Lugar: Museo del Siglo XIX
Carrer Museu, 2 Valencia. Antiguo Convento del Carmen
Patrocinado por: Ministerio de Cultura, Generalitat Valenciana, Sociedad Estatal
de Commemoraciones Culturales y Museo de Bellas Artes de Valencia
Horario: martes a domingo de 10 a 20 horas
La conmemoración del V Centenario de la muerte de Isabel la Católica nos brinda la
oportunidad de reflexionar sobre la repercusión que tuvo para la historia de España
su matrimonio con el heredero de la Corona de Aragón, y la que aún hoy tiene en la
configuración de la identidad de España y la de los pueblos que la integran. Desde 1479,
Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón gobernaron conjuntamente ambas coronas,
conservando y respetando plenamente sus personalidades políticas e institucionales y
desarrollando sus peculiaridades lingüistícas, artísticas y jurídicas.
Ni el Rey ni la Reina por separado hubieran podido erigir esa gran estructura de poder,
destinada a dominar Europa durante dos siglos y fruto, a su vez, de la consolidación de la
autoridad real conseguida gracias a la reorganización legislativa y política, al establecimiento
de la unidad religiosa, administrativa, judicial, militar y fiscal, a la conquista de Granada
y al impulso expansivo que llevaría al descubrimiento de América y conjuntamente por los
monarcas, a quienes el pontifice valenciano Alejandro VI investiría en 1496 con el titulo de
Católicos, que quedaría vinculado como una seña de identidad a la Corona española.
La protagonista de la exposición no es, por tanto, Isabel la Católica, sino la Monarquia que
ella, y el rey Fernando contribuyerón decisivamente a fraguar con decisiones transcendentales.
Con el fin de facilitar su comprensión, el discurso expositivo se articula como un recorrido
por los principales temas del reinado.
La exposición parte de una realidad fisica, configurada por los territorios peninsulares
estructurados políticamente en reinos y coronas, y de una sola idea, la de España como
entidad politica y cultural idealizada y más o menos anhelada tradicionalmente. Esta utopía
encontró un cauce común en la politica de alianzas llevada a cabo por los Trastámara de Castilla
y de Aragón, cuyo desenlace natural sería la unión dinástica de ambas coronas, como se muestra
en el primer bloqueo temático sobre los origenes de la Monarquía.
El siguiente bloque temático se centra en Los Reyes y la nueva Monarquía. En él se aborda la
unión dinástica y la difusión de la imagen real y sus símbolos como soportes visuales de su
prestigio. Los escudos reflejan simbolicamente la nueva Monarquía, basada en la unión dinástica
de una diversidad de reinos. A su vez, el gobierno compartido de la pareja se expresa a través
de sus divisas: el yugo (Y de Isabel) y las flechas (F de Fernando).
Le siguen diversos testimonios documentales de la realidad institucional y política del poder
en los diversos reinos, así como de los hitos mas relevantes de la politica matrimonial de los
Reyes y de las adquisiciones territoriales conseguidas a través de conquistas y descubrimientos.
La nobleza en la Monarquía muestra la realidad y la imagen del estamento nobiliario, al que los
Reyes consiguierón contener en sus apariciones políticas y banderías. El lenguaje de la
heráldica permite entender los intereses que aglutinaron a los principales linajes. Los codigos
de representación que utilizarón reflejan sus valores caballerescos, aristocráticos y
cortesanos expresados en un lenguaje de esplendor y magnificencia, que encontrarón en la
escultura funeraria el soporte adecuado para asegurar su fama.
Algunos de los recursos materiales que hicierón posible las grandes empresas de la Monarquia
se tratan en el bloque titulado El aumento de la riqueza. Los Reyes apoyaron el desarrollo
de las técnicas comerciales y financieras, así como la internacionalización de la economía
con la consolidación de colonias de mercaderes extranjeros y con la apertura de nuevas rutas
comerciales en el Atlántico, que se sumarón a la ya existentes en el Cantábrico y Mediterráneo,
donde destaca el florecimiento mercantil de Valencia y sus privilegiadas relaciones con Italia.
La pluralidad de creencias religiosas y el reto que esta situación planteó a las convicciones
religiosas de los Reyes y a sus necesidades de afirmar el poder real en todos los órdenes son
uno de los aspectos más pólemicos del reinado, tratado bajo el epigrafe La Fé y la Monarqía.
El interés que tuvo para la Corona la renovación y difusión de la cultura se trata en el bloque
temático Las armas y las letras, que se articula en torno a dos secciones, los libros de la
Reina, como síntesis de la cultura humanistíca y religiosa del momento, y las armas de
Fernando, en la que se exponen tanto las de parada, propias de una tradición caballeresca, como
las de sus ejercitos.
Finalmente, la renovación del gusto que caracteriza este reinado se pone de manifiesto a través
de algunas de las mejores pinturas, esculturas y piezas de orfebrería que muestran la influencia
de la llegada de maestros flamencos y el incipiente contacto con el Renacimiento italiano,
mientras que la herencia islámica, plasmada en las técnicas y decoraciones mudéjares, siguió
primando en los objetos y ambientes cotidianos.
Texto y fotos: Folleto de la Exposición
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