Castillo de Manzanares El Real


Introducción

Nombre: Castillo de Manzanares El Real o Castillo Nuevo de los Mendoza
Ubicación: Manzanares El Real (Madrid). Comunidad Autónoma de Madrid
Declarado Monumento Histórico Artístico en 1931
Propiedad: Ducado del Infantado, en la persona de María de la Almudena de Arteaga-Lazcano y del Alcázar (* Madrid 25-06-1967), XX duquesa del Infantado
Manzanares El Real se encuentra al pie de la Sierra de Guadarrama y junto al río Manzanares
Actualmente el río Manzanares está retenido por una presa conocida como embalse de Santillana
Gentilicio: manzanariegos por la población y mendocinos por la familia Mendoza

Linajes vinculados con la familia Mendoza

Casa de
Mendoza
Casa de
La Vega
Mendoza y
de la Vega
Álvarez de
Toledo
Fernández de
Velasco


Historia

La familia Mendoza es originaria de la localidad alavesa de Mendoza, en euskera Mendi Hotza con el significado de "monte frío". Íñigo López de Mendoza (* 1151 † Batalla de las Navas de Tolosa 1212), IV señor de Llodio construyó en Mendoza a principios del siglo XIII la torre fuerte que todavía se conserva y persona a la que se considera punto de partida del poder familiar del linaje. Desde su tierra natal alavesa, la familia Mendoza pasó en el siglo XIV al servicio del rey castellano-leonés Alfonso XI (r. 1312 - 1350), dando inicio a su encumbramiento en tierras castellanas.

La villa de Manzanares fue poblada inicialmente por segovianos en 1247. Años más tarde en 1268 Manzanares fue incorporada a la Corona de Castilla por el rey Alfonso X el Sabio (r. 1252 - 1284) creando el Real de Manzanares integrado por 46 lugares. La villa sería de realengo hasta pasar en el siglo XIV a manos del linaje de los Mendoza. Debe el sobrenombre del Real por las estancias y cacerías de los reyes en la localidad. Hasta entonces y desde la toma de Toledo en 1085 por parte del rey Alfonso VI (r. 1065 - 1109), hubieron disputas entre la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia y la villa de Madrid (la Magerit de los musulmanes) por el control del territorio y el aprovechamiento de la madera y pastos para el ganado.

El rey castellano-leonés Juan I (r. 1379 - 1390) entregó hacia 1383 Manzanares, a su mayordomo mayor, Pedro González de Mendoza (* Guadalajara ca. 1340 † Batalla de Aljubarrota, Portugal 14-08-1385) en pago por los servicios prestados, convirtiéndose en el I señor del Real de Manzanares. Pedro González salvaría la vida del rey, cuando el 14 de agosto de 1385 en la derrota de Aljubarrota (Portugal), entre portugueses y castellanos, el caballo del rey cayó muerto en medio de la batalla, y su leal mayordomo le cedió el suyo, lo que provocó su muerte en la batalla. Según cuenta el romancero popular Pedro González de Mendoza le dijo a su rey "non quiera Dios que las mujeres de Guadalaxara digan que aquí quedan sus fijos e maridos muertos e yo torno allá vivo".



    Galería fotográfica  

En 1445 el señorío sería elevado a la dignidad condal por el rey castellano-leonés Juan II (r. 1406 - 1454) en la persona de Íñigo López de Mendoza y Laso de la Vega (* Carrión de los Condes, Palencia 19-08-1398 † Guadalajara 25-03-1458), I marqués de Santillana, más conocido por su faceta de poeta y escritor. Íñigo López de Mendoza convertido en I conde del Real de Manzanares pasaba temporadas en su castillo manzanariego, hoy conocido como Castillo Viejo (en ruinas), sin que sepamos con exactitud si lo mandó construir el linaje de los Mendoza o fue obra del rey Alfonso XI (r. 1312 - 1350).

Tanto el marquesado de Santillana como el condado de Manzanares del Real, pasaron a manos de su hijo, Diego Hurtado de Mendoza y Suárez de Figueroa (* Guadalajara 25-09-1417 † Manzanares El Real 25-01-1479) a quien los Reyes Católicos le concedieron el título de duque del Infantado el 22 de julio de 1475. Diego Hurtado de Mendoza estuvo casado dos veces, siendo la madre de sus hijos, su primera esposa, Brianda de Mendoza y Martínez de Luna. Diego era hermano de Pedro González de Mendoza, el Gran Cardenal, ambos personajes, muy importantes en la corte de los Reyes Católicos. Durante el enfrentamiento civil entre Isabel I (r. 1474 - 1504) y su sobrina Juana la Beltraneja, Diego Hurtado se posicionó a favor de la Beltraneja, para pasar en 1473 a apoyar a la reina católica. El lema de los duques de Mendoza era: "dar es señorío, recibir es servidumbre".

Probablemente su elevación al rango ducal, le llevaría a levantar un nuevo castillo como símbolo de prestigio y poder en lugar del viejo castillo de Manzanares. Nuestro castillo fue mandado construir hacia 1475 por Diego Hurtado de Mendoza y Suárez de Figueroa, I duque del Infantado e hijo del I marqués de Santillana y fue terminado hacia 1490 por su hijo Íñigo López de Mendoza (* Guadalajara 1438 † 14-07-1500), II duque del Infantado. Ya en tiempos del II duque, intervino en las obras el arquitecto francés Juan Guas (* Lyon, Francia 1430 † Toledo 1496), quien además era arquitecto de los Reyes Católicos.

A la muerte de Diego Hurtado de Mendoza en 1479, su hijo continúa las obras iniciadas por su padre, pero cambia el proyecto inicial, contrata al arquitecto Juan Guas quien realiza un proyecto de palacio señorial en detrimento del carácter militar. En este momento la vieja iglesia de Santa María de la Nava que se encontraba junto al castillo, es incorporada al proyecto palaciego y transformada en capilla privada de los Mendoza. Hoy de esta vieja iglesia románica quedan restos de sus arcos y de su ábside en la fachada oriental.

Con la finalización de las obras del palacio del Infantado en Guadalajara, Íñigo López de Mendoza, II duque, traslada su residencia a esta ciudad y el castillo queda abandonado. Hacia 1530 ya en tiempos del III duque del Infantado consta que el castillo se encontraba vacío y expoliado.

Efeméride Uno de los hijos del Gran Cardenal Mendoza, Diego Hurtado de Mendoza y Lemos (* Manzanares del Real ca. 1468 † Toledo 1536), futuro I conde de Mélito, nacería en el castillo. Este hombre era uno de los dos hijos que tuvo el cardenal Mendoza con Mencía de Lemos y al que la reina Católica llamaba "los tres lindos pecados del cardenal". La madre del tercer hijo del cardenal Mendoza era una dama de nombre Inés Tovar.

Efeméride En 1965 Íñigo de Loyola de Arteaga-Lazcano y Falguera (* Madrid 14-11-1905 † Marbella, Málaga 19-03-1997), XVIII duque de Infantado, cede el uso del castillo a la Diputación Provincial de Madrid para que lo gestione como referente cultural, abriéndose el castillo al público en 1977. La duración del contrato era de 50 años, con una prórroga de 10 años, por lo que el 5 de enero de 2025, la Comunidad de Madrid pierde el uso y gestión del castillo.

Efeméride El embalse de Santillana fue construido a principios del siglo XX por Joaquín de Arteaga y Echagüe, XVII duque del Infantado, para suministrar agua potable a los barrios del norte de Madrid. El embalse fue levantado sobre terrenos que eran de su propiedad.

Efeméride En 1982 se celebró en el castillo el acto de constitución de la Asamblea de Parlamentarios de Madrid. En 1983 fue aprobado el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid. Con el establecimiento de la Comunidad de Madrid, los bienes y obligaciones de la Diputación Provincial pasaron a ser gestionados por la Comunidad, entre ellos la gestión cultural (que no la propiedad) del castillo de Manzanares El Real.

Características

El castillo se mueve entre su función de fortaleza militar, apreciable en su exterior, y un palacio de corte señorial y renacentista, como se aprecia en su interior. Su aspecto militar queda reseñado por la presencia de una antemuralla o barbacana que protege el segundo recinto interior o zona palaciega. La única entrada se abre en su fachada occidental, pero para ingresar en el recinto interior palaciego hay que hacerlo por el flanco sur, lo que obliga a un posible atacante a caminar por un pasillo descubierto (la liza) con el riesgo de ser atacado desde las alturas por ambos lados. Su interior palaciego está conformado por un patio claustral de dos pisos (antiguo patio de armas), grandes salones abiertos el patio, vistas al exterior a través de amplios miradores con bancos festejadores y una galería con vistas al embalse de Santillana en la fachada sur. Sobre la puerta principal campea el escudo del linaje de los Mendoza y de la Vega.

En la construcción del castillo se aprovecharon materiales procedentes del castillo viejo, cuyos restos pueden ser visitados en la población. El castillo se levanta con semisótano, planta baja, dos alturas y adarves o pasos de ronda de vigilancia en un nivel superior. El palacio adopta planta cuadrangular, con una torre en cada uno de sus ángulos, una de ellas llamada del homenaje por ser la más grande, tiene planta cuadrangular y en su elevación adopta forma ochavada. Las tres restantes son circulares y cuentan con pequeñas torres superpuestas. Todas las torres se encuentran almenadas y en su parte superior se encuentran decoradas con pequeñas bolas adosadas, lo que les da un aire característico único. Sobre estas torres se levantan además, otra torre a modo de remate, estas más pequeñas. Estas bolas y otros elementos decorativos que ahora veremos, rompen o enmascaran su aspecto militar, dulcificando su carácter guerrero. Se complementa la decoración exterior del castillo con la profusión de escudos heráldicos mendocinos, el friso de matacanes de color grisáceo que rodea parte del perímetro del castillo y la galería sur con vistas al embalse de Santillana que lleva antepechos decorados a base de puntas de diamante.


Rodeando el castillo, encontramos la antemuralla, mucho más baja que el castillo interior, el espacio o camino descubierto que se abre entre ambas murallas, se llama liza, servía como elemento defensivo en caso que el enemigo atravesara la primera línea de la muralla. La entrada al castillo o parte militar se abre en la antemuralla por su fachada oeste. Es una sencilla puerta con arco apuntado flanqueada por dos torres cilíndricas que la protegen. Sobre la puerta se puede ver el escudo de los Mendoza y de la Vega, que a la postre son los que dominan en los muros del castillo. La puerta de entrada al palacio o castillo interior se sitúa en la fachada sur, es la única puerta de entrada al interior por lo que la disposición de ambas puertas en recodo hacía difícil su conquista. El castillo nunca dispuso de foso, aunque en ocasiones se habla de su existencia y que actualmente se encontraría colmatado. En la antemuralla se abren troneras de doble cruz enmarcadas en el interior de las conocidas como cámaras de tiro, preparadas para la incipiente artillería de la época. Las cruces de las troneras asumen distintas formas, algunas son sencillas y otras dobles, pero hay algunas más curiosas ya que adoptan forma con la cruz del Santo Sepulcro de Jerusalén.

Su fachada oriental nunca llegó a terminarse por lo que permanece en estado de ruina consolidada, el espacio lo ocupaba la antigua parroquia de Santa María de la Nava. En su proyecto de construcción, estaba pensado para contener una torre de homenaje con amplias estancias nobiliarias en su interior y una gran terraza para fuego de artillería. En la actualidad solo quedan los restos de las arcadas inferiores y el ábside que disponía la vieja iglesia.

El palacio fue abandonado ya en el siglo XVI por la familia Mendoza y entró en fase de ruina. Las guerras y el expolio llevaron al castillo a una completa ruina y la desaparición de todos los elementos muebles que disponía. El castillo fue restaurado en 1914 por el arquitecto Vicente Lampérez Romea (* Madrid 24-03-1861 † Madrid 1923) a instancias del ducado del Infantado; en 1964 y por encargo de la Diputación Provincial de Madrid, el arquitecto José Manuel González Valcárcel (* Madrid 28-01-1913 † Madrid 19-01-1992) volvió a efectuar obras de restauración. Finalmente la Comunidad de Madrid ha sido la encargada de las obras de reparación y mantenimiento del castillo. Todo el mobiliario mueble que se pueden encontrar en su interior proceden de inmuebles de la desaparecida Diputación Provincial de Madrid y del Museo de Artes Decorativas, además hay obras en depósito del ducado del Infantado y en menor medida han sido reaprovechados de decorados teatrales.

Como joya única, el interior conserva un total de 10 tapices flamencos del siglo XVII, relativos a la vida de Julio Cesar y a la Vida del Hombre, además conserva un buen número de óleos sobre lienzos de diversos autores. También es destacable la colección de armaduras, alguna de ellas originales y otras, réplicas utilizadas en rodajes cinematográficos.

Patio de armas o patio claustral La entrada a la zona palaciega, se realiza por una portada situada en la fachada sur (una vez ya traspasada la antemuralla), esta es en arco apuntado y se enmarca con un alfiz apoyado en ménsulas. El acceso nos permite el paso al actual Centro de Interpretación del castillo, pero que en origen era la zona destinada a cocina, pozo, almacenes y zonas del servicio. Desde esta zona se pasa al patio de armas.

La zona residencial palaciega se desarrolla alrededor de un patio claustral de dos pisos, realizado por Juan Guas en estilo gótico isabelino. Este patio realizado en piedra caliza, está formado por arcos rebajados que apoyan en columnas de fustes acanalados, capiteles octogonales decorados con temas vegetales y animales, y una balaustrada en piedra en el segundo piso, decorada en sus frontales con motivos geométricos.

Este patio se encontraba en completa ruina y ha sido maravillosamente restaurado, restauración que ya en su momento levantó una fuerte polémica, al considerar poco menos que se trataba de un patio de nueva planta. El mismo se levantó con los elementos caídos que se encontraban por los suelos.



En el patio encontramos tres grandes escudos en piedra que fueron recuperados en la rehabilitación del castillo y que a falta de conocer su ubicación original han quedado expuestos en el claustro. Uno de ellos recoge las armas de la familia de los Mendoza y los Laso de la Vega, un segundo muestra las armas de la familia Álvarez de Toledo (duques de Alba) y el tercero con las armas de los Fernández de Velasco (duques de Frías), todos ellos linajes entroncados de alguna manera con la familia del Infantado. Mencía de Mendoza, hija del V duque del Infantado contrajo matrimonio con Antonio Álvarez de Toledo, V duque de Alba. Por otra parte Mencía de Mendoza y Suárez de Figueroa († Burgos 1500), hermana del I duque del Infantado, casó con Pedro Fernández de Velasco y Manrique de Lara († Burgos 1492), condestable de Castilla.

Zaguán planta baja Situado en la panda oriental del patio de armas. Una puerta desde el patio de armas nos lleva a una sala, actualmente conocida como zaguán, donde se encuentra la escalera gótica en piedra de granito que nos lleva al piso superior. Además esta sala pone en comunicación las estancias a su mismo nivel. Está decorada por cinco de los diez tapices que alberga el castillo. Son tapices flamencos, realizados en talleres de Bruselas en el siglo XVII. Los tapices proceden del antiguo Hospital Provincial de Madrid, siete de ellos escenifican escenas de la vida de Julio Cesar, dos más nos hablan sobre la Vida del Hombre y el último es una narración bíblica. También encontramos un óleo sobre lienzo representando a Santo Tomás de Villanueva, obra de autor anónimo del siglo XVII y una réplica de una caja de caudales de las que se usaban en la época. La sala se cubre con una techumbre de madera y dispone de ventanas con bancos festejadores.

Sala Santillana (ala este del primer piso) La primera sala que encontramos en el primer piso recibe el nombre de Santillana, lo cual no quiere decir que ese fuera su nombre. Está decorado con una gran mesa en madera que pretende recrear lo que debió ser una sala de reuniones o salón de banquetes. En sus paredes podemos encontrar dos tapices referentes a la vida de Julio Cesar y un gran cuadro que lleva por título: Procesión de la Candelaria, óleo de autor anónimo fechado en 1643. Destaca este cuadro por que en él podemos ver una imagen de lo que fue el desaparecido Hospital General y de la Pasión de Madrid del siglo XVII.

En la sala también encontramos un lienzo representando a Íñigo López de Mendoza y Laso de la Vega, I marqués de Santillana y I conde del Real de Manzanares, obra del siglo XIX copia de un cuadro de Jorge Inglés del siglo XV, cuyo original se encuentra en el Museo del Prado. Junto al lienzo, uno de los tapices mencionados narra el momento en que Julio Cesar es echado al mar durante la rebelión de Alejandría. El segundo tapiz representa la escena de Claudio y su amante Pompilia, ambos de la serie de tapices dedicados a la vida de Cesar. También encontramos un bargueño, pequeño mueble con múltiples cajones que servía para guardar documentos, cartas o documentos importantes. Se cubre con techumbre de madera.

Sala del Infantado (ala sur del primer piso) Esta sala cuenta como en otras habitaciones con bancos festejadores, se suele considerar como la principal del castillo, donde se realizaban las grandes recepciones, reuniones y además podía ser utilizada como salón de baile. En la actualidad se encuentra adornada con una mesa y una chimenea en cuya parte superior podemos ver el escudo del linaje de los Mendoza y los Laso de la Vega. Un tapiz de la serie La Vida del Hombre (El hombre tranquilo domina la suerte) cuelga en una de sus paredes. Además dos lienzos de autor anónimo del siglo XVII, uno de ellos una Inmaculada y un segundo titulado la Exaltación de la Eucaristía. Completa la sala un pequeño bargueño y un óleo sobre lienzo de la Virgen de la Soledad del siglo XVII. Al igual que el resto de las salas se cubre con techumbre de madera.


En esta sala queremos destacar un óleo sobre tabla con los retratos de Álvaro de Luna y su esposa Juana Pimentel, padres de María de Luna. Es una copia de un original del siglo XV que se encuentra en la catedral de Toledo. Álvaro Martínez de Luna (* Cañete, Cuenca 1390 † Valladolid 02-06-1453), murió ejecutado (decapitado) por ordenes del rey Juan II. Fue condestable de Castilla, valido del rey y caballero de la orden de Santiago. Contrajo segundas nupcias con Juana Pimentel y Enríquez († Guadalajara 06-11-1488). Ambos tuvieron descendencia, una de sus hijas fue María de Luna y Pimentel († 1502) casada con Íñigo López de Mendoza, II duque del Infantado.

Estrado de las damas (torre sureste primer piso) Sala contigua a la sala del Infantado. Pequeña habitación que cuenta con una gran ventana con bancos festejadores que mira al embalse de Santillana y cuya ventana exterior se puede contemplar desde el castillo, siendo la más hermosa de toda la fachada sur, fachada que por su mirada al meridión es de las más cálidas del palacio. De sus paredes cuelgan dos tapices, el situado en el frontal con una escena de Julio Cesar en la guerra de las Galias. La habitación mantiene una decoración a la morisca, con un estrado algo elevado sobre la que se disponen alfombras y almohadones para que las mujeres pudieran pasar el tiempo bordando, leyendo, escuchando música o simplemente hablando, es una habitación que recrea como debía ser la vida femenina en la época.


Sala Maea (ala norte del primer piso) Toma su nombre del pintor valenciano José Maea (* Valencia 1760 † Madrid 11-02-1826), por estar la sala dedicada principalmente a este pintor académico de San Fernando. Las obras de este autor aquí expuesta son propiedad de la Comunidad de Madrid, heredera de la desaparecida Diputación Provincial de Madrid.
Torre de las armaduras (torre noroeste del primer piso) junto a la sala Maea. En una de las torres de uno de sus ángulos, se ha habilitado un conjunto de seis armaduras, réplicas historicistas de piezas originales.

Alcoba y oratorio (ala sur del segundo piso) Por una escalera de caracol realizada en madera recientemente se sube hasta el segundo piso. Este piso estaría dedicado a la vida íntima de los duques. Una sala conserva una cama con dosel y unos trajes de época, ambos elementos prestados de escenografías teatrales. Junto a la alcoba, un pequeño oratorio con un altar presidido por un lienzo de la Inmaculada Concepción, obra de autor anónimo del siglo XVIII. A su lado un óleo sobre lienzo de los Estigmas de san Francisco de Asís, obra de autor anónimo del siglo XVII.


Galería de Juan Guas (fachada sur) Realizada por este arquitecto en estilo gótico y con piedra caliza, es un hermoso mirador al embalse de Santillana, antiguamente miraría a la Vega del río Manzanares. La galería de Juan Guas forma parte del adarve o camino de ronda que circunvala la parte alta del castillo y vigila los alrededores. Esta construcción sobre el adarve o paseo de ronda, nos muestra una vez más, la adaptación del castillo a residencia palaciega.

Entre las obras más conocidas de Juan Guas, encontramos el palacio del duque del Infantado en Guadalajara y la iglesia de San Juan de los Reyes en Toledo. Además trabajaría en las obras de construcción del monasterio de El Paular en Rascafría y en la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves en la propia Manzanares El Real.

Adarve La parte más alta del castillo es el adarve o paseo de ronda, como es habitual recorre todo el perímetro y permite el acceso a las pequeñas torres que rematan los ángulos. Desde este paso se puede contemplar el patio de armas y también mantiene visión sobre las ruinas del cuerpo oriental, antigua iglesia de Santa María de la Nava, antigua iglesia palatina e inacabada torre del homenaje.


    Galería fotográfica  

Cuerpo oriental Este cuerpo que nunca llegó a terminarse, se encuentra ocupando el espacio de la antigua iglesia románico-mudéjar de Santa María de la Nava, que en primer momento sirvió como capilla privada de la familia Mendoza. En el lugar iba a levantarse una gran torre de homenaje, con dos plantas con salones y una terraza preparada para albergar piezas de artillería.

Lo que ahora se conserva es una gran sala con columnas de fuste octogonal y sus arcos apuntados, sin ningún tipo de cubierta. Además se puede ver todavía el ábside de la antigua iglesia, aunque reformado por el añadido de almenas en su parte superior. Actualmente esta zona no es visitable, pero se puede observar desde la parte alta del castillo, en nuestro paseo por el adarve.



Ficha técnica

Fecha de realización de la página: 17 de diciembre de 2024
Fecha última modificación:

Lugares de interés de Manzanares El Real

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