El retrato fue un elemento esencial de la cultura romana y una de sus grandes contribuciones artísticas. Fue la imagen del poder, de aquellos
que rigieron los destinos del Imperio. Pero mostró también la dimensión húmana de sus habitantes, del ciudadano. Su uso se extendió por todas
las provincias del Impierio y representó a todas las clases sociales, desde al patricio al liberto, desde el senador al magistrado de una peqeña
ciudad provincial. Hombres, mujeres y niños fueron esculpidos, siguiendo los dictados de modas establecidos en la capital del Imperio por la corte
imperial, para perpetuar su memorira y construir la romanidad, la pertenencia a la cultura de Roma.
La exposición Rostros de Roma, producida por el Museo Arqueológico Nacional, de cuyos fondos proceden las piezas expuestas, y organizada por
la Caja Mediterraneo, ofrece la oportunidad única de contemplar de forma unitaria varios ejemplos de retratos, bustos, cabezas y sarcófagos que
nos desvelan algunos secretos de la sociedad romana, obras que cronológicamente abarcan desde el siglo I ac. hasta mediados del siglo III
de nuestra era. Esta colección está formada por un excepcional conjunto de 15 retatos imperiales, representantes de las más importantes
dinastías reinantes del
Imperio Romano, la dinastia Julio Claudia, la de los Flavios, Antoninos y la de los Severos. Destacan en este conjunto las extrordinarias estatuas
sedentes de la emperatriz Livia y de su hijo, el emperador Tiberio. A ellos se añade un conjunto de 15 retratos privados, entre los que se incluyen
piezas relacionadas con el ámbito funerario, como sarcófagos y estelas.
La exposición está estructurada en tres grandes capitulos:
Monarcas y filósofos
Marca el punto de partida del género en el mundo griego y su influencia en el retrato romano tras la creación del Principado. En la Grecia del
siglo V ac, tiene lugar un hecho artístico y sociológico de trascendental importancia: surge por primera vez el retrato fisonómico. Aunque se
concibe bajo estructuras idealistas, aplica sobre ellas algunas peculiaridades personales del personaje representado y se realizan los
primeros intentos de conferir una mínima expresividad a los rostros. La Grecia del siglo IV ac combinará en un equilibrio perfecto, expresividad
e idealismo, mesurado realismo y gusto por el "retrato de reconstrucción" destinado a inmortalizar a autores trágicos, poestas y filósofos. La
mayor novedad conceptual de esa época será la creación del retrato oficial monárquico, magnificamente ilustrado por las efigies de
Alejandro Magno que imaginó el escutor griego Lisipo.
El retrato románo tiene como punto de partida las imágenes "realistas" de graves y ancianos pensadores y el retrato monárquico, que adquiere
gran desarrollo en las cortes helenisticas. En época republicana, ambos conceptos se yuxtaponen en una misma obra: el rostro se representa
siguiendo la tradición realista, mientras que el cuerpo sigue las pautas del desnudo heroico. Esta combinación se mantendrá como una constante
propia del retrato románo, consolidandóse en época imperial.
Historia Augusta
Recoge los retratos de emperadores y miembros de las distintas famlias imperiales y muestra la función del retrato dentro de la politica y la
sociedad romána y el uso que de él se hizo en los dintintos periodos del Imperio.
Es en época de Augusto cuando se fija el concepto del retrato oficial. Si en época republicana la multiplicidad de rostros que compartian la
esfera pública representaba la oscilación de los bandos que se hacían con el poder, el comienzo del mandato de Augusto en el año 23 ac, marca
la identificación unívoca del Princeps con el Estado. Este cambio conceptual se refleja en un cambio estilístico. Augusto crea un nuevo modelo
de retrato oficial que perdurará hasta Nerón, un modelo clasicista que el emperador consideró adecuado para transmitir el mensaje de equilibrio y
armonía que deseaba comunicar a la sociedad romána.
La identificación del Princeps con el centro de poder del Imperio dio pie a una gran demanda de sus retratos, tanta en Italia como en las provincias,
lo que tuvo como consecuencia la primera industria de la imagen politica de la historia. La recepción de la nueva concepción del retrato, y de lo que
la imagen simbolizaba, se apoyó en la rápida difusión del culto imperial.
Cives Romani
En el último apartado se mostrará el lugar que ocupaba el retrato en la vida del habitante del Imperio a través de diferentes fases vitales.
El retrato románo privado nació en época de la República con una doble función. Honraba a los ciudadanos que habian destacado en el servicio
a la ciudad mediante esculturas en bronce que poblaban los espacios públicos, y mantenía viva la memoria de los difuntos de las familias
ilustres de la Urbs a través de las llamadas "imagines maiorium". Tras la llegada del Imperio, el ocaso de las facciones aristocráticas sentenció el
fin de la ostentación pública de la imagen privada. Sin embargo, estas austeras imágenes habian pasado ya a simbolizar la esencia de la
romanidad para los habitantes del Imperio.
El ámbito funerario ofrecía a los ciudadanos gran cantidad de posibilidades para satisfacer las necesidades de representar su propia imagen. Las
tumbas se convirtieron, a través de las estelas y sarcófagos, en el lugar idóneo para mostrarse, al permitir que casi todas las clases sociales
pudieran estar representados.
Sobre la exposición
Museu de Prehistòria de Valencia c/Corona, 36
Del 2 de Abril al 28 de Junio de 2009
Colaboran: Diputación de Valencia, Museo Arqueológico Nacional, Ministerio de Cultura y Caja de Ahorros del Mediterraneo
Texto y fotografias: Folleto de la exposición
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