Danae recibiendo la lluvia de oro - Tiziano

Tiziano Vecellio di Gregorio (hacia 1490-1576)
Oleo sobre lienzo: 1,29 x 1,80
Renacimiento (Siglo XVI)
Fecha de la obra: antes de 1553

Tiziano pudo contar con clientes de alta categoría como el propio emperador Carlos V, que además le ennobleció con un título palatino, y el rey Felipe II, su hijo. Pero mientras el padre encargó a Tiziano solo retratos y pinturas de tema religioso, Felipe II supo ver, y apreciar, la capacidad del pintor veneciano para componer temas mitológicos.

Tiziano hizo esta pintura para el rey Felipe II para que formara pareja con "Venus y Adonis", que también se expone en la misma sala. Ambos los denominaban "poesías" en su correspondencia. En la carta que Tiziano escribió al rey en 1553, acompañando el envío de la última, le decía "... y, porque en la Dánae que ya envié a Vuestra Majestad se veía la parte delantera, he querido en esta otra poesía variar y hacerla mostrar la contraria parte para que resulte la habitación en la que han de estar más graciosa a la vista". Se desprende de las sutiles palabras del pintor que así el rey podría contemplar la representación total de una mujer, pues mientras en el cuadro de "Venus y Adonis" la mujer aparecía de espaldas, en la Dánae se ofrecía de frente.

El tema representado es la fábula mitológica que relata cómo Zeus hubo de transformarse en lluvia de oro para seducir a la bella Dánae, a la que su padre tenía encerrada en una cámara metálica herméticamente cerrada precisamente para guardarla de las acechanzas del dios. En sus aventuras galantes Zeus se metamorfoseaba para evitar ser reconocido: en águila, en toro, en cisne ..., o en lluvia de oro como en este caso. De esa especial relación con Dánae había de nacer Perseo, uno de los más importantes héroes de la mitología clásica.

La joven Dánae, a la que en el lecho acompaña un perrillo, contempla cómo cae sobre ella la lluvia de monedas, mientras su sorprendida y avariciosa sirvienta intenta recoger en su delantal la mayor cantidad de ellas. La blancura del cuerpo de Dánae contrasta con el cuerpo oscuro y retorcido de la sirvienta; y ambas se destacan sobre un hermoso fondo dorado casi tormentoso.

Existen varios cuadros del mismo Tiziano con el mismo tema en los museos de San Petersburgo y Nápoles. Parece que el de este último museo pudo ser pintado antes que éste.

Texto y foto: http://museoprado.mcu.es