Tras la batalla de Trafalgar (1805), el navío español Neptuno fue arrastrado por la tempestad contra las rocas del castillo de
Santa Catalina en el Puerto de Santa María, donde la tripulación sobreviviente encontró refugio. La obra, con un argumento inusual
hasta este momento en la pintura de Historia, remite a los principios del eclecticismo francés, que el pintor Sans Cabot
conoció de primera mano en París, gracias a su formación en el taller de Thomas Couture (1815-1879). Así, la resignación y
contención de los personajes, o algunos de los modelos, derivan del Neoclasicismo, mientras que el mar enfurecido o el trozo
de mástil de primer término son claras referencias al Romanticismo de Géricault o Delacroix.
Procedencia: Nuevas Adquisiciones Museo de la Trinidad. 1862
Texto y foto: Museo Nacional del Prado
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