El territorio conocido como Mesopotamia es una fértil franja de terreno situado entre los ríos Tigris y Éufrates, hoy en Iraq.
Así es como la llamaban los antiguos helenos, del griego mesos (medio) y potamos (ríos), se puede traducir de forma muy libre como "tierra entre ríos".
Sin embargo el territorio conocido como Sumer se circunscribe al
curso bajo de ambos ríos ya cerca de la desembocadura de los mismos, en el golfo pérsico. No obstante hay que indicar que al inicio de nuestra historia,
los ríos Tigris y Éufrates desembocaban por separado en el golfo pérsico y que actualmente la costa, por un proceso conocido como colmatación
se encuentra más alejada de las desembocaduras naturales de ambos ríos. Es por tanto que las ciudades sumerias se encontraban más
cercanas a la costa que en la actualidad.
Sumer era por tanto un territorio situado en la zona meridional de ambos ríos (Baja Mesopotamia),
sus habitantes eran llamados sumerios, aunque este nombre es mucho posterior, ya que con este nombre
(Sumeru) era como los conocían los acadios, gentes que habitaban la Mesopotamia Media.
No sabemos por qué recibían este nombre, pues los sumerios se llamaban a si mismos sag-giga
(hombres de cabeza negra) y ellos mismos denominaban a su territorio como Kengir (la tierra de los señores). Su lengua era el sumerio y no tenía
raíces semitas ni indoeuropeas. Hoy día es una lengua muerta. Es curioso que ellos mismos se
llamaran "hombres de cabeza negra" pues no consta que fueran de raza negra ni tampoco que tuvieran ascendencia africana o procedieran de algún lugar de la
costa africana. El origen y la lengua de los sumerios quedan por tanto como enigmas a resolver.
Como hemos indicado la procedencia de los sumerios se ignora, pues los pueblos de los alrededores eran de raíz semita,
mientras que ellos no procedían de esta etnia. Podían ser un pueblo que llegaron a la zona meridional de Mesopotamia o bien podrían haber sido gentes nómadas
que en el constante deambular por el territorio y con el desarrollo de la agricultura lograran convertirse en gente sedentaria y a construir poblados permanentes.
Lo que parece claro es que en Sumer comenzó el desarrollo de las sociedades agrícolas en detrimento de las sociedades de cazadores y recolectores nómadas. A ello
no debe ser ajeno el hecho que hacia el 7000 a. C. comienza un proceso de transformación climática a un régimen más templado, lo que favorecerá el asentamiento
permanente en la zona. Lo que si está claro, es que los sumerios sentaron las bases de la cultura mesopotámica.
Gusta decir que la historia comenzó en Sumer, pues se da por buena la teoría, que las primeras civilizaciones de la historia
nacieron en la Baja Mesopotamia y en Sumer en particular. Las primeras ciudades se construyeron en este valle y
con ellas comenzó la civilización. La teoría puede ser algo más complicada, ya que algo que si inventaron los sumerios fue la escritura y que
la historia sumeria, y muchos aspectos relativos a la civilización los conocemos a partir de la transcripción escrita de la palabra: la escritura. Ello nos lleva a deducir que antes de la
invención de la escritura ya podíamos encontrar pueblos con cierto grado de desarrollo urbano (culturas neolíticas), pero al no existir la escritura lo
desconocemos todo de ellas. Solo a partir del momento de la invención de la escritura, el pueblo sumerio entra en la historia, por eso decimos que la historia
comienza en Sumer.
El desarrollo de la cultura sumeria en la Baja Mesopotamia tiene sus antecedentes hacia los años 7000 a. C. - 6000 a. C., cuando grupos de gentes empiezan a
sedentarizarse y a crear núcleos poblacionales estables. La primera cultura que conocemos es la conocida como cultura de Samarra o Hassuna-Samara (6500 a. C. - 5500 a. C.).
En el mismo periodo de tiempo surge, coetánea con la anterior, la cultura de Halaf, pero en este caso, el asentamiento tiene lugar en la Alta Mesopotamia en el
norte de la actual Siria.
Sin embargo es la cultura de El Obeid (5000 a. C. - 3500 a. C.), quien puede vanagloriarse de ser considerada como el primer estadio de la civilización sumeria. Esta se sitúa en la
Baja Mesopotamia. Esta civilización se caracteriza por la creación de verdaderas ciudades, con la construcción de templos, palacios y algo muy importante la construcción
de canales de regadío que aumentaron la superficie de regadío y consiguieron un cierto control sobre las aguas de los ríos Tigris y Éufrates.
A pesar de todo existieron en el Próximo Oriente ciudades y culturas neolíticas que podemos llamar protohistóricas y que bien pudieran haber influido en el posterior
desarrollo sumerio. Así tenemos constancia de la ciudad de Jericó (hoy en Israel), considerada por algunos como la ciudad
más antigua del mundo y que se puede datar perfectamente hacia
el año 7000 a. C. Otros asentamientos también fuera de Mesopotamia son: Catal-Huyuk en Anatolia, Tell Ramad (6250 a. C. - 6000 a. C.)
en Siria y Tell Buqras también en Siria.
Las ciudades más importantes de Sumeria fueron: Nippur (a orillas del Éufrates), Umma, Uruk (a orillas del Éufrates y conocida en la Biblia como Erech y cuya fundación se
estima alrededor del 4000 a. C. - 3500 a. C.), Eridu, Ur, Lagash y Kish. Todo parece indicar que el concepto de ciudad nace aproximadamente
en torno al año 3000 a. C. con el auge de la ciudad de Uruk, considerada como la más antigua de Mesopotamia y sin duda la más importante.
Hay autores que sin embargo afirman, que la ciudad más antigua de Mesopotamia es: Eridu, pues la asocian a la cultura de El Obeid hacia el año 4900 a. C.
Según los propios sumerios, Eridu fue la primera ciudad creada por los dioses. Eridu, la ciudad de Enki, dios de las aguas frescas, fue la primera
ciudad en la que la realeza descendió de los cielos. Su primer rey fue Al Ulim (Alulim) a quien le sucedió Al Aljar (Alaljar). Como no podía ser de otra manera, Enki era el dios
protector de la ciudad de Eridu. En lengua acadia el nombre de Enki es Ea y con este nombre sería conocido por acadios y babilonios. Enki, además de dios de las aguas
frescas o dulces, era el protector de las artes, los oficios y la artesanía.
Los acadios fueron un pueblo de raíz semita que habitaban la Mesopotamia Media, (recordemos que los sumerios no eran semitas), y que sustituyeron al pueblo sumerio
al entrar este en decadencia. Los acadios crearían
el primer imperio conocido y su lengua, el acadio, sería la lengua vehicular de toda Mesopotamia durante siglos. La lengua sumeria quedaría relegada a textos sagrados y con el
tiempo se perdería en favor del acadio. El término semita deriva de Sem, que fue uno de los tres hijos de Noé (el del Diluvio) y de Sem, descienden tanto los árabes como los
hebreos, así como otros muchos pueblos de Oriente Medio.
Si Eridu fue la primera ciudad sumeria, es sin embargo la ciudad de Uruk, la más importante y la que mejor define el concepto de ciudad en aquellos
momentos (4000 a. C. - 3500 a. C.).
El desarrollo de Uruk dio lugar al nacimiento de la diversificación y especialización del trabajo y de los oficios, se desarrolla la alfarería, el comercio y la artesanía.
Nace la vida urbana y con ella, las clases sociales, se desarrolla la
escritura y se generaliza el uso de sellos cilíndricos. Se levanta un templo o zigurat en honor al dios An y se rinde pleitesía a la diosa Inanna, diosa de la fertilidad, el
amor, la sexualidad y la guerra. Inanna será asociada por los acadios y los babilonios con la diosa Ishtar.
La ciudad se rodea de un perímetro murado y con ello nace el concepto de ciudad-estado. An en sumerio,
Anu en acadio y en ocasiones Ano, es el dios protector de Uruk, dios del cielo superior, rey de los dioses y creador de las estrellas.
En Uruk se levantaba el zigurat en honor al dios An, que aunque en la teogonía sumeria era uno de los dioses más importantes, era un dios ausente que intervenía poco o nada
en el destino de los hombres.
Para estas fechas ya los sumerios habitaban toda la Baja Mesopotamia y se empiezan a consolidar las ciudades sumerias.
Por cierto que aunque no sabemos en que momento, el patriarca bíblico Abraham nació en la ciudad de Ur y desde esta ciudad partiría hacia la
Tierra Prometida (Canaán) por orden de Yahveh junto con toda su familia.
La creación de mundo según la religión sumeria, nace del caos absoluto, ante este caos, el dios del cielo An encarga al dios Enlill (señor del viento, del aire, de las
tormentas, creador de la agricultura y dios protector de la ciudad de Nippur) y a la diosa Inanna (diosa de la fertilidad, del amor y también de la guerra) que
pongan orden en el caos, estos organizan el mundo y nombran a un rey-sacerdote como persona encargada
de mantener el orden establecido, además de ser el "enlace" entre los dioses y los hombres. Esta bonita leyenda tiene algo de tufillo interesado, pues con esta
teoría se quería dar a entender que el rey que al mismo tiempo es sacerdote, está legitimado por los propios dioses para organizar la vida de los súbditos, por tanto
su autoridad y poder está legitimado por los dioses y su realeza procede de ellos.
Estos reyes-sacerdotes o gobernadores
son conocidos como ensi o patesi. El patesi más conocido es el príncipe Gudea (2141 a. C. - 2122 a. C.) de la ciudad de Lagash. Conocido por una
escultura sedente en piedra diorita negra, actualmente en el museo del Louvre de París.
El reinado del príncipe Gudea, que a pesar del título, era el rey de Lagash, hay que encuadrarlo
en el periodo conocido como "renacimiento sumerio" en donde las ciudades sumerias vuelven a tener un corto periodo de esplendor después
de la caída del imperio acadio. Este periodo neosumerio está representado por la ciudad de Ur, motivo por el cual a este periodo también se le conoce
como III dinastía de Ur.
Junto con la figura del ensi, encontramos la figura del lugal, que se define como un hombre de grandes cualidades, políticas o militares, que en ocasiones podía ser un rey (sin
funciones sacerdotales), un general de prestigio con gran poder o un gobernante que ejercía autoridad sobre varias ciudades. Hacia el 2900 a. C., la figura del rey estaba
totalmente consolidada y su derecho a ejercer la soberanía no se discutía.
Para adorar a los dioses, los sumerios crearon un tipo de construcción o templos
que se extendería con todos los pueblos mesopotámicos; estas construcciones son
conocidas como zigurats. Son estructuras piramidales truncadas y escalonadas, la altura de estas variaban según las ciudades, en la meseta superior
se alzaba una pequeña construcción
rectangular que era donde residía el dios. El zigurat era una construcción a donde el pueblo sencillo no tenía acceso y solo la nobleza sumeria y el propio rey-sacerdote tenía acceso.
Para satisfacer a los dioses y para seguir manteniendo el orden en el mundo, los súbditos tenían que hacer ofrendas a los dioses, y claro, estas eran gestionadas por quien
usted se puede figurar.
El "zigurat tipo" estaba configurado en cuatro alturas, sobre una base maciza se elevaba el primer piso donde
había un balcón abierto al exterior conocido como "balcón manifestatorio" donde el sumo sacerdote y la
suma sacerdotisa se manifestaban juntos y públicamente al pueblo en representación del dios. El segundo piso era el santuario propiamente dicho donde residía la divinidad y en el tercer
piso una pequeña construcción hacia la función de observatorio astronómico. Las paredes del zigurat podían estar pintadas de cal, lo que hacía que adquiriesen una coloración
blanquecina. La elevación de los templos en altura parece ser que era, poner en comunicación a los dioses del cielo con los hombres.
El zigurat sumerio tal vez más importante fuera el dedicado al dios An en la ciudad de Uruk. De Uruk también era originario Gilgamesh
protagonista de uno de los relatos escritos más extraordinarios del mundo mesopotámico.
También es muy conocido el zigurat de Ur-Nammu en honor al dios de la luna que en el mundo sumerio era una divinidad masculina.
Este zigurat fue totalmente reconstruido en el siglo XX como atracción turística por el presidente de Iraq, Sadam Huseim.
Desde la ciudad sumeria de Uruk, el rasgo civilizador se extendió al resto de la Baja Mesopotamia.
La civilización sumeria se organizaba en ciudades-estados, cada ciudad tenía su propio dios principal y otros menores, tenían
su propia nobleza con su rey-sacerdote al frente, su propio
zigurat y su propia administración y ejercicio de la justicia. No obstante aunque independientes, todas las ciudades sumerias compartían una cultura común entre todas
ellas y no habían especiales fricciones entre ellas.
Entre los inventos o descubrimientos que nos legaron los sumerios podemos citar: la rueda (3500 a. C.),
la escritura conocida como cuneiforme (3300 a. C. - 3000 a. C.), la vida urbana, el uso del
arco de medio punto y la bóveda de cañón en arquitectura, la invención de la azada y el arado tirado por animales, la glíptica (arte del grabado en piedra o barro),
el desarrollo de los canales de regadío, los cilindros sellos, el relato del Diluvio universal, el
sistema sexagesimal y el concepto del cálculo matemático que ellos realizaban con los dedos de una mano. Y entre algunas cosas negativas o por lo menos no muy
positivas, la creencia en que un gato negro es símbolo de "mal agüero".
La escritura cuneiforme recibe este nombre por la forma de las incisiones que se hacían
sobre tablas de barro secadas al sol, que al ser realizadas con cañas de tallo vegetal acabado en
bisel (cálamo) tomaban forma de cuñas al ser impresas en el barro.
En principio el sistema era de tipo pictográfico (3300 a. C.), cada símbolo representaba un concepto, pero posteriormente
este sistema de escritura se fue perdiendo en favor de un sistema por el cual cada valor fonético (el habla) estaba representado por un tipo de incisión
(3000 a. C.). En principio la escritura era
utilizada para realizar operaciones contables sencillas (contar ganado, productos agrarios etc.), pero con el paso del tiempo la
escritura cuneiforme llegaría a ser un sistema de escritura con el mismo concepto y sentido que ahora conocemos.
Uno de los logros más importantes de la cultura sumeria fue la utilización de canales de riego por un complejo sistema de acequias, las aguas del Tigris y del Éufrates podían
ser canalizadas y llevar el agua hasta zonas relativamente alejadas que ponían en regadío zonas anteriormente secas. Con el desarrollo de la agricultura y los excedentes agrarios, la
sedentarización de los pueblos y el aumento de la población llevó a la creación de grandes agrupamientos urbanos que reciben el apelativo general de ciudades. La utilización de la
azada y algo más tarde del arado, realizados en cobre y tirados por animales
no hicieron más que aumentar la productividad de las tierras. A la innovación del arado se uniría la práctica de utilizar a ciertos
animales (principalmente bueyes) como elementos de arrastre del arado.
Los cilindros sellos, eran como su nombre indica un cilindro de piedra (de distintas características) con un relieve impreso,
que al hacerlo girar sobre una tablilla de barro dejaba una marca, esta marca o dibujo que incluso
podía presentar figuras, representaba una señal del rey, de un noble o de un escriba y servía de algo parecido a lo que podría ser actualmente
una firma oficial o un sello oficial, ya que cada personaje tenía el suyo propio. En los sellos reales además se hacían referencias a la dignidad del rey o de los
dioses protectores de la ciudad.
El relato del Diluvio universal de la Biblia tiene un origen sumerio, la historia original parece remontarse hacia el año 3000 a. C.
Se cree que el pueblo hebreo cuando estuvo cautivo en Babilonia, asimiló este relato de la
cultura sumeria, y lo plasmaría en el Antiguo Testamento. En el relato sumerio el dios del cielo An desea acabar con la raza humana, ya que
literalmente y así consta en los relatos, los hombres "hacían mucho ruido" y "molestaban a los dioses". An envía un diluvio y acaba con la humanidad
excepto a unos pocos hombres
que permitió que se salvaran en un arca. Y es que el dios An no es que fuera bueno y misericordioso, sino que para los sumerios, los hombres habían sido creados para servir a
los dioses, si mataban a todos los hombres, ya no habría nadie para servir a los dioses y esto podría resultar "algo molesto" para la divinidad.
Después del Diluvio universal, el mundo sumerio parece cambiar, si hasta entonces el rey y el sacerdote eran la misma persona, ahora el rey ejerce la autoridad militar, administrativa
y judicial y el sacerdote se encarga de las relaciones con los dioses.
Nace un nuevo concepto de realeza, un periodo conocido como "dinastías reales".
Es en este momento de la historia cuando las ciudades empiezan a amurallarse, empiezan a expandirse a costa de otras, surgen los primeros
enfrentamientos y comienzan las guerras entre ciudades, concepto que hasta este momento no era práctica habitual. Las ciudades quedan bajo el control de un rey
guerrero.
De este periodo conocido como dinastías reales (2600 a. C. - 2500 a. C.),
hay que destacar la excavación del arqueólogo británico Leonard Woolley quien en 1926 comenzó a excavar la ciudad de
Ur, cuyo zigurat ya se conocía, pero tuvo la fortuna de encontrar las conocidas como necrópolis reales de Ur. En las mismas y gracias al trabajo escrupuloso del arquitecto se
consiguieron averiguar muchas cosas de la vida de los reyes de Sumeria de este periodo, sobre todo la costumbre de que reyes y reinas fueran enterrados con todo un
grupo de sirvientes, guerreros y trabajadores que morían en el momento en que el rey fallecía. En estas necrópolis se encontraron muchos elementos muebles de la
vida sumeria, destacando entre todos ellos el conocido como
"estandarte de Ur". No se conoce exactamente su función, es una especie de caja que lleva pegada con betún en la madera
figuras de distintos personajes realizados con piedras de diferentes colores (conchas, cornalinas y lapislázulis), uno de los paneles es conocido
como "panel de la guerra" mientras que el segundo es el "panel
de la paz". Se le llama estandarte pues Leonard Woolley pensaba que podría servir a este fin. De cualquier manera hay que resaltar que la madera de la
caja no se ha conservado, y que las figuritas de piedra recuperadas fueron una labor de filigrana del arquitecto que pacientemente consiguió recuperarlas. Hoy día se
encuentra en el museo británico de Londres.
Uno de los reyes que consiguieron hacerse con el poder en varias ciudades fue Lugalzagesi (rey de Umma), considerado
como el primer rey que unió varias ciudades sumerias bajo su poder (Lagash, Kish, Nippur, Ur y Uruk).
En la vida de este rey se cruza el personaje de Sargón de Acad (* ca. 2360 a. C. † ca. 2279 a. C.), "copero" del rey Urzababa de Kish. Sargón además de ser acadio (de la
zona centro de Mesopotamia) era de etnia semita, mientras que los sumerios habitaban el sur de Mesopotamia y no tenían ancestros semitas. La historia de
Sargón de Acad guarda además algún paralelismo con la historia de Moisés que fue rescatado de las aguas.
Después de una rocambolesca historia solo conocida parcialmente a través de las tablillas, Sargón de Acad destrona a Lugalzagesi y se apodera de sus ciudades.
Con Lugalzagesi se da por terminada la cultura sumeria ya que a partir de este momento el ámbito de poder se traslada
desde el sur de Mesopotamia (Sumer) al centro de Mesopotamia (Acad). Sargón después de conquistar Sumer, continúa hacia el norte y funda la ciudad
de Agadé (Akkad), convirtiéndola en capital de su nuevo imperio. Sargón de etnia y lengua semita será el primer rey de lo que en el futuro será conocido
como imperio acadio y muchos siglos más tarde como imperio babilónico.
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