Dimensiones: 167 x 113 cm.
Tipo de cuadro: Óleo sobre lienzo
Fecha de la obra: (ha. 1590-95)
El Greco (1540-1614)
Pintura española (Siglo XVI)
La representación conjunta de dos santos en una misma composición fue costumbre muy
extendida entre los pintores españoles del siglo XVI, incluido El Greco. Entre los cuadros
que fueron encargados por Felipe II para el Monasterio de El Escorial se encuentran
significativos ejemplos de este tipo de composiciones, que debieron de tener su origen
en las llamadas "Sagradas Conversaciones", tema iconográfico que apareció por vez primera
en el norte de Italia a fines del siglo XV. En ellas suele verse a la Virgen y al Niño
rodeados de dos o más santos, sin que haya alusión alguna a hechos relativos a la vida de
los mismos.
El Greco nos muestra en este lienzo a San Andrés y San Francisco, de pie, ante un paisaje
de la campiña toledana, donde se divisa, muy abocetada, una edificación, posiblemente
el Alcázar. Ambos permanecen absortos en un intenso diálogo espiritual, como parece indicar
la elegante expresividad de sus manos. El hecho de que El Greco reuniera aquí a dos santos
tan alejados uno y otro en el tiempo -el primero vivió en los albores del cristianismo y el
segundo entre los siglos XII y XIII- ha hecho pensar a los estudiosos que la obra debió ser
un encargo particular destinado a la devoción privada.
Se reconoce a San Andrés por su atributo más personal: la gran cruz en forma de aspa que
sostiene con su mano izquierda. Curiosamente, la cruz aspada no se impuso en las
representaciones del santo hasta fines de la Edad Media. Con anterioridad a este período
aparecía con la cruz latina en la que se cree fue martirizado.
San Francisco, vestido con el hábito de la Orden de Frailes Menores fundada por él en Asís,
muestra los estigmas de la Pasión de Cristo que le fueron impresos en sus manos, pies y
costado por un serafín mientras oraba en la cima del monte Albernia.
Por la fecha de su ejecución -que la crítica ha fijado en torno a 1590/95- nos hallamos ante
una obra perteneciente al período de madurez de El Greco. Son característicos de esta etapa
el propio formato del cuadro, estrecho y vertical; el canon muy alargado de las figuras, -que
aquí se nos muestran aún más monumentales y estilizadas por la utilización de un punto de
vista bajo- y los fondos neutros o de nubes.
Las tonalidades frías y los audaces contrastes entre los luminosos verdes y azules del
ropaje de San Andrés, el pardo del hábito de San Francisco y los turbulentos celajes
sobre los que ambos santos se recortan, forman parte también del cromatismo habitual
en su última producción.
El lienzo, desconocido para el público hasta la Guerra Civil española, fue hallado en
el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid, donde había ingresado el 3 de octubre de
1676 por donación de la religiosa Ana Agustina del Niño Jesús, hija de los duques de
Abrantes. La Junta de Incautación lo depositó en el Museo del Prado, donde estuvo
expuesto en 1939 una vez terminada la guerra. Fue finalmente adquirido por el Museo a
la Comunidad religiosa del citado Monasterio en enero de 1942.
La firma en caracteres griegos: "doménikos tehotokópolis / époíei" aparece en un papel
situado junto al pie izquierdo de San Francisco.
Texto y foto: http://museoprado.mcu.es
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