, tal vez a la diosa Cibeles, el rey de Lidia Creso ordenó en el 550 a.c. levantar un templo
en honor a la diosa griega Artemisa.
El rey Creso encargó la obra al arquitecto cretense Quersifrón y la parte escultórica a Escopas. La obra fue
terminada por Metàgenes ya que se calcula que las obras se dilataron durante cerca de 120 años.
En su interior se encontraba la estatua de dos metros de altura de la diosa, realizada en madera de vid y recubierta de oro y plata.
En el año 356 a.c. un hombre llamado Eróstrato incendió deliberadamente el templo con el único pretexto de que
su nombre pasara a la historia, y ya que el hombre así lo quiso, aquí lo ponemos.
Cuando Alejandro III de Macedonia, llamado el Magno (356 ac - 323 ac) llegó a Efeso el templo estaba medio en ruinas y
se ofreció a restaurarlo al enterarse que la noche
del incendio coincidía con el día de su nacimiento. Pero eran tales las condiciones que el conquistador imponía a los efesios
que estos declinaron el ofrecimiento.
No obstante en el 323 a.c. y ya muerto Alejandro, el templo fue restaurado por el arquitecto Dinócrates.
En el año 262 d.c. y en plena decadencia romana, los godos procedentes del centro de Europa arrasaron la ciudad de Efeso y
arruinaron el templo y la ciudad. Los materiales serian usados como elementos de construcción y poco o nada
se salvo de esta maravilla; sólo alguna columna queda "in situ" y algunos otros elementos en el Museo Británico de Londres.
Según las descripciones de Plinio el Viejo el templo seguía los cánones clásicos de los templos griegos. Sobre un basamento
se alzaba el templo rodeado por 127 columnas de orden jónico de 18 metros de altura cada una. El templo tenia unas
medidas de 115 metros de largo por 55 metros de ancho y estaba realizado todo en mármol de color blanco.
El friso que sustentaba las columnas, así como el frontón y la parte inferior de las columnas que rodeaban el templo
se encontraban decoradas con bajorrelieves. La techumbre era de madera y la cubierta a doble vertiente.
Como era habitual en el fondo del templo y en su centro se alzaba la escultura de la diosa a la
que se le ofrecían ofrendas.
Ya al inicio hicimos el comentario que Efeso fue famosa por muchos motivos, uno de ellos sea también porque en las
cercanías de esta ciudad se encontraba y se encuentra según la leyenda, la casa de la Virgen María una vez que su hijo Jesucristo fue
crucificado y donde residió con el apóstol Juan y donde a la postre moriría.
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