Este lienzo pertenece al período juvenil de Rubens. Lo pintó en Italia, a donde se había
trasladado con el ánimo de completar su formación artística. En Italia permaneció ocho años
prestando sus servicios como pintor junto a Vicenzo Gonzaga, duque de Mantua. Muchos autores
se inclinan a considerar que debió realizar este cuadro en Génova, por ser este santo el
patrón de dicha ciudad.
San Jorge es uno de los personajes más populares del santoral cristiano y, por ello, uno de
los más representados en arte. Pese a ello, pocos datos fiables se conocen acerca de su
existencia; parece ser que nació en la región turca de Capadocia, que fue soldado, y que murió
decapitado en defensa de su fe.
El episodio más conocido de su vida es el que, como aquí, rememora un legendario combate en
el que el santo tuvo que medir sus fuerzas con un dragón para defender a una joven princesa,
obteniendo finalmente la victoria.
Se le representa habitualmente con espada y escudo, sobre un caballo blanco y con un
fantástico dragón a sus pies. A veces, incluso, está acompañado de la doncella a la que salvó
de una muerte segura. Si bien esta representación responde a los aspectos "reales" de su
historia, tiene asimismo una finalidad didáctica de contenidos explícitamente simbólicos.
El santo vence a las fuerzas del mal, identificadas con el diablo (llamado "dragón" en el
Apocalipsis), por los méritos de su fe. Para esta magna empresa se incluye la presencia de
la princesa a la que se identifica, a su vez, con la Iglesia.
Se representa a San Jorge en el centro de la composición, a lomos de un caballo blanco
encabritado, y vestido tal y como establecen los cánones iconográficos: con armadura y casco.
Su robusto cuerpo se agita en su afán por rematar al dragón que, visto en un escorzo muy
forzado, se retuerce bajo sus pies.
El intenso movimiento que ofrecen los cuerpos del santo, de su caballo y del dragón, y el
juego de diagonales que componen, se contrapone con la posición vertical en que Rubens
presenta a la princesa. Son también muy característico de esta etapa juvenil del pintor
los fuertes contrastes de luces y sombras que aquí se observan.
Texto y foto: http://museoprado.mcu.es
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