Van Eyck inventa el retrato moderno y logra unos personajes con volúmenes, sinceros y más proximos
al espectador. La luz y la perspectiva estructuran el cuadro. La primera penetra por la izquierda, modela
el rostro de Giovanni e ilumina la estancia. La segunda marca las dimensiones de la habitación y los
objetos. El pintor muestra especial dedicación a las manos de los protagonistas y las figuras de los
esposos, triangulos casi perfectos.
El espejo, un elemento usual en la pintura flamenca, reproduce las espaldas de los dos esposos y las
figuras de dos hombres, situados en el umbral de la estancia. Uno, vestido de azul, quizá el propio
Van Eyck, y otra figura de rojo. En el marco del espejo, convexo y de forma circular, se representan
minuciosamente diez escenas de la Pasión de Cristo. El espejo devuelve la imagen al espectador desde un
nuevo punto de vista.
El autor despliega elementos simbólicos que informan del carácter sagrado del acto matrimonial. A la
izquierda del espejo coloca una ristra de cuentas, que simboliza el dinero, la responsabilidad de Arnolfini. A la
derecha, un manojo representa la fertilidad, tarea de la mujer. Ambos están descalzos, lo que indica que
se encuentran en un lugar sagrado. Las frutas de la ventana aluden a la inocencia y el perro, a la fidelidad.
El lienzo muestra la ceremonia nupcial entre Giovanni Arnolfini y su esposa en una alcoba ricamente
amueblada. Hasta las reformas del Concilio de Trento, celebrado en 1563, eran legales las bodas sin
sacerdote en el lugar que considerasen conveniente los esposos. Según el Derecho Canónico, se
contría matrimonio con un juramento simbolizado en dos acciones: juntar las manos y, por parte del
novio, levantar el antebrazo. Los dos hombres que se reflejan en el espejo del fondo ejercen de
testigos. Sobre él, Van Eyck firma la obra con caracteres góticos que recuerdan la caligrafía de los
documentos oficiales "Johannes de Eyck fuit hic (estuvo aquí) 1434. El cuadro funciona de este modo
como un contrato visual de matrimonio rubricado por el propio pintor.
La pintura al óleo ya era conocida antes que fuera el campo de trabajo de los Van Eyck, pero los hermanos
Jan y Hubert lograrón crear la fórmula más fluida y de secado más rapido que dotó a sus pinturas
de una perfección desconocida hasta entonces. Gracias al óleo, los colores logran una luminosidad y una
maleabilidad superior a la pintura al temple o al fresco, como se aprecia en el brillo del metal del
candelabro, en la lograda rigidez de las túnicas de los contrayentes y en la viveza de las telas. En su
época se extendió el rumor de que estos diluyentes los habria destilado él mismo, lo que granjeó a
Van Eyck fama de alquimista.
Van Eyck El misterio rodea la figura de Van Eyck. Se creé que nació en Maaseyck
(Paises Bajos). Allí aprendió la técnica de la miniatura, que desarrolló conjuntamente con su
hermano Hubert en Gante (Belgica). En 1425, tras la muerte de éste, se traslada a Lille al
ser nombrado pintor de cámara de Felipe el Bueno de Borgoña. En 1430 , siempre de la mano
de su mecenas, que fué padrino de uno de los hijos del pintor, se establece definitivamente en
Brujas. Allí, ademas de pintor, emprende varias misiones y viajes secretos en nombre de su
señor. En al menos dos ocasiones, que se sepa, participó en sendas embajadas a la Peninsula
Iberica. Falleció en 1441 a los 51 años. Su cuerpo está enterrado en la iglesia de San Donaciano de
la ciudad belga.
Texto: Óscar Medel en XLSEMANAL
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